La CGT tuvo una actitud vergonzosa ante la aprobación de la Ley Bases en Diputados. No llamó a movilizar, menos a un paro. Lo mismo había hecho cuando se aprobó por primera vez en Diputados y luego en el Senado donde hubo una brutal represión.
La CGT se la pasó rosqueando con algunos diputados amigos para ver si con algunos “buenos oficios” de Pichetto podría morigerar algo de la Ley. Lamentable. De esta manera, la CGT dejó pasar, como si nada, la reforma laboral, las privatizaciones… ¡y el impuesto al salario sobre 800.000 trabajadoras y trabajadores!
Al otro día la CGT sacó un comunicado de prensa, para lavarse la cara, lamentándose de que se haya votado el impuesto al salario (mal llamado Ganancias), robo que se suma a los miles de despidos y a la rebaja salarial y jubilatoria permanente por parte del gobierno ultraderechista.
Repudiamos esta política de inmovilismo cómplice de la conducción de la CGT, que no le dió continuidad al parazo del 9 de Mayo con un plan de lucha nacional y un nuevo paro de 36 horas para derrotar el conjunto del plan Motosierra de Milei y el FMI, el cual le seguimos reclamando desde el sindicalismo combativo y la izquierda.