Escribe Gabriel Schwerdt, dirigente de Izquierda Socialista
En el artículo ¿Quién es Nahuel Moreno?, de Gabriela Liszt publicado en La Izquierda Diario el 25 de enero aparentan reconocer algunos aciertos de Moreno que lo harían más de izquierda que otras corrientes que se reclaman trotskistas. No es así, es sólo apariencia. El artículo de Liszt y el PTS definen centralmente a Moreno como un oportunista y un centrista que revisó al trotskismo. Lamentablemente, y como ya lo hemos marcado en innumerables polémicas con PTS y otras organizaciones que critican a Moreno como es el caso del mandelismo o el Partido Obrero también de la Argentina, lo hacen sin polemizar seriamente sino que falsifican sus posturas políticas históricas y hasta ciertos hechos. Es un método que no sirve para esclarecer a los luchadores de izquierda.
Moreno desarrolló la teoría de la revolución permanente
Según Liszt y el PTS, Moreno “en 1980 hizo una ‘Actualización del Programa de Transición’ que más allá de las actualizaciones necesarias, terminaba revisando la lógica y concepción del Programa elaborado por Trotsky en base a su teoría de la revolución permanente.”
Entonces cualquier militante de izquierda o luchador se puede preguntar: ¿Moreno abandonó la teoría y las tesis de la Permanente y se hizo etapista? ¿Se pasó a la teoría menchevique y estalinista que plantea que hay dos etapas, una primera “democrática” de unidad política con la burguesía e incluso apoyando a un gobierno burgués? ¿Y otra posterior “socialista”? ¿Existe algún caso en el cual el morenismo apoyó a gobiernos burgueses o burgueses de frente popular como hicieron el estalinismo o las corrientes revisionistas y oportunistas del trotskismo? Nada de todo esto que afirma PTS es real, ni en los textos ni en la realidad de la lucha de clases desde hace 70 años.
A partir del colosal triunfo que significó la derrota del nazismo, se abrió una etapa de grandes revoluciones, de un ascenso revolucionario mundial. Se dieron triunfos revolucionarios que incluso llegaron a expropiar a la burguesía, como ocurrió en Europa del Este, Yugoeslavia, en la revolución China de 1949, en la cubana de 1959. Surgieron nuevos estados obreros burocratizados o deformados.
El gran hecho nuevo y no previsto ni vivido por Trotsky (asesinado en 1940) es que todos estos triunfos revolucionarios fueron dirigidos por los aparatos contrarrevolucionarios que controlaron al movimiento obrero, en primer lugar los partidos comunistas burocráticos estalinistas, y diversas direcciones no socialistas revolucionarias. Se abrió una etapa revolucionaria, con revoluciones en casi todos los continentes. Pero sin ninguna revolución de octubre o sea sin el rol protagónico de la clase obrera y la dirección de un partido marxista revolucionario. Esas eran dos premisa de las Tesis escritas de revolución permanente de León Trotsky. Estas dos premisas no se cumplieron en esta nueva etapa de grandes revoluciones. Y esto abrió a todo tipo de interpretaciones.
Tanto el oportunismo de Pablo y Ernest Mandel como el sectarismo dijeron: las tesis de la revolución permanente de 1929 se han cumplido al pie de la letra, y dieron dos interpretaciones totalmente equivocadas y nefastas.
Los oportunistas para justificar su dogmatismo calificaron de revolucionarias marxistas a las direcciones estalinistas o reformistas triunfantes. Tomaron el hecho cierto de que la conducción estalinista y burocrática del PC chino encabezó una revolución triunfante, que incluso expropió a la burguesía. Pero instalaron el gran y trágico error de considerarlo entonces como el partido revolucionario, que encarnaba a la clase obrera china, y así forzar el supuesto “cumplimiento” del texto de las tesis de Trotsky. Lo mismo hizo Mandel frente a la revolución cubana: apoyaron a la dirección castrista y “decretaron” que no había que construir una sección de la Cuarta en Cuba.
Las corrientes sectarias (Healy, Lambert, Tony Cliff, Lute Ouvriere) dijeron: Mao y Fidel Castro no son revolucionarios, la clase obrera no protagoniza, entonces negaron aquellos triunfos revolucionarios en China y en Cuba, y su avance a estados obreros burocráticos.
Moreno fue el único que desde una posición revolucionaria y trotskista consecuente reconoció los nuevos hechos y les dio una respuesta correcta, acorde con las concepciones de Trotsky, de la Permanente y el programa de la Cuarta. Que se dieron por una combinación de causas: un gran ascenso revolucionario de pos segunda guerra, crisis del imperialismo y ausencia de dirección revolucionaria. La variante “improbable” que había señalado Trotsky (ver Programa de Transición) fue la norma.
El hecho, que los oportunistas y los sectarios negaron, es que dos de las premisas centrales de las Tesis de Revolución Permanente no se cumplieron. Han pasado 100 años de la revolución rusa y lamentablemente no se ha producido una nueva revolución de “octubre”. Moreno para defender al trotskismo de los ataques del revisionismo oportunista y de los sectarios no cayó en el dogmatismo de rechazar aquella realidad nueva y contradictoria. No cayó en embellecer a las direcciones triunfantes y en capitular a ellas (Tito, Mao, Castro, etcétera), ni tampoco en rechazar los grandes triunfos y los avances de la expropiación de la burguesía. Tomó la realidad tal cual se daba, dando nuevas herramientas de análisis y política para buscar su explicación y mantener la política y el programa de la Cuarta. Así fue que siguió defendiendo la concepción trotskista de la revolución permanente, e incluso el texto de las mismas Tesis de 1929, pero enriquecidos ante lo nuevo. Por eso se mantuvo siempre fiel a la pelea por la construcción de los partidos trotskistas revolucionarios contra el oportunismo del pablismo/mandelismo, que la fueron abandonando desde los años cincuenta. (ver Escuela de Cuadros de 1984, pág. 23 y 24 en www.nahuelmoreno.org)
El PST nunca propuso un “frente democrático”
Liszt y el PTS acusan a Moreno de que en 1974 “frente a la ofensiva patronal y la derechización del peronismo que impulsaba las bandas fascistas de la Triple A (la que asesinó a 16 compañeros del PST), llevó a una nueva desviación oportunista de Moreno y el PST. En lugar de llamar a fortalecer el frente único obrero y formar comités de autodefensa para enfrentar estos ataques se unió al Grupo de los 8 (UCR, PC, PI, PRC, PSP, PDP y Udelpa) privilegiando un frente democrático. Esto no es así.
Efectivamente el jueves 21 de marzo de 1974 se realizó una reunión de esos ocho partidos con el presidente en la residencia de Olivos. El objetivo acordado era exponer a Perón la preocupación del conjunto de las organizaciones políticas presentes ante la escalada de los atentados de la ultraderecha.
Al contrario de lo que afirma el PTS la participación del PST en esa entrevista fue una acción táctica y delimitada al plano de la defensa de las libertades democráticas conquistadas por las masas. Para el PST concurrir era, además, una oportunidad para difundir sus denuncias y sus propuestas.
Por lo tanto en ningún momento se cifraron expectativas en que la reunión por sí misma fuera el camino para frenar la escalada de atentados de la ultraderecha. Así se lo ubicaba en el periódico Avanzada Socialista Nº 97 del 28 de marzo de 1974: “Que quede claro, pues, el sentido de nuestra presencia en el diálogo presidencial. No creemos que sea el único medio para preservar las libertades democráticas. Por eso estuvimos primero en Villa Constitución. Ellos, los trabajadores y el pueblo de Villa, son quiénes en los últimos días, han hecho más por las libertades democráticas actuales y por las futuras libertades democráticas obreras”.
El centro de la política del PST fue la movilización obrera y popular, y, en esas reuniones el PST mantuvo su total independencia política. Nunca el PST dejó de señalar sus diferencias con la UCR y demás partidos patronales y reformistas y de denunciarlos como cómplices del Pacto Social que impulsaba el gobierno. (Avanzada Socialista Nº 97)
Por eso el planteo del PTS es falso. Nunca el PST propuso ni integró ningún “frente democrático” con la UCR y demás partidos burgueses y reformistas. Es un invento del PTS. Nunca hubo tal frente ni de los 8 ni de los 9. Los frentes suponen la existencia de organismos comunes, programa y perduran en el tiempo. Nada de eso existió. El PST aplicó la táctica de Trotsky de unidad acción hasta con el diablo contra el fascismo y aprovechó las diferencias y roces que existían entre estos partidos del régimen y el propio Perón para llevar las posturas de movilización en defensa de las libertades democráticas.
En el discurso de Nahuel Moreno en el acto realizado por la masacre de Pacheco a fines de mayo de 1974, cuando fueron asesinados tres militantes del PST (días antes habían asesinado también en Pacheco al activista metalúrgico y militante del PST “Indio” Fernández), confirma la línea principista del PST al proponer movilizarse unitariamente y formar brigadas antifascistas. (Ver Avanzada Socialista N° 104, del 4 de junio de 1974)
¿Moreno y el MAS querían un frente con la burguesía?
Para Liszt y el PTS, al caer la dictadura y luego (1982-85): “Serán los años de adaptación al régimen democrático-burgués y de su mayor revisión de la teoría de la revolución permanente, dirá que frente a una dictadura estaba planteado hacer un frente, incluidas las fuerzas burguesas, para tirarla a la que llamó “revolución democrática”.
Desde ya que es completamente falso lo que afirma el PTS, irresponsablemente. Por eso no puede demostrarlo. Ni Moreno ni el PST en la clandestinidad ni luego el MAS, querían ningún frente con los partidos burgueses para tirar la dictadura. Moreno y el PST lucharon contra la dictadura, llamando a la movilización sin confiar en ningún partido burgués.
A este proceso Nahuel Moreno lo denominó “revolución democrática” porque fruto de la irrupción del movimiento de masas se cambió el régimen, el de la dictadura militar, y también el gobierno ya que con las elecciones generales de 1983 la UCR con Alfonsín pasaron a gobernar el país.
Con esta caracterización de lo sucedido en la situación argentina entre 1982 y 1983 Moreno no “revisó” a Trotsky como pretende instalar el PTS, sólo es una definición con la cuál Moreno analizó un hecho de la realidad. Por la falta de una dirección revolucionaria triunfan revoluciones que derriban dictaduras, que se frenan y no se transforman en socialistas. Algo similar se dio, por ejemplo, en las revoluciones árabes del 2011.
Tampoco es cierto que el MAS fue planteado por Moreno como una táctica socialdemócrata para crecer electoralmente en un frente permanente con el estalinismo. Citan el caso del Frente del Pueblo de 1985 con sectores del peronismo de izquierda y el PC. Según la nota de Liszt: “Buscaba ganar sectores del peronismo pero sin una política de independencia de clase”. Falso. Fue un frente electoral para enfrentar a la UCR y al PJ, una táctica electoral, la concreción de la unidad de la izquierda en ese momento.
PTS hace una caricatura mentirosa del MAS y su política para desprestigiar a Moreno. Critican su orientación sindical como “pragmática” porque llamábamos a los luchadores a unirse a las agrupaciones sindicales del MAS porque el único requisito que se pedía era que fueran “nuevas” o “combativas”. Y no estaba mal, o ¿acaso los militantes de PTS cuando hablan con un activista sindical ponen como “condición” para salir a luchar conjuntamente que se definan como de izquierda? Es ridículo. Le exigen al MAS de hace 30 años algo que ellos no hacen ahora. Por eso no tiene nada de “pragmático” lo que Moreno y el MAS orientaban para empalmar con los trabajadores que salían a luchar contra el gobierno radical a pesar de la burocracia sindical.
Acusan a Nahuel Moreno y al morenismo de etapistas, de mencheviques y revisionistas de la teoría de la revolución permanente de Trotsky. Los desafiamos a que demuestren, dónde la corriente de Moreno con él en vida o nuestra corriente organizada en la UIT-CI, hayamos caído en el “etapismo”, o en el “menchevismo” y que hayamos apoyado a un gobierno burgués clásico o de frente popular. Por el contrario, fue Nahuel Moreno el que luchó siempre contra el revisionismo oportunista en la Cuarta Internacional, que sí claudicó a los gobiernos burgueses y de frente popular.
¿Por qué mienten? Porque necesitan desprestigiarlo para intentar instalar que el morenismo no va más, lo cual es desmentido por la realidad ya que los partidos que integramos la UIT-CI que nos reclamamos continuadores de la corriente que fundó Nahuel Moreno hace ya 75 años somos una corriente dinámica con presencia y participación en los principales procesos de lucha y una referencia para miles de luchadores en todo el mundo.