Escriben Izquierda Universitaria Psico y Juventud Izquierda Socialista PsicoUBA
En el último tiempo, diversos casos mediáticos, como el de Felipe Petinatto y el de Chano, trajeron repercusiones y debates en relación a la ley de salud mental. Desde una conferencia de prensa en el Senado se pidieron modificaciones en la Ley Nacional de Salud Mental, especialmente al artículo sobre las internaciones. Este discurso fue aprovechado políticamente por Patricia Bullrich, Vidal y Larreta del PRO. También los medios de comunicación, como Infobae y La Nación, hicieron eco de este pedido.
La Ley Nacional de Salud Mental, ¿qué dice?
La ley 26.657, aprobada en el 2010 tras una gran lucha histórica de trabajadores de la salud mental y de usuarixs, explicita la garantía de derechos para el acceso a la salud mental. Así, el trabajo en salud mental debe ser reconocido por el Estado con un presupuesto que posibilite la existencia de equipos interdisciplinarios en hospitales, dispositivos y espacios comunitarios para el libre acceso de quien lo requiera. La alusión a la que suscriben los políticos reaccionarios y los medios de comunicación diciendo que la ley prohíbe la internación es falsa. La internación existe como recurso terapéutico ante el corrimiento de peligro del paciente o de terceros. Pero esta internación exige diagnósticos y trabajos dinámicos para evitar que el encierro sea un recurso duradero, sin que se pierda el lazo social con familiares y amigxs.
El principal problema que tiene la ley es que no se cumple. Principalmente, porque se requiere que el presupuesto de salud mental reciba un 10% del total del presupuesto de salud. Hoy en día, el presupuesto de salud mental es del 1,37%. Una miseria. Más teniendo en cuenta que el presupuesto total de salud es menos de la mitad que lo que se destina para pagar deuda externa.
Por su parte, el gobierno nacional del Frente de Todos hace un doble discurso sobre la importancia de la ley, pero no ejecuta un presupuesto que permita el buen funcionamiento en esta área tan importante y cada vez más necesaria, especialmente tras la pandemia. La ministra de salud, Carla Vizzoti, reconoce que se ha avanzado muy poco con la ley, que los hospitales neuropsiquiátricos y monovalentes no han cerrado como tales y que casi no se han construido otros dispositivos para que lxs trabajadores y padecientes puedan habitar.
Por esto, lo que se debe garantizar es el cumplimiento efectivo de la ley, con un presupuesto basado en el no pago de la fraudulenta deuda externa y rompiendo el acuerdo con el FMI.
Escribe Pilar Barbas, dirigenta de la Juventud Izquierda Socialista
El viernes se realizó la asamblea universitaria de la Universidad de Buenos Aires donde se eligió rector.
La elección definida entre cuatro paredes, a espaldas de toda la comunidad educativa, impuso a Roberto Gelpi (Nuevo Espacio/Franja Morada), ex decano de la facultad de Medicina, como rector, y a Emiliano Yacobotti como vice rector.
En una convocatoria alejada de los verdaderos reclamos que tenemos como estudiantes, docentes y no docentes de la UBA, la asamblea no discutió ni los salarios docentes, ni los cientos de cargos ad honorem, ni las condiciones deplorables de cursada que tenemos por falta de presupuesto. No se planteó discutir el brutal ajuste en educación, profundizado por el pacto con el FMI acordado desde el gobierno de Alberto Fernandez y Juntos por el Cambio.
Así, se perpetuó la dirección en los órganos de cogobierno de radicales, peronistas y kirchneristas en nuestra universidad, que con Roberto Gelpi como rector dejará pasar el ajuste en la universidad como lo hizo Alberto Barbieri, adecuándose a la miseria presupuestaria.
Ni hablar de lo terrible de que el vicedecano sea Emiliano Yacobitti, diputado por Juntos por el Cambio que tiene causas abiertas por usar fondos de la universidad para la campaña de Lousteau, profundizando un modelo de universidad opuesto al que necesitamos.
En este contexto se vuelve fundamental, desde la independencia política, luchar por la democratización de la UBA. Para pelear contra los gobiernos ajustadores, como lo es el actual gobierno de Alberto Fernandez, que prioriza juntar dólares para pagar la deuda antes que para la educación. Y denunciar a la FUBA y las conducciones de los centros de Nuevo Espacio/Franja Morada, peronistas y kirchneristas que no se opusieron a esta elección ni organizaron a les estudiantes.
Desde la Juventud de Izquierda Socialista peleamos por otro modelo de universidad, independiente políticamente de los gobiernos y las multinacionales. Por una universidad pública para toda la clase trabajadora.
Escribe Huilen Retacchi, Izquierda Socialista Facultad de Artes
Tras dos años, volvimos a la presencialidad enmarcada en un mayor ajuste y crisis del gobierno nacional. La pasividad dentro de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) hizo primar los Centros de Servicios, donde agrupaciones ligadas a la gestión como Franja Morada (FM), Sur y UEU (PJ Córdoba) desplegaron campañas asistencialistas millonarias, alejadas de la discusión política y las demandas más sentidas por el estudiantado.
A rector, la lista oficialista Somos (UCR-PJ Córdoba) ganó con el 63% ante la lista kirchnerista de Vamos (36%). Ambas representan la continuidad del ajuste en la Universidad y la educación al servicio de las grandes empresas.
La Franja Morada, a pesar de perder la conducción de Derecho en manos de la UEU, crece y se reafirma como la principal fuerza estudiantil. El CEU, independientes afines a FM, conquistó el centro de Exactas que estaba en manos del MNR (PS). Por su parte, La Bisagra (kirchneristas del MPE) si bien pudo reafirmar sus conducciones en Comunicación, Famaf y Filosofía, viene de perder casi la mitad de su caudal electoral y los Centros de Sociales y Artes en la elección de fines de 2021.
Desde el FIT Unidad nos presentamos en diez facultades. Al igual que en la UBA y La Plata, se repitió el lamentable divisionismo del Ya Basta-Nuevo MAS que llevó a la dispersión del voto, centralmente en Filosofía y Humanidades donde el consejero de la izquierda pasó a manos de la Franja Morada.
Desde la Juventud de Izquierda Socialista nos centramos en la crisis actual y su implicancia en la UNC, denunciando al gobierno nacional y a las autoridades ligadas a Juntos por el Cambio, planteando la necesidad de un aumento presupuestario y de recuperar Centros democráticos de lucha para poner la educación al servicio de las necesidades de las mayorías populares y no de las grandes empresas y el FMI. Seguiremos apostando a fortalecer una alternativa independiente y combativa dentro de la UNC para seguir dando estas peleas.
✊ En medio del creciente malestar social con el gobierno militar de Onganía, un 29 de mayo de 1969 en Córdoba se convocaba al paro general en cual miles de trabajadores, a los que se sumaron miles de estudiantes, se movilizaron al centro de la ciudad.
Entre fogatas y barricadas, entrado el mediodía lxs manifestantes que colmaban al rededor de 150 manzanas del centro de la ciudad comenzaron a correr a la policía, tomando el control completamente.
Tras esos sucesos, el gobierno militar de Onganía quedó fuertemente debilitado, entregandolo en noviembre del 70'. No fue obra de ningún político ni de las promesas de la burocracia sindical, a la dictadura de Onganía la tiraron lxs trabajadores y la juventud en las calles.
Cinco décadas después, las enseñanzas del Cordobazo siguen mas vigentes que nunca, demostrándo la enorme potencia de la unidad de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil.
✊ Desde la Juventud de Izquierda Socialista reivindicamos esta unidad como método para enfrentar los planes de ajuste del gobierno de la mano del FMI, que dejan como saldo más pobreza y sumisión a los buitres internacionales. Hoy más que nunca tenemos que recuperar el espíritu del Cordobazo, organizando nuestra rabia en las calles contra este sistema de hambre, miseria y opresión.
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