Escribe Angélica Lagunas, directiva ATEN Capital por la minoría Multicolor.
Enclavada en el corazón de Vaca Muerta, nacida del pacto hidrocarburífero entre Chevron, Cristina Kirchner y también de Macri, y a escasos kilómetros de Añelo, la escuela Nº 144 de Aguada San Roque sufrió la explosión de un artefacto de gas y murieron tres trabajadores, dos de ellos docentes.
Fueron víctimas del abandono edilicio que lleva adelante el gobierno de Gutiérrez, del MPN, que con su ministra Cristina Storioni a la cabeza y los vocales oficialistas del Consejo Provincial de Educación (CPE) presionaron y amenazaron con sumarios y descuentos de días a todos los que no regresaran a la presencialidad en las aulas. Y lo hacían mientras la pandemia está en sus picos y los edificios escolares sin mantenimiento. Por eso decimos que no fue un accidente, fue un crimen laboral porque los mandaron a trabajar a como dé lugar.
No permitamos que la impunidad se imponga en este triple crimen, que paguen los responsables de semejante masacre. Por la vida de Mónica, Nicolás y Mariano exigimos la renuncia de la ministra Storioni y de los vocales del CPE.
El día de la explosión, desde la Minoría Multicolor de ATEN Capital y junto con otras organizaciones convocamos a una gran movilización en repudio, y cuando falleció la docente Mónica Jara volvimos a las calles a marchar y exigimos que la CTA local convoque a un paro pidiendo justicia y que la Ctera haga lo mismo a nivel nacional. Basta de muertes evitables de trabajadoras y trabajadores.
Vaca Muerta sigue creciendo en producción y las multinacionales se llevan las riquezas del subsuelo, pero el pueblo no mejora su calidad de vida, al contrario, crecen la pobreza y hasta las muertes por el abandono del gobierno.