El pasado 4 de febrero se cumplieron 43 años de la desaparición forzada y posterior asesinato de Ana María Martínez, abnegada militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), corriente orientada por Nahuel Moreno, antecesora de Izquierda Socialista. Ana María, que al momento del brutal crimen tenía 32 años y estaba embarazada de tres meses, era obrera metalúrgica de la zona norte.
Un grupo de tareas la “levantó” de su domicilio en Villa de Mayo, mientras todo el procedimiento era digitado y monitoreado desde el Batallón 201 de Inteligencia con base en Campo de Mayo. Su cuerpo apareció una semana más tarde acribillado a balazos en un descampado cercano a Dique Luján, Tigre.
Ana María había dejado su Mar del Plata natal por la represión desencadenada por el terrorismo de Estado contra los luchadores en aquella ciudad, donde había trabajado como operaria en Havanna. Afincada en la zona norte del Gran Buenos Aires, trabajó en la metalúrgica Sylvania y en las autopartistas Dunit y DEA. Ana María es la imagen de una de esas mujeres militantes que lucharon y dieron hasta su vida por un ideal superador del sistema que nos oprime.
Por esa lucha, por desvendar la verdad y exigir justicia, en 2012 se constituyó la Comisión Familiares, Amigos y Compañeros de Ana María Martínez, por iniciativa de la entrañable Carmen Metrovich (cuñada de Ana María). Los esfuerzos de ese abnegado grupo, y el aporte de contundentes pruebas, consiguieron en diciembre de 2018 la condena a prisión perpetua de los principales responsables, dos altos mandos del Ejército: Jorge Norberto Apa, jefe del Destacamento 201 de Inteligencia, y Pascual Muñoz, jefe del Grupo 1 del Estado Mayor que tuviera asiento en Campo de Mayo.
Desde Izquierda Socialista recordamos a Ana María Martínez y seguimos exigiendo la apertura de todos los archivos desde 1974 a 1983 y cárcel común para todos los responsables y cómplices. ¡Compañera Ana María Martínez, presente!