Escribe Gastón Godoy, primer candidato en la Comuna 5 Ciudad de Buenos Aires
Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) indica que la pobreza ha tenido un constante crecimiento desde la última dictadura. Todos los gobiernos la aumentaron. Seguir con el FMI es garantía de que este flagelo continuará. Desde el FIT-Unidad tenemos otras propuestas y una salida.
“Infantilización de la pobreza” es uno de los términos que más se repite en el informe que elaboró el Cippec. Allí se informa cómo la pobreza ha ido creciendo regularmente en los últimos cuarenta años. Una muestra de que la pobreza estructural que atraviesa el país es responsabilidad de todos los gobiernos, que con distintos discursos y políticas han profundizado uno de los peores males que cualquier sociedad puede tener. Porque los números de pobreza creciente significan más niños y jóvenes sin comer, sin educarse y sin vivienda digna, entre muchos otros faltantes. Por cada 163 niños pobres hay 100 adultos en esa misma situación. Casi la mitad de los pibes de nuestro país son pobres, mientras en el otro polo de la sociedad los empresarios amigos de los gobiernos se hacen cada vez más ricos. Que en el país donde se produce alimentos para diez veces nuestra población, haya personas, y sobre todo niños, que tengan hambre es inadmisible.
Desde el FIT-Unidad somos claros en remarcar que esta tendencia se irá agudizando cada vez más si el país continúa atado al FMI. El plan de este organismo chupasangre es siempre “achicar el gasto”, entendiendo por “gasto” plata para educación, salud, vivienda, y demás derechos sociales. Además, fomenta mayor flexibilidad laboral, el aumento del desempleo y bajar los salarios. El número de desempleados en la juventud se duplica, y los números del trabajo informal entre jóvenes también es superior que entre los adultos. Quienes somos jóvenes sabemos que los primeros trabajos que conseguimos siempre son informales, que lograr quedar efectivo en una empresa o en el Estado es casi una misión imposible. Todo eso se complementa con las políticas de liquidación de la educación pública, con su desfinanciamiento y la falta de un necesario plan masivo de becas para terminar con la deserción en el estudio. Bien sabemos que conseguir un trabajo en blanco con todos los derechos correspondientes, sin haber terminado el colegio, es prácticamente imposible.
Macri en el 2015 durante su campaña prometía “pobreza cero”. Algo que jamás intentó hacer, sino todo lo contrario, por eso hoy hay más pobres y más trabajo precario que antes. ¿El kirchnerismo es solución? Respecto de su pasado, el propio Alberto Fernández reconoció en una entrevista que “con Cristina la pobreza aumentó”, y respecto de lo que propone para el futuro, su compromiso con que lo primero que hay que hacer es acordar con el FMI y sus recientes declaraciones avisando una nueva devaluación, van a decantar necesariamente en un aumento y no un descenso de la pobreza.
Tenemos que saber que si ganan Macri o Fernández lo peor del ajuste aún no pasó. Si este es el drama social que estamos viviendo cuando el Fondo le dio al país el préstamo más grande de la historia, ¿qué va a pasar cuando haya que devolverlo? Por eso la salida es apostar por el Frente de Izquierda Unidad que dice con claridad que la pobreza se resuelve con un gran plan de obras públicas que provea trabajo genuino, no flexibilizado, con plata para educación, salud y vivienda, con salarios y jubilaciones que cubran el valor de la canasta familiar. Y que para financiar todo esto afirmamos que no vamos a pagar los negociados de la timba financiera, y los intereses saqueadores del FMI y la deuda externa. No vamos a seguir financiando los bolsillos de un puñado de banqueros y buitres con el hambre del pueblo y la liquidación del futuro de la juventud.