El levantamiento definitivo del "paro sin fecha", en su momento votado por el confederal de la CGT, a cambio de un bono miserable de cobro incierto (muchos empresarios han declarado que no lo pagarán; y lo mismo vale para los gobernadores) y, ante el saqueo que produce el impuesto al salario, volver a tener como única respuesta la eximición en cálculo de Ganancias del medio aguinaldo, es una completa entrega de los reclamos obreros que acentúa la necesidad de un paro nacional y un plan de lucha.

Para el próximo viernes 4 de noviembre está anunciada una “jornada nacional de lucha” por parte de las CTA Yasky y Micheli junto a los movimientos sociales. ATE nacional convocó a un paro nacional para la primera quincena de noviembre. Ante la tregua de la CGT hay que unificar los reclamos contra el ajuste de Macri y los gobernadores.

Escribe Martín Fú

La burocracia sindical peronista, que ha controlado los sindicatos los últimos 71 años, ha servido como auxiliar de los gobiernos y las patronales en la aplicación de los planes de ajuste y el intento de disciplinar al movimiento obrero. A la política de conciliación de clases y los métodos de la burocracia contraponemos un modelo combativo y democrático, sin privilegios, en el que sean los trabajadores quienes decidan las líneas de acción en defensa de sus derechos, de manera autónoma y unitaria.

Escribe Simón Abreu

La burocracia de la CGT “unificada” debutó con una traición al levantar el paro sin fecha por una limosna. El paro no se hizo por consejo de la iglesia católica, los políticos del peronismo y la oposición patronal. Todos juegan para salvar al gobierno y a las patronales. Hacen faltas nuevos dirigentes sindicales que luchen y no se vendan.

Escribe Juan Carlos Giordano

Los trabajadores bancarios siguen peleando por la reapertura de su paritaria y la eliminación del impuesto a las ganancias sobre el salario. El gremio había pactado un convenio por el 33% que, incorporando sumas fijas, llegaba al 35%. Un 10% por debajo de lo que terminará resultando la inflación de este año. Por eso comenzaron a exigir la aplicación de la cláusula gatillo, que había acordado que si la inflación superaba lo firmado automáticamente se reabría la paritaria, cosa que la patronal ahora niega.

Vaca Muerta era, hace unos años, la “piedra preciosa” del negocio petrolero. Por eso se firmaron los escandalosos acuerdos secretos de YPF con Chevrón. A posteriori, otros pulpos petroleros también se postularon para entrar a ese negocio. Pero eso es música del pasado, ahora cayeron los precios del petróleo, las empresas siguen siendo subsidiadas y viene el ajuste contra sus trabajadores.