Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Se cumplió un año de gobierno de Milei. La clase obrera y el pueblo trabajador nada tienen para festejar. Festejan los grandes capitalistas, los bancos y el FMI. La motosierra hace estragos, facilitada por el pacto de la CGT y la complicidad de la oposición patronal, entre ella el peronismo. Pero 2024 no fue solo eso. Fue el año de los dos paros generales, enormes movilizaciones de distintos sectores, la rebelión estudiantil y del pueblo trabajador en Misiones. Y donde el Frente de Izquierda demostró su consecuencia en el enfrentamiento al gobierno, tanto en las calles como en el Congreso. Pelea que seguiremos dando en 2025, por una nueva dirección sindical y política para el movimiento obrero, postulando nuestra salida de fondo.
A un año de gobierno se siguen buscando explicaciones por parte de comunicadores sociales y hasta de psicoanalistas sobre las razones que encierra Javier Milei y sus armas políticas “para disciplinar al otro”, su rol de encomendarse permanentemente a las “fuerzas del cielo” o en autodefinirse como “líder mundial”. Otros lo llaman directamente psicópata. Intentos para entender por qué este personaje ha llegado al poder provocando semejantes barbaridades. Pero si Milei está avanzando no es porque esté ganando “la batalla cultural”, como se dice, o por el impacto de sus trolls en las redes, sino por el rol nefasto de los dirigentes de la CGT y los políticos patronales que le vienen dando aire.
Ganadores y perdedores
Milei se postuló diciendo que iba a combatir una supuesta “casta política” y saldar los males del país que arrastra desde hace más de cien años. Pero los resultados están a la vista. Quien pierde es el pueblo trabajador, las y los jubilados, la universidad, educación y salud públicas, la juventud y los pequeños comerciantes, mientras los que engrosan sus bolsillos son siempre los mismos. Para ellos hay plata, no para el pueblo trabajador.
Según el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) “las principales empresas que actúan en el país, centralmente extranjeras, tuvieron una sideral rentabilidad en el primer trimestre de 2024. Si se suman las tres empresas alimentarias que cotizan en bolsa (Arcor, Mastellone y Río de la Plata) sus ganancias operativas tuvieron un incremento del 687%. Se registran incrementos que superan el 9.000% en los laboratorios; 5.000% en el complejo exportador de granos; 1.300% en el sector alimenticio; 945% en el sector bancario y 790% en el hidrocarburífero”.
Como contrapartida, la licuación de salarios y jubilaciones es abismal, explicando el 38% del ajuste en el gasto nacional y el 50% de las provincias. Mientras el ministro Luis Caputo dice que las jubilaciones subieron un 20% y que solo el 11% de las jubiladas y jubilados son pobres y Milei mintiendo que los salarios le están ganando a la inflación. ¿Pueden ser tan siniestros? Será por eso que una encuesta de Catterberg revela que “el 70% considera que el ajuste lo pagó la gente, no la casta como Milei había prometido” (La Nación, 8/24).
No al pacto de la CGT y a la complicidad del PRO, la UCR, Pichetto y el peronismo
La pregunta del millón es por qué un gobierno que está en minoría está haciendo pasar el ajuste y logrando que le aprueben leyes nefastas en el Congreso. Esto sólo se explica por la complicidad de las conducciones sindicales, por un lado, y la denominada oposición política y de los gobernadores por otro.
Milei no avanza porque “la gente no da” o porque está aceptando mansamente que le roben sus salarios o el trabajo, como dicen desde las conducciones burocráticas de los sindicatos para justificar sus traiciones o de sectores del peronismo. La clase trabajadora cuando fue convocada a luchar protagonizó dos paros generales de manera exitosa a pesar de la bronca que hay con la CGT. El último paro del 9 de mayo fue contundente. Además, hubo un formidable 8M del movimiento de mujeres y disidencias, un colosal 24 de marzo, dos marchas multitudinarias de la comunidad educativa universitaria y una rebelión estudiantil con decenas de tomas. Pero cuando se necesitaba darle continuidad, las conducciones sindicales y políticas salieron en auxilio de Milei.
La CGT hace siete meses que no llama a ninguna medida de lucha. Dice que “no hay ambiente” para el paro. Los rectores, de mayoría radical (y también peronistas) desactivaron la lucha universitaria y nunca convocaron a la tercera Marcha Federal.
Por su parte, el PRO, Pichetto, los radicales y el peronismo tratan de evitar un traspié del gobierno. Apuestan a la “gobernabilidad” reclamada por el FMI. Por eso le están brindando las “herramientas” que necesita todo gobierno, según dicen. Bajo ese argumento le han votado la Ley Bases y ratificando los vetos para impedir la actualización de las partidas jubilatorias y de la universidad. Oposición que a su vez se negó a terminar de enterrar el mega DNU/70 en la Cámara de Diputados después del rechazo en el Senado, lo que hubiera evitado que Milei gobierne por decreto.
Tampoco dieron quórum en sesiones pedidas por la oposición para tirar abajo el DNU que brinda una discrecionalidad completa para contraer más deuda externa, por ejemplo. En cambio, apostaron a negociar partidas del presupuesto 2025. Pero el gobierno ningunea el Presupuesto y se dio el lujo de vaciar la sesión para hacer caer la Ley de Ficha Limpia del PRO para congraciarse con el peronismo. Un verdadero circo parlamentario donde hubo de todo, diputadas y diputados que pegaron el faltazo a tal o cual sesión porque se indigestaron con salchichón y les dio diarrea, o diciendo que no pudieron llegar al Congreso por un paro del subte. Desopilante.
De esa manera el gobierno muestra sus logros. A cambio les retribuyó con 20.000 millones de pesos a provincias como Catamarca, Tucumán, Misiones, y Salta, de donde salieron los votos, muchos de ellos provenientes del peronismo.
Lo del senador Kueider es un escándalo, que embiste directamente contra el gobierno, y muestra la mentira de que combate a la vieja política. El caso también embarra al peronismo, ya que el senador era un probado corrupto del negocio inmobiliario y traficante de dinero, que fue en la boleta del Frente de Todos en 2019 con Alberto y Cristina. Mostrando a un PJ que deja correr el ajuste de Milei jugando a su desgaste, preparándose para las elecciones del año que viene, donde la ex presidenta vuelve con sus viejas y mentirosas promesas “esperanzadoras” de un peronismo que no va más, cuando precisamente ya gobernó con pobreza, corrupción, inflación y pacto con el FMI.
Kueider no es el único problema de Milei
Todo esto está siendo aprovechado por Milei para seguir con su plan motosierra de saqueo, represión y recorte de los derechos políticos y libertades democráticas. Esto último se ve claramente, entre otras cosas, con los proyectos de reforma electoral que envió al Congreso. Bajo el título de que quiere “eliminar las PASO”, intenta proscribir a la izquierda y a distintas fuerzas menores. No sólo elimina los espacios gratuitos y aportes estatales, sino que impone requisitos casi imposibles de cumplir, favoreciendo a los partidos que se financian con el aporte de grandes capitalistas, eliminando de hecho los controles, privatizando la política (ver "No a la reforma electoral antidemocrática y proscriptiva de Milei"). En esto también está el peronismo, que le ha hecho un guiño al gobierno diciendo que podría acompañar la eliminación de las PASO, dando un aval político a todo este anuncio antidemocrático.
Estas medidas reaccionarias están cuestionadas. La gran mayoría repudia los ataques de Milei contra el periodismo o que tilda de “comunista” a todo opositor. Ya podemos ver qué le pasa a este tipo de gobiernos, como le ocurrió al presidente ultraderechista de Corea del Sur, teniendo que retroceder con la Ley Marcial fruto de la lucha popular.
El gobierno se monta en el pacto de la CGT y el aval político que le tiende la oposición patronal para avanzar. También muestra como un triunfo que la inflación bajó desde aquel fatídico 25% de diciembre de 2023, aunque los alimentos, las tarifas y distintos rubros siguen subiendo como el 20% en la carne vacuna. O que tiene controlado el dólar. Pero esto lo está haciendo a costa de un brutal ajuste y recesión, beneficiado coyunturalmente por el ingreso de 23.000 millones de dólares del blanqueo de capitales y lo que le entró por la liquidación de la cosecha. Sin embargo, lejos está, como quiere vender, de que la economía está encarrilada o mejorando. Nada que ver. El propio gobierno dice que necesita un nuevo préstamo del FMI por 15.000 a 20.000 millones de dólares. El Banco Central sigue con reservas negativas. La estafa de la deuda externa ascendió en este año a 462.000 millones de dólares que, sumada la de las provincias, alcanza la friolera de 520.000 millones de dólares. El año que viene se tienen que pagar 25.000 millones de dólares.
A esto se suma la tremenda crisis interna de La Libertad Avanza (LLA). La ruptura y pases de factura entre Milei y su vice Victoria Villarruel da para un libro. El lanzamiento del brazo armado de jóvenes fachos financiados con cenas pagadas por grandes empresarios a 25.000 dólares el cubierto cayó muy mal. El escándalo del senador Kueider trae cola. Se supo que la esposa de Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO en Diputados aparece en un complejo entramado de sociedades para adquirir propiedades en Florida, Estados Unidos. Por otra parte, la relación de quiebre entre Milei y Mauricio Macri hace peligrar un acuerdo electoral para el año que viene.
Las perspectivas para 2025
Milei tiene cosas que momentáneamente le juegan a favor y otras que categóricamente van en contra. El año que viene hay elecciones de medio término que se desarrollarán en el marco de una crisis de fondo que viene embargando al gobierno desde que asumió, donde los reclamos obreros y populares seguirán incentivados por el avance de la miseria creciente, la pobreza, la caída en los ingresos populares, los despidos, las privatizaciones y el ataque global del brutal plan motosierra. Por eso es que a pesar del pacto de la CGT hay luchas. Se sigue movilizando el Garrahan, hubo un paro provincial de distintos gremios en Santa Cruz el pasado 28, provincia donde se acaba de ganar el gremio docente Adosac en manos del sindicalismo combativo, mostrando que se fortalece la pelea por una nueva dirección combativa, sigue la pelea de los petroquímicos de Río Tercero, hay paros en ramas de distintos gremios y sectores. Enfrentamientos que se seguirán desarrollando, porque la clase trabajadora no está derrotada. Y seguramente se abrirá un mayor espacio político para el crecimiento de la izquierda, ya que hay una enorme vanguardia sindical, estudiantil, ambiental, de mujeres y de distintos sectores que empuja las luchas, y está haciendo su experiencia política y no encuentra respuesta.
Izquierda Socialista/FIT Unidad ha llamado desde un primer momento a la más amplia unidad para derrotar el plan motosierra de Milei, los gobernadores y el FMI. Y lo vamos a seguir haciendo, cuestionando el pacto de la CGT y exigiendo el paro general, como lo haremos en la marcha del 20 de diciembre. Este año hemos lanzado la corriente sindical A Luchar encabezada por nuestro dirigente Rubén “Pollo” Sobrero e importantes referentes para impulsar esa política. Unidad necesaria tanto para ganar una lucha, desarrollar el sindicalismo combativo y fortalecer al Frente de Izquierda Unidad. Aportando para ello con nuestras bancas, como lo hacemos en el Congreso de manera destacada con nuestra diputada y delegada ferroviaria Mónica Schlotthauer, Mercedes Trimarchi en CABA y en otros distritos.
Llamamos a superar al peronismo por izquierda, postulando al FIT Unidad. Peleando por un plan económico obrero y popular que deje de pagar la deuda y por un gobierno de la clase trabajadora y una Argentina socialista. Siendo entusiastas en defensa de la causa palestina, saludando ahora la caída de la dictadura asesina siria de Bashar al Assad. Fortaleciendo para ello a nuestra organización internacional, la Unidad Internacional de trabajadoras y trabajadores, Cuarta Internacional (UIT-CI), de la cual Izquierda Socialista es parte, que se ha fortalecido en este tiempo con la incorporación de nuevas secciones fruto de su política de unir a las y los revolucionarios.
Bajo estas premisas invitamos a sumarse a Izquierda Socialista, como lo estamos haciendo en nuestras fiestas de fin de año, convocando a impulsar en la coyuntura la campaña contra la reforma electoral, por la absolución de los diecinueve procesados en Jujuy y seguir junto a la UIT-CI redoblando la campaña internacional en apoyo a Gaza y al pueblo palestino contra el genocidio sionista israelí, preparando la pelea para el 2025.
Entrevistamos a nuestra compañera de Izquierda Socialista Mónica Schlotthauer. Mónica es diputada nacional y ha tenido una destacada participación en el Congreso Nacional enfrentando a las políticas de ultraderecha de Milei y a la oposición patronal. Delegada ferroviaria, feminista, Mónica nos cuenta los desafíos que se vienen.
El Socialista- Dicen que Milei termina 2024 con un cierto “veranito” y logró pasar varias de las leyes ¿Es posible derrotar este ajuste?
Mónica- Tajantemente sí. Miremos lo que pasó a lo largo del año: cuando el pueblo trabajador fue convocado a salir a pelear, lo hizo masivamente. Lo vimos en las movilizaciones a las pocas semanas de asumir Milei, en el paro general y la movilización de enero, en el de mayo. Hubo dos gigantescas, yo diría históricas, marchas educativas. También fueron muy masivas las convocatorias del 8M y el 24 de marzo. Se hizo un Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades, el primero bajo este gobierno de ultraderecha, en Jujuy, que también convocó a decenas de miles, lo mismo que la Marcha del Orgullo LGBTQIA+. Además de eso tuvimos todas las luchas sectoriales llevadas adelante por los directamente “ajustados” por el gobierno, con paros docentes, estatales, la inmensa pelea de los aeronáuticos, de trabajadoras y trabajadores de la Salud, con triunfos como el del Bonaparte. Las y los jubilados vienen saliendo todas las semanas. En todas ellas estuvimos, llevando la solidaridad y participando activamente. Ahí pudimos palpar la bronca que sigue creciendo en el pueblo trabajador.
E.S.- Pero Milei pasó una parte importante del ajuste que se propuso…
Mónica- Sin duda. Y ahí tenemos que ir a un punto importante. La burocracia de la CGT dice que es porque la gente no quiere salir a luchar, con la excusa de que “no hay ambiente” se niega a convocar un nuevo paro nacional u otra medida que sirva para unificar y fortalecer la pelea. Pero el problema son justamente ellos, que desde mayo vienen sosteniendo sistemáticamente un pacto con el gobierno. Los burócratas sindicales y, más a fondo (yendo a lo específicamente político), el peronismo, que no se juega a derrotar el ajuste, sino simplemente a canalizar la bronca electoralmente, mientras deja correr o es, en más de una ocasión, directamente cómplice del gobierno.
E.S.- Y entonces, ¿qué hay que hacer?
Mónica- Claramente: construir otra dirección para el pueblo trabajador, en lo político y en lo sindical. Empiezo por esto último: nosotros hace años que batallamos por una nueva dirección para la clase trabajadora, democrática y combativa. Somos parte del sindicalismo combativo al que tratamos de fortalecer todos los días. Por eso este año nos dimos una tarea, la construcción de una corriente sindical, que fue lo que hicimos con la creación de A Luchar, donde agrupamos a dirigentes y activistas de todo el país con los ferroviarios de la Bordó, docentes de Ademys, Adosac, de los Sutebas combativos, todos agrupados en Docentes en Marcha, con nuestras agrupaciones de estatales y con tantos otros. Al mismo tiempo, seguimos insistiendo en la necesidad de volver a reunir al Plenario del Sindicalismo Combativo, para coordinar, fortalecer las luchas para que ganen y dar la disputa de verdad a la burocracia de la CGT y las CTA.
E.S.- ¿Y qué pasa con la alternativa política?
Mónica- Te decía que había dos desafíos, este es el otro. El balance tanto del gobierno anterior, que llevó equivocadamente a muchas compañeras y compañeros a votar a Milei, como de este primer año de gobierno de ultraderecha, es que el peronismo no va más. No le sirvió al pueblo trabajador cuando fueron gobierno, ni ahora como oposición patronal. La salida es la izquierda. Este año lo volvimos a demostrar. En el Congreso, donde fuimos el único bloque que votó coherentemente y sin fisuras contra todas y cada una de las barbaridades que traía La Libertad Avanza. Denunciamos, en el recinto, en las comisiones, haciendo audiencias públicas, como la multitudinaria que realizamos contra la privatización del ferrocarril, presentamos proyectos en ese sentido, otros planteando incluso un programa alternativo basado en el no pago de la deuda. Pero no nos quedamos en los discursos, estuvimos en las calles, recorrimos el país apoyando cada pelea.
Y te decía que “seguimos” siendo coherentes porque esto no es nuevo. Desde su fundación en el 2011, el Frente de Izquierda viene peleando contra todos los gobiernos y todos los ajustes.
E.S.- ¿Cómo podrías sintetizar lo que plantea el FIT Unidad políticamente?
Mónica- Acá tienen que gobernar las y los que nunca lo hicieron, quienes no tienen complicidades con el desastre en que estamos sumidos. Tienen que gobernar las y los trabajadores y la izquierda. Poniendo en ejecución un programa alternativo, de emergencia, obrero y popular, que arranque por dejar de pagar la deuda y hacer que la crisis la paguen los patrones y los ricos, porque plata hay, sólo que se la llevan ellos. Y ese dinero debe ir a salarios, trabajo, educación, salud, ciencia y técnica. A erradicar el flagelo del hambre y la pobreza. Claro que todo esto nos lleva a otra discusión: llegamos al estado de decadencia en que está el país producto del capitalismo imperialista en que estamos sumidos. Por eso, ese programa alternativo y ese gobierno de las y los trabajadores que postulamos tiene que ser en camino a la construcción de una Argentina socialista.
E.S.- ¿Querés agregar algo más?
Mónica- Para que esto se haga realidad hay que participar activamente. Por eso, quiero invitar a quiénes leen esta entrevista, a quienes nos siguen por las redes, a los que nos acompañan en las actividades o han venido a nuestras charlas y también a los miles que, en distintos momentos de este año, se han sumado a alguna lucha contra el ajuste y este gobierno ultraderechista, a que se sumen a Izquierda Socialista, mi partido. Desde ahí, junto con las y los compañeros de las otras fuerzas del Frente de Izquierda, seguiremos en el 2025 dando la pelea.
Milei insiste en que su plan motosierra es la única opción viable para la economía argentina. Justifica el super-ajuste que está llevando adelante con la excusa de que “no hay plata”. ¡Mentira! Hay otra salida, un plan alternativo, de emergencia, obrero y popular, con los siguientes puntos principales:
Dejar de pagar inmediatamente la fraudulenta, ilegal, inmoral y usuraria deuda externa y romper con el FMI.
Establecer un impuesto de emergencia a las super-ganancias de los grandes empresarios y a la riqueza de los multimillonarios. Al mismo tiempo, eliminar el IVA a los productos de la canasta familiar y el impuesto “a las ganancias” sobre los salarios.
Con todos esos recursos garantizar un salario mínimo igual a la canasta familiar para todas las trabajadoras y trabajadores, reabriendo desde esa base todos los convenios para que las distintas categorías suban en porcentaje acorde a ese ingreso mínimo. Que dichos salarios se incrementen mensualmente de acuerdo al costo de las modificaciones que tenga el costo de la canasta familiar. Al mismo tiempo, establecer una jubilación mínima igual a la canasta de la Tercera Edad y desde ahí que se haga realidad el 82% móvil.
Nacionalizar la banca y el comercio exterior. Para de esta manera terminar con la bicicleta financiera, la fuga de capitales y todos los negociados de los grandes pulpos especuladores. Y permitir que el dinero se canalice al crédito popular, para el consumo y la vivienda, así como a la financiación de proyectos de desarrollo. A la vez, que los dólares de las exportaciones también sirvan con esa finalidad, luego de planificar el abastecimiento interno y que los artículos importados sean los estrictamente necesarios y no una competencia desleal para la industria nacional.
Reestatizar todas las empresas de servicios públicos privatizados, poniéndolas a funcionar bajo gestión de sus propios trabajadoras, trabajadores y usuarios, con tarifas sociales para quienes lo necesiten. No a las privatizaciones que plantea Milei, ni de Aerolíneas Argentinas ni de ninguna otra empresa reestatizada. No a la privatización de la Hidrovía, que debe ser manejada y controlada por el estado nacional y las provincias involucradas.
Rescisión de todos los contratos petroleros y gasíferos con empresas privadas, sean los pulpos transnacionales o las grandes empresas locales como Techint. Por una YPF 100% estatal, que concentre todo el negocio petrolero desde la exploración, pasando por la extracción, el transporte, el refinado y la comercialización. Idéntica rescisión para el negocio de la explotación del gas, recreando una gran Gas del Estado que concentre todo el proceso.
No a la privatización, el saqueo y la destrucción ambiental de nuestras comunidades con la explotación por parte de multinacionales de los recursos mineros, como el litio, el cobre, el oro o la plata. Explotación por parte del estado, con gestión de las y los trabajadores y pleno acuerdo de las comunidades involucradas.
Escribe José Castillo
Hoy el peronismo es, sin duda, la principal fuerza política patronal opositora. Terminando 2024, Cristina Fernández asumió como presidenta del Partido Justicialista, ratificando su lugar central de liderazgo en dicha fuerza política. Así se manifestó en la reunión de Moreno, más allá de los elementos de crisis e interna por los cargos, volvió a juntar en una misma mesa a Axel Kicillof, a La Cámpora e incluso a Sergio Massa.
Frente a este hecho, sin duda son muchos los compañeros y compañeras que en los lugares de trabajo, estudio, en los barrios populares, en el movimiento de mujeres y diversidades y en la juventud que se preguntan si el peronismo en general y el kirchnerismo en particular son la salida contra este gobierno de ultraderecha que sufrimos.
Queremos ser absolutamente claros y sinceros con nuestra posición: la respuesta es tajantemente no.
Los cómplices de Milei
El peronismo también ajusta donde gobierna y un sector importante de esa fuerza política ha facilitado a Milei llevar adelante sus políticas. Así, casi desde el comienzo del año, el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, “alineó” a sus diputados junto con los de La Libertad Avanza y desde entonces les vota todos sus proyectos. Sin tanto verticalismo, muchas veces el gobierno logró triunfar en el Congreso con apoyos de diputados y senadores peronistas de Catamarca, Salta, San Juan o incluso legisladores “sueltos” de otras provincias que ingresaron al Congreso en las listas de Unión por la Patria. Tal es el caso del corrupto senador entrerriano Edgardo Kueider. También ha resultado muchísimas veces funcional a La Libertad Avanza aquellos que responden al gobernador santiagueño (aliado histórico del peronismo) Gerardo Zamora. A esto se le suma, por supuesto, el peronismo cordobés.
El ajuste de los gobernadores
Cristina, como presidenta del PJ, señaló que sólo reconoce como gobernadores “propios” de Unión por la Patria a Axel Kicillof de Buenos Aires, Ricardo Quintela de La Rioja, Gildo Insfrán de Formosa, Sergio Ziliotto de La Pampa y Gustavo Melella de Tierra del Fuego. Sin embargo, y más allá de sus discursos opositores “contra la motosierra de Milei”, en todos los casos aplicaron sus respectivos ajustes provinciales, como lo sufrieron docentes y el resto de los trabajadores estatales de esas jurisdicciones. Además, Kicillof se jugó a implementar su propio RIGI y Quintela llegó a pagar salarios con bonos (llamados “Chachos”).
El peronismo frente a las medidas de la motosierra
Este año hubo innumerables luchas y resistencias frente a las distintas medidas de ajuste. A la mayoría de los dirigentes políticos del peronismo no se los vio apoyando esas luchas. Mucho peor fue, sin duda, el rol de los dirigentes sindicales peronistas, conducción de la CGT y las CTA. La burocracia de la CGT, en particular, directamente asumió un pacto con el gobierno desde el mes de mayo, archivando cualquier medida de fuerza nacional y dejando pasar todas y cada una de las medidas del súper-ajuste.
El programa político “alternativo” del peronismo
Además de todo lo anterior, que ya permite afirmar que el peronismo no ha estado para nada a la altura de la pelea contra el gobierno de Milei, cabe la pregunta de cuál es el programa alternativo que postula el peronismo frente al superajuste. Nada muy distinto a lo que llevó adelante el gobierno de Alberto, Cristina y Massa, un ajuste supuestamente “más humanizado” y con otro discurso: la utopía reaccionaria de que es posible negociar un acuerdo “progresista” con el FMI y seguir pagando la deuda mientras se “redistribuye la riqueza”. Nada de esto sucedió en la realidad, al igual que en anteriores gobiernos, se llevó adelante el ajuste para garantizar los pagos de deuda y cumplir con las exigencias del Fondo.
En síntesis, el peronismo en todas sus formas, y Cristina como líder en particular, no son la salida que necesita el pueblo trabajador. Esta viene por izquierda, como venimos construyendo y postulando desde el FIT Unidad.
Escribe Mercedes Trimarchi, diputada en CABA por Izquierda Socialista en el FIT-Unidad
Jorge Macri es el mejor alumno de Javier Milei y, desde que asumió el gobierno, puso en marcha el mismo plan de ajuste y austeridad, pese a que la Ciudad de Buenos Aires tiene superávit fiscal desde hace años. Los alquileres y las tarifas porteñas subieron a escalas estrafalarias. En la ciudad más rica del país, la pobreza y la indigencia se duplicaron en un año. De acuerdo a los datos oficiales 1.083.000 personas (35%) están por debajo de la línea de pobreza y 471.000 personas (15%) por debajo de la línea de indigencia.
Alquilar en CABA se volvió una odisea. Con la reforma del Código Urbanístico (que establece lo que se puede construir en la ciudad) se sigue beneficiando a las grandes desarrolladoras inmobiliarias con quita de impuestos, para que sigan construyendo torres de lujo en las que no va a vivir ninguna familia trabajadora. La crisis habitacional se viene profundizando en los últimos años de gestión PRO con un aumento del porcentaje de inquilinos. Según los datos recopilados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el 37% de los hogares en CABA son inquilinos y entre los adultos jóvenes (30 a 45 años) asciende a 52%.
Una banca al servicio de las luchas porteñas
Contra esta política del PRO hemos batallado todo el año y denunciado desde la banca de Izquierda Socialista en el FIT-Unidad. Una banca al servicio de las luchas, como la pelea que dieron las enfermeras y enfermeros para ser incorporadas a la carrera profesional (Ley 6035) con un reconocimiento a su trabajo no solo económico. Acompañamos a los familiares de Cromañón que en su 20° aniversario exigen una reparación integral para todas las víctimas de la masacre.
Desde la banca también hemos acompañado al equipo interdisciplinario del Centro de Salud Mental Nro. 1, ubicado en el barrio de Nuñez ya que el predio en el que funciona desde hace años salió en el listado de inmuebles para ser rematados via el Decreto Nacional 950/24. Un verdadero ataque a la salud en general y en particular a la salud mental de miles de pacientes que se atienden en el Centro y que el gobierno porteño aún no se ha pronunciado, lo que lo transforma en cómplice. Al igual que en el Bonaparte, la organización de la comunidad es clave para lograr frenar el remate y que el Centro siga funcionando dónde está.
Por último, tuvimos la pelea por el boleto educativo. Un reclamo que lleva décadas y que con la rebelión estudiantil de este año y las tomas de universidades contra el veto presidencial, cobró mayor relevancia. Los tarifazos en el transporte afectaron directamente el derecho a la educación y les estudiantes tienen que dejar de cursar por no poder pagar el boleto. Gracias a esta lucha, se logró discutir en la Legislatura la gratuidad del boleto educativo para estudiantes universitarios y de los institutos de nivel superior. Un paso adelante en esta lucha que debe continuar para alcanzar también a toda la docencia.
Desde la banca en la Legislatura porteña renovamos nuestro compromiso de seguir acompañando estas luchas y las que seguirán en 2025.