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Desde el Mayo Francés pasaron 50 años. Los pueblos siguieron rebelándose. Ganó Vietnam en 1975, Nicaragua e Irán en 1979. Cayeron las dictaduras del Cono Sur de América Latina durante los 80. Se acabó el Apartheid en Sudáfrica. Luego las masas derribaron el Muro de Berlín y a las dictaduras estalinistas en Rusia y Europa del Este. Y durante los 90, mientras los agoreros pronosticaban el “fin de la historia”, surgieron la rebelión zapatista y el movimiento antiglobalización. En nuestro continente, rebeliones populares tumbaron gobiernos que implementaban ajustes como en Ecuador, Bolivia, o en nuestro Argentinazo del 2001, o la derrota del golpe proyanqui en Venezuela en 2002. Después del estallido de la crisis económica mundial del 2008, procesos de movilizaciones históricas se dieron en toda Europa, y luego estalló la “Primavera Árabe” que derribó regímenes dictatoriales que llevaban décadas.
Las mujeres peleamos en nuestros lugares de estudio y en las calles por nuestros derechos
Este siglo de lucha de la juventud y el movimiento estudiantil ha sido también un siglo lucha de las mujeres por sus derechos. Desde la reforma del ‘18 las mujeres ya dabamos duras peleas, en primer lugar, por acceder a la universidad. Pero también tenemos ejemplos como el de Prosperina Paravan, que fue vanguardia peleando para que los estudiantes de su facultad (de odontología de Córdoba) se sumaran a las movilizaciones reformistas a pesar de la negativa de su centro de estudiantes.
1968: de la revuelta estudiantil a la huelga general
Todo cambió en mayo de 1968. Las barricadas se volvieron a alzar, como en las revueltas de 1830, en 1848 o en la Gloriosa Comuna Obrera de 1871. París se vistió de revolución, como en la ya lejana 1789 y en la mucho más cercana reconquista de la ciudad a los nazis en 1944. Toda la Francia oficial y “bienpensante” se puso en contra del alzamiento. Incluso, y principalmente, gente que era o decía ser “de izquierda” como el Partido Comunista Francés, que lanzaba diatribas todos los días desde su diario, Le Humanité.
Por una nueva rebelión estudiantil que frene el ajuste de Macri
Si los reformistas comenzaron su alzamiento contra el dogmatismo clerical que reinaba en una universidad que había quedado anclada en el pasado, hoy nos enfrentamos por el contrario a un gobierno que con el discurso de “modernizar” presentó un proyecto de “Plan Maestr@” que quiere liquidar los pilares centrales de la educación pública argentina. De ahí que Macri haya sacado en enero un decreto donde declara “2018 el año de la Reforma Universitaria” y que llama a “actualizarla”. Hoy el “progreso” es puesto al servicio de atacar las conquistas que el pueblo argentino supo conquistar en su sistema educativo.
1918 y el derecho sagrado a la insurrección estudiantil
El foco central del levantamiento estudiantil se dio en Córdoba, donde el carácter progresivo de los movimientos del siglo XX entró en profunda contradicción con una universidad que era un resabio medieval dominado por el Arzobispado a través de una logia que imponía docentes y contenidos, la “Corda Frates”.