A las mujeres nos gritan y nos silban en la calle, nos apoyan o nos tocan mientras viajamos en colectivo, entre otras barbaridades. Esto para nosotras no es ninguna novedad, es con lo que cargamos a diario por el hecho de ser mujeres. Soportamos que cualquiera, aunque sea un desconocido que pasa caminando pueda opinar sobre nuestro cuerpo o sobre lo que llevamos puesto. Es más, fue el propio Macri, siendo jefe de gobierno quien dijo en 2014 que: “A todas las mujeres les gustan los piropos, aunque les digan qué lindo culo tenés”.
Sin embargo, el movimiento de mujeres con el que venimos dando enormes peleas y movilizándonos por nuestros derechos, desde hace años que venimos denunciando que el “piropo” es acoso callejero y es una de las tantas formas en la que se manifiesta la violencia de género.
Recientemente se aprobó en el Senado la reforma de la ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres y se incorpora en el artículo 6º, al acoso callejero. El inciso g, del mencionado artículo quedó redactado de la siguiente manera: “Violencia contra las mujeres en el espacio público: aquella ejercida contra las mujeres por una o más personas, en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciales, a través de conductas o expresiones verbales o no verbales, con connotación sexual, que afecten o dañen su dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia y/o generen un ambiente hostil u ofensivo.” También se aprobó la implementación de una línea telefónica gratuita destinada a dar contención e información y que el Consejo federal de educación elabore contenidos curriculares sobre la temática para trabajar en las escuelas.
Sin dudas, esta reforma de la ley es producto de la movilización de las mujeres y que vamos imponiendo con nuestra lucha este tipo de cambios. Sin embargo, denunciamos que al igual que toda la ley 26.485 es papel mojado o letra muerta si no cuenta con el presupuesto necesario para que se aplique. Por eso, este #3J debemos seguir movilizadas contra las violencias machistas y exigir plata para la ley 26.485 y no para la deuda externa.