Brasil vive una profunda crisis política. En el marco de una grave crisis económica que lo sacude, de un enorme escándalo de corrupción que envuelve a los principales partidos capitalistas y al gobierno, y de grandes movilizaciones populares, la mayoría parlamentaria inició el proceso de “impeachment”, para destituir a la presidenta Dilma Rousseff.
Rousseff tiene sólo un 8% de aprobación popular. Pero quienes piden su destitución, como el presidente del Congreso, Eduardo Cunha, es otro corrupto repudiado por el pueblo. Todos están implicados por haber recibido enormes coimas de empresas privadas de construcción, que pagaron sus campañas electorales además de enriquecerlos personalmente. Las coimas fueron por contratos enormemente sobrefacturados con Petrobrás y entidades estatales.
Cunha es del PMDB, parte del gobierno hasta hace muy poco. Pero ahora acosado por el escándalo de corrupción (los jueces ya mandaron a la cárcel a parlamentarios, dirigentes del PT y poderosos empresarios), trata de echar la culpa sobre el PT y por eso inició el “impeachment”, un procedimiento legal de destitución del presidente. Para eso se unió al PSDB, el partido de oposición de derecha que controla varios estados (equivalente a provincias). Entre ambos y otros partidos de derecha tienen mayoría parlamentaria. El PT gobernante llama a defender a Dilma y dice que hay un “golpe de Estado”.
La declaración de la CST/PSOL (Corriente Socialista de los Trabajadores en el PSOL), organización de la UIT-CI, expresa que: “El verdadero golpe que está en curso es el ajuste fiscal, que viene desmontando los servicios públicos del país, dejando centenares de miles de desocupados, para llenar los bolsillos de los banqueros y grandes empresarios que financiaron las campañas del PT, PMDB y PSDB”.
La declaración de la CST señala claramente que el PSOL se debe manifestar contra el impeachment, encabezado por el corrupto Cunha, pero sin dar ningún apoyo a Rousseff como han hecho algunos diputados del PSOL: “Dilma no es un mal menor, pues encabeza un gobierno burgués, conservador y corrupto […] la derecha reaccionaria está, con sus matices, tanto en el gobierno del PT-PMDB, como en la oposición […] Dilma, junto al PT, PMDB y PSDB, están juntos en la aplicación de un brutal plan de ajuste que busca descargar sobre el pueblo trabajador y la juventud la crisis económica”.
La CST llama a luchar “por una salida independiente, de la clase trabajadora y de la juventud […] Hoy el 80% de la población rechaza tanto a Cunha como a Dilma […] y con toda razón”. Por eso llama al PSOL y a la “izquierda coherente” a movilizarse en apoyo a las diversas luchas en curso […] es necesario construir una huelga general para unificar las luchas y para que echemos del poder a Dilma, Cunha, Aécio (ex candidato de derecha) y todos los demás polí- ticos al servicio de la burguesía que atacan día a día los derechos de los trabajadores […] Sólo la lucha es el camino para conquistar un gobierno de la verdadera izquierda y de los trabajadores y del pueblo pobre […] que comience a resolver la crisis actual a través de un programa de clase, comenzando por la suspensión de la deuda pública a los banqueros para invertir en salarios, salud, educación y vivienda”.