Aug 03, 2024 Last Updated 3:38 PM, Aug 2, 2024

Izquierda Socialista

El presidente del Sindicato de Docentes de Santa Marta (Colombia) y dirigente del Colectivo Unidos, organización hermana de Izquierda Socialista, Joaquín Linero participó del programa especial de Izquierda Socialista el lunes 17 con el diputado nacional Juan Carlos Giordano.
Entre sus principales definiciones se encuentran: […]”Las políticas económicas en favor de las grandes empresas, las multinacionales y la banca mundial generó un cúmulo de necesidades en el pueblo colombiano.” […]
“La clase política corrupta nos ha endeudado con los organismos internacionales como el Fondo Monetario y el Banco Mundial, de una manera brutal.” […]
“El gobierno de Duque-Uribe pretende imponernos un paquetazo económico como parte de esas recetas impuestas por el FMI y el Banco Mundial.” […]
“Eso ha hecho que el pueblo colombiano salga ala calle, por encima de las viejas direcciones sindicales, gremiales y políticas.” […] “desde el 28 de abril estamos en las calles […]
Hoy denunciamos la masacre dirigida por el gobierno contra los manifestantes” […]
[…] “En medio de este despertar es necesario que los sindicatos, las escuelas, los barrios y las fábricas, esta nueva dirección que hoy está en la calle, se unifique […]
el reto ahora es construir un verdadero pliego nacional de emergencia para confrontar al gobierno”. […]

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

El 16 de mayo hubo elecciones para la asamblea constituyente en Chile, que tiene que redactar una nueva Constitución. También hubo comicios regionales y de alcaldías.

La derecha de Piñera, Chile Vamos, y la Concertación, Partido Demócrata Cristiano y Partido Socialista, que se alternaban en el poder desde 1990 –cuando dejó el poder Pinochet–, conservando la Constitución que impuso la dictadura, sufrieron una catastrófica derrota. De conjunto, hubo un brusco giro a la izquierda con el triunfo de los “independientes” y del PC, con el Frente Amplio en tercer lugar.

Con una altísima abstención de 56%, como es habitual en Chile con elecciones no obligatorias, el partido de Piñera obtuvo apenas 20% de los votos, la Concertación 14% y perdió frente a la alianza del PC con el Frente Amplio, que sacó 19 por ciento. Pero el resultado inesperado, que pateó el tablero tradicional de la política chilena, fue el de los “independientes” que, divididos en varias listas, obtuvieron más de 40 por ciento.

Resultados similares hubo en alcaldías y gobernaciones, muchas ganadas por independientes y también por listas del PC y el Frente Amplio.
La lista A Darlo Vuelta Todo, integrada por el MST (UIT-CI) y el PTR (de Fracción Trotskista, que integra el PTS de Argentina), obtuvo 52.000 votos para la constituyente.
Los “independientes” son los que se organizaron por fuera de los partidos tradicionales y, aunque son heterogéneos, fueron divididos en varias listas y con un programa confuso. En general, reflejan la enorme rebelión popular originada en 2019 con la consigna ¡fuera Piñera! La Lista del Pueblo logró veinticinco constituyentes y la lista Independientes por una Nueva Constitución logró once diputados constituyentes, a los cuales hay que sumar diecisiete escaños reservados a los pueblos originarios.

La Lista del Pueblo, por ejemplo, “se define como un movimiento antisistema, según explica Daniel Trujillo, coordinador nacional de este movimiento que todavía no tiene sede ni dirección nacional [...] Habla de una institucionalidad ‘caduca’ y define a la Lista del Pueblo como ‘de izquierda’, pero sin ser anticapitalista” (El País, 17/5/2021).
La debacle política de los partidos patronales y reformistas de Chile y la irrupción de constituyentes independientes, que repudian a Piñera y al pinochetismo, abre una perspectiva de una asamblea constituyente de crisis y de pelea abierta por terminar con la Constitución de Pinochet.

 
 
 

No son pocos 500 números. Desde junio de 2006 venimos llevando adelante el apasionante trabajo de escribir, editar y publicar un periódico que busca analizar la realidad y brindar una perspectiva desde el punto de vista de los trabajadores, los jóvenes, el movimiento de mujeres y de las diversidades. Que saca a la luz las luchas y le da la palabra a sus referentes, muchísimas veces invisibilizados por los grandes medios, poniéndose incondicionalmente a su disposición. Que ayuda al fortalecimiento de las nuevas direcciones sindicales combativas que fueron surgiendo todos estos años. Que desarrolla campañas internacionales, mostrando las grandes movilizaciones, rebeliones y revoluciones que realizan los pueblos sometidos del mundo.

Pero la tarea de publicar 500 números de El Socialista fue solo una parte de la labor. La otra fue la inmensa actividad militante de compañeras y compañeros que todos estos años, y ahora también, llevan El Socialista a fábricas, oficinas, talleres, escuelas, facultades y barrios populares. Los que lo ofrecen en plazas y esquinas. Los que leen, comentan sus notas y las hacen circular.

La existencia de El Socialista se enlaza íntimamente con el objetivo de nuestro partido, Izquierda Socialista, que es la construcción de una alternativa política y sindical para la clase trabajadora. La pelea contra los partidos patronales, para que gobiernen los que nunca lo hicieron, los trabajadores y la izquierda.

La maldita pandemia hizo que nuestro número 500 saliera en edición digital. Por eso lo queremos festejar con vos, amiga o amigo lector, en este número 501, invitándote a ayudarnos a seguir difundiendo este periódico, dándolo a conocer a tus compañeros de trabajo, de estudio o vecinos y suscribiéndote por 500 pesos en la edición papel, o por 300 pesos en formato digital para así aportar a su financiamiento.

Pero te queremos proponer algo más, que entres a Izquierda Socialista. Que te sumes a nuestras reuniones y actividades. A que nos ayudes a hacer más grande el Frente de Izquierda Unidad. A fortalecer el Plenario del Sindicalismo Combativo, con el Pollo Sobrero, Ademys y los Suteba combativos, entre otros. A participar también de las campañas de la Unidad Internacional de las y los Trabajadores- Cuarta Internacional (UIT-CI). En síntesis, a que seas uno más en la apasionante tarea de construir, día a día, ladrillo a ladrillo, esta herramienta que pelea por una Argentina y un mundo socialistas.

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Latinoamérica se encuentra sacudida por una nueva rebelión popular contra los planes de ajuste, la miseria popular y la entrega. Otra vez los pueblos se levantan contra las recetas, que son las de siempre, del FMI y el imperialismo, las de someter al hambre, la desocupación y la marginación social a millones para garantizar las superganancias de unos pocos, las multinacionales, los pulpos acreedores y los grandes bancos. Ahora es Colombia, como antes fue Perú y, un poco más atrás, Ecuador y Chile.

Mientras tanto, en una Argentina sumida en plena segunda ola de la pandemia, con muertos que se cuentan de a cientos por día, con terapias intensivas colapsadas y, a la vez, con salarios y jubilaciones que se siguen cayendo cada vez con mayor velocidad frente a la inflación, corren ríos de tinta sobre la pelea de Alberto Fernández con Cristina. Conflicto que existe, es cierto, como parte de las disputas por espacios de poder dentro de la coalición del Frente de Todos. Pero al final lo que prima es la “foto de la unidad”, como se vio esta semana.

¿Pero existe una salida de fondo distinta entre Alberto Fernández, que con su ministro Martín Guzmán priorizan por enésima vez las negociaciones con el FMI y los acreedores, ahora en una nueva gira europea, y Cristina? ¿Realmente el peronismo kirchnerista está a favor de romper el acuerdo con el FMI?

Como la propia vicepresidenta se encargó de aclararlo muchas veces, no es esto lo que plantea. “Somos pagadores seriales” (los kirchneristas) es una de sus frases favoritas. “No decimos no pagar”, otra de sus aclaraciones, que acompañan y matizan sus discursos más radicalizados. Evidentemente hay diferencias tácticas acerca de cómo el peronismo debe encarar la ya inmediata campaña electoral, si se debe tratar de firmar el acuerdo con el Fondo ahora o patearlo para después de las elecciones. Temerosos, es cierto, de las consecuencias electorales del actual ajuste en curso. Y mirando de reojo lo que sucede cuando se quiere aplicar estos planes a fondo, como actualmente pasa en Colombia.

Sin embargo, y lo que queremos debatir con todos aquellos compañeros de trabajo, de estudio o vecinos de los barrios populares, es que no hay diferencias entre Alberto y Cristina en lo fundamental, los dos garantizan pagarle la deuda a los pulpos acreedores. Ninguno plantea un programa alternativo basado en aumentos de salarios o jubilaciones y ambos les siguen garantizando las superganancias a las empresas públicas privatizadas.

Del lado de la oposición patronal de Cambiemos, por su parte, no hay ningún planteo que le sirva al pueblo trabajador. Siguen atacando a los docentes enfrascados en una interna donde cada uno juega a diferenciarse colocándose “más a la derecha” mientras ajustan en los distritos donde gobiernan. Y, por si algo faltaba, Mauricio Macri vacunándose en Miami agrega un nuevo repudio popular a su figura.

Mientras tanto, sigue creciendo la bronca entre el pueblo trabajador. Nuevamente, tenemos que mirarnos en el espejo de Colombia. Por supuesto que, sin llegar a los niveles explosivos que se están dando allí, vemos que en nuestro país crecen los conflictos, se sale a pelear a pesar incluso de la traición de las burocracias de la CGT y las CTA, que dejan aisladas todas las luchas. El reciente conflicto de las trabajadoras y los trabajadores autoconvocados de la salud de Neuquén, donde todavía está planteado fortalecer el fondo de huelga ante los descuentos realizados por el gobierno, marcó que, con la lucha y organizados con nuevos dirigentes, se puede ganar. En Neuquén, producto de un largo conflicto por fuera de la dirección de ATE y de la CGT, surgió la Interhospitalaria, un nuevo organismo. También marcó el crecimiento de los reclamos a distintos niveles. Desde aquellos que están exigiendo aumento de salarios o defendiéndose de abusos de las patronales, como los conflictos desatados una vez más en el sector de salud (clínicas San Andrés y Constituyente, Hospital de Niños y Policlínico de San Justo, Hospital Gutiérrez de la capital, entre otros). O por trabajadores que exigen algo tan elemental como ser vacunados ante su exposición diaria al contagio, que es, junto con la recomposición salarial, lo que están reclamando los choferes autoconvocados de la UTA. También entran en conflicto los estatales nacionales con sus salarios pulverizados, o los trabajadores de Garbarino en defensa de sus fuentes de empleo. Solo recibiendo el apoyo del sindicalismo combativo, que integran los ferroviarios que encabeza el Pollo Sobrero, el Sutna, Ademys o los Suteba multicolor, mientras la CGT sigue en plena tregua, preocupada únicamente por su caja de las obras sociales.

Vemos entonces que el gobierno de Fernández y la oposición patronal de Cambiemos no ofrecen ninguna salida a los más urgentes reclamos del pueblo trabajador. Solo desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad venimos insistiendo en la necesidad de un plan económico de emergencia. Que otorgue un aumento de salarios para que nadie gane menos que la canasta familiar (estimada por los trabajadores de ATE Indec en 92.500 pesos), que le aumente a los jubilados para que todos alcancen la canasta de la tercera edad de 64.000 pesos, que otorgue un IFE de 40.000 a todo el que lo necesite. Que se incauten las dosis que se están produciendo en Garín y se garanticen así vacunas para todos y todas. Que ponga más recursos en salarios, puestos de trabajo e infraestructura sanitaria. Todo esto es posible, la plata está. Solo que para poderla aplicar a estos fines hay que dejar de pagar ya mismo la deuda externa y romper con el FMI, a la vez que implementar un impuesto de verdad a las grandes fortunas y a las superganancias de transnacionales y bancos.

Esta es, en síntesis, la propuesta que levantamos desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad, mientras apoyamos todas las luchas y nos jugamos a fortalecer al sindicalismo combativo frente a la traición de la burocracia. Es el desafío de construir una nueva dirección, política y sindical, para las trabajadoras y los trabajadores, tarea a la que te invitamos a sumarte.

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Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

El lunes 10, el gobierno de Duque citó al Comando Nacional de Paro a un “diálogo” con presencia de la Iglesia Católica. Mientras tanto, pese a la represión violenta y al Covid, continúan la masiva rebelión popular y el paro nacional en todo el país, con centenares de bloqueos (cortes) de ruta y caminos, con la consigna ¡Duque Chao!

Al salir de tres horas de reunión con Duque, el Comando Nacional de Paro dijo que “no se llegaron a acuerdos. No se ha mostrado empatía con las víctimas. Exigimos que se pare la masacre”. Informaron que presentaron un pliego de demandas y que llamaban a un nuevo paro el 12 de mayo.

El Comando llamó antes al paro el 28 de abril y el 5 de mayo. Pero los jóvenes, los indígenas que entraron en las ciudades y trabajadores, pararon ininterrumpidamente desde el 28 de abril hasta ahora. Y mayoritariamente no creen en ningún diálogo con Duque. ¡Quieren que se vaya!

El Comando Nacional de Paro (CNP) reúne a conducciones burocráticas de las tres centrales sindicales (CUT, CTC y CGT) y la Federación Colombiana de Educación (Fecode), que políticamente responden a la centroizquierda de Dignidad (ex Moir) y, en menor medida, el Partido Liberal. A esta política de “diálogo” se suman los sectores de la centroizquierda como Gustavo Petro, de Colombia Humana, y la Coalición de la Esperanza.

Petro salió segundo en las elecciones de 2018, que finalmente ganó Duque en segunda vuelta. Petro, la semana pasada envió un mensaje al Comando Nacional de Paro (CNP) diciéndole que “debieron haberse detenido cuando se retiró la reforma tributaria y proclamar el triunfo popular”. 

Pero el CNP hizo todo lo posible por frenar las protestas populares, como les pidió Petro, y no pudieron. Fueron totalmente desbordados por la movilización popular, que mantiene a millones en las calles hace quince días, pese a que la reforma tributaria que originó la movilización fue anulada. El paro siguió por otras demandas. Colombia tiene hoy 20 millones en extrema pobreza sobre 50 millones de habitantes. Hubo tres millones de infectados y 78.000 muertos por Covid-19. Por eso las demandas urgentes populares son muchas.

La represión criminal del gobierno con el Esmad (policía antidisturbios), el ejército y parapoliciales causó hasta el pasado sábado 47 muertos, 963 detenciones arbitrarias, 12 casos de violencia sexual, centenares de heridos y entre ellos 28 con graves lesiones oculares. Pese a esta extrema violencia y al Covid-19, los manifestantes se enfrentaron en verdaderas batallas callejeras que duraron horas con el Esmad, y en algunos casos los hicieron huir.

Colombia no es un hecho aislado

La actual rebelión popular en Colombia tiene antecedentes en las rebeliones populares latinoamericanas de 2019, en la propia Colombia, en Chile y en Ecuador. En todos los casos se iniciaron contra medidas económicas antipopulares y terminaron exigiendo que se vayan los gobiernos responsables, Piñera, de Chile, y Lenin Moreno, en Ecuador.

Aunque muchos creyeron que la pandemia había apagado esa rebelión, en noviembre de 2020 salieron miles de jóvenes peruanos contra los corruptos gobiernos derechistas, exigiendo que se vayan todos. Y en marzo de 2021 se dio en Paraguay otro estallido popular exigiendo medicamentos y vacunas, y también plantearon que se vaya el presidente “Marito” (Mario Abdo Benítez).

Hoy, la grave situación que vive el pueblo colombiano la viven la mayoría de los pueblos de Latinoamérica y del mundo en la mayor crisis del capitalismo que condena a millones al hambre y la enfermedad. Por eso la rebelión popular en Colombia puede ser un poderoso ejemplo internacional.

¡Solidaridad internacional con la rebelión popular!

Los antecedentes semifascistas de Uribe, el jefe del partido de Duque, motivan a muchos a pensar que se estaría preparando un autogolpe que aplaste militarmente la rebelión popular. Sin embargo, esta salida es poco probable porque el gobierno está extremadamente debilitado y el propio imperialismo yanqui y la ONU le dan consejos de “moderación”, temiendo que la rebelión se generalice aún más.

Por eso la política de Duque ahora es llamar al “diálogo” para frenar la movilización popular, con la colaboración de la burocracia sindical del CNP y de la centroizquierda de Gustavo Petro, la Coalición de la Esperanza y el Partido Liberal, además de la Iglesia y la ONU.

Si no logran frenar la movilización puede caer Duque. Pueden verse obligados a alguna forma de sucesión o convocatoria a elecciones anticipadas.

La salida de fondo no es solo que se vaya Duque, sino que se logre imponer un gobierno de los trabajadores y las trabajadoras, la juventud, el pueblo colombiano que termine con el régimen ultrarrepresivo de Colombia y con el desastre capitalista. Un gobierno que avance con un plan económico al servicio del pueblo trabajador, con medidas de emergencia como el no pago de la deuda, entre otras, y que rompa con las multinacionales y el imperialismo. En Colombia la organización Colectivos Unidos lucha por ello y llama a los luchadores a integrarla y a la unidad de los revolucionarios para lograr una dirección política alternativa a las variantes reformistas.

En ese camino han surgido Asambleas Populares, y es fundamental desarrollarlas en todo el territorio nacional como espacios de articulación entre activistas y comunidades al servicio de potenciar el paro nacional y como mecanismo democrático para la toma de decisiones. Desde el Bloque por el paro General se ha convocado a un Encuentro Nacional de Asambleas Populares para el 22 de mayo.

Hoy hay que apoyar la movilización contra el paquetazo y que reclama sus propias demandas, que incluyen desde salud y vacunación masiva, educación con matrícula cero, empleo, protección producción campesina, defensa de territorios indígenas, disolución del Esmad, justicia para castigar a los que reprimen al pueblo, que se liberen detenidos y que se vaya Iván Duque. Desde la UIT-CI apoyamos ese programa de lucha y llamamos a la más amplia solidaridad con esa rebelión del pueblo colombiano.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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