Escribe Daniel López Gauna
Las y los vecinos de La Reja Grande, San Enrique, Lomas Verdes y otros barrios aledaños al predio, están luchando para que esta planta no se instale frente a sus casas. Las instalaciones nos cumplen con las normas de zonificación, que están desactualizadas. Producirá un gran saldo negativo para la población, así lo señala el informe de impacto ambiental, en lo que refiere al aire, al agua y la modificación de la naturaleza y alrededores. El lugar pasaría a recibir una enorme cantidad de camiones con 600 toneladas de basura por día durante las 24 horas, para ser luego trasladada al colapsado Ceamse. Como se trata de una planta de compactación de basura, sin ningún tipo de clasificación ni reciclado alguno de los residuos, la emanación de gases, olores nauseabundos y la producción de lixiviados (sustancias líquidas entre residuos) serían inevitables.
El único argumento de la intendenta peronista del Frente de Todos Mariel Fernández es abaratar costos al municipio, o sea que es parte del ajuste para seguir pagando deuda externa, además de ser un proyecto financiado con un préstamo del BID.
Los vecinos han cortado la ruta 25, hicieron asambleas, pintadas y la semana pasada se realizó un acampe impidiendo que entren camiones al Parque Industrial Ruta 25 parando la obra. Dicha medida fue reprimida con cientos de policías que amedrentaron a las y los vecinos que estaban luchando. Izquierda Socialista y Ambiente en Lucha además de acompañar y ser parte de las demandas en las calles, lleva el reclamo, una vez más, al Concejo Deliberante para que se trate el proyecto de relocalización presentado por Ángel Guerrero concejal de Izquierda Socialista/FIT Unidad.
Llamamos a seguir peleando en unidad contra este proyecto contaminante.