Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista
Hace quince días el gobierno de Cristina hizo malabares para anunciar la feroz suba de tarifas de gas y agua y, a la vez, decir que no se trataba de un tarifazo. Hablaron en cambio de una “redistribución equitativa”. No engañó a nadie. Menos aún cuando trascendió días después que también se viene el incremento de las tarifas de electricidad.
La escena sucedió en la reunión en la Cámara de Diputados para tratar las condiciones del acuerdo con la transnacional española. Ni a Kicillof ni a Zannini se les cayó la cara de vergüenza. También estaba Miguel Galluccio, el CEO de YPF traído por Cristina, en base a su “currículum” de haber participado en la gerencia de la empresa en la primera etapa de la privatización y luego en la dirección de pulpos transnacionales petroleros británicos.
El ministro de Economía hizo su “debut estelar” en las Asambleas del FMI. Allí, los funcionarios del organismo “deschavaron” que ya hace meses que hay conversaciones, incluyendo el pedido de consejo al propio Fondo sobre el ajuste en curso
Escribe: José Castillo
Escribe: Atilio Salusso
El joven dirigente político y gremial del peronismo bonaerense Facundo Moyano ha ganado notoriedad en este paro. Es diputado nacional, secretario general del sindicato de peajes (Sutpa) y máximo referente de la Juventud Sindical, corriente política enrolada en la CGT opositora que conduce su padre, Hugo Moyano.
Se acaba de cumplir un nuevo y gran paro nacional contra el ajuste de Cristina. El segundo y más contundente en la era kirchnerista. Mucho mayor al del pasado 20 de noviembre de 2012, que ya había sido grande. Entonces la UTA y la Fraternidad no pararon. Hoy sí. En la industria, el paro fue muy fuerte (pese a que los dirigentes de la CGT Caló -UOM, Smata- llamaron a trabajar). En los parques industriales y grandes automotrices no hubo producción o fue muy escasa (Ford, Toyota, Honda, Renault, Fiat).