Sep 04, 2024 Last Updated 8:26 PM, Sep 3, 2024

Por Simón Rodríguez Porras, dirigente de la UIT-CI

En el marco de la crisis económica y social precipitada por la pandemia, por primera vez los gobiernos africanos están levantando una posición común contra el pago de la deuda externa. Y a pesar de las limitaciones del bloque gubernamental, que incluye a varias dictaduras capitalistas, y cuyo propósito es simplemente renegociar condiciones más ventajosas de pago, se fortalece en el imaginario popular la opción del no pago. Ya antes de la pandemia, los ministros de finanzas de la Unión Africana habían acordado una posición común a favor del aplazamiento de los pagos de la deuda externa. Con el estallido de la pandemia y la recesión mundial, la exigencia pasó a ser la anulación de las deudas.

El presidente sudafricano llevó esa exigencia al G20 en abril, pero el organismo de las mayores economías del mundo solo acordó aplazar el pago de intereses de ciertas deudas entre 2020 y 2022 para los 76 países más pobres del mundo, lo cual representaría un ahorro modesto de 20 mil millones de dólares. Además de que los países africanos con mayores niveles de desarrollo económico quedarían por fuera del alcance del acuerdo, la reducción de pagos sería de apenas un cuarto de los servicios de deuda que los países africanos deben realizar este año. Por su parte, el FMI acordó reducir la deuda a 19 países africanos. La meta de la Unión Africana es alcanzar en negociaciones una reducción de deuda de 44 mil millones de dólares y la suspensión de pagos de intereses para todos los países africanos, además de préstamos por 100-150 mil millones de dólares. Está claro que solo la movilización popular y obrera, tanto en los países africanos como en las potencias acreedoras, puede imponer este sentido reclamo de millones de personas.

A pesar de las limitaciones de los gobiernos burgueses africanos para avanzar en esa dirección, el reclamo unitario ha tenido impacto. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aseguró que estaba dispuesto a estudiar la anulación de la deuda. El presidente francés, Macron, habló de establecer una moratoria y de la posibilidad de cancelar la deuda de los países africanos, mientras por otra parte propuso préstamos del FMI en condiciones especiales, a los que se opone Estados Unidos.

China se niega a negociar con un bloque de países

China, país con el que se acumula una creciente deuda en la región, superior a los 140 mil millones de dólares, se niega a considerar recortes de deuda en bloque, solo admite renegociaciones bilaterales con cada país deudor, lo cual a su modo también reafirma la importancia de un bloque de países deudores que plantee colectivamente el no pago de la deuda. La potencia capitalista asiática cuenta con más de 10 mil empresas enclavadas en el continente africano y se beneficia de un amplio superávit comercial en su relación con África. La deuda africana no representa un monto significativo para la economía china, pero tiene importancia estratégica como dispositivo de presión y sometimiento político.

A la mediados de mayo ya se acumulan más de 72 mil casos de covid19 y 2.500 fallecidos en el continente. Se estima que antes de concluir el año la cifra de contagiados podría podría llegar a 10 millones. La caída de las exportaciones de materias primas y la entrada de remesas encamina a la región a la primera recesión desde la década de 1980. En este contexto es más urgente que nunca dejar de pagar la deuda externa, que consume más recursos que los invertidos en salud y dducación en la mayoría de los países africanos, situación análoga a la de América Latina.

La deuda externa africana en 2019 rondaba los 700 mil millones de dólares, la mayoría corresponde a acreedores que son Estados u organismos financieros multilaterales como el FMI y el Banco Mundial, y 115 mil millones de dólares a acreedores privados. Las tasas de interés llegan al 15%. El propio FMI ha tenido que admitir que el gasto público per cápita ha disminuido en los países más pobres del mundo debido al peso abrumador de los pagos de deuda externa.

La deuda externa es un mecanismo de saqueo

Entre 1970 y 1995 la deuda externa del África subsahariana pasó de 6,9 mil millones de dólares a 235 mil millones de dólares. Como el 70-80% fue contraída con Estados u organismos multilaterales, los préstamos vinieron condicionados a la realización de privatizaciones y una mayor desregulación de la economía capitalista en la década de los 80. Se siguió profundizando la dependencia respecto de las exportaciones de materias primas, el continente siguió plagado de dictaduras burguesas ultracorruptas y la fuga de capitales entre 1970 y 1996 llegó a la cifra de 187 mil millones de dólares según los autores Boyce y Ndikumana. Colom Jaén por su parte constata que entre 1970 y 2002 el África subsahariana recibió 294 mil millones de dólares en préstamos, pagó 268 mil millones y todavía debía 210 mil millones. El comercio interafricano es apenas el 10% del comercio exterior de la región, demostrando el peso de los atavismos coloniales: el 80% del comercio exterior es con Europa.

Uno de los precursores de la creación de un bloque de países deudores fue el presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara, quien en 1987 planteó en la Organización para la Unidad Africana que dejar de pagar en bloque era la única alternativa a ser asesinados aisladamente, y que “evitando el pago podríamos dedicar nuestros magros recursos a nuestro desarrollo” (citado en El País, 3/5/2020). Sankara pocas semanas después fue derrocado y asesinado en un golpe de Estado impulsado por el imperialismo francés.

La presión y la denuncia popular contra el expolio de la deuda tuvo como respuesta en 1996 la Iniciativa HIPC (siglas en inglés para Países Pobres Altamente Endeudados), adoptada por el G8, y que pasaba a considerar insostenible el endeudamiento si excedía el 200% de las exportaciones o el 250% de los ingresos fiscales del país deudor. El FMI y el Banco Mundial condonaron deudas o entregaron nuevos créditos a bajo interés para el pago de la deuda antigua, pero la ayuda estuvo condicionada a su vez a la adopción de reformas económicas altamente regresivas como la privatización de los servicios públicos. En dos décadas, 39 países recibieron reducciones o anulaciones de deuda, la mayoría africanos. Como hemos visto, se trataba de deuda que en realidad ya se había pagado, muchas veces con creces, tomando en cuenta las altísimas tasas de interés. Estos recortes en la deuda externa permitieron que el PBI per cápita africano creciera un poco más de 20% en los últimos 20 años.

Es importante superar las limitaciones de esas experiencias, pero indudablemente demuestran que es posible imponer el no pago. Es fundamental extender la unidad de los países deudores africanos a América Latina y el Caribe, el Medio Oriente y los demás países semicoloniales, y en esa dirección construir lazos entre organizaciones obreras y populares a nivel internacional para movilizarse por la creación de ese bloque y por una política intransigente de no pago de la deuda.

No pago de la deuda externa e indemnizaciones por la esclavización colonial

En los países africanos y caribeños, el reclamo del no pago debe combinarse con las históricas campañas que exigen que las potencias imperialistas paguen indemnizaciones por el tráfico transatlántico de esclavos, una de las principales fuentes de “acumulación originaria” identificados por Marx en El Capital. Entre el siglo XVI y XIX más de 30 millones de personas fueron secuestradas en África y vendidas como esclavos en América y el Caribe. Las víctimas de este tráfico realizado por potencias europeas como Reino Unido, Francia y Holanda nunca recibieron compensación económica una vez que la esclavitud fue abolida. En cambio, sí hubo pagos de compensaciones por 20 millones de libras esterlinas, el equivalente a 3.000 millones de dólares actuales, a los dueños de esclavos de las colonias británicas caribeñas por la abolición de la esclavitud en 1834. Francia, por su parte, extorsionó a Haití para que pagara una compensación a los antiguos dueños de esclavos luego del triunfo de la primera revolución antiesclavista del mundo, a cambio del reconocimiento de la independencia haitiana. Para pagar la deuda con Francia se contrajeron deudas con Estados Unidos, país que a su vez invadió e impuso dictaduras durante la mayor parte del siglo XX en Haití. Con los años el reclamo de una indemnización ha cobrado fuerza en ambas regiones. La Comunidad del Caribe (Caricom) estableció una comisión sobre reparaciones, aunque no ha hecho ninguna presión sobre los países europeos. Una comisión africana exigió en 1997 a las potencias que lucraron con la esclavización de africanos el pago de 777 mil millones de dólares como reparación. Hay antecedentes como el pago de una indemnización a los indígenas Maoríes por parte del Estado neozelandés o el pago efectuado por el Reino Unido por la masacre y tortura generalizada contra los Mau Mau de Kenia durante el colonialismo.

Es el imperialismo europeo y yanqui el que le debe a África, América Latina y el Caribe. Los crímenes del colonialismo y la persistencia de la opresión semicolonial, por la alianza entre el imperialismo y los gobiernos entreguistas, tanto dictatoriales como democrático-burgueses, han moldeado el capitalismo atrasado y la miseria de nuestros países. La unidad contra el pago de la deuda externa es una de las tareas imprescindibles de nuestros pueblos en la actual crisis.

 

Hong Kong. Protestas contra ley represiva china

Miles de personas se manifestaron el pasado sábado 23 en Hong Kong para repudiar la Ley de Seguridad Estatal anunciada el viernes en la Asamblea Nacional china, que pena las “amenazas a la seguridad del orden social”. 

Con esta acción se retoman las concentraciones democráticas en la isla, que habían sacudido al gobierno hongkonés durante meses y que se suspendieron ante la propagación del coronavirus. Los manifestantes en las calles corearon lemas como “La revolución de nuestro tiempo. Liberad Hong Kong”. La policía dispersó las protestas con gas lacrimógeno y pimienta, informó la agencia Reuters. 


Ecuador. Marchas contra despidos y por derechos laborales

A pesar de la restricción por la emergencia sanitaria, las protestas, los plantones y las marchas en contra de las medidas económicas del gobierno que establecen recortes de personal y descuentos de salarios van en aumento. Estudiantes de posgrado de Medicina a los que no les pagan, trabajadores de la salud que resisten cuatrocientos despidos en medio de la pandemia, o de Aerolíneas Tame (estatal), que anunció su liquidación, son algunos de los protagonistas de los reclamos.

Con el agregado de que se están aplicando reducciones de salarios pactadas con el FMI. Ante esta situación, este lunes 25 se realizó una jornada nacional de protestas. 

En tanto, el presidente del Frente Unido de Trabajadores (FUT), Mesías Tatamuez, anunció que “van a seguir saliendo a las calles, pues no ven otra alternativa”. La Confederación de Nacionalidades Indígenas denunció que hay un “shock económico contra el pueblo, con protección a evasores de impuestos y corruptos”. 


India. Movilizaciones en Nueva Delhi 

Varios líderes sindicales fueron arrestados en una manifestación en Nueva Delhi el viernes pasado, contra la derogación y suspensión de las leyes laborales en los estados de toda la India en medio del actual bloqueo por Covid-19. “Hoy la policía no nos permitió, pero la lucha de los trabajadores no dependerá solo del permiso de la policía”, dijo Hemalatha, miembro del Centro de Sindicatos. Los dirigentes fueron apresados por violaciones a la ley de cuarentena de Nueva Delhi. Denunciaron que en muchos casos “no se pagan los salarios, ni siquiera los de marzo y abril", y también están exigiendo que se provea de alimentos, durante el tiempo que dure el encierro, a aquellos que no tienen los medios para mantenerse. 


Estados Unidos. Huelga en McDonald’s

Trabajadores de McDonald’s se declararon en huelga en todo el país el miércoles 20 para exigir que el gigante de la comida rápida se responsabilice por la protección de los empleados y clientes durante la pandemia. Leshia Townsend, que trabaja en un McDonald’s de Chicago y está en huelga para exigir equipos de protección personal, licencia remunerada por enfermedad, prestaciones de seguro médico y pago extra por trabajo de riesgo, aseveró: “Solo quiero que McDonald’s se asegure de que los trabajadores como yo, ya que dicen que somos trabajadores esenciales, estemos protegidos, tanto yo como mis hermosos hijos, mis amigos y familiares en mi entorno”.


Bolivia. Crisis política por corrupción en el gobierno de Añez

La compra de 170 respiradores a España por 4,7 millones de dólares, cuatro veces más que su precio real en el mundo, causó un enorme alboroto y el encarcelamiento del ministro de Salud. Luego, el ministro de Gobierno, de manera ilegal, ordenó detener al juez que dictó el encarcelamiento, lo que constituyó un secuestro de hecho. El escándalo sigue creciendo. Ahora está implicado en la compra con sobreprecio el novio de la hija de la presidenta Janine Añez. 

En medio de la pandemia y la cuarentena esto terminó de derrumbar el apoyo a la mandataria “transitoria” (hasta las elecciones, que fueron postergadas sin fecha), después de que aprobó una ley de importación de semillas transgénicas repudiada por el pueblo. 

Mientras, en Sucre y Trinidad trabajadores de la salud marcharon exigiendo equipos de bioseguridad y respeto a sus derechos laborales, ya que los hospitales están colapsados por la falta de personal, equipos y camas. 



Escribe Miguel Lamas

El lunes 11 de mayo se realizó el lanzamiento oficial de la Internacional Progresista (IP), un movimiento político a escala mundial que afirma luchar “por la democracia y la igualdad” y reúne a importantes organizaciones políticas y sociales e intelectuales. El más conocido mundialmente entre los participantes de la IP es Bernie Sanders, ex candidato “socialista” en la interna del Partido Demócrata yanqui… aunque en abril pasado se retiró y ahora apoya al imperialista Biden.

Según diferentes publicaciones, se afirma que la IP “nace con la vocación de fomentar la unión, coordinación y movilización de activistas, asociaciones, sindicatos, movimientos sociales y partidos en defensa de la democracia, la solidaridad, la igualdad y la sostenibilidad”.

Según el filósofo Srecko Horvat, “el objetivo es crear un sujeto político planetario, una visión política común para prevenir el deterioro de la crisis climática y otras amenazas existenciales para la humanidad y el planeta”.  

Los líderes de esta nueva organización política internacional coinciden en señalar que la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia de Covid-19 ha revelado la necesidad de que “todos los actores progresistas remen juntos para defender la asistencia médica universal, la protección de los derechos laborales y la cooperación internacional”.

Quiénes son

La Internacional Progresista, liderada por Yanis Varoufakis (ex ministro de Finanzas de Syriza, el gobierno de centroizquierda griego, aunque posteriormente rompió con este agrupamiento) y Sanders, cuenta además con el respaldo de un consejo formado por más de cuarenta asesores, entre los que se destacan dirigentes políticos, escritores y activistas como el estadounidense Noam Chomsky, la periodista e investigadora canadiense Naomi Klein, la primera ministra islandesa Katrín Jakobsdóttir, la ministra argentina de Mujeres, Género y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta, el ex mandatario ecuatoriano Rafael Correa Delgado, el brasileño Fernando Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) a la presidencia en las elecciones de 2018 que ganó el ultraderechista Jair Bolsonaro; el ex ministro brasileño de Exteriores Celso Amorim, el ex vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, el filósofo croata Srecko Horvat y la joven activista alemana Carola Rackete, capitana de barco y símbolo del rescate de migrantes en el Mediterráneo.

La necesaria unidad de acción internacional

En primer lugar, el llamado a formar la IP sintoniza con un sentimiento que se extiende entre los trabajadores y oprimidos del mundo: la necesidad de unirnos para defender vida y derechos. 

Hoy basta ver las noticias para comprobar cómo en todo el planeta los trabajadores, las mujeres, los jóvenes estudiantes de la clase trabajadora y los demás sectores oprimidos tienen dramas sociales similares, mientras las transnacionales se llevan billones de dólares de “ayuda” de los gobiernos y los banqueros y siguen cobrando deudas estatales fraudulentas contraídas para ayudar a los multimillonarios o a los propios bancos.

El llamamiento de la UIT-CI

Desde la Unidad Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional hicimos el “Llamamiento por un plan global de emergencia obrero y popular. ¡Que la crisis del coronavirus la paguen los capitalistas!”, donde apoyamos todas estas expresiones de lucha en cada país y llamamos a darle continuidad y unidad en un amplio movimiento internacional para que la crisis del coronavirus la paguen los capitalistas y no los trabajadores y los pueblos. Proponemos luchar por un plan de emergencia obrero y popular en cada país e internacionalmente. En todo el mundo se necesita plata para salud, salario, trabajo y comida. La pandemia del coronavirus no ha terminado. Y también tenemos la pandemia social que quieren imponer el imperialismo, las multinacionales y sus gobiernos. Por todo ello se hace necesario luchar por imponer el no pago de las deudas externas. Por un frente de países deudores, como el que impulsan diversos países africanos, para no pagar, y altos impuestos progresivos a las multinacionales, los bancos y los terratenientes del mundo. Para dedicar, en cada país, esos fondos a combatir la Covid-19, prohibir los despidos o las rebajas salariales, dar un seguro o un salario de cuarentena al desocupado (parado) y dar comida a millones de necesitados.

Desde ya que cualquier iniciativa internacional para luchar por estos puntos, emprendida por la IP o cualquiera de los sectores que la integran, sería un canal positivo de acción común.

¿Pero qué hicieron y están haciendo estos dirigentes?

Pero no podemos dejar de ver que, quienes conducen esta internacional, en algunos casos ya gobernaron países, como Rafael Correa, ex presidente de Ecuador; o Álvaro García Linera, ex vicepresidente boliviano; o Fernando Haddad, del PT brasileño. Ellos ya no son gobernantes. Pero, cuando lo fueron, antes de la pandemia, gobernaron con las transnacionales petroleras, mineras y con los banqueros. García Linera con su denominado “capitalismo andino” apoyó el agronegocio cruceño que llevó al desastre ambiental de la destrucción de bosques en la Chiquitanía. Sus políticas a favor del gran capital llevaron tanto a Ecuador como a Bolivia y al Brasil gobernado por el PT, a profundas crisis antes de la actual pandemia. 

En Brasil, ante la catástrofe de la pandemia, el PT apuesta todo a las elecciones presidenciales de 2022 convocando a un “frente amplio” y se niega a movilizar, mostrando a la CUT (Central Unitaria de Trabajadores dirigida por el PT) en un rol traidor como jamás se vio, dejando correr las medidas profundamente antiobreras de Bolsonaro y Guedes (ministro de Economía) y el verdadero genocidio que el demencial presidente brasileño promueve al ignorar la pandemia.

En el caso de Bernie Sanders, fue el candidato más popular del Partido Demócrata, concentraba el apoyo de millones de trabajadores, mujeres y jóvenes que lo veían como una opción “socialista” y a favor del pueblo porque defendía la idea de salud pública universal gratuita y educación pública gratuita. Y precisamente, cuando comenzó la pandemia, en la que hizo crisis total la salud pública en los Estados Unidos, Sanders retiró su candidatura y le dio su apoyo a Joe Biden por imposición del aparato burgués imperialista demócrata.  

Pero además, al apoyar a Joe Biden, el grupo de Sanders no solo abandonó su candidatura, sino que renunció a dar una opción “socialista” o progresista a los trabajadores y a la juventud. El Demócrata es uno de los dos grandes partidos imperialistas que dominan el sistema político yanqui. Recientemente votaron en el Congreso un “paquete de estímulo” de 2,1 billones de dólares, el grueso de esto para las grandes empresas multinacionales y los bancos. Y que fue votado por los demócratas, casi unánimemente (231 de 232 diputados), es decir, con el apoyo también de los legisladores partidarios de Sanders.

La IP y la necesidad de una internacional socialista revolucionaria

La IP busca ubicarse políticamente en la crisis como una opción de centroizquierda con ciertas demandas progresistas. Pero los hechos muestran que, aun antes de la pandemia, la crisis capitalista deja poco lugar para que los grandes capitalistas acepten dar alguna concesión a los trabajadores. Y, en los hechos, los dirigentes de la actual IP se acomodaron a esto, acordando con el gran capital y sosteniendo el régimen de democracia para ricos. 

El actual agravamiento extremo de la crisis hace que todos los economistas, incluyendo el FMI, pronostiquen decenas de millones de despidos (¡sólo en Estados Unidos superan los 40 millones!) y la destrucción de todos los derechos laborales. Tampoco estarán dispuestos los gobiernos burgueses a poner dinero en salud o educación. Y como lo muestran todos los planes de rescate financiero, la prioridad será salvar las ganancias de las grandes multinacionales. Lamentablemente, Sanders, como queda dicho, es cómplice de esto. Por eso el “internacionalismo” de la IP difícilmente pase de alguna declaración común. 

Por supuesto, los “pronósticos” de desastre económico, que son en realidad planes del capitalismo para recuperar sus ganancias a costa de los trabajadores, no van a impedir que los trabajadores luchen por sus derechos y contra el hambre. Para eso hace falta, sí, la solidaridad y unidad de las luchas de los trabajadores a escala internacional, porque es una pelea durísima, aun para defender los derechos más elementales. 

Y solo construyendo una organización mundial con la perspectiva revolucionaria de la III y la IV Internacional, de conquistar gobiernos de los trabajadores, y el verdadero socialismo, terminando con el dominio mundial del imperialismo y sus multinacionales que nos llevan a la catástrofe, se podrá alcanzar el triunfo. 




Chile: “estamos pasando hambre”. Masiva protesta en medio de la pandemia contra el gobierno de Piñera

Durante el mediodía del lunes 18, habitantes de la comuna de El Bosque salieron a la calle a protestar, en medio de la pandemia, denunciando que están “pasando hambre”. Se inició cuando un grupo de mujeres se lanzaron a reclamar por los bajos sueldos y la imposibilidad de salir a trabajar por el confinamiento.

Carabineros, militares y policías de investigaciones reprimieron la protesta tirando gases, aun ante la presencia de niños que resultaron afectados. 

El mismo día, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST, sección chilena de la UIT-CI) e importantes organizaciones populares convocaron a un cacerolazo nacional por una “cuarentena sin hambre para todo Chile”.

También se conoció que un rapero mapuche lanzó el rap Primera línea: “Somos miles de millones los que nos levantamos”, advierte. (Ver videoclip en https://cutt.ly/GyTpoNQ)


Bolivia: “qué fácil es quedarse en casa”

Las familias no tienen ingresos, ya que el 90% vive del comercio informal, la construcción y las artesanías. Ni siquiera poseen agua corriente. Por eso salieron a exigir la provisión gratuita de agua, alimentos y que los dejen trabajar.

Desde los barrios más pobres de Cochabamba surgió este rap de protesta, cantado por un joven artista rapero, carpintero y activista social cochabambino, José Junior Tejada, quien replica: “A propósito de los que me preguntaban en mi otro estado... Yo creo que esta es la mejor respuesta”.

Qué fácil es quedarse en casa

cuando hay leche en tu taza…

Difícil es quedarse en casa

cuando el hambre te amenaza

y no hay un pan en tu mesa…

los amos y banqueros, ellos son los dueños,

tienen bodegas de dinero.

(Ver en https://cutt.ly/KyTotTG)


Estado español: huelga en Nissan

La plantilla de Nissan está haciendo una huelga por tiempo indefinido en Barcelona desde hace quince días para defender los puestos de trabajo de más de 20.000 personas en plena cuarentena. 

Los trabajadores hicieron paros en dos de las plantas y dejaron de fabricar piezas, lo que detuvo toda la producción. Tomaron medidas de seguridad frente al Covid-19 con el distanciamiento social y los medios de protección suficientes para garantizar el derecho de información con la participación en los piquetes, el derecho de concentración a las puertas de la empresa, el derecho de reunión y el derecho de huelga.

El primer round lo han ganado. “La fábrica ha parado y no puede hacer entregas a los clientes”, informó Javier Pacheco, secretario general de Comisiones Obreras de Cataluña. 

Lucha Internacionalista (sección en el Estado Español de la UIT-CI) difundió un comunicado de solidaridad llamando a dar todo el apoyo a los trabajadores de Nissan.


Estados Unidos: huelgas de empacadores de frutas

Continúan las huelgas en los Estados Unidos de trabajadores que demandan protección ante la pandemia. En las empacadoras de frutas del condado de Yakima (estado de Washington) denuncian condiciones laborales inseguras durante la pandemia de Covid-19. Esta vez trabajadores de Monson Fruit Co. en Selah, Frosty Packing en Yakima, Matson Fruit Co. en Selah y Allan Bros en Naches, pararon sus labores. Los trabajadores denuncian que no les dan barbijos ni equipos de protección. También, aunque tengan síntomas, tienen miedo de reportarse enfermos porque temen que los echen. Tampoco son informados cuando sus compañeros dan resultado positivo a la Covid-19. 

Familias Unidas por la Justicia presentó una demanda en abril contra el Departamento de Trabajo y el Departamento de Salud del estado pidiendo reglas estrictas para proteger a los trabajadores de la pandemia.


Italia: jornaleros harán huelga para ampliar la regularización de los migrantes

El sindicato italiano Unión Sindical de Base (USB) convocó a una huelga de jornaleros el próximo 21 de mayo al considerar insuficiente la regularización de los temporarios migrantes aprobada por el gobierno, pues cree que la medida deja desprotegidos a muchos trabajadores.

El Ejecutivo aprobó una regularización de migrantes jornaleros y cuidadores domésticos para permitir su acceso a un permiso de residencia temporal y paliar así la falta de mano de obra provocada por la crisis del coronavirus.

La Unión Sindical de Base (USB) sostiene en un comunicado que “el gobierno ha decidido preocuparse de la verdura, que puede echarse a perder en los campos, y no de los derechos de las personas”.

 

¡Que la crisis del coronavirus la paguen los capitalistas!

La pandemia del Covid-19 está siendo utilizada por el imperialismo, los gobiernos capitalistas y los grandes empresarios para buscar descargar la crisis sobre la clase trabajadora y los sectores populares del mundo. Ya millones sufren el despido o la rebaja salarial y crece el hambre para amplios sectores de la población pobre de todos los continentes.

Esta pandemia no ha terminado y no se sabe cuándo será superada. No hay vacuna a la vista. El coronavirus, como el cólera, el dengue o el sarampión, surgieron del caldo de cultivo que crea el sistema capitalista imperialista. Solo se explica en el marco de la miseria creciente, el hacinamiento habitacional y de la degradación ambiental que producen las multinacionales en su carrera por las ganancias a costa de la superexplotación de las masas. Se puso en evidencia la destrucción de los servicios públicos estatales de salud, producto de años de ajuste y reducción de los presupuestos. En especial en las principales potencias capitalistas como Italia, el Estado español o los Estados Unidos. En Italia durante diez años redujeron el presupuesto de salud en más de 30.000 millones de euros. En los Estados Unidos casi no hay un sistema público estatal. Pero esto también se da, bajo distintas formas, en todos los países del mundo. El capitalismo alienta el negocio de la salud privada.

Y ahora, ante esta calamidad global que ellos facilitaron, no se quieren hacer cargo. Para el sistema capitalista imperialista y las multinacionales lo primero es defender sus riquezas y ganancias, no la salud y la vida digna de miles de millones. Con el argumento de la pandemia y de las cuarentenas, o sin ellas, despiden a sus trabajadores, rebajan el salario, o directamente no pagan por la “crisis”. Cuando antes del coronavirus las multinacionales, los bancos y los grandes terratenientes del mundo venían acumulando grandes ganancias. Ya es casi popular que veintiséis supermillonarios tengan la misma cantidad de dinero que 3.800 millones de las personas más pobres del mundo. Estamos hablando de multinacionales como Amazon, Microsoft, Ford, General Motors, Toyota, Siemens, Exxon Mobil, Chevron, Total, Samsung, Nestlé, JP Morgan Chase, HSBC, Alibabá, Walmart, Johnson y Johnson, Bayer-Monsanto, Pfizer, Coca-Cola, Boeing, Airbus, Facebook, Apple, Cargill, entre otras.

Además, los “salvatajes” del gobierno de Donald Trump no son para invertir en salud pública o para “salvar” el salario del pueblo trabajador norteamericano. Son para socorrer a las multinacionales yanquis. Algo semejante ocurre en la Unión Europea. Trump otorgó 455.000 millones de dólares a las grandes empresas como préstamo bancario con garantía del Estado. O sea que si no pagan pasa a ser deuda pública. Mientras, en el último mes se produjeron más de veinte millones de nuevos desempleados. Al mismo tiempo solo diez multimillonarios, incluyendo al dueño de Amazon, Jeff Bezos; el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, y el dueño de Microsoft, Bill Gates, aumentaron en 51 mil millones de dólares sus riquezas.

El otro mecanismo de expoliación del imperialismo, la banca, el FMI y el Banco Mundial es el de la deuda externa. En 2020 la deuda global alcanzó un récord histórico de 253 mil millones de dólares. De esa forma se saquea a los pueblos del mundo. Los gobiernos agentes del imperialismo llevan décadas pagando una deuda fraudulenta mientras hoy, según datos de la misma ONU, existen 821 millones de personas que se van a dormir con hambre y que, por el crecimiento de la pobreza y el hambre, podrían morir 300.000 personas por día.

La crisis del coronavirus muestra la debacle del sistema capitalista imperialista y pone sobre el tapete la pelea por un cambio de fondo. Hay que luchar por terminar con este sistema logrando gobiernos de las y los trabajadores que inicien la construcción de una sociedad socialista sin patrones y con una planificación económica basada en las necesidades de la clase obrera y los sectores oprimidos.

En ese camino, hoy tenemos que impulsar las luchas obreras y populares para enfrentar la crisis del coronavirus. Para defender la salud y la vida de los pueblos explotados y enfrentar los ataques a las condiciones sociales por parte de los gobiernos y los grandes capitalistas.

La clase trabajadora y los sectores populares ya están saliendo a enfrentar esta realidad. Empezando por las y los trabajadores de la salud reclamando más presupuestos, salarios e insumos, siguiendo por las huelgas obreras de Italia de marzo exigiendo parar la producción. Las huelgas en empresas contra los despidos o por medidas de seguridad en los Estados Unidos, el Estado español, Grecia, Argentina, Colombia. Los saqueos por hambre en Venezuela o los cacerolazos en Brasil contra Bolsonaro y su política criminal. Los enfrentamientos en los barrios populares de París contra la represión policial. Y la sorpresiva vuelta de las movilizaciones populares en Líbano reclamando contra la continuidad del ajuste social que venían repudiando desde octubre de 2019.

Desde la UIT-CI apoyamos todas estas expresiones de lucha en cada país y llamamos a darles continuidad y unidad en un amplio movimiento internacional para que la crisis del coronavirus la paguen los capitalistas y no los trabajadores y los pueblos.

Proponemos luchar por un plan de emergencia obrero y popular en cada país e internacionalmente. En todo el mundo se necesita plata para salud, salario, trabajo y comida. La pandemia del coronavirus no ha terminado. Y también tenemos la pandemia social que quieren imponer el imperialismo, las multinacionales y sus gobiernos. Por todo ello se hace necesario luchar por el no pago de las deudas externas. Por un frente de países deudores para no pagar. Altos impuestos progresivos a las multinacionales, los bancos y los terratenientes del mundo. Para dedicar, en cada país, esos fondos para combatir el Covid-19, prohibir los despidos o las rebajas salariales, dar un seguro o salario de cuarentena al desocupado (parado) y dar comida a millones de necesitados.

También llamamos a repudiar toda forma de represión policial usando el argumento del confinamiento o cuarentena, como la militarización,  y a defender el derecho a la protesta obrera y popular.

Cada día se hace más evidente que para enfrentar la actual crisis del coronavirus, como la que vendrá luego de la pandemia, se necesita avanzar en acciones unificadas a nivel internacional. En muchos países ya se está reclamando imponer impuestos progresivos a la riqueza. En África se estaría generando un bloque de países para no pagar la deuda externa. Se hizo ya una acción mundial de protesta de los trabajadores de las Apps. El FIT-Unidad de la Argentina convocó a una conferencia de lucha latinoamericana que solo está postergada por la pandemia. Otras iniciativas de lucha internacional irán surgiendo. En ese marco, desde la UIT-CI apoyamos toda forma amplia de lucha y coordinación empezando por los tres puntos señalados: 

1) No al pago de las deudas externas.

2) Altos impuestos progresivos a los de arriba. 

3) Contra toda forma de represión y por el derecho a la protesta.

Y convocamos a la más amplia unidad de acción de las organizaciones obreras y populares, del movimiento de lucha de las mujeres, de la juventud, del movimiento contra la degradación ambiental, como de la izquierda anticapitalista y socialista para coordinar un movimiento de lucha internacional.

Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores

Cuarta Internacional (UIT-CI)

11 de mayo de 2020

 

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