Jul 18, 2024 Last Updated 9:34 PM, Jul 18, 2024

Izquierda Socialista

Redacción de Izquierda Socialista y de El Socialista

Escribe Mariana Morena

La juventud y el pueblo nicaragüenses siguen en las calles exigiendo la salida de Ortega. La semana pasada hubo masivas jornadas de protesta y el segundo paro nacional. Al mismo tiempo, recrudeció la represión de las bandas gubernamentales, que ha elevado la cifra de muertos a más de trescientos cincuenta. Las “negociaciones” promovidas por la Iglesia no evitan que avance la movilización popular revolucionaria para derribar a la dictadura.

Miles de nicaragüenses tomaron nuevamente las calles de Managua, Jinotega, Estelí, León, Granada y Masaya, entre otras ciudades, para exigir el cese de la represión en todo el país y la dimisión de Ortega. Fueron tres jornadas de protesta en el proceso de rebelión popular iniciado el 18 de abril ante el intento del gobierno de imponer una reforma previsional pactada con el FMI, que finalmente debió retirar. Pero este primer triunfo fortaleció al pueblo nicaragüense para seguir la movilización pidiendo que se vaya Ortega.

El jueves 12 de julio hubo multitudinarias marchas y plantones en las principales ciudades convocados con el lema “Juntos somos un volcán”. Durante la jornada, “¡que se vaya Ortega del poder!”, “¡qué pide el pueblo, que se vaya el carnicero!”, “el pueblo de Nicaragua está cansado de esta dictadura”, fueron algunas de las consignas gritadas o levantadas en pancartas. El viernes 13 tuvo lugar el segundo paro nacional de 24 horas, convocado por la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -que reúne a empresarios, académicos, estudiantes, campesinos y organizaciones civiles-, y respaldado por las cámaras patronales, que rompieron con el régimen al ver el peso de la movilización. Se sumaron el 90% de los comercios, supermercados, centros comerciales, grandes distribuidoras de alimentos, bancos y gasolineras, mientras las avenidas se mostraban vacías pese a que el gobierno garantizó el transporte público. Para el sábado se organizó una caravana de vehículos que recorrió los barrios de Managua que están bajo asedio de las milicias de encapuchados de Ortega.

La oleada de terrorismo orteguista no se detiene

En las últimas semanas Ortega puso en marcha una “operación de limpieza” con el objetivo de desmontar las alrededor de doscientos barricadas y bloqueos de carreteras que se levantaron en todo el país como forma de protesta y defensa frente al accionar violento de las bandas del gobierno. En medio de esa ofensiva, el domingo 8 de julio tuvo lugar la matanza de 21 personas en los municipios de Diriamba y Jinotepe en Carazo, a unos 40 kilómetros de Managua, seguida de una ola de secuestros de jóvenes y referentes sindicales y campesinos. Al día siguiente, hasta un grupo de obispos católicos que se acercaron como mediadores fueron agredidos por las bandas gubernamentales, junto con periodistas y paramédicos.

Según el informe más reciente de la Asociación Nicaragüense Pro-Derechos Humanos (Anpdh), entre el 19 de abril y el 10 de julio se registraron más de 350 muertos (en su mayoría jóvenes entre 18 y 30 años) y 2.100 heridos. Hay además unos 260 desaparecidos: las llamadas “fuerzas combinadas” del gobierno ejecutan un plan de “cacería” casa por casa en busca de opositores.

La represión continuó durante el fin de semana. El viernes 13 fuerzas paramilitares asaltaron el campus de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), ocupada por un centenar de estudiantes desde hacía más de dos meses, y asediaron durante horas la iglesia contigua en la que se refugiaron los jóvenes. Hubo otros dos muertos y decenas de heridos. El domingo al menos diez personas murieron en tres ciudades del Pacífico. La ola terrorista llevó a que la poeta y escritora nicaragüense Gioconda Belli, ex guerrillera sandinista que viene denunciando internacionalmente al gobierno de Ortega, advirtiera en una entrevista con una agencia de noticias alemana que “en Nicaragua se puede producir un genocidio sin precedentes en América latina”.

El dictador no quiere negociar. El pueblo tampoco.

Los ataques recrudecieron días después de que el presidente afirmó que no dejará el poder ni adelantará las elecciones, y tildó de “golpistas” a todos los que se manifiestan en su contra. Pero ¡que se vaya Ortega! sigue siendo el grito en las calles de Nicaragua pese a la sangrienta represión gubernamental. Incluso en localidades como Masaya, que fueron bastiones de la lucha del sandinismo contra la dictadura somocista en los ´80 y que hoy son símbolo de la resistencia contra el ex guerrillero sandinista, los pobladores se atrincheraron el último viernes para impedir que una caravana que lideraban Ortega y su mujer, Rosario Murillo, no pudiera ingresar en la ciudad.

Desde la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional repudiamos la represión de Ortega y denunciamos a la “mesa de diálogo” que encubre el plan del imperialismo, la Iglesia y los empresarios por una salida negociada para anticipar las elecciones generales, impunidad para Ortega y que siga una economía al servicio de los de arriba. Amplios sectores de la juventud y del pueblo desconfían del “diálogo” y por eso ha seguido movilizándose. Incluso sectores como los de Masaya desconocieron, semanas atrás, el llamado a levantar los “tranques” (los cortes de calles y barricadas).Llamamos a la más amplia solidaridad con el pueblo nicaragüense por ¡abajo Ortega! ¡Libertad a los presos políticos! ¡Justicia para las víctimas y plenas libertades democráticas! Por la formación de comités de autodefensa popular! Por una coordinadora de la juventud y el campesinado que organice la movilización popular revolucionaria para terminar con el gobierno patronal y represivo de Ortega y avanzar por un gobierno de los trabajadores, los campesinos y la juventud.

Escribe Francisco Moreira

A fines de junio de 1918 el gobierno de los soviets resolvió expropiar la gran industria rusa. Se realizó en el marco del descalabro económico desatado por las anexiones imperialistas al territorio ruso y el comienzo de la guerra civil. La medida sentó un precedente histórico: la revolución económico-social. La expropiación de los medios de producción se convirtió en pilar fundamental e ineludible para la resolución de las penurias obreras y populares.

La revolución de febrero de 1917, que sentenció la caída de la monarquía de los zares rusos, se hizo al grito de ¡paz, pan y tierra!. El gobierno provisional burgués, nacido en febrero y aliado a los terratenientes y antiguos nobles, desoyó los reclamos que habían desatado la revolución y fue perdiendo el apoyo de obreros, campesinos y soldados, que aún se encontraban en el frente de batalla combatiendo en la Gran Guerra (primera guerra mundial). La revolución de febrero también marcó el resurgimiento de los soviets. Los consejos de obreros, campesinos y soldados se convirtieron en un verdadero doble poder. El 25 de octubre, tras la toma del Palacio de Invierno en San Petersburgo, el II Congreso de los Soviets aceptó la fórmula del partido bolchevique de Lenin y Trotsky “¡todo el poder a los soviets!”. Así la revolución de octubre dio inicio al gobierno de los trabajadores, apoyado por campesinos y soldados, conducido por el partido bolchevique.

Del control obrero a la expropiación de la gran industria

Inmediatamente, el gobierno de los soviets debió abordar los más urgentes problemas populares. Entre los primeros decretos estuvo el llamado a la paz “sin anexiones ni contribuciones” (la paz no se alcanzaría sino hasta el 3 de marzo de 1918, con los acuerdos de Brest-Litovsk, en donde debieron aceptar extensas anexiones impuestas por los alemanes). El 26 de octubre, Lenin redactó el decreto sobre la tierra aboliendo “la propiedad inmueble sobre la tierra” de terratenientes y la Iglesia. En enero de 1918 se decretó el no pago de las deudas del Estado.1 El Código Civil de 1918 incluyó los reclamos de las mujeres y fue calificado como “la legislación más progresista que el mundo había visto jamás”.2

El programa económico bolchevique preveía el control obrero de la producción a través de comités de fábrica como paso previo a la expropiación completa de la burguesía. El decreto sobre el control obrero, del 14 de noviembre de 1917, legalizó la injerencia de los trabajadores en la gestión de las empresas. Las resoluciones de los órganos de control serían de cumplimiento obligatorio, incluso para los patrones, y el secreto comercial quedó abolido. De esta manera se buscaba que la clase obrera aprendiera a dirigir la industria antes de su expropiación definitiva.

Pero el sabotaje a la economía impulsado por los burgueses obligó a expropiar talleres y fábricas acelerando el proceso. Cuando un patrón suspendía el trabajo, eran los obreros quienes volvían a poner en marcha el taller o la fábrica. Como consecuencia, las autoridades locales comenzaron a quitar la propiedad a aquellos dueños que boicoteaban la producción o acopiaban los productos. La aceleración de este proceso llevó a la creación del Consejo Superior de Economía Nacional el 5 de diciembre de 1917 y unos días más tarde a la nacionalización de la banca, cuyos establecimientos financieros se opusieron al control. Para mayo de 1918 ya habían sido expropiadas 234 empresas.

La resistencia al control obrero y el sabotaje de la producción por parte de los industriales continuó en 1918. En mayo de ese año comenzó la guerra civil con el alzamiento de la Legión Checoslovaca, bajo mandos franceses. La intervención militar contrarrevolucionaria de las potencias imperialistas era inminente. En ese escenario de desmoralización y anarquía económica, la crisis se agravó. La hambruna amenazaba a las principales ciudades. El 28 de junio de 1918 el gobierno soviético promulgó el “decreto sobre la nacionalización de empresas de gran escala de la industria y el transporte ferroviario”.3 Expropió todas las empresas mineras, metalúrgicas, textiles, electrotécnicas, madereras, del caucho, cemento, curtidos, cuyo capital fuese superior a 500.000 rublos. El Consejo Superior conduciría la marcha de la economía por medio de direcciones colegiadas de las empresas, integradas por miembros designados por los consejos regionales y un tercio nombrados por los mismos obreros de las empresas.

Expropiar o no expropiar, esa es la cuestión

La fuerza de los acontecimientos obligó al gobierno de los soviets a acelerar los tiempos y realizar a fines de junio de 1918 la expropiación de la gran industria. Con ella, liquidó a la burguesía rusa. La expropiación permitió, a duras penas y tras incontables sacrificios, afrontar la guerra civil y terminar con el boicot económico. Sin la expropiación de seguro el gobierno obrero habría sucumbido. La propiedad estatal y la planificación de la economía se convirtieron en pilares fundamentales del Estado soviético y de las conquistas alcanzadas por los obreros de la URSS, aun tras el surgimiento del régimen estalinista.

A lo largo del siglo XX la decisión de expropiar o no a la burguesía marcó el destino de los gobiernos surgidos de procesos revolucionarios. Las revoluciones china (1949) y cubana (1959), encabezadas por Mao y Fidel Castro, debido a la presión popular y la intransigencia imperialista, llegaron a expropiar aun contra el programa que sostenían sus direcciones. A pesar de que esas conducciones congelaron en ese punto el proceso revolucionario, la expropiación representó el fin de la burguesía local y una enorme conquista para esos pueblos y su nivel de vida. Por el contrario, las revoluciones abortadas, como la nicaragüense (1979), encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y aconsejada por el propio Castro, que no avanzaron hacia la expropiación, pronto retrocedieron, así como el nivel de vida de las masas. En el siglo XXI las fallidas políticas de los gobiernos pseudoprogresistas de América latina repitieron la experiencia de esas revoluciones abortadas. La experiencia actual de la Venezuela chavista de Maduro evidencia que el rechazo a profundizar la revolución hacia la expropiación y la mantención de compromisos con la burguesía y las multinacionales, termina haciendo retroceder el proceso revolucionario y condena al pueblo venezolano al hambre.

1. Victor Serge. El año I de la revolución rusa. Capítulos IV y VII.
2. Wendy Goldman. La mujer, el estado y la revolución. Capítulo I. En 1920 se introduciría la legalización del aborto gratuito en los hospitales del Estado. 
3. Victor Serge. Idem.


“La revolución económica social”

Nahuel Moreno, dirigente trotskista, maestro y fundador de nuestra corriente, caracterizaba así a la nacionalización de la gran industria en la Rusia soviética de 1918 en su trabajo Las revoluciones del siglo XX: “Un año después de la revolución de octubre aproximadamente se realiza la expropiación de la burguesía. Fue una medida defensiva del régimen soviético frente al sabotaje económico de los propietarios de las empresas industriales. Si bien la expropiación no es producto de ningún cambio en el carácter del Estado y del régimen político, que sigue siendo el poder de la clase obrera y el pueblo (estado) dirigido por soviets acaudillados por el partido bolchevique (régimen), es la gran revolución, porque transforma abruptamente las relaciones sociales de producción. A partir de la expropiación y estatización de las industrias, desaparece la burguesía como clase social y se instaura la economía nacionalizada, planificada y obrera. Esta revolución, la más importante de todas aunque no se da en la esfera política sino en la económica, se denomina revolución económica social. Es el cambio total del carácter de la economía”. *

* Nahuel Moreno. Las revoluciones del siglo XX. “La época de la revolución socialista internacional”, 1984. Ver www.nahuelmoreno.org  

El 22 de agosto se llevarán a cabo las elecciones de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB), donde se conformó la lista Multicolor 6 con presencia en más de diez departamentales, de las 19 en las que se divide la provincia. La lista llevará de candidato a secretario general a Matías Rajovitzky (PTS), a Luz Ramallo (PO) como secretaria adjunta y a Rodrigo Severini de Judiciales en Marcha (Izquierda Socialista+independientes) como candidato a secretario gremial por la provincia.

Esta lista disputará con la actual conducción Verde-Celeste de Pablo Abramovich, y con la lista Judiciales Unidos Bonaerenses (Encuentro Judicial), que conduce algunas seccionales de la provincia y que lleva de candidato al Secretario General de la CTA-Yasky de zona Norte, Hugo Ruso.

Asimismo, Judiciales en Marcha se presentará por primera vez en la Departamental San Martín como lista 20 Bordó, llevando a Benjamín Gandolfo como candidato a secretario general, Natalia Díaz como secretaria adjunta, Rodrigo Severini como candidato a secretario gremial, a Martín Vecchio como candidato a secretario de hacienda y destacados referentes.

La presentación de Judiciales en Marcha y la conformación de la Multicolor provincial significan un avance cualitativo para aquellos que bregamos por un gremio combativo y antiburocrático para enfrentar el ajuste de Vidal hacia los judiciales.

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A principios del corriente mes la justicia laboral hizo lugar a una medida cautelar y ordenó a las autoridades del hospital la inmediata restitución de ocho enfermeros a sus puestos de trabajo. Sumando ya doce los fallos de reinstalación que la dirección del Hospital Posadas viene desconociendo. Este nuevo fallo es resultado de la incansable lucha que se inició hace más de un año, cuando los trabajadores se negaron a acatar la nueva jornada laboral de diez a doce horas de los enfermeros del turno noche.

Los ocho fallos son a favor de enfermeros del turno noche que no tienen fueros gremiales. Sigamos apoyando la lucha de los trabajadores del Posadas, si ellos ganan también será el triunfo de todos los trabajadores, fundamentalmente confiando en la lucha, en la unidad de la clase trabajadora

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Vidal sigue profundizando medidas de ajuste contra la educación pública. Ahora es el turno de las escuelas técnicas bonaerenses, a las que les quiere liquidar 1.400 horas de clase por escuela, achicando contenidos y despidiendo centenares de docentes provisionales. Toda la comunidad de las técnicas se puso de pie para defenderlas. 

Hay decenas de asambleas autoconvocadas, avanzando la coordinación entre escuelas y resolviendo acciones y movilizaciones durante el receso. También los estudiantes se pusieron al frente, realizando sentadas, marchas y también asambleas y coordinaciones.

Estamos participando buscando unificar con Adultos, Especiales, de educación física, todos atacados de manera específica, junto al conjunto de los docentes, en defensa de la escuela pública, los derechos laborales y el salario. Llamamos al no inicio de clases y a participar en el Plenario Provincial de Delegados Multicolores el 31 de julio para resolver cómo continuar la lucha

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