Jul 17, 2024 Last Updated 6:38 PM, Jul 16, 2024

Muchos peronistas no quieren a Massa. Durante años le dijeron traidor y ahora Cristina llama a votarlo. Para que esos votos no vayan al Frente de Izquierda, ponen a Grabois como colectora de Massa. Ya pide que en octubre voten por Massa. Grabois es parte de este gobierno y está a favor de acordar con el FMI. Hombre del Vaticano, está contra los derechos de las mujeres y las minorías. Si querés cambiar y castigar al gobierno, no votes Grabois, votá al FIT Unidad.

La campaña electoral ha entrado en su fase definitiva. La pregunta “¿a quién vas a votar?” empieza a circular. Pero, sin duda, no es la principal preocupación que tiene el pueblo trabajador. El problema sigue siendo “cómo parar la olla”; qué hacer con salarios, jubilaciones u otros ingresos que cada día alcanzan menos frente al aumento de los precios. Por eso continúan las luchas, con la pelea docente en varias provincias y el paro de la UTA como lo más visible.

El enfrentamiento a las políticas de ajuste, entrega y represión ha alcanzado un nivel superior y continúa en curso en la provincia de Jujuy, donde siguen las movilizaciones y los cortes de ruta. Una auténtica rebelión popular contra el gobierno ajustador de Gerardo Morales, vice de Larreta, y su reforma constitucional reaccionaria y al servicio del saqueo de los recursos naturales.

Este es el marco en el que vamos a las elecciones. Donde, como repiten todos los analistas políticos, con el beneplácito de las patronales, el imperialismo y el establishment financiero, los principales candidatos son “promercado”, “quieren arreglar con el FMI y seguir pagando la deuda”. Es algo que también visualiza el pueblo trabajador, que ve que todos van a continuar el actual ajuste y profundizarlo.

El gobierno peronista, ahora con el sello de Unión por la Patria, busca unificarse y fortalecerse detrás de la candidatura de Sergio Massa. Si bien es obvio que la fórmula Massa-Rossi es más “competitiva” electoralmente que cuando se planteaba una interna entre Wado de Pedro y Scioli, y ha unificado detrás de ella a Alberto, Cristina y el propio massismo, “no entusiasma” para nada. Massa, más allá de coyunturales discursos para la campaña, sólo tiene para ofrecer más ajuste y sometimiento al FMI. Siguen siendo miles los decepcionados, no sólo por su candidatura, sino por cuatro años de gobierno donde primó la inflación, la caída salarial y jubilatoria y el aumento de la pobreza, empeorando los ya malísimos cuatro años de Macri. La candidatura de Grabois no es alternativa, sólo un intento, incluso reconocido por los propios dirigentes peronistas, de evitar la fuga de votos por izquierda para finalmente terminar fortaleciendo la propia candidatura de Massa.

Juntos por el Cambio sigue enfrascado en su interna. En una competencia por disputar quién será capaz de hacer un mayor  y “más rápido” ajuste de como lo hizo el macrismo en su momento. Rodríguez Larreta, atacando a las luchas docentes, con el represor Morales como su precandidato a vice, y mostrando en sus actos de campaña a las figuras más de derecha que tiene, como Espert o Pichetto. Bullrich prometiendo directamente mano dura y represión, como lo plantea abiertamente en su primer spot de campaña.

El liberfacho Javier Milei, por su parte, ve derrumbarse su fachada de “anticasta”con una andanada de denuncias sobre ventas de candidaturas y corrupción de todo tipo, con listas locales llenas de impresentables que hasta hace poco respondían (e incluso se sospecha que aún responden) a sectores del massismo, de otras variantes del peronismo o de PRO.

Es mentira que votando a Massa se enfrenta “el ajuste y la represión” de un futuro gobierno de Juntos por el Cambio. Massa también es ajuste, y para evitar la resistencia popular, tiene a la burocracia sindical y sus traiciones, además de que, como se verificó muchas veces, el peronismo también ha recurrido a la represión y criminalización de la protesta.  

Ante esta realidad, ¿qué le queda a la clase trabajadora, a los jóvenes, al movimiento de mujeres y disidencias y a los sectores populares en general? Solo la izquierda tiene propuestas, candidatos y conductas diferentes. Con la lista A 136 “Unir y Fortalecer la Izquierda” del Frente de Izquierda Unidad, presentamos precandidatas y precandidatos que están presentes en las calles, apoyando todas y cada una de las luchas. Desde su fórmula presidencial, con Myriam Bregman y Nicolás del Caño, a nuestros compañeros de Izquierda Socialista, Rubén “Pollo” Sobrero como gobernador de la provincia de Buenos Aires y Jorge Adaro como Jefe de Gobierno de CABA, ambos referentes del sindicalismo combativo. Y siguiendo por todas y todos nuestros precandidatos, desde el primer al último de nuestras listas. Como lo hicimos en Jujuy, con nuestra bancada en la constituyente, la única que se retiró denunciando el escándalo y se sumó a la lucha en las calles, sufriendo los propios constituyentes la represión policial. O con nuestros precandidatos docentes que están al frente de las luchas del sector, comenzando por el propio Adaro, perseguido y judicializado por el gobierno de Rodríguez Larreta. O el “Pollo” Sobrero, con toda una historia de luchas en defensa de la reestatización del ferrocarril y de las reivindicaciones de las y los trabajadores.

Desde nuestra lista del Frente de Izquierda Unidad somos quienes además ponemos el centro en denunciar que Massa, Larreta, Bullrich y Milei son más ajuste, saqueo y entrega al FMI. Planteando un programa alternativo, obrero y popular que comience por dejar de pagar la deuda externa, romper con el FMI, ponerle impuestos a las grandes fortunas, nacionalizar la banca y el comercio exterior y reestatizar las privatizadas, todo con el objetivo de priorizar resolver las más urgentes necesidades populares de salarios dignos, trabajo genuino, educación, salud y vivienda.

Lamentablemente, el divisionismo del Partido Obrero y el MST nos ha obligado a ir en dos listas a las PASO. Incluso los compañeros de la otra lista, equivocadamente, se han centrado en atacar a nuestros principales candidatos. Por nuestra parte, desde la lista unitaria que hemos conformado entre el PTS e Izquierda Socialista seguimos reafirmando que la pelea es contra los candidatos de los partidos patronales y sus planteos de mayor ajuste y represión. Por eso insistimos que no debe haber dudas, el 13 de agosto hay que votar la lista A 136 “Unir y Fortalecer la Izquierda”, la boleta del FIT Unidad encabezada por Myriam Bregman.

Te pedimos que nos ayudes a difundir nuestras propuestas entre tus compañeras y compañeros de trabajo, estudio, en tu barrio y entre tus familiares. Que te anotes como fiscal. Que vengas e invites a tus conocidos a nuestras charlas y actos. Porque, definitivamente, la salida es por izquierda.


Escribe José Castillo, candidato a legislador porteño Izquierda Socialista/FIT Unidad

Desde Unión por la Patria se argumenta que habrá que votar a Massa porque con Juntos por el Cambio se viene “el ajuste y la represión”. Nada más alejado de la realidad: con un futuro gobierno peronista continuará el ajuste, garantizado con el doble discurso, la complicidad de la burocracia sindical y también con represión.

Es cierto que Juntos por el Cambio plantea explícitamente avanzar en un mayor ajuste y llevarlo adelante si es necesario por medio de la represión. Frente a esta realidad, muchas compañeras y compañeros de trabajo, estudio, o vecinos de los barrios populares se preguntan si aún sin tener ninguna expectativa y hasta “tapándose la nariz” no habría que votar a Sergio Massa. En definitiva, si el peronismo no es un “mal menor” frente al ajuste y represión que promete la oposición patronal en todas sus vertientes.

El peronismo también está ajustando, y lo seguirá haciendo en el futuro

Hace casi cuatro años, Alberto Fernández llegó al gobierno prometiendo “terminar con el ajuste macrista” y “llenar la heladera”. Nada de eso sucedió. El ajuste continuó y se profundizó: los salarios y jubilaciones siguieron perdiendo frente a la inflación y el número de pobres continuó incrementándose. El precandidato presidencial Sergio Massa está a cargo del Ministerio de Economía desde hace casi un año, período en el que se profundizó la pérdida salarial y la pobreza, de la mano de cumplir con las exigencias del pacto con el FMI. En este mismo mes, mientras se desarrolla la campaña electoral, Massa le sigue pagando al Fondo (ver nota en esta misma página). Y, en el caso de un eventual triunfo en las próximas elecciones, los pagos de deuda y cualquier renegociación con el FMI requerirá de un ajuste mayor aún.

¿Cómo hace pasar el ajuste un gobierno peronista?

El pueblo trabajador siempre ha resistido los intentos de hambrear y quitarle derechos. Por lo que la perspectiva será a mayores luchas y más radicalizadas. ¿Cómo hará el peronismo para hacer pasar un mayor ajuste? ¿Es cierto que retrocederá ante la oposición popular?

Miremos la historia reciente. Un primer elemento constantemente utilizado por el peronismo en el gobierno ha sido el doble discurso: tratar de disfrazar como medidas de “justicia social” lo que no son más que políticas que van contra el pueblo trabajador. Veamos un ejemplo: a fines de 2019, recién asumido el Frente de Todos, se eliminó la fórmula de ajuste jubilatoria que regía desde el macrismo. El argumento, obvio, era que con ella las jubiladas y jubilados terminaban perdiendo. Lo que no decían era que terminaron reemplazándola por otra con la que se perdería más aún, como efectivamente terminó sucediendo en los tres años siguientes.  

Otra herramienta a la que constantemente recurren los gobiernos peronistas para hacer pasar el ajuste es la complicidad de la burocracia sindical. Justamente en estos días la CGT se ha reunido para “unificarse” tras las heridas que pudo haber dejado el cierre de listas en Unión por la Patria. Lo que seguirá es lo que pasó durante estos cuatro años: una tregua permanente, mientras el pueblo trabajador veía como se pulverizaban sus ingresos. Los sindicatos, seccionales, comisiones internas o trabajadores autoconvocados que salieron a enfrentar el ajuste debieron hacerlo sin contar en absoluto con ningún apoyo de la burocracia sindical.

Por último, no es cierta la afirmación de que “el peronismo nunca reprime”. ¿Qué fue lo que sucedió en el desalojo de Guernica, en plena pandemia? Un poco más atrás en el tiempo, podemos recordar al actual ministro Sergio Berni, durante el gobierno de Cristina, cuando llegaba en helicóptero para reprimir a los trabajadores de Lear en la Panamericana. Tampoco debemos olvidar que fue durante los gobiernos peronistas de Néstor y Cristina que se llegó al récord de 5.000 luchadores populares procesados, en todo un ejemplo de la criminalización de la protesta social.
 
La salida no pasa por el peronismo

Con Massa y Unión por la Patria continuará y se profundizará el ajuste. No hay diferencias en esto con Juntos por el Cambio. Como hemos visto, los mecanismo para implementarlo pueden ser distintos, pero no hay ninguna garantía de que también recurran a la represión.

Por eso insistimos: el peronismo no va más, hace falta algo distinto. Que gobiernen la izquierda y los trabajadores, los únicos que no tienen complicidades con el pasado. Los únicos que planteamos un programa distinto al ajuste permanente, que pasa por romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa y poner todos esos recursos al servicio de resolver las más urgentes necesidades populares. Los que, como se vio en Jujuy, están siempre en la calle, junto a las movilizaciones del pueblo trabajador. Esa es la alternativa que levantamos desde la lista A 136 “Unir y Fortalecer la Izquierda” del Frente de Izquierda Unidad, con Myriam Bregman como precandidata a presidenta, el “Pollo” Sobrero a gobernador de la provincia de Buenos Aires y Jorge Adaro a jefe de gobierno de CABA y candidatas y candidatos de todo el país.


Escribe José Castillo, candidato a legislador porteño Izquierda Socialista/FIT Unidad

Simultáneamente a su lanzamiento como precandidato presidencial, y mientras desarrolla su campaña presidencial hacia las PASO, todas las energías de Massa están volcadas a alcanzar un nuevo acuerdo con el FMI. En concreto, que el Fondo apruebe el ajuste ya realizado y libere algunos dólares para así “llegar” sin sobresaltos en el tipo de cambio a las elecciones. A cambio de esto, saca dinero de dónde no hay para seguir pagando los vencimientos de deuda externa. Así, hace un par de semanas, pagó 2.700 millones de dólares al Fondo, recurriendo incluso a los yuanes del swap con China, que supuestamente eran para pagar importaciones esenciales para la producción.

En este mes de julio, el gobierno tiene agendados vencimientos por otros 4.249 millones de dólares. De ellos, 1.000 millones fueron abonados el 9 de julio, a acreedores privados. El resto se pospuso hasta fin de mes, mientras siguen las conversaciones con el FMI. El equipo económico pasa sus horas negociando con el Fondo, en una demostración de que la política económica argentina se decide en Washington.

El ajuste actual será mayor aún en el futuro. El propio Massa afirmó: “nuestro objetivo es generar los dólares para poder pagarle al FMI y cancelar el préstamo”. Esto significa abonar 45.000 millones de dólares (más los intereses, o sea un total superior a los 50.000 millones). ¿De dónde sacaría el país ese dinero? Si, en promedio, con buena suerte se pueden alcanzar 10.000 millones de dólares de balanza comercial (exportaciones superiores a las importaciones), necesitaríamos dedicar durante cinco años el 100% de dicho monto sólo para cancelar esa deuda. Si a eso sumamos que también hay que pagar montos siderales con los acreedores privados, queda claro cuál es el “programa de mediano y largo plazo” de Massa y Unión por la Patria: ajustar, ajustar y seguir ajustando, a costa del hambre y la marginación del pueblo trabajador.


Escribe José Castillo, candidato a legislador porteño Izquierda Socialista/FIT Unidad

Entre los “aplaudidores” de los discursos de Sergio Massa y Cristina Fernández en el acto de Salliqueló se encontraban Juan Grabois y varios de los dirigentes de su espacio, como Ofelia Fernández.

La lista de Grabois dentro de las PASO de Unión por la Patria tiene un objetivo explícito, reivindicado abiertamente por el conjunto de los dirigentes kirchneristas, albertistas y massistas de ese espacio: evitar la fuga de votos “por izquierda”. En concreto, que miles de decepcionados con el gobierno del Frente de Todos en general y con la candidatura de Massa en particular, no los abandonen y terminen votando al Frente de Izquierda. No importan demasiado los discursos radicalizados que haga el propio Grabois durante la campaña. La única verdad es lo que él mismo afirmó: tras las PASO estarán todos unidos detrás de la candidatura del “ganador”, o sea de Massa.  

Tan falsa termina siendo la pose “opositora” de la fórmula presidencial Grabois-Abal Medina, que acompaña su boleta presidencial con toda la lista de diputados y otros cargos de Unión por la Patria. De hecho, los dirigentes del espacio de Grabois que aspiran a reelegirse como diputados (Natalia Zaracho en provincia de Buenos Aires e Itaí Hagman en CABA) van dentro de esas listas. Tan poco seria resulta la postulación como alternativa de Grabois que incluso han bajado su lista de legisladores en CABA, dejando afuera de la reelección a una de sus principales figuras públicas, Ofelia Fernández.

En síntesis, votar por Grabois en las PASO terminará aportando al fortalecimiento de Unión por la Patria y a la candidatura presidencial de Sergio Massa, con toda su política de ajuste y sometimiento al FMI. No tiene nada de voto “progresista” ni mucho menos de izquierda. No sirve para enfrentar a Massa. Por eso la única alternativa opositora a Massa, Larreta, Bullrich y Milei es la lista A 136, “Unir y Fortalecer la Izquierda”, del FIT Unidad. La que de verdad se opone al ajuste, el saqueo y enfrentará y denunciará siempre cualquier tipo de represión, como lo está haciendo ahora mismo en Jujuy.        

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