Escribe Mariana Scayola, secretaria general Ademys
El jefe de gobierno Jorge Macri y su ministra de educación Mercedes Miguel llevan adelante un nuevo ataque a la docencia porteña. Hay una evidente intención de cercenar derechos, hostigar y estigmatizar a la docencia y tirar a la baja el salario de las y los trabajadores de la educación: ahora pretenden censurar la voz de estudiantes, docentes y no docentes. Empecemos por el principio: el 27 de diciembre la ministra firmó la resolución 2769/2024 que cambia el Reglamento Escolar, modificando los derechos y deberes de la docencia. Entre los aspectos más virulentos se encuentra la expresa prohibición a docentes que se expresen sobre aspectos vinculados a “religión, sexualidad, género, etnia, política partidaria u otras de similar relevancia”. Literalmente busca imponer una mordaza en las escuelas, en todos los niveles educativos, para evitar cualquier tipo de pensamiento crítico y/o reflexión que surja del intercambio entre estudiantes y docentes. Si eventualmente surgieran por parte del estudiantado dudas o inquietudes sobre los temas mencionados, un “equipo especializado” brindaría las respuestas pertinentes a estudiantes y familiares. De manera obscena lo que pretenden es generar un clima de persecución y pensamiento único, donde las voces disidentes serán erradicadas a través de la sanción.
Otro aspecto que se debe tener en cuenta por su nivel de agresión a los derechos de la docencia está vinculado a pensar la educación como un servicio, como una mercancía más de intercambio en un “libre mercado”. En el reglamente escolar, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, explícitamente prohíbe “Desarrollar toda conducta, acción, o actividad que implique la interrupción del servicio o la apertura regular del establecimiento“ un claro intento de presionar a la docencia para que no ejerza su derecho a huelga amparado en varias leyes, entre ellas la constitución nacional.
A estos ataques se deben sumar las modificaciones curriculares que se alinean con el retiro de los contenidos pedagógicos vinculados a la educación sexual (ESI) de la página oficial que el ministerio realizó durante las primeras semanas de enero para una supuesta revisión “neutral”. Si a esto sumamos la sanción en la legislatura a fin del año pasado de la ley que impulsa la educación socioemocional para sustituir la ESI por el autocontrol de las emociones, nos encontramos con una fuertísima embestida contra las comunidades educativas en su conjunto.
Desde Ademys venimos denunciando estos ataques del gobierno de la ciudad a la educación y junto a la banca de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda -Unidad con la legisladora Mercedes Trimarchi, presentamos un proyecto de Ley para anular los nuevos artículos del reglamento escolar que intentan amordazar a la docencia para que no se exprese contra el brutal ataque a la educación publica. Te invitamos a sumarte a esta campaña y a organizarte contra las políticas antieducativas de Jorge Macri, el mejor alumno de Milei.