Jul 16, 2024 Last Updated 4:46 PM, Jul 16, 2024

Izquierda Socialista

Escribe Ilan Pappe* (sinpermiso.info)

El profesor Ilan Pappe, de origen judío, habló en el Día Anual de Conmemoración del Genocidio del IDHC en Londres, Reino Unido, el 21 de enero de 2024, sobre la necesidad de comprender que el genocidio de palestinos que estamos presenciando actualmente, por brutal que sea, es también la desaparición del llamado Estado judío. Tenemos que estar preparados para imaginar un nuevo mundo más allá de él.

La idea de que el sionismo es colonialismo de asentamiento no es nueva. Los académicos palestinos de los años sesenta que trabajaban en Beirut en el Centro de Investigación de la OLP ya comprendieron que a lo que se enfrentaban en Palestina no era un proyecto colonial clásico.  No encuadraban a Israel sólo como una colonia británica o estadounidense, sino que lo consideraban un fenómeno que existía en otras partes del mundo; lo definían como colonialismo de colonos.  Es interesante que durante 20 o 30 años la noción de sionismo como colonialismo de colonos desapareciera del discurso político y académico.  Volvió cuando estudiosos de otras partes del mundo, sobre todo de Sudáfrica, Australia y Norteamérica, coincidieron en que el sionismo es un fenómeno similar al movimiento de los europeos que crearon Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.  Esta idea nos ayuda a comprender mucho mejor la naturaleza del proyecto sionista en Palestina desde finales del siglo XIX hasta hoy, y nos da una idea de lo que podemos esperar en el futuro.

Creo que esta idea concreta de los años 90, que conectaba tan claramente las acciones de los colonos europeos, especialmente en lugares como Norteamérica y Australia, con las acciones de los colonos que llegaron a Palestina a finales del siglo XIX, dilucidó claramente las intenciones de los colonos judíos que colonizaron Palestina y la naturaleza de la resistencia local palestina a esa colonización. Los colonos siguieron la lógica más importante adoptada por los movimientos coloniales de colonos y es que para crear una comunidad colonial de colonos exitosa fuera de Europa hay que eliminar a los nativos del país que se ha colonizado. Esto significa que la resistencia indígena a esta lógica fue una lucha contra la eliminación, y no sólo contra la liberación. Esto es importante cuando se piensa en el funcionamiento de Hamás y otras operaciones de resistencia palestinas desde 1948.

Los propios colonos, como en el caso de muchos de los europeos que llegaron a Norteamérica, Centroamérica o Australia, eran refugiados y víctimas de la persecución. Algunos de ellos eran menos desafortunados y sólo buscaban una vida mejor y mejores oportunidades. Pero la mayoría eran parias en Europa y buscaban crear una Europa en otro lugar, una nueva Europa, en lugar de la Europa que no los quería.  En la mayoría de los casos, eligieron un lugar donde ya vivían otros, los indígenas. Y así, el núcleo más importante entre ellos fue el de sus líderes e ideólogos que proporcionaron justificaciones religiosas y culturales para la colonización de tierras ajenas. A esto se puede añadir la necesidad de apoyarse en un Imperio para iniciar la colonización y mantenerla, aunque en su momento los colonos se rebelaran contra el imperio que les ayudaba y exigieran y lograran la independencia, que en muchos casos obtuvieron y luego renovaron su alianza con el imperio. La relación anglo-sionista que se convirtió en alianza anglo-israelí es un ejemplo de ello.

La idea de que se puede eliminar por la fuerza a la gente de la tierra que uno quiere, es probablemente más comprensible -no justificada- en el contexto de los siglos XVI, XVII y XVIII, porque iba acompañada de un respaldo total al imperialismo y al colonialismo. Se alimentaba de la deshumanización común de los demás pueblos no occidentales, no europeos. Si deshumanizas a la gente puedes eliminarla más fácilmente.  Lo que fue tan singular del sionismo como movimiento colonial de colonos es que apareció en la escena internacional en un momento en el que la gente de todo el mundo había empezado a recapacitar sobre los derechos de eliminar a los pueblos indígenas, de eliminar a los nativos y, por tanto, podemos entender el esfuerzo y la energía invertidos por los sionistas y más tarde por el Estado de Israel en tratar de encubrir el verdadero objetivo de un movimiento colonial de colonos como el sionismo, que era la eliminación de los nativos.

Pero hoy en Gaza están eliminando a la población nativa delante de nuestros ojos, así que ¿cómo es que casi han renunciado a 75 años de intentar ocultar sus políticas eliminatorias?  Para entenderlo tenemos que apreciar la transformación de la naturaleza del sionismo en Palestina a lo largo de los años.

En las primeras fases del proyecto colonialista de colonos sionistas, sus dirigentes llevaban a cabo sus políticas eliminatorias con un auténtico intento de cuadrar el círculo afirmando que era posible construir una democracia y al mismo tiempo eliminar a la población nativa. Existía un fuerte deseo de pertenecer a la comunidad de naciones civilizadas y los dirigentes asumieron, sobre todo después del Holocausto, que las políticas eliminatorias no excluirían a Israel de esa asociación.

Para cuadrar este círculo, los dirigentes insistieron en que sus acciones eliminatorias contra los palestinos eran una «represalia» o «respuesta» contra las acciones palestinas.  Pero muy pronto, cuando estos dirigentes quisieron pasar a acciones de eliminación más sustanciales, abandonaron el falso pretexto de la «represalia» y simplemente dejaron de justificar lo que hacían.

En este sentido, existe una correlación entre la forma en que se desarrolló la limpieza étnica en 1948 y en las operaciones de los israelíes en Gaza hoy en día.   En 1948, los dirigentes se justificaban a sí mismos cada masacre cometida, incluida la infame masacre de Deir Yassine del 9 de abril, como la reacción a una acción palestina: podría haber sido tirar piedras al autobús o atacar un asentamiento judío, pero tenía que presentarse interna y externamente como algo que no surge de la nada, como defensa propia. De hecho, por eso el ejército israelí se llama «Fuerzas de Defensa Israelíes».  Pero como se trata de un proyecto colonial de colonos, no puede confiar todo el tiempo en las «represalias».

Las fuerzas sionistas comenzaron la limpieza étnica durante la Nakba en febrero de 1948, durante un mes todas estas operaciones se presentaron como represalias a la oposición palestina al plan de partición de la ONU de noviembre de 1947. El 10 de marzo de 1948, los dirigentes sionistas dejaron de hablar de represalias y adoptaron un plan maestro para la limpieza étnica de Palestina.  Desde marzo de 1948 hasta finales de 1948, la limpieza étnica de Palestina que condujo a la expulsión de la mitad de la población palestina, a la destrucción de la mitad de sus pueblos y a la desarabización de la mayoría de sus ciudades, se llevó a cabo como parte de un plan maestro sistemático e intencionado de limpieza étnica.

Del mismo modo, tras la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza en junio de 1967, cada vez que Israel quería cambiar fundamentalmente la realidad o emprender una operación de limpieza étnica a gran escala, prescindía de la necesidad de justificación.

Hoy asistimos a un patrón similar. Al principio las acciones se presentaron como represalias a la operación Tufun al-Aqsa, pero ahora se trata de la guerra denominada «espada de guerra», cuyo objetivo es devolver Gaza al control directo de Israel, pero limpiando étnicamente a su población mediante una campaña de genocidio.

La gran pregunta es ¿por qué los políticos, periodistas y académicos de Occidente cayeron en la misma trampa en la que habían caído en 1948? ¿Cómo es posible que todavía hoy se crean la idea de que Israel se está defendiendo en la Franja de Gaza?  ¿Que está reaccionando a las acciones del 7 de octubre?

O tal vez no estén cayendo en la trampa.  Puede que sepan que lo que Israel está haciendo en Gaza es utilizar el 7 de octubre como pretexto.

En cualquier caso, hasta ahora, el hecho de que los israelíes invoquen un pretexto cada vez que agreden a los palestinos ha ayudado al Estado a mantener el escudo de inmunidad que le permitía llevar a cabo sus políticas criminales sin temor a ninguna reacción significativa de la comunidad internacional.  El pretexto ayudó a acentuar la imagen de Israel como parte del mundo democrático y occidental y, por tanto, más allá de cualquier condena y sanción.  Todo este discurso de defensa y represalias es importante para el escudo de inmunidad del que goza Israel por parte de los gobiernos del Norte Global.

Pero al igual que en 1948, también hoy Israel, a medida que se prolonga su operación, prescinde del pretexto, y es entonces cuando incluso a sus mayores apoyos les resulta difícil respaldar sus políticas. La magnitud de la destrucción, las matanzas masivas en Gaza, el genocidio, están a tal nivel que a los israelíes les resulta cada vez más difícil persuadirse incluso a sí mismos de que lo que están haciendo es realmente autodefensa o reacción.  Así pues, es posible que en el futuro cada vez a más gente le resulte difícil aceptar esta explicación israelí del genocidio en Gaza.

Para la mayoría de la gente está claro que lo que hace falta es un contexto y no un pretexto. Histórica e ideológicamente, está muy claro que el 7 de octubre se utiliza como pretexto para completar lo que el movimiento sionista fue incapaz de completar en 1948.

En 1948 el movimiento colonial de colonos del sionismo utilizó un conjunto particular de circunstancias históricas sobre las que he escrito en detalle en mi libro The Ethnic Cleansing of Palestine (La limpieza étnica de Palestina), para expulsar a la mitad de la población de Palestina.  Como ya he mencionado, en el proceso destruyeron la mitad de los pueblos palestinos, demolieron la mayoría de las ciudades palestinas y, sin embargo, la mitad de los palestinos permanecieron dentro de Palestina.  Los palestinos que se convirtieron en refugiados fuera de las fronteras de Palestina continuaron la resistencia de los palestinos y por lo tanto el ideal colonial de los colonos de eliminar al nativo no se cumplió e incrementalmente Israel utilizó todo su poder desde 1948 hasta hoy para continuar con la eliminación del nativo.

La eliminación del nativo desde el principio hasta el final incluye no sólo una operación militar, por la que se ocupa un lugar, se masacra a la gente o se la expulsa.  La eliminación tiene que estar justificada o convertirse en una inercia y la forma de hacerlo es la deshumanización constante de aquellos a los que pretendes eliminar.  No se puede matar masivamente a la gente o genocidar a otro ser humano a menos que se le deshumanice.  Así pues, la deshumanización de los palestinos es un mensaje explícito e implícito que se transmite a los judíos israelíes a través de su sistema educativo, su sistema de socialización en el ejército, los medios de comunicación y el discurso político. Este mensaje debe transmitirse y mantenerse si se quiere completar la eliminación.

Así que estamos asistiendo a un nuevo intento especialmente cruel de completar la eliminación. Sin embargo, no todo es inútil. De hecho, irónicamente, esta particular destrucción inhumana de Gaza expone el fracaso del proyecto colonial de los colonos del sionismo. Esto puede sonar absurdo, porque estoy describiendo un conflicto entre un pequeño movimiento de resistencia, el movimiento de liberación palestino, y un poderoso Estado con una maquinaria militar y una infraestructura ideológica centradas únicamente en la destrucción del pueblo autóctono de Palestina. Este movimiento de liberación no tiene una alianza fuerte detrás de él, mientras que el estado al que se enfrenta, goza de una poderosa alianza detrás de él – desde los Estados Unidos a las corporaciones multinacionales, las empresas de seguridad de la industria militar, los medios de comunicación dominantes y la academia dominante – estamos hablando de algo que casi suena desesperado y deprimente porque tienes esta inmunidad internacional para las políticas de eliminación que comienzan desde las primeras etapas del sionismo hasta hoy.  Parecerá probablemente el peor capítulo del intento israelí de impulsar las políticas de eliminación a un nuevo tipo de nivel en un esfuerzo mucho más concentrado de matar a miles de personas en un corto período de tiempo como nunca se han atrevido a hacer antes.

Entonces, ¿cómo puede ser también un momento de esperanza? En primer lugar, este tipo de entidad política, un Estado, que tiene que mantener la deshumanización de los palestinos para justificar su eliminación es una base muy inestable si miramos hacia un futuro más lejano.

Esta debilidad estructural ya era evidente antes del 7 de octubre y parte de esta debilidad es el hecho de que si se quita el proyecto de eliminación, hay muy poco que una al grupo de personas que se definen a sí mismas como la nación judía en Israel.

Si excluyes la necesidad de luchar y eliminar a los palestinos, te quedas con dos bandos judíos enfrentados, que vimos realmente luchando en las calles de Tel Aviv y Jerusalén hasta el 6 de octubre de 2023.  Enormes manifestaciones entre judíos laicos, aquellos que se describen a sí mismos como judíos laicos -en su mayoría de origen europeo- que creen que es posible crear un estado democrático pluralista mientras se mantiene la ocupación y el apartheid hacia los palestinos dentro de Israel, se enfrentaban a un nuevo tipo de sionismo mesiánico que se desarrolló en los asentamientos judíos de Cisjordania, lo que yo llamé en otro lugar el Estado de Judea, que apareció de repente entre nosotros, creyendo que ahora tienen la forma de crear una especie de teocracia sionista sin ninguna consideración por la democracia, y creyendo que ésta es la única visión para un futuro Estado judío.

No hay nada en común entre estas dos visiones, aparte de una cosa: a ambos campos no les importan los palestinos, ambos campos creen que la supervivencia de Israel depende de la continuación de las políticas de eliminación hacia los palestinos. Esto no se va a sostener.  Esto va a desintegrarse e implosionar desde dentro porque en el siglo XXI no se puede mantener unido un Estado y una sociedad sobre la base de que su sentido compartido de pertenencia es formar parte de un proyecto genocida eliminatorio. Puede funcionar definitivamente para algunos, pero no puede funcionar para todos.

Ya hemos visto indicios de ello antes del 7 de octubre, como israelíes que tienen oportunidades en otras partes del mundo debido a su doble nacionalidad, sus profesiones y sus capacidades financieras, están pensando seriamente en trasladar tanto su dinero como a ellos mismos fuera del Estado de Israel.  Lo que quedará es una sociedad económicamente débil, dirigida por este tipo de fusión de sionismo mesiánico con racismo y políticas eliminatorias hacia los palestinos.  Sí, la balanza de poder al principio estaría del lado de la eliminación, no con las víctimas de la eliminación, pero la balanza de poder no es sólo local, la balanza de poder es regional e internacional, y cuanto más opresivas sean las políticas eliminatorias (y es terrible decirlo pero es cierto) menos se podrán encubrir como «respuesta» o «represalia» y más se verán como una brutal política de genocidio. Por lo tanto, es menos probable que la inmunidad de la que goza Israel hoy continúe en el futuro.

Por lo tanto, realmente creo que en este momento tan oscuro lo que estamos viviendo -y es un momento oscuro porque la eliminación de los palestinos ha pasado a un nuevo nivel- no tiene precedentes. En términos del discurso empleado por Israel, y de la intensidad y el propósito de las políticas eliminatorias, no hubo un periodo así en la historia, esta es una nueva fase de la brutalidad contra los palestinos.  Ni siquiera la Nakba, que fue una catástrofe inimaginable, se puede comparar con lo que estamos viendo ahora y con lo que vamos a ver en los próximos meses. En mi opinión, estamos en los tres primeros meses de un periodo de dos años que será testigo del peor tipo de horrores que Israel puede infligir a los palestinos.

Pero incluso en este oscuro momento debemos comprender que los proyectos coloniales de los colonos que se desintegran siempre utilizan los peores medios para intentar salvar su proyecto.  Así ocurrió en Sudáfrica y en Vietnam del Sur.  No digo esto como un deseo, ni como un activista político: Lo digo como estudioso de Israel y Palestina con toda la confianza de mis cualificaciones académicas. Sobre la base de un sobrio examen profesional, afirmo que estamos asistiendo al final del proyecto sionista, no cabe duda.

Este proyecto histórico ha llegado a su fin y se trata de un final violento: este tipo de proyectos suelen derrumbarse violentamente, por lo que se trata de un momento muy peligroso para las víctimas de este proyecto, y las víctimas son siempre los palestinos junto con los judíos, porque los judíos también son víctimas del sionismo. Por lo tanto, el proceso de colapso no es sólo un momento de esperanza, es también el amanecer que surgirá después de la oscuridad, y es la luz al final del túnel.

Sin embargo, un colapso así produce un vacío. El vacío aparece de repente; es como un muro que se erosiona lentamente por las grietas que se abren en él, pero luego se derrumba en un breve instante. Y hay que estar preparado para esos derrumbes, para la desaparición de un Estado o la desintegración de un proyecto colonial de colonos. Vimos lo que ocurrió en el mundo árabe, cuando el caos del vacío no fue llenado por ningún proyecto constructivo y alternativo; en tal caso el caos continúa.

Una cosa está clara, quien piense en la alternativa al Estado sionista no debe buscar en Europa u Occidente modelos que sustituyan al Estado que se derrumba. Hay modelos mucho mejores que son locales y son legados de los pasados recientes y más lejanos del Mashraq (el Mediterráneo oriental) y del mundo árabe en su conjunto. El largo periodo otomano cuenta con modelos y legados de este tipo que pueden ayudarnos a tomar ideas del pasado para mirar hacia el futuro.

Estos modelos pueden ayudarnos a construir un tipo de sociedad muy diferente que respete las identidades colectivas así como los derechos individuales, y que se construya desde cero como un nuevo tipo de modelo que se beneficie del aprendizaje de los errores de la descolonialización en muchas partes del mundo, incluido el mundo árabe y África. Es de esperar que esto cree un tipo diferente de entidad política que tendría un impacto enorme y positivo en el mundo árabe en su conjunto.

29/9/2024.

*Ilan Pappées Catedrático de Historia, de origen judio, y Director del Centro Europeo de Estudios Palestinos de la Universidad de Exeter. Es autor de numerosos libros, el más reciente de los cuales es The Biggest Prison on Earth: A History of the Israeli Occupation of Palestine (Oneworld, 2015), The Idea of Israel (Verso, 2014) y The Modern Middle East; A Social and Cultural History (Routledge, 2014).

Escribe Prensa UIT-CI

Vladmir Ilich Ulianov, quien pasaría a la historia con el seudónimo de Lenin, nació un 22 de abril de 1870 y dejó de existir el 21 de enero de 1924. Precisamente se está cumpliendo un centenario de su muerte.

En el VIII congreso de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), realizado el pasado mes de diciembre, se acordó llevar adelante durante este año una campaña de propaganda y difusión en homenaje a Lenin, principal dirigente de la Revolución Bolchevique, fundador del Estado Soviético y de la Tercera Internacional. En la misma presentaremos una serie de artículos sobre sus diversas facetas como revolucionario internacionalista, así como otros materiales, charlas, etc.

 

21/01/2024 Charla de homenaje a Lenin a 100 años de su fallecimiento

Al cumplirse 100 años de la muerte del revolucionario ruso Vladimir Lenin (21 de enero de 1924) se realizó en la ciudad de Barcelos, Portugal, una charla de homenaje. El evento se produjo en este 21 de enero de 2024 en la sede del MAS (Movimiento Alternativa Socialista), sección portuguesa de la UIT-CI.

La charla estuvo a cargo de Miguel Sorans, de Izquierda Socialista (Argentina) y Josep Lluís, de Lucha Internacionalista (Estado Español), ambos dirigentes de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI). Renata Cambra, dirigenta del MAS estuvo en la mesa coordinando el evento.

Lenin, fue el principal dirigente de la Revolución Rusa de 1917, dirigente del partido Bolchevique, fundador del Estado Soviético y de la Tercera Internacional en 1919.

Se ratificó la vigencia del legado político, práctico y teórico de Lenin, resaltando la importancia de continuar la lucha construyendo partidos revolucionarios y la UIT-CI, para seguir organizados para pelear por el fin del sistema capitalista-imperialista logrando gobiernos de las y los trabajadores y un verdadero Socialismo con democracia para el pueblo trabajador en todo el mundo.

Se reproduce un video con una breve síntesis de la charla-homenaje



21/01/24. «A cien años de la muerte de Lenin»

Lenin internacionalista proletario

Lenin fue sin ninguna duda, el más avezado e importante seguidor de las ideas de Marx y Engels. Fue quien llevó a la concreción los planteamientos del marxismo, expresado en la revolución bolchevique y en la fundación del primer estado de obreros y campesinos en el mundo: La Unión Soviética.

21/01/24. «¿Por qué Lenin sigue vigente en el siglo XXI?»

El 21 de enero se cumplen cien años de la muerte de Lenin. Con este artículo, desde Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de las y los Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) iniciamos una campaña de homenaje y reivindicación del histórico dirigente bolchevique, quién encabezó la Revolución Rusa junto a León Trotsky.

03/02/24. «Militante socialista destaca logros de Lenin y lamenta que Argentina se someta al imperialismo»

Rosario Kairuz, una militante socialista de Argentina, sostiene que Lenin entendió la idea de cambiar el mundo y como revolucionario logró hacerlo. Destaca que su memoria persiste en la actualidad y es un referente para la clase trabajadora. Sin embargo, lamenta que un siglo después de la muerte de Lenin, Argentina siga sometida al imperialismo.
25/01/24. «En Barcelos, Portugal, charla de homenaje a Lenin a 100 años de su fallecimiento»
El 21 de enero, en la sede del MAS (Movimiento Alternativa Socialista) de Barcelos, Portugal, se hizo una charla con Miguel Sorans, da Izquierda Socialista (Argentina) y Josep Lluís, de Lucha Internacionalista (Estado Español), ambos dirigentes de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) para homenajear a Vladimir Lenin al cumplirse 100 años de su muerte (21 de enero de 1924). Renata Cambra, dirigenta del MAS estuvo en la mesa coordinando el evento.

07/03/24

Reeditamos un texto de León Trotsky, escrito en 1932, cuyo objetivo fue divulgar el testamento de Lenin. Este lo dictó cuando ya estaba gravemente enfermo. La última propuesta de Lenin era contundente: sacar a Stalin del cargo de secretario general.
Stalin y los burócratas que tomaron el poder en la URSS escondieron estas páginas por más de 30 años. Después de la muerte de Stalin fue publicado oficialmente.
Es un texto para seguir debatiendo la vigencia de la experiencia de los primeros años de la Revolución Rusa y del legado de Lenin, a 100 años de su muerte.

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En una entrevista en LN+ el presidente Javier Milei atacó a la artista, mostrando una vez más su violencia y misoginia. En dicha entrevista, realizada por dos periodistas varones, Milei habló contra el desarrollo de la cultura en general y en particular contra Lali quien en el festival de Cosquín se había pronunciado en defensa de la cultura.

Lali, es una de las artistas argentinas que viene manifestándose contra la violencia patriarcal que representa el gobierno de Milei y está siendo atacada por por alzar su voz en defensa de las trabajadoras y trabajadores de la cultura.

Desde Isadora, nos solidarizamos con Lali y con todas y todos los artistas que se animan a denunciar las políticas de saqueo y ajuste que el gobierno está llevando adelante especialmente contra la cultura.

#lali #solidaridadconlali #apoyoalali


Escribe José Castillo, Izquierda Socialista/FIT-Unidad 

Reapareció Cristina Fernández con un extenso documento titulado “Argentina en su tercera crisis de deuda”. Hizo un repaso histórico señalando que el gran problema de los últimos 40 años es el endeudamiento externo. Pero en su texto encubre las responsabilidades del peronismo en este período. No ofrece ninguna salida para enfrentar a Milei y su plan motosierra. Peor aún, justificó la necesidad de una reforma laboral, abrió el debate para que se acepten algunas privatizaciones, justificó la alianza pública-privada y de paso elogió a Trump y defendió al Estado sionista de Israel. 

La jefa del kirchnerismo estaba en un mutismo absoluto desde la asunción del gobierno ultraderechista de Milei. Seguramente muchas compañeras y compañeros, viendo la ausencia de los principales referentes del gobierno anterior, piensen “por fin” apareció Cristina. Veamos para qué.
Digamos primero que varios miembros del gabinete de Milei salieron rápidamente a responder por las redes diciendo que era una vergüenza que saliera a hablar, que debía “guardar silencio” u hasta insultos de sus seguidores. Repudiamos esas respuestas de funcionarios que se dedican diariamente a hambrear al pueblo trabajador y a garantizarle sus negocios a los grandes capitalistas y buitres de la deuda. En algunos casos, como el del ministro Luis “Toto” Caputo, con plenas responsabilidades no sólo en el ajuste actual, sino en el que en su momento llevó adelante Mauricio Macri.
Dicho esto, el largo texto de Cristina Fernández está muy lejos de ofrecer una salida favorable que hoy está necesitando el pueblo trabajador para enfrentar el plan motosierra de Milei. Analicémoslo detalladamente.

La deuda externa y sus responsables

La ex vicepresidenta coloca el endeudamiento externo como el responsable principal de los problemas económicos desde 1983 a esta parte. Coincidimos, sin duda. Más aún, durante todo ese tiempo fue la izquierda, muchísimas veces en soledad, la que denunció que el endeudamiento externo es ilegal, ilegítimo y fraudulento desde sus orígenes en la dictadura mediante un genocidio, la cual siguieron pagando todos los gobiernos capitalistas hasta el día de hoy. Deuda que es la causa última de todos los planes de ajuste que vienen sumiendo a nuestro país en la postración.
Cristina pone énfasis en la responsabilidad de la dictadura militar y en la del macrismo, señalando que el radicalismo de Alfonsín “no supo o no pudo” resolver el tema. Pero disimula la responsabilidad en la continuidad y crecimiento del endeudamiento de los gobiernos peronistas, que gobernaron 28 años de los últimos 40 (10 con Menem, dos con Duhalde, 12 con el kirchnerismo y cuatro donde cogobernaron los K con Alberto Fernández y Massa). Con Menem (gobierno que los Kirchner apoyaron plenamente) no sólo se entregó el país con las privatizaciones y se generaron centenares de miles de desocupados, sino que también se siguió pagando la deuda externa, aumentándola en 100.000 millones de dólares.
El kirchnerismo inventó que durante sus gobiernos la Argentina se había “desendeudado”. ¡Mentira! Los números son clarísimos: asumieron con 190.000 millones de deuda externa, pagaron en efectivo a lo largo de 12 años 200.000 millones (número reconocido en su momento por la propia Cristina) y cuando se fueron, en 2015, la deuda había subido a 240.000 millones.
Cristina dice en su texto, citando al ex ministro de Economía de Mauricio Macri, Nicolás Dujovne, que el propio macrismo había reconocido dicho “desendeudamiento”. Efectivamente, coincidieron en la mentira Cristina y Macri. El gobierno del PRO lo hizo para justificar que podía entonces comenzar su propio “ciclo de endeudamiento”, haciendo crecer la deuda en otros 150.000 millones de dólares. Esta mentira de Dujovne dejó de ser utilizada por el propio macrismo cuando, en 2018, al entrar en crisis por no poder cumplir con sus propios vencimientos, giraron 180 grados y empezaron a decir que toda la toma de deuda había sido para pagar “los vencimientos que había dejado el kirchnerismo”. En síntesis, macristas y kirchneristas quedaron enredados en sus propios dobles discursos, acusándose mutuamente de ser los endeudadores, cuando la realidad es que ambos (al igual que todos los gobiernos anteriores) pagaron miles de millones a los usureros internacionales y al FMI, mientras se siguió incrementando exponencialmente el endeudamiento externo.
En el largo recorrido histórico que hace Cristina Fernández en su texto, hay un hecho ausente, el Argentinazo de 2001, esa rebelión popular que obligó a declarar el no pago (default) a fines de ese año de parte sustancial de la deuda externa. Cristina hace silencio porque justamente el no pago arrancado por el pueblo a fines de 2001 fue lo que permitió que la economía se reactivara en los años siguientes, hasta que en 2006 Néstor Kirchner abonó por adelantado casi 10.000 millones de dólares al FMI y realizó el primer canje de deuda. Canje que (al igual que el segundo de 2010) no fueron otra cosa que grandes negociados para los acreedores, a diferencia de lo que sostuvo en su momento el kirchnerismo y que Cristina vuelve a reivindicar en su texto.

Kirchnerismo, menemismo y privatizaciones

Cristina varias veces se refiere a la responsabilidad de “las políticas neoliberales”. Cita directamente a la dictadura militar y al macrismo. Si bien algunas veces incluye “la política de los 90”, se cuida muy bien de hacer una crítica directa al menemismo. El motivo es claro. Néstor Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz, y la propia Cristina, legisladora nacional en esos años, fueron claramente menemistas. Más aún, defendieron a su ministro Domingo Cavallo. Un punto cúlmine de ese apoyo se dio en 1993 con la privatización de YPF. En el texto que ahora publica la ex vicepresidenta, increíblemente, defiende esa privatización, señalando que los problemas recién se produjeron en 1998 cuando se vendió la empresa totalmente a Repsol. Esta afirmación, que a algunas compañeras y compañeros puede parecerles novedosa, no lo es cuando observamos cómo el kirchnerismo, en sus largos 12 años de gobierno, dejó sin tocar la inmensa mayoría de las privatizaciones, y cuando se tuvo que hacer cargo de algunas empresas, fue por virtual “abandono” de sus antiguos dueños privados y las reestatizó lo más parcialmente que pudo (como fue el caso de la propia YPF).
Cristina hace en su texto una amalgama del peronismo del 45 con los años de gobierno kirchnerista diciendo que fueron una continuidad. Nada más alejado de la realidad. Es como juntar agua con aceite. El primer peronismo, con todas sus contradicciones, tuvo una relativa independencia e incluso desarrolló un parcial enfrentamiento al imperialismo yanqui, lo que se expresó en las conquistas sociales del pueblo trabajador, pero también en la nacionalización de la banca, el comercio exterior (creación del IAPI), en la creación de decenas de empresas del estado y en la negativa a ingresar al FMI. En los 12 de años del kirchnerismo, en cambio, bajo un doble discurso “nacional y popular” se le dio continuidad al proceso de semicolonización de la Argentina que se venía profundizando desde la dictadura militar. El peronismo kirchnerista, en lo esencial, sostuvo el proceso de concentración de la economía en manos de los grandes pulpos nacionales y extranjeros. No modificó el esquema de país capitalista agroexportador
y del agronegocio, más allá de los roces que tuvo en 2008. Nunca tocó a los
monopolios exportadores (Cargill, Bunge, Dreyfus, Nidera), pactó con las mineras (Barrick Gold), con Chevron y otras multinacionales del petróleo para Vaca Muerta y jamás reestatizó la energía, los teléfonos o los puertos. Solo obligados por la crisis o la retirada de las multinacionales se hizo cargo de YPF, AYSA, Aerolíneas Argentinas y las AFJP (e incluso en el caso de éstas últimas utilizó sus fondos para pagar deuda externa).

El peronismo avaló el endeudamiento de Macri y pactó con el FMI

Cristina denuncia una vez más la estafa de la deuda del macrismo, incluyendo el escandaloso acuerdo con el FMI. Sin embargo, no dice lo obvio. Todos los componentes del Frente de Todos cuando asumieron en 2019, se comprometieron a pagarla, reconociéndola de hecho y actuaron en consecuencia. Acá está el centro del desastre al que llevó el gobierno de Alberto, Cristina y Massa, que terminó con una gran inflación y desigualdad social, pulverizando los salarios y las jubilaciones mientras se le entregaban miles de millones de dólares a los bonistas privados y al FMI.
Cristina ahora critica un aspecto del canje de deuda con los acreedores privados realizado por el entonces ministro Martín Guzmán en agosto de 2020 (dice que “estuvo bien” pero que no hubo quita de capitales ni rebaja de intereses), pero en su momento lo apoyó plenamente y no dio a conocer (ni ella ni nadie del kirchnerismo) ninguna queja. Las y los diputados kirchneristas, incluido Máximo Kirchner, lo votaron.
Luego la ex vicepresidenta se refiera al acuerdo de Alberto Fernández con el FMI, explicando que no estuvieron de acuerdo. Pero a la vez aprueba como algo correcto no “obstaculizar la acción del gobierno”. O sea, se opusieron como “saludo a la bandera” y permitieron que se firmara ese acuerdo que, como reconoce la propia Cristina, fue el factor central del mega ajuste llevado adelante en los dos últimos años del gobierno del Frente de Todos.

Cristina no llama a enfrentar a Milei, ni a que se deje de pagar la deuda o se rompa con el FMI

Cristina en la parte final de su texto se refiere al nuevo gobierno de Milei. Le critica su liberalismo extremo, señalando que no funciona en ninguna parte del mundo. Pero lo increíble son los ejemplos que decide utilizar para ilustrar esta afirmación. Al hacerlo termina elogiando a Donald Trump y, peor aún, al Estado de Israel, afirmando que el desarrollo de éste se debe a “un Estado fuerte, presente y eficiente”, escondiendo su política colonialista genocida contra el pueblo palestino.
Cristina en ningún momento caracteriza al gobierno de Milei como lo que es, de ultraderecha, y no denuncia su plan de guerra contra el pueblo trabajador, ni mucho menos la feroz política represiva puesta en marcha por la ministra Bullrich. Se da el lujo incluso de aconsejarle que tenga cuidado, no vaya a ser que quede “condicionado” por el macrismo.
Finalmente, enuncia una serie de propuestas. Muchas de ellas son guiños a algunas de las políticas que plantea La Libertad Avanza. Así, por ejemplo, deja abierta la puerta para debatir una la flexibilización laboral (“que brinde respuestas a las nuevas formas de relaciones laborales”). Plantea algún tipo de incorporación de capital privado a las empresas estatales. O incluso señala que “no se debe dejar a los chicos sin clases”, en un virtual ataque contra los trabajadores de la educación y su derecho a huelga.

Contra el plan motosierra el peronismo no es salida, la salida es el Frente de Izquierda

Cristina le dedica largos párrafos a la deuda externa. Pero jamás enuncia la salida más básica y la única posible si se quiere romper con esta trampa mortal: dejar de pagarla. Es lo que desde la izquierda venimos planteando desde hace 40 años. Es lo que dijimos mientras el peronismo kirchnerista nos mentía y decía que ellos “nos estaban desendeudando”. Es lo que planteamos frente a la nueva y fraudulenta deuda del macrismo, mientras el Frente de Todos la reconocía y pagaba. Y es lo que ahora desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad seguimos planteando bajo Milei.
En el largo texto de Cristina no figura pelear por algo tan básico como un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones. Habla de fuga de capitales e incluso da ejemplos de escándalos de contrabando, pero ni se le cruza por la cabeza que la salida es la nacionalización de la banca y el comercio exterior para combatir “la escasez de dólares”, como varias veces señala. Nuevamente, sólo la izquierda pelea por eso.
Para enfrentar al plan motosierra lo que hay que continuar la pelea que miles, dese distintos sectores ya salieron a dar, reclamando a la CGT y las CTA un nuevo paro nacional y un plan de lucha. Cristina, sabiendo de la influencia que tiene su palabra sobre una parte muy importante de la burocracia sindical peronista, no dice una palabra al respecto. Otra vez, es el reclamo que llevamos adelante desde el sindicalismo combativo y la izquierda.
Cristina rompió su silencio. Pero de sus dichos, como de la propia experiencia del pueblo trabajador con los gobiernos peronistas, se desprende más que nunca la necesidad de fortalecer otra alternativa política, distinta al peronismo, como lo es el Frente de Izquierda Unidad al cual desde Izquierda Socialista llamamos a fortalecer, que postula como salida de fondo que gobiernen los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina Socialista con democracia para el pueblo trabajador.

 

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Escribe Nicolás Núñez, referente de Ambiente en Lucha y de Izquierda Socialista/FIT Unidad.

Los últimos doce meses superaron el 1,5º de aumento de la temperatura global

En 2015, la así llamada “Comunidad Internacional” quiso afirmar su soberanía sobre el planeta, y desde la Cumbre de París, la casi totalidad de países integrantes de la ONU se propusieron buscar que hacia fin de siglo la temperatura global no aumente más allá del grado y medio de la temperatura de los tiempos pre-industriales, dado que esto comenzaría a abrir una total incertidumbre respecto de la sostenibilidad de los ecosistemas que hicieron posible el desarrollo de la vida tal como la conocemos.

Sin embargo, los últimos doce meses, desde febrero de 2023 a enero 2024, superaron la meta del 1,5º. Lo informó en los últimos días Copernicus, el Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea. Diciembre de 2023, por caso, se ubicó en un 1,7º superior. Particularmente, el 31/1 de 2024, alcanzó los 1,92º. Febrero arrancó como lo vemos con olas de calor récords e incendios en toda América del Sur y África, con temperaturas de más de 30º en el “invierno” europeo, con la temperatura de los océanos del norte por encima de los 21º.

En primer lugar, digamos que esto ratifica que los órganos del imperialismo y sus jerarquías institucionales, pueden servir para domesticar a las nacionalidades oprimidas, imponerles políticas, expoliarlas vía deudas externas, etcétera. Pero no sirven para poner en regla al capital. O bien, le sirven para simular una democracia global, mientras se garantiza que las multinacionales y el capital hagan y deshagan el planeta a su antojo.

¿El haber superado esa barrera da cuenta de que todos los meses próximos tendrán una temperatura superior, es decir, que ya se superó definitivamente el 1,5º? No necesariamente. El aumento actual tiene algunos empujes particulares, como el fenómeno estacional de “El Niño”, que distintos estudios plantean que podría finalizar pronto; la erupción de un volcán sub-oceánico en Tonga en 2022 y sus efectos sobre la atmósfera al arrojar masivamente vapor de agua; y potencialmente también, una modificación legal de los fletes marítimos que al imponer la reducción del contenido de azufre de las emisiones de los barcos, habría terminado con un cierto bloqueo al ingreso de rayos solares generado por la presencia en la atmósfera de esos gases contaminantes en los años previos.

Pero aún quitando estos potenciadores, la tendencia es clara, y los compromisos de políticas para no superar el 1,5º probablemente pasen pronto y sin mediaciones de los cajones donde fueron archivados al tacho de basura de la historia.  

¿Terraformar o desconocer?

En algún momento del siglo pasado, ante los primeros signos de agotamiento planetario, la ciencia ficción construyó el imaginario de la “Terraformación”, la idea de ir hacia el universo desconocido para descubrir algún planeta que pueda ser formateado para adaptarlo a las necesidades de la vida humana. Más acá en el tiempo, el pensamiento tecno-optimista, invirtió esa búsqueda en clave de un programa “realista” ante la perspectiva de la crisis sistémica: terraformemos la tierra, una especie de “Make la Tierra Habitable Again”.     

La evidencia empírica está dando cuenta que todo se invirtió. Bien entrada la tercera década del siglo XXI, ni se encontraron planetas habitables, ni se logró revertir el rumbo de catástrofe. Lo desconocido, lo que antes estaba en el exterior, ahora está acá: la Tierra irá siendo, en las décadas por venir, un planeta distinto a lo que la civilización humana conoció hasta el momento.

Entonces, vemos cómo los meteorólogos proponen crear una nueva categoría de violencia de huracanes, porque las cinco existentes no cobijan la potencia de los desmanes que empieza a ser padecida. Vemos también como los mapas que iban pintando de alguna tonalidad rojiza cada vez más oscura las anomalías climáticas deben salir del eje cromático e introducir algún nuevo color para pintar los récords que se rompen temporada a temporada. Vemos florecer antes de tiempo, y más bien, vemos que las cuatro estaciones que conocimos no guardan entre sí la relación con las que las habitamos hasta el momento. Leemos cada vez más informes que plantean que el aumento de la temperatura de los mares y el derretimiento de los polos, podría en las próximas décadas hacer colapsar las corrientes marítimas que regulan el clima del planeta entero, y que no falta mucho para que atravesemos veranos sin hielo en el polo norte, y sabremos qué costas amenazará el agua que alguna vez fue hielo.


¿Esta afirmación sobre la magnitud de los cambios planetarios es una exageración socialista para atentar contra la libertad del capital? Eso diría el Javier Milei de Davos. Pero no. “The 2023 state of the climate report: Entering uncharted territory” (Informe del estado del clima de 2023: entrando en territorio inexplorado) es el título que los principales referentes de investigaciones climáticas de Oxford pusieron a su último informe anual.

Saben lo que hacen y lo hacen de todas formas

La realidad es que a la clase capitalista y sus gobiernos bien les cabe la fórmula en que el esloveno Slavoj Zizek actualizó en clave cínica el análisis del fetichismo ideológico. Si el “no saben que lo hacen, pero lo hacen de todas formas” de Marx representaba como las y los trabajadores intercambian valores generados por su propio trabajo mientras son explotados, en la actualidad según Zizek, “ saben muy bien lo que hacen, y lo hacen de todas formas”, da cuenta del manto de cinismo que cubre buena parte de las operaciones políticas ideológicas que vemos y cómo las atraviesan los distintos sujetos sociales. ¿Y cómo no ubicar ahí a la clase capitalista frente a la crisis climática?  

Efectivamente, las mayores responsabilidades en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) las tiene la quema de combustibles fósiles. Y es en particular necesario caerle a las empresas -petroleras en particular- que teniendo en sus manos desde mediados del siglo pasado informes que daban cuenta del efecto acumulativo de su contaminación en la atmósfera, potenciaron al máximo su explotación, y convirtieron al conjunto de la economía mundial en un organismo petro-dependiente. Hoy, incluso lo que comemos, hasta que lo sale de abajo del suelo, antes de llegar a los platos lleva en (traslado y fertilizantes) parvas de combustibles fósiles. La forma en que nos calefaccionamos en invierno y refrescamos en verano, la forma en que se producen vestimentas, que se producen utensillos de todo tipo plásticos, todo hoy depende de los combustibles fósiles. Es por su carácter transversal al conjunto de la vida, que tampoco debe sorprendernos que los más potentes bloques del capital financiero (Blackrock, Templeton, etcétera) sean alianzas con fuerte presencia en la industria fósil. 

Así las cosas, los informes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU, con sus bibliotecas y consensos científicos casi absolutos respecto del rol de las emisiones de GEI en el calentamiento en curso, están ahí para dar cuenta de que el capitalismo no puede ser otra cosa que esto: un tren sin chofer enfilado hacia la catástrofeSaben, de sobra, que están haciendo peligrar las condiciones de habitabilidad del planeta entero, potenciando fenómenos de migraciones climáticas de cientos de millones de personas en los tiempos por venir, agitando aún más la inestabilidad política, los conflictos bélicos y potenciando aún más la lucha de clases, pero aún así lo hacen.

El capitalismo y sus gobiernos actúan tomando de parámetro el crecimiento infinito de la economía (los PBIs) como si los bienes que brinda el planeta fueran infinitos; siembran confianza en que de algún lado aparecerán las soluciones técnicas al desastre climático como si el mercado fuera un asignador infalible de respuestas a problemas; las cumbres climáticas hacen como si los intereses de las multinacionales petroleras pudieran ser compatibilizados con los de la transición a una economía basada en recursos renovables, y como si la propiedad privada de los principales recortes de la economía fuera un medio eficaz para efectuar dicha mutación. Así, se firman compromisos de reducciones de GEI como si fueran a ser llevadas adelante, y desde lo firmado en 2016 debían cortarse a la mitad para 2030, y hasta el momento ningún año dejaron de aumentar.

Todo -y este es el meollo del asunto- porque si ya vimos en 2008 lo que pasó cuando quebraron un par de bancos dedicados a la especulación inmobiliaria y cómo el estallido de la burbuja arrastró a la economía global en su conjunto, ¿qué se hace ante el hecho de que, en última instancia, fundir/quebrar/expropiar a algunas de las principales empresas del planeta para terminar con el lucro de los combustibles fósiles es la forma más efectiva de no exponer a millones a la muerte por eventos climáticos extremos y conflictos armados derivados de la disputa por los recursos de un mundo que se agota? ¿Exageramos? ¿No es acaso una necesidad señalada por el propio IPCC que hay que dejar buena parte de los “recursos” declarados por las petroleras bajo tierra? ¿No son esos recursos pieza fundamental del valor en bolsa de esas empresas? ¿No están esas empresas profundamente atadas a los principales bancos y automotrices del planeta?

En definitiva, ¿quién pilotea la incertidumbre?

El capitalismo solo puede responder a los interrogantes planteados en el párrafo anterior con el programa de la barbarie: la superexplotación de les trabajadores, la re-edición de políticas de saqueo extractivista dignas de la época de la conquista de América, (que se efectúan de forma particularmente crueles hoy en África); y la amenaza permanente a los derechos democráticos a organizarse de los de abajo. ¿O acaso, por casa, no es eso lo que nos propone el gobierno de Javier Milei?

Desde el movimiento socioambiental no puede existir ningún abordaje a la dinámica de la crisis climática que no incorpore la realidad de las luchas de los y las trabajadoras y el pueblo contra los planes de ajuste cada vez más brutales de los gobiernos. Teniendo el mismo enemigo por delante, la necesidad de una transversalidad en la lucha es elemental. Si bien la salida de fondo implica imponer una perspectiva anti-capitalista, en lo inmediato tenemos que fortalecer reclamos urgentes que efectúen al menos un freno parcial a la amenaza de las más graves consecuencias posibles de la crisis climática. 

Los reclamos habituales de defensa de los territorios contra el avance extractivista que copan las agendas de lucha deben combinarse con la incorporación de la problemática de la crisis climática-global, tanto en el análisis como en las demandas. Las olas de calor sofocantes, los dramáticos incendios e inundaciones turnándose en espacio de semanas, las sequías que condenan las cosechas de las que depende buena parte de nuestras economías, tienen que poder utilizarse para explicar a dónde nos están llevando quienes gobiernan y la necesidad de pelear por medidas de fondo, verdaderamente drásticas. 

Se ha demostrado ineficaz pelear por “declaraciones de emergencia ambiental” que no vengan de la mano de compromisos de reducciones de emisiones controlables por el pueblo trabajador y la  comunidad científica científica comprometida con la realidad de los territorios. Lo mismo que los planes de transición energética que los gobiernos co-escriben junto a las multinacionales del sector. Tenemos que pelear por una transición energética y políticas de mitigación y adaptación ante la crisis climática que sean definidas y controladas por las y los trabajadores y las comunidades.

La piedra angular de esas políticas necesariamente es la re-estatización del conjunto de los bienes comunes energéticos, terminar con el lucro que hoy realizan tanto en el plano de la extracción, como en la generación y distribución las multinacionales y los grandes empresarios.

Contra políticas como la de Milei, que propone eliminar el criterio del abastecimiento interno, la re-estatización permitiría realizar un inventario intensivo, terminar con que las empresas declaren bajo mera declaración jurada los bienes existentes y exportados, y poner en pie un plan racional que priorice que a ningún hogar le falte nunca electricidad, refrigeración, calefacción, o la posibilidad de cocinar sus alimentos, y así mismo, garantizar que no falte energía a los sectores de la economía que se definan priorizar, atentando conscientemente contra el consumo de lujo del 1% más rico que es responsable de emisiones equivalentes a las del 66% más pobre de la humanidad. Está completamente comprobado que son los estados que no privatizaron sus bienes energéticos los que más velozmente han podido avanzar hacia la electrificación del sistema y reducir la dependencia del carbón y el petróleo. 

Esa planificación podrá avanzar en criterios de eficiencia energética, cuya piedra angular deberá ser abortar la quimera capitalista de pasar la actual planta de 1.400 millones de automóviles individuales a combustión fósiles a una de 1.400 millones de automóviles eléctricos, lo cual no resiste análisis de impacto ambiental ninguno y solo podría hacerse sobre la base de políticas como el saqueo y la destrucción total de los humedales del “triángulo del litio” (Argentina-Bolivia-Chile). El transporte público y masivo basado en ferrocarriles y subterráneos implicaría una reducción sustancial del consumo energético total.

Desde Ambiente en Lucha e Izquierda Socialista – FITU, entendemos que dos horizontes políticos centrales acompañan este repaso parcial de reclamos. 

En primer lugar, la pelea hasta las últimas instancias contra el negacionismo climático que gana fuerzas con personajes Javier Milei y Donald Trump, agentes directos del capital fósil y financiero. En nuestro país, derrotar el plan de ajuste, extractivismo extremo y represión del gobierno liberfacho es la principal tarea del movimiento socioambiental.

De la mano de eso, el movimiento socioambiental a nivel global debe dejar de pretender ubicarse “más allá de la política”, como si la gravedad de las amenazas que denuncia lo subiera a un pedestal desde el que podría omitir embarrarse en la lucha por el poder político. Tenemos por delante años tumultuosos, inciertos y dramáticos, donde lo central en todo momento y lugar será quién gobierne y ya describimos en extenso a dónde nos llevan los gobiernos capitalistas.

De la mano del impulso de la movilización, resulta clave dedicar esfuerzos a construir una herramienta política para que sean les trabajadores y la izquierda quienes tomen el mando de los tiempos por venir, y así construir de manera democrática una salida socialista ante rumbo de catástrofe al que -a todas luces- nos lleva el capitalismo.

 

Referencias
The 2023 state of the climate report: Entering uncharted territory, https://academic.oup.com/bioscience/article/73/12/841/7319571?login=false
¿Por qué la alternativa es el socialismo?, https://izquierdasocialista.org.ar/2020/index.php/blog/para-la-web/item/21883-por-que-la-alternativa-es-el-socialismo-izquierdasocialista
“La terraformación”, Benjamin Bratton, edita “Caja Negra”
Physics-based early warning signal shows that AMOC is on tipping course, https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adk1189
World ‘not prepared’ for climate disasters after warmest ever January, https://www.theguardian.com/environment/2024/feb/06/world-not-prepared-for-climate-disasters-after-warmest-ever-january?CMP=Share_iOSApp_Other
Hurricanes becoming so strong that new category needed, study says, https://www.theguardian.com/world/2024/feb/05/hurricanes-becoming-so-strong-that-new-category-needed-study-says?CMP=Share_iOSApp_Other

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