Escribe José Castillo
Un hogar de familia tipo que percibía en julio pasado el Potenciar Trabajo, Asignación Universal por Hijo y la tarjeta Alimentar, alcanzaba en julio a cubrir el 97% de la canasta básica alimentaria. Hoy, apenas si llega al 87%. Eso implica que en apenas cuatro meses, perdió el 10% del poder adquisitivo. Hoy esa familia percibe 27.725 pesos por el Potenciar Trabajo (medio salario mínimo, vital y móvil), dos AUH (13.553 pesos) y la tarjeta Alimentar (13.500 pesos). Un total de 54.328 pesos, mientras que la línea de indigencia está en 62.106 pesos.
Sobre esta dramática realidad, el gobierno habla de ajustar más, reduciendo planes o “desenganchando” el Potenciar Trabajo del salario mínimo, vital y móvil, para que ni siquiera llegue al 50%. Una auténtica vergüenza, al servicio de que cierren los números del ajuste que ordena el FMI. Exigimos, tal como proponen los movimientos sociales combativos, un incremento urgente del valor de los planes, que no haya bajas ni congelamiento de los mismos y, sobre todo, que se lleve adelante un plan de obras públicas en base al no pago de la deuda para generar trabajo genuino.