Jul 20, 2024 Last Updated 12:59 AM, Jul 20, 2024

Izquierda Socialista

Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista

Lula fue condenado por corrupción. Ante el debate sobre si hay que defenderlo o no, o si hay en curso un “golpe de la derecha”, Izquierda Socialista sostiene que Lula es parte de los gobiernos capitalistas que defienden intereses de arriba con corrupción. Lula traicionó a la izquierda y a los trabajadores. Por eso la verdadera izquierda no lo puede defender.

Escribe Juan Carlos Giordano Diputado nacional Izquierda Socialista/FIT

Muchos trabajadores y jóvenes podrán creer, o se preguntan, sobre si es cierto o no que Lula fue condenado sin pruebas por “la derecha”, o si lo quieren proscribir para las presidenciales de octubre. Comprendemos esas inquietudes, que pueden ser generadas por los fallos de una justicia patronal acomodaticia al poder de turno, o por la campaña de que hay un golpe enarbolada por parte de Lula, el PT, el kirchnerismo y la centroizquierda en la Argentina.
Desde Izquierda Socialista somos claros: opinamos que Lula representa una falsa izquierda que se corrompió gobernando para los ricos y las multinacionales y que, por lo tanto, no hay que apoyarlo ni defenderlo, sino que hay que luchar para que todos los corruptos vayan presos, en Brasil, la Argentina o donde sea.

Hechos contundentes
Lula dice que lo condenan sin pruebas, pero los hechos son contundentes. No se trata solo de que se quedó con un departamento en Guarujá como parte de las coimas que recibió junto al PT, sino que Lula encabezó una verdadera trama por la cual ya están en la cárcel José Dirceu, ex hombre fuerte del PT y jefe de gabinete de Lula, condenado a 23 años de prisión; el tesorero del PT y decenas de políticos del partido de Lula.
Petrobras licitaba obras a empresas como Odebrecht como parte de un programa impulsado por Lula cuando era presidente junto a su entonces ministra de Energía, la ex presidenta Dilma Rousseff. Petrobras pedía sobornos que luego repartía entre el gobierno y partidos patronales, entre ellos el PT de Lula–Dilma y el PMDB de Temer.
Odebrecht –durante el gobierno lulista– replicó ese “modelo” de sobornos en la Argentina (con Cristina Kirchner y ahora Macri) y la Venezuela de Chávez–Maduro. En Perú está preso el ex presidente Ollanta Humala y prófugo el otro ex, Alejandro Toledo, y Macri y el presidente Santos de Colombia reconocieron que Odebrecht financió sus campañas electorales. O sea, se digan “de derecha o de centroizquierda”, todos estos políticos están involucrados en este entramado capitalista corrupto, mientras pierde el pueblo trabajador.

Lula no es de izquierda
Lula llegó al gobierno en 2003 con el prestigio de haber combatido a la dictadura brasilera, ser obrero industrial y haber fundado el Partido de los Trabajadores (PT) que decía luchar por un gobierno de los trabajadores. Ganó con la consigna “trabajador votá trabajador” generando una gran ilusión en millones de obreros y el pueblo pobre. Pero luego de trece años de gobierno fueron millones también quienes terminaron repudiándolo. ¿Qué pasó en el medio? Lo que ocurrió con todos los gobiernos latinoamericanos de doble discurso: usaron el apoyo popular para gobernar para los bancos, las multinacionales y el imperialismo.
Lula abandonó los principios originarios del PT, traicionó a la clase obrera y pasó a gobernar para los patrones. Representa a una falsa izquierda que se corrompió al servicio de gobernar para los de arriba.
Lula habla de un “golpe de la derecha” y sus defensores lo hacen posar como que “es de izquierda”. Nada más lejos de la realidad. No solo que Lula reconoció que no es de izquierda, sino que la campaña intenta encubrir que gobernó con la derecha (Temer fue el vice de Dilma); que en las pasadas elecciones el PT fue en listas comunes con el partido de Temer en muchos distritos; el PT impulsó la Ley Antiterrorista (¡que sí violó las libertades democráticas persiguiendo luchadores y jóvenes!); reprimió la protesta social y puso de ministros a agentes de los bancos y a oligarcas. Hasta el propio Lula acaba de declarar que, de ganar las elecciones, no revisaría las medidas de ajuste de Temer!
También dice que su condena es “un golpe a las libertades democráticas” porque no se podría presentar a las elecciones. Pero son sus propios hechos los que lo condenan. Además, fue su gobierno el que para posar de “transparente” impulsó la ley para que los condenados por corrupción no puedan ser candidatos.
Izquierda Socialista no impugna que Lula pueda ser candidato. Lo que repudiamos es la campaña mentirosa del PT de la “proscripción” para desviar la lucha contra los ajustes y los corruptos, sean Lula, Temer y todos los políticos patronales acusados. No se trata entonces de ningún golpe o violación a supuestas libertades democráticas conculcadas, sino de pelear para que los corruptos vayan presos.

Cárcel a los corruptos, abajo el ajuste de Temer
El debate es muy importante ya que, si hay que defender a Lula como sostienen sus seguidores, se llegaría al extremo de tener que pedir por la libertad de los políticos corruptos que ya están presos en Brasil o, en Argentina, reclamar por De Vido, Jaime, Lázaro Báez o participar de los actos en defensa de Cristina ante las causas por corrupción.
Para Izquierda Socialista todo corrupto debe ir preso y devolver lo que se robó. No ponemos las manos en el fuego por ninguna justicia. Si los jueces están obligados a investigar es fruto del reclamo popular que viene de hace años para que los corruptos vayan presos. Esta pelea debe ir unida a la de terminar con los planes de ajuste capitalistas de los gobiernos patronales, sean “progresistas” o de “derecha”, como el que está aplicando Temer (y antes Lula). Por eso discrepamos con las posturas de los compañeros del PTS y el PO. El partido aliado al PTS en Brasil (MRT) habla de que esto es una “continuidad del golpe institucional que secuestró el derecho al voto de decenas de personas al destituir a Dilma”, y el Partido Obrero llama a “derrotar esta tentativa reaccionaria” contra Lula.
El centro de la realidad política de Brasil no pasa por defender a Lula como proclaman el PT, su central sindical (CUT) y las conducciones de los movimientos sociales (todas ellas dirigidas por el PT y el estalinista PCdoB), sino intervenir en la crisis en curso con una política para derrotar el brutal ajuste, por fuera Temer, su reforma jubilatoria, la reforma laboral y su plan económico de entrega. La CUT viene de desactivar la huelga general del pasado 5 de diciembre, cuando lo que hace falta es un plan de lucha consecuente. También hay que dar pelea electoral con un frente de izquierda contra todas las variantes patronales, con una candidatura y un programa de independencia de clase en defensa de la clase obrera y el pueblo brasilero, como lo propone nuestro partido hermano, la Corriente Socialista de los Trabajadores (CST) en el PSOL.

Temer, sobre Lula

El reaccionario presidente de Brasil dijo: “Desde el punto de vista político me gustaría que Lula pudiera disputar la elección y sea vencido. Pero si no puede participar eso tensionará al país y debemos distender las relaciones porque Brasil vive en tensión permanente”, (San Pablo EFE-AFP, citado por Clarín 30/01). Esto demuestra que no hay en curso ningún golpe destituyente por parte del gobierno de Temer contra Lula.
La nota agrega: “Lula y Temer son viejos conocidos. La alianza entre el PT y el partido de Temer se afianzó a finales de 2004 cuando el sindicalista decidió premiar al tradicional partido con algunos cargos en su gabinete […] en 2010 Temer fue elegido candidato a vicepresidente para acompañar a Rousseff, fórmula que se repitió en 2014 […]” (ídem).

El “Mensalao”

 Se denominó Mensalao (o “gran mensualidad”) al proceso judicial por la compra ilegal de votos de diputados en el Congreso brasilero durante el primer gobierno del PT  para votar la reforma jubilatoria de Lula en 2003.
Entre los condenados por el famoso Mensalao hay políticos ultracercanos a Lula. El escándalo estalló en 2005 cuando un diputado acusó al gobernante PT de haber pagado desde 2003 el equivalente a 10.000 dólares mensuales a políticos patronales para asegurarse sus votos. Veinticinco personas, algunas altos miembros del partido de Lula, fueron condenadas a la cárcel, entre ellos el ya mencionado Dirceu (nota principal); el ex presidente del PT, José Genoino, y el ex tesorero, Soares.

Debate en el PSOL

El Partido Socialismo y Libertad (PSOL, según sus siglas en portugués) es el principal y más dinámico partido de la izquierda brasilera. Fue fundado en 2004, luego de que el PT expulsara a los diputados radicales Babá, Luciana Genro y Heloisa Helena, que se opusieron a la reforma previsional y a la política de conciliación de clases del gobierno de Lula.
Frente a la elección presidencial de 2018 el PSOL lanzará un candidato propio en marzo y hay dos referentes principales ya postulados: Guilherme Boulos, propuesto por la dirección mayoritaria del PSOL, y Plinio de Arruda Sampaio Junior, apoyado por la izquierda del partido.
Estas dos candidaturas condensan dos orientaciones distintas dentro del PSOL. Boulos, líder del Movimento dos Trabalhadores Sem Teto (MTST) se movilizó contra una supuesta “persecución política” por la condena judicial a Lula, considerándolo como el “mal menor” frente al “golpe” y “el avance de la derecha”, y plantea abiertamente una alianza con el PT en la segunda vuelta electoral. En ese sentido, la dirección mayoritaria del partido ha sacado un comunicado en defensa de Lula y considera un “ataque a la democracia” el fallo judicial en su contra.
Por el contrario Plinio Junior, economista y profesor universitario, hace un balance crítico de los doce años de gobiernos de conciliación de clase del PT y llama a construir un frente de izquierda en Brasil para superar la experiencia del lulismo. La Corriente Socialista de los Trabajadores de la UIT-CI apoya la candidatura presidencial de Plinio Junior.
Javier Leonforte

Un reciente informe de la ONG Oxfam muestra que los grandes capitalistas se quedan con más del 80% de la nueva riqueza creada cada año por el trabajo de toda la humanidad.
Además, el informe señala que esto no es producto de la inteligencia, la capacidad o el esfuerzo de esos multimillonarios. Por empezar, una tercera parte de la riqueza de los capitalistas fue heredada y esto seguirá siendo así: “En los próximos veinte años los quinientos hombres más ricos del mundo traspasarán más de 2,4 billones de dólares a sus descendientes, una cantidad superior al PBI de la India, un país con 1.300 millones de habitantes”.
El informe de Oxfam también señala que los monopolios generan grandes beneficios para sus propietarios y accionistas “por el clientelismo y por la capacidad de los intereses privados de manipular a los gobiernos y las políticas públicas”. Es lo que vemos en la Argentina con Macri y su gobierno de CEOs, donde las multinacionales, los grandes bancos, los fondos buitres y los capitalistas con grandes fortunas manejan la economía y la política al servicio de sus ganancias. Lo mismo que se da en todo el mundo.
Esto significa que la explotación, la pobreza extrema, el hambre, la miseria, los negocios que destruyen a la humanidad como el narcotráfico y las guerras promovidas por los traficantes de armas no son “desastres naturales”. Son el resultado del capitalismo imperialista, un sistema dominado por las patronales y los multimillonarios.
La única solución es precisamente terminar con el dominio de los monopolios y los capitalistas que se apropian de lo que produce toda la humanidad. La salida es que gobiernen los trabajadores, dejar de pagar las deudas externas que enriquecen a estos parásitos y expropiarlos, para así colocar las principales palancas de la economía –las fábricas, las tierras, las finanzas, la banca y el comercio exterior– al servicio de una planificación económica que priorice resolver las más urgentes necesidades populares. Para comenzar, de esa manera, a construir otro modelo, sin explotadores ni explotados: el socialismo.

Los datos de la desigualdad extrema

Los informes de Oxfam revelan que el 82% de la riqueza mundial generada en 2017 fue a manos del 1% más rico de la población mundial, mientras que el 50% más pobre, unas 3.700 millones de personas, no se benefició en lo más mínimo de este crecimiento.
En los últimos doce meses la riqueza de los capitalistas con más de 1.000 millones de dólares aumentó 762.000 millones de dólares, una cifra suficiente para acabar con la pobreza extrema del mundo hasta siete veces. El 1% más rico del mundo ya posee tanta riqueza como el resto de los habitantes del planeta.
Un reciente informe de la empresa de servicios financieros Credit Suisse, por su parte, señala que las 62 personas más ricas del mundo tienen tanta riqueza como la mitad de la población más pobre de la Tierra.
En América Latina la fortuna de los “milmillonarios” creció 155.000 millones de dólares en 2017, una riqueza “suficiente” para sacar de la pobreza a todos los habitantes de la región en un año. Oxfam denunció además que en América Latina y el Caribe el 16% de los trabajadores asalariados y el 28% de los empleados por cuenta propia se encuentran en situación de pobreza. Cerca del 56% de la población mundial viven con 2 a 10 dólares al día.
Oxfam, citando a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estima que “casi una de cada tres personas trabajadoras de economías emergentes o en desarrollo vive en la pobreza”.
A esto sumémosle que las mujeres aportan a la economía mundial 10 billones de dólares en trabajos no remunerados, mientras que su participación en el sector formal es un 26% inferior a la de los hombres y, en promedio, la brecha salarial de género es de 23%.

 

El año 2018 empezó para Macri igual que como terminó 2017: mal. Sus propias encuestas muestran que su imagen cae en picada después de imponer la reforma jubilatoria en diciembre pasado. Los números son contundentes: el 62,8% rechaza los cambios a los jubilados, y el 63,4% cree que el gobierno “está afectando en mayor medida a los que menos tienen con las políticas de reducir el gasto público. Otra vez el fantasma de que Macri gobierna para los ricos” (datos en Clarín, 16/1/2018). Pero las encuestas no son necesarias viendo cómo crece la bronca entre los trabajadores y sectores populares. En pleno inicio del verano ya marcharon los estatales, hubo una huelga de los estatales de Azul contra los despidos, una marcha a Plaza de Mayo contra la represión y la criminalización de la protesta, y otra en Mar del Plata y Mar de Ajó contra la impunidad a los genocidas.

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Escribe Claudio Funes

Para mantener la estética del patio de la Casa Rosada, el gobierno de Macri gastará 235.000 pesos en una palmera. Reemplazará a otra que se secó. La compra de un nuevo ejemplar de Butia yatay se efectuó por contratación directa, es decir sin licitación. “La palmera la tengo hace un año, la pagué 5.000 pesos, pero coticé 235.900 pesos porque la logística es muy complicada”, manifestó su dueño. Esto se suma a los más de 300 millones de pesos que se invertirán en reformas de la Casa de Gobierno.

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Escribe Gabriel Massa

El 9 de enero, en su primera aparición pública de 2018 en un acto en Chubut, Mauricio Macri declaró: “No queremos seguir tomando deuda y obligar a que nuestros hijos y nietos la tengan que pagar”. Pero muy pocos días más tarde su gobierno anunció el lanzamiento de nuevos bonos de la deuda externa por 9.000 millones de dólares. Con esto la deuda de la Argentina, según datos del Estado y de consultoras privadas, llega a más de 351.000 millones de dólares, superando el 60 por ciento del producto del país.

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