Sep 04, 2024 Last Updated 8:26 PM, Sep 3, 2024

Brasil: defender la vida de los trabajadores de la salud

El 12 de mayo, Día de la Enfermera en Brasil, trabajadoras y trabajadores de la salud y sindicatos del sector organizaron diversas protestas. La Corriente Socialista de los Trabajadores (sección brasileña de la UIT-CI), en su editorial del boletín electrónico (http://cstpsol.com/home) señala que la manifestación de salud del 1° de mayo en el Distrito Federal y las protestas en San Pablo son ejemplos nacionales de lo que hay que hacer para enfrentar el coronavirus. 

Las trabajadoras y trabajadores de la salud son atacados de todas las maneras posibles. Sufren los procesos de privatización, cierres de servicios públicos, reducción del servicio de salud y la disminución de empleos estatales por el pago de deuda a los banqueros, más la ausencia de derechos laborales, en primer lugar en los hospitales privados, y en los sectores tercerizados (servicios que hacen empresas privadas) dentro de los hospitales públicos. 

Bolsonaro y los gobiernos estatales y municipales, junto con los empresarios, quieren imponer una mayor flexibilización aumentando el riesgo de contaminación cuando el sistema de salud del país ya está en colapso, con más de 10.000 muertos, entre ellos una cantidad importante de trabajadoras y trabajadores de la salud.

Haciendo gala de su irresponsabilidad, ignorancia y desprecio por el pueblo, el presidente Jair Bolsonaro dijo que la pandemia es una “neurosis”. 

La CST llama a las centrales sindicales CUT y CTB y a las organizaciones estudiantiles a apoyar esta lucha que concierne a toda la clase trabajadora. 


Londres, como en todo el mundo las trabajadoras y trabajadores de la salud son aplaudidos por el pueblo, pero desatendidos por el gobierno capitalista. Por eso este afiche contesta “No puedo comer aplausos. Tal vez puedan votar por alguien más sensible la próxima vez”.

 


Estados Unidos. Se multiplican las “huelgas de inquilinos”

Los llamados a huelgas de inquilinos aumentan durante la pandemia. Muchos no pudieron pagar el alquiler de mayo por haber perdido el trabajo. “Hay que parar el pago de los alquileres durante la pandemia”, dijo a  la agencia EFE Evelin Urrutia, directora de Inquilinos y Trabajadores Unidos (TWU, en inglés), una organización con sede en Alexandria, Virginia. “No deberían cobrar porque la gente no trabaja, o les bajaron sus salarios”, argumentó.

El 1° de mayo, Día de los Trabajadores, TWU organizó una manifestación por el barrio que los residentes, en su mayoría centroamericanos, llaman “Chirilagua”, con caravanas de automóviles y vecinos con carteles que aplaudían desde sus ventanas.

El impacto económico es más grave para los hispanos, muchos de ellos trabajadores indocumentados o empleados a tiempo parcial que no pueden solicitar el subsidio por desempleo.

El costo de la vivienda, en unidades alquiladas o compradas con hipoteca, consume en promedio en los Estados Unidos el 37% de los ingresos de los hogares.

El concepto de “huelga de inquilinos” es amplio e incluye desde el reclamo de plazos extendidos o la reducción de los pagos, hasta la suspensión total del pago de alquiler y de las hipotecas. Según la plataforma WeStrikeTogether.org, desde marzo más de 190.000 inquilinos y deudores se declararon en “huelga” de pago. 

“Estamos investigando cuáles son las opciones a nivel estatal y federal para impedir los desalojos masivos, porque eso es lo que se viene”, dijo un dirigente comunitario, y agregó: “También estamos explorando la discusión con propietarios privados. Estamos organizando a las comunidades para que se unan y así podríamos negociar con ciertos edificios de apartamentos donde la población latina está más concentrada”.

 


Estados Unidos. Más de 33 millones de despedidos

CNN informó que los Estados Unidos perdieron 20,5 millones de empleos solo en abril, cuando la crisis del coronavirus devastó el mercado laboral del país, informó este viernes la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés). Fue el mes de pérdida más grande de empleos desde que esta oficina comenzó a rastrear los datos, en 1939.

Pero el número es mucho mayor aún: durante las últimas siete semanas fueron solicitados 33,5 millones de subsidios por desempleo (esto significa nada menos que el 20% de los trabajadores formales). Estas son las cifras oficiales sobre trabajadores regulares, pero hay millones de “informales” que no figuran en las estadísticas ni tampoco tienen seguro de desempleo y que sufrieron en mayor proporción los despidos. 

La tasa de desempleo aumentó a 14,7%, la más alta registrada desde que BLS comenzó su serie mensual en 1948. La última vez que el desempleo estadounidense alcanzó tal nivel de gravedad fue en la Gran Depresión. La tasa alcanzó el 24,9% en 1933, según estimaciones históricas anuales del BLS.

Es probable que se subestime el número de estadounidenses desempleados. Esto se debe a que el BLS solo considera a las personas como “desempleadas” cuando han estado sin trabajo pero han buscado activamente uno nuevo en las cuatro semanas anteriores, o por un “despido temporal”, con la expectativa de ser recontratados dentro de los seis meses siguientes.

 


Ecuador. Protestas estudiantiles contra la rebaja del presupuesto universitario

Una nueva jornada de protesta se vive desde las 9 de este lunes 11 de mayo de 2020 en la plaza Indoamérica. Se concentraron estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad Central del Ecuador (UCE) para rechazar el recorte de algo más de 98 millones de dólares en el presupuesto de treinta y dos universidades y escuelas politécnicas públicas. 

El pasado martes 5 se realizó la primera protesta luego de que las universidades hicieran público el recorte. El Frente en Defensa de la Educación Pública convocó a este segundo “plantón” en medio de la emergencia sanitaria que vive el país por el Covid-19. 

Los manifestantes tomaron medidas de bioseguridad. Un profesor universitario que asistió a la protesta señaló que su objetivo es hacer sentir “que la población no está dormida”. El docente señaló que “se trata de ir disminuyendo el presupuesto del Estado a condiciones dramáticas que no se llegaron a ver ni en los ’90. La idea es estar presentes para hacerle entender al gobierno, que mira la educación como algo secundario, que somos esenciales, no solo en la pandemia sino en el desarrollo de la sociedad”. Además, se refirió a las condiciones en las que las universidades públicas deben empezar un período académico en modalidad virtual debido a la pandemia: “Hay una sobresaturación de las posibilidades, tanto de la plataforma universitaria como del mismo sistema de internet de la ciudad. No estamos del todo preparados para el teletrabajo, nos hace falta más apoyo pedagógico y los estudiantes también requieren educación en trabajo autónomo”. 

Los participantes de la protesta universitaria dijeron que temen que se supriman becas y carreras debido a la rebaja presupuestaria. 

Universidades como la Central y la Espol ya han anunciado que no podrán iniciar normalmente el presente período académico debido al recorte (información diario El Comercio, Quito). 

 

Escribe Adolfo Santos

Estados Unidos

Trabajadoras y trabajadores de los Estados Unidos conmemoraron el Día del Trabajador con una serie de huelgas en defensa de sus condiciones de trabajo y en protesta por la falta de elementos de seguridad sanitaria que tendrían que ser provistos para afrontar sus actividades.

Empleados de la salud, de empresas de servicios comerciales como Amazon, Whole Foods, Instacart, FedEx, Target, Walmart y de otros rubros organizaron la medida de fuerza que se valió de la ausencia de personal en sus puestos con movilización y protesta en sus lugares de trabajo.

La iniciativa por parte de las y los trabajadores de Amazon arrastró a otras del rubro de comercio y servicios, como la cadena Walmart, o FedEx. Otras ramas gremiales también efectuaron movilizaciones con demandas que incluyeron el aumento de salarios, el reconocimiento remunerativo de su labor en tanto actividad esencial y el pago de horas extras. (Fuente ANRed)

Alemania

A pesar del enorme operativo policial organizado por el gobierno, miles de manifestantes desafiaron en Berlín la prohibición de las marchas del 1° de Mayo en medio de las restricciones impuestas por el Covid-19.

El llamado 1° de Mayo Revolucionario del multiétnico barrio de Kreuzberg, no autorizado este año, puso en jaque al operativo antidisturbios, que bloqueó varias calles del distrito mientras grupos de manifestantes izquierdistas llevaban a cabo sus protestas aunque de forma reducida y diversificada.

En toda Alemania rige la prohibición de grandes actos y solo se autorizaron pequeñas concentraciones de entre veinte y cincuenta asistentes. Una de ellas, en forma de caravana de coches con pancartas, cruzó la capital alemana reclamando el derecho a la manifestación.

Portugal

Autorizado por el gobierno, el 1° de Mayo fue celebrado en la plaza Alameda, en pleno centro de Lisboa, con una novedosa manifestación de trabajadores. La Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) reunió a cientos de personas para defender los derechos de los trabajadores”. Siguiendo el protocolo impuesto por la pandemia, la manifestación se organizó respetando el criterio de mantener la distancia social. Algunos manifestantes llevaban mascarillas, especialmente diseñadas para la ocasión, con referencias a la lucha de los trabajadores.

Una semana antes los portugueses habían sido forzados a conmemorar el 46º aniversario de la Revolución de los Claveles enclaustrados en sus casas por efecto de la pandemia. Que este pequeño acto en el Día del Trabajador sirva para calentar los motores de las luchas que están por venir en Portugal.

Grecia/Turquía

En medio de la crisis, agravada por la pandemia, en diversos países los trabajadores se manifestaron de diferentes formas. En Atenas decenas de personas se dieron cita en las afueras del parlamento griego y, desafiando las prohibiciones del gobierno, se organizaron en filas utilizando marcadores en el piso para conservar la distancia. A diferencia de la manifestación pacífica en la capital griega, en Turquía la policía detuvo en Estambul a veintiséis miembros de uno de los mayores sindicatos del país por incumplir la prohibición de manifestar en la calle a causa de la crisis sanitaria.

Los detenidos, que forman parte de la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK), iniciaron una marcha hacia la plaza Taksim, epicentro de grandes manifestaciones y símbolo de la lucha obrera. La presidenta de la DISK, Arzu Çerkezoglu, quien también fue detenida, expresó: “¡Estamos detenidos! Hay camaradas en toda Turquía trabajando hoy, pero esto no interrumpe la vida social. En cambio, la celebración del 1° de Mayo sí la interrumpe. ¡No pueden prohibir el 1º de Mayo!”.

En todo el mundo los gobiernos capitalistas aprovechan la cuarentena para aprobar proyectos contra los trabajadores y para reprimir a los que se manifiestan y protestan contra los planes de ajuste. Confiamos plenamente en que la fuerza de nuestra clase logrará revertir esta situación, comenzando a manifestarse con toda su potencialidad.



Escribe Luis Covas

En el Líbano se retomaron las movilizaciones desde fines de abril. Miles salieron a la calle en la capital Beirut y en la ciudad de Trípoli. al norte del país, en columnas de autos y motos, al grito de “revolución”. Los manifestantes iban también con barbijos.

Las manifestaciones populares retoman con fuerza luego de un impasse por la aparición del coronavirus. La rebelión popular había estallado en octubre del 2019. Paralela a las rebeliones de los pueblos y la juventud de Chile e Irak.

El brote del coronavirus ha exacerbado una grave crisis económica y financiera que ha afectado al país desde finales del año pasado y que es la más seria en el Líbano desde el final de su guerra civil, que transcurrió de 1975 a 1990.

La moneda libanesa alcanzó un nuevo mínimo histórico en abril, cotizándose a 4.000 libras libanesas por dólar en el mercado negro, mientras que el precio oficial se mantuvo en 1.507 libras.

Trípoli es la capital del norte del Líbano, donde la tasa de desempleo es de las más altas del país y la pobreza es generalizada.

Se incendiaron varias sucursales bancarias en Trípoli y un par de vehículos policiales. Frente a ello el ejército libanés también ha aumentado la represión y matado a un manifestante.

“Solo queremos pan, es muy simple, pero nos lo han robado todo”, gritaba uno de esos jóvenes con las manos repletas de piedras y el rostro cubierto por una mascarilla que le sirve para protegerse de tanto la covid-19 como del gas. Mientras se enjuagaba la cara con el agua de una manguera, algo mareado explicaba por tanto ajetreo y con el estómago vacío desde el amanecer por la celebración del Ramadán, mes de ayuno musulmán, uno de los más austeros que vive el país. La libra libanesa lleva dos semanas en caída libre y los precios se han disparado un 55%, según datos del Ministerio de Economía, empujando a casi la mitad de los 4,5 millones de ciudadanos bajo el umbral de la pobreza. “Trípoli ha sido históricamente marginalizada política y económicamente, de ahí que la pobreza afecte al 60% de sus habitantes”, valora en conversación telefónica Adib Nehme, experto en desarrollo y pobreza (El País, 29/4/2020).

Los bancos cerraron sus puertas hace ya un mes y no todos los cajeros tienen billetes. Por eso el odio de los sectores populares contra sus instalaciones.

En Líbano la mayor parte de accionistas de la banca son simultáneamente diputados o ministros. De ahí que la patronal bancaria mantenga estrechos lazos con la mayoría de los líderes políticos, de todas las confesiones religiosas. Incluido el ex primer ministro Saad Hariri, depuesto en octubre por las protestas.

El retome de las movilizaciones en el Líbano muestra que los pueblos pueden retomar la oleada de luchas que se desataron durante el 2019. Enfrentando los intentos de los gobiernos capitalistas y del imperialismo de que la crisis del coronavirus la paguen la clase trabajadora y los sectores populares.

 


 

 

No son pocos los gobiernos que intentan aprovechar la desmovilización provocada por la cuarentena para aprobar proyectos reaccionarios. En 2018, las masivas movilizaciones de mujeres obligaron al gobierno ultracatólico liderado por el ex primer ministro Jaroslaw Kaczynski a archivar el proyecto sobre la limitación del aborto que ahora quiere desempolvar. Los legisladores ultraconservadores polacos rescataron ese proyecto que pretende limitar aún más el aborto, y otro para penalizar a quienes promuevan la educación sexual a niños, niñas y adolescentes.

Nuevamente, las mujeres están en pie de guerra. Han protestado en Cracovia y organizado movilizaciones contra ese debate en el Parlamento, que no cuenta con el apoyo de la mayoría de la población. “La cuarentena no va a impedir que nos manifestemos”, dice Marta Lempart, del movimiento feminista Huelga Nacional de Mujeres. “Hemos organizado hoy una protesta desde los coches, pegamos pancartas en las tiendas abiertas y hacemos acciones en internet”.

Las mujeres polacas están llamando la atención de Europa. Ya 170 parlamentarios de veinticuatro países miembros del Foro Parlamentario Europeo por los Derechos Sexuales y Reproductivos han expresado su profunda preocupación por ambas propuestas. Exigen el derecho de las mujeres a tomar decisiones autónomas sobre sus propios cuerpos y funciones reproductivas y “condenan el cambio hacia la desinformación de los y las jóvenes y la estigmatización y prohibición de la educación sexual”.

La cobardía de los legisladores ultraconservadores polacos, de aprovecharse de la “ventaja” que les ofrece la cuarentena, ya la habían utilizado hace unos días para convocar a elecciones presidenciales para este 10 de mayo aprobando la votación por correo. Un verdadero escarnio. Sin embargo, no está dicha la última palabra, el movimiento de mujeres ya los detuvo una vez. Los legisladores polacos ultrarreaccionarios están jugando con fuego, pero corren el serio riesgo de acabar quemados en la hoguera. 

 

Escribe Miguel Ángel Hernández, dirigente del Partido Socialismo y Libertad, sección venezolana de la UIT-CI

A la terrible situación que ya padecemos las trabajadoras y trabajadores venezolanos, ahora se suman las consecuencias de la pandemia y el confinamiento social que ha impactado severamente en la economía ya destruida del país. Todo esto ha ocasionado un acrecentamiento de las catastróficas condiciones sociales en Venezuela.

En las últimas semanas hemos presenciado cómo los precios de los productos de primera necesidad se han ido hasta las nubes mientras nuestros salarios son cada vez más miserables. Empresarios y comerciantes aprovechan la cuarentena y la crisis sanitaria para incrementar abusivamente los precios de los productos esenciales.

Esto ha agudizado el hambre y la desesperación en miles de pobladores de los barrios populares, especialmente en las zonas más pobres del país, que han salido a saquear comercios en sus localidades al grito de “Tenemos hambre, queremos comida”. Ante eso, el gobierno vuelve al expediente de la represión. Ya hubo un muerto y dos heridos de bala en la población de Upata, en el estado de Bolívar.

Si bien es importante mencionar que aún son protestas aisladas y no masivas y en zonas poco pobladas, el gobierno de Maduro, temiendo la explosión social, hace esfuerzos por garantizar algo de comida a través de las cajas Clap y mínimos servicios en las grandes ciudades, especialmente en Caracas.

Todas estas protestas y saqueos son expresión del hambre que sufren millones de habitantes de los sectores populares cansados de la frustración de no poder comprar comida a sus hijos.

El gobierno busca acordar precios con los empresarios y ocupa temporalmente algunas empresas. Esta política ha fracasado en otras ocasiones.

En tal sentido, el Partido Socialismo y Libertad sigue planteando que es necesario imponer con la movilización un plan económico y social de emergencia. El gobierno de Maduro debe orientar todos los recursos económicos a enfrentar la crisis social y sanitaria.

Hemos venido llamando a todos los sectores sindicales, organizaciones populares, juveniles y a la verdadera izquierda revolucionaria a unificarnos para dar la pelea por ese plan que parta de exigir un salario igual a la canasta básica.

No se puede seguir pagando la deuda externa. Debe suspenderse el gasto en armas, así como los ejercicios militares. Hay que confiscar los bienes de los corruptos de Pdvsa y los importadores fraudulentos, así como cancelar los contratos de empresas mixtas con las transnacionales; asimismo, imponer a los grandes grupos empresariales, banqueros y transnacionales un impuesto especial para atender la crisis social y sanitaria.



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