El Pro conseguirá que se apruebe la ley gracias al apoyo del Frente Para la Victoria, que tiene clara mayoría en el Senado
Escribe: José Castillo
El pago a los fondos buitre abrirá un nuevo capítulo en esta ya larga historia de uno de los mayores saqueos que sufrimos como país: los pagos de la deuda externa que vienen desde la dictadura. Lo peor de la especulación financiera mundial recibirá ganancias de hasta el 1.500%, a cambio que de un plumazo nos endeudemos en 12.000 millones de dólares a una tasa de interés usuraria del 9% (que duplicará el capital de esta deuda en diez años). Hay cientos de especialistas que explican que esto ni siquiera evitará que en un futuro cercano, otros buitres (los que queden fuera de este acuerdo o incluso los que entraron a los canjes 2005 y 2010 y ahora se encuentran con que cobran “menos” que los nuevos) inicien nuevos juicios en Estados Unidos contra la Argentina y todo vuelva a empezar.
Se nos miente alevosamente diciendo que “pagar es la única salida” y que “gracias a esto vendrán capitales productivos para financiar obras de infraestructura y generar trabajo”: sabemos que lo único que vendrá al país son capitales especulativos, nuevos buitres que sólo aportarán a que siga creciendo la bola de nieve de nuestra impagable deuda externa. Es que se acabó definitivamente el verso del “desendeudamiento” y vamos aceleradamente a un monto de deuda que, cuando sumamos todos los ítems, avanza astronómicamente superando los 300.000 millones de dólares.
Macri “lo hizo”, con sus socios
La semana pasada, el proyecto de ley de pago a los buitres se aprobó en la Cámara de Diputados gracias a los votos del oficialismo de Cambiemos pero también de los diputados del Frente Renovador, de los centroizquierdistas Margarita Stolbizer y Binner, de los ex kirchneristas de Diego Bossio e incluso de seis diputados del propio Frente Para la Victoria. Pero como ya explicamos en el número anterior de El Socialista, incluso el sector kirchnerista que votó en contra (con Kicillof y Máximo Kirchner a la cabeza) sólo contraponía otro proyecto para “negociar mejor” aceptando pagarle a los buitres.
Ahora el proyecto pasó al Senado y este miércoles (cuando ya haya cerrado nuestra edición) se estará votando en la Cámara Alta. Acá se verá con todas las letras la mentira del doble discurso kircherista. Porque en Senadores, donde el Frente Para la Victoria tiene una clarísima mayoría y podría frenar cualquier proyecto del macrismo, la inmensa mayoría de los kirchneristas va a votar a favor, sin tocarle siquiera una coma a la ley votada en Diputados, para que “salga rápido” y así se le pueda pagar a los buitres “en tiempo y forma”. En concreto, ya en el dictamen de las comisiones que trataron el proyecto, fue aprobado con 14 votos sobre un total de 17 miembros. Y de esos 14 que votaron a favor, 11 pertenecen al Frente Para la Victoria. Es tal la cantidad de senadores kirchneristas que votarán a favor en el recinto que el macrismo evalúa que puede llegar a los dos tercios de los votos.
Se acaba el discurso de la “resistencia” o el “patria o buitres”: macristas y peronistas kirchneristas, como fieles exponentes del “partido único de la deuda” se aprestan a entregar una vez más al país.
Desde Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda, frente a este vergonzoso capítulo del saqueo, insistimos en lo que venimos diciendo desde siempre. No habrá salida para nuestro pueblo hasta que no se deje de pagar esta fraudulenta e inmoral deuda externa y se destine todos esos recursos a resolver las urgentes necesidades de trabajo, salario, salud, educación y vivienda.
“Néstor Kirchner les hubiera pagado”
Al ser consultado sobre qué hubiera hecho el ex presidente Néstor Kirchner con los holdouts (buitres), el jefe de la bancada del Frente para la Victoria en Senadores, Miguel Ángel Pichetto, no dudó: “Néstor pagaría, el desendeudamiento fue su meta desde el primer día. Además también le pagamos al Club de París, a YPF, al Ciadi, a todo el mundo, este ciclo hay que completarlo, no entiendo cómo no se pone todo eso en defensa del gobierno anterior” (La Nación, 29/3).