Escribe José Castillo
El presidente Milei y su ministro Luis “Toto” Caputo lanzaron lo que llaman la “fase 2” de su programa económico. Anuncian que a partir de ahora se “dejará de emitir” y que con eso se resolverán todos los problemas. ¡Mienten! Esconden un nuevo ajuste, más grande aún que el actual.
El ultraderechista que nos gobierna se venía jactando de haber realizado “el ajuste más grande del mundo” en apenas cuatro meses. Es lo único verdadero de toda su sarta de mentiras. Que no fue contra ninguna “casta” (término confuso que aprovechó Milei durante la campaña) sino contra el conjunto del pueblo trabajador.
El gobierno afirmaba que para que la economía se reactivara era necesaria la aprobación de la Ley Bases. ¡Mentira! Era y es una ley a la medida del saqueo y de reventar las conquistas laborales obtenidas con décadas de lucha. Luego Milei sostuvo que necesitaba la firma del Pacto de Mayo (extraño nombre para lo firmado con los gobernadores más colaboracionistas en un desteñido acto realizado en una madrugada gélida en Tucumán).
Todo eso pasó, y siguen sin verse señales de reactivación alguna, ni en V, ni en U, ni en ninguna de las letras del abecedario. Peor aún, los dólares paralelos al oficial (los llamados blue, CCL y MEP) se despertaron y comenzaron a subir, hasta alcanzar los 1.500 pesos. Señal de nuevos negocios financieros para los especuladores. Y también señal, pero distinta, para el conjunto del pueblo, que obviamente no ve un billete verde, pero sabe que cuando los titulares anuncian “subió el dólar”, lo que sigue son aumentos en las góndolas y la pulverización de salarios y jubilaciones.
¿Qué quiere decir el “no se emite un peso más” de Milei y Caputo?
Hace meses que el gobierno dejó de emitir para financiar el gasto público. No es una buena noticia. Por eso se ajustaron las jubilaciones, los salarios del estado, se echaron a miles de trabajadoras y trabajadores, se congeló la obra pública y se paró toda la ayuda social. En los últimos días, Milei y Caputo anunciaron que también dejarían de emitir para pagarle intereses a los bancos por las letras que estos tienen en su poder. Esa deuda del Banco Central con los bancos comerciales pasaba entonces a ser responsabilidad del Tesoro. Traducido: los bancos van a seguir cobrando del Estado y así garantizando sus superganancias. Sólo que ese dinero ya no saldrá de la emisión del Banco Central sino de más “superávit fiscal”, o sea ahorro que se obtendrá ajustando todavía más el gasto en salarios, jubilaciones, salud, educación o planes sociales. En concreto, el gobierno le pagará 600.000 millones de pesos por mes a los bancos, que saldrán en su totalidad de más ajuste al bolsillo popular.
Este fin de semana, mientras el país estaba pendiente de la Final de la Copa América, Milei (desde el exterior, en su enésimo viaje a los Estados Unidos) anunció que los dólares que entren de las exportaciones se utilizarán para venderlos inmediatamente a los especuladores al precio del CCL, con el objeto de intentar bajar la brecha con el oficial. Nuevamente traducido: rifará las casi nulas reservas con tal de mantener el dólar oficial como está. Por si eso fuera poco anuncia que todos los pagos de deuda futuros se harán con nuevos ajustes fiscales. Como primera señal ya separó y envió a los Estados Unidos en garantía los 1.500 millones de dólares que había juntado en reservas desde mayo a hoy, para que quede en caución garantizando los pagos de deuda externa que vencen en enero de 2025.
En síntesis, independientemente que el gobierno logre coyunturalmente con estas maniobras bajar o no la brecha entre el dólar oficial y los paralelos, lo único concreto es que Milei se juega a estabilizar y dejar contento a los especuladores financieros y a los buitres de la deuda con un mayor ajuste, que se sumará al ya astronómico que está cayendo sobre las espaldas del pueblo trabajador. Si con esto todavía no convence al establishment financiero, se le sumará una nueva estampida del dólar, que, ya sabemos, pulverizará más salarios y jubilaciones. Todo esto mientras, tras la escena, se preparan las reformas “de fondo” (flexibilización laboral, privatizaciones, saqueo de recursos) con Federico Sturzenegger listo para entrar en acción.
A esto nos conduce Milei y La Libertad Avanza, mientras la CGT apuesta al diálogo y las reuniones con el gobierno y el peronismo, a “esperar a 2027”. Tenemos que salir a enfrentar ya mismo el ajuste, reclamando un nuevo paro general y plan de lucha. Y explicando que hay una salida alternativa al superajuste de la motosierra: un programa de emergencia obrero y popular que, arrancando por dejar de pagar la deuda externa y romper con el FMI, ponga todos los recursos al servicio de atender las más urgentes necesidades populares.