Escribe Claudio Funes
El 20 de octubre de 2010 fue asesinado el joven militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra. El autor intelectual de ese asesinato a través de una patota fue José Pedraza, en aquel entonces máximo dirigente de la Unión Ferroviaria y la lista Verde, para proteger los negociados con las tercerizadas en el Roca.
Pedraza fue uno de los jefes sindicales preferidos de Cristina Kirchner. El 12 de noviembre de 2009, en la inauguración de la nueva sede sindical, expresó: “Mostremosle a todos cuál es este modelo de organización sindical que cree que lo más importante no es destruir sino conseguir mejoras para sus trabajadores”.
Carlos Tomada, entonces ministro de Trabajo, “asesoró” a Pedraza sobre cómo zafar. Tiempo después la movilización popular lo llevó a la cárcel. Fue condenado a quince años. Un tremendo golpe para la mafia sindical ligada al gobierno.
Posteriormente, el 30 de septiembre de 2011 fue detenido el “Pollo” Sobrero luego que el impresentable Aníbal Fernández los acusara de “quemar trenes” quedando cuatro días incomunicado. Habían pasado un poco más de siete meses desde la detención de Pedraza y querían una compensación por su encarcelamiento, embarrando a Sobrero. Una gran campaña con amenaza de paro general lo sacó de la cárcel.
El asesinato de Mariano Ferreyra, el apoyo del gobierno al burócrata y asesino Pedraza y la detención del “Pollo” también valen para el recuerdo sobre estos hechos que también ocurrieron bajo el gobierno peronista de Cristina Fernández, a pesar de su doble discurso.