Escribe José Castillo
El gobierno sigue “rascando el fondo de la olla” de las reservas. En términos reales, apenas si quedan 4.000 millones de dólares. El superministro Massa se la pasa otorgando privilegios a distintos sectores patronales, ofreciéndoles dólares a precios más altos si ingresan los que obtienen de las exportaciones (así sucedió con el dólar soja en septiembre, con el dólar “Coldplay” para el negocio del espectáculo, con el dólar “tecnológico” para las empresas de servicios informáticos y ahora con el nuevo dólar “economía regional” para las patronales de distintas provincias). O más bajo (al inconseguible valor oficial de 166 pesos) a las importaciones de empresas de consumo masivo monopólico con la incomprobable promesa por parte de estas de que no subirán los precios.
Pero las reservas son un colador. Además de las conocidas maniobras de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones llevadas adelante por todos los sectores patronales, ahora se suman nuevas picardías. Veamos: en lo que va del año la cuenta de servicios de la balanza de pagos muestra un déficit de 8.039 millones de dólares. Esto quiere decir que en este concepto salieron exactamente los mismos dólares que entraron, solo en septiembre, por los privilegios otorgados a los monopolios sojeros. Para comparar, el año pasado, en los primeros nueve meses del año, el mismo rubro de servicios acumulaba un déficit cuatro veces menor (de 2.506 millones de pesos).
¿De qué se trata esa salida en concepto de “cuenta corriente de servicios”? Principalmente de dos rubros: “viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” y “fletes y seguros”.
Veamos el primero: ¿será que, a pesar del encarecimiento de los pasajes y otros gastos, los argentinos siguen haciendo turismo, incluso más que antes? Nada de eso: la trampa consiste en que en la suma de los giros al exterior por pagos de tarjetas se incluye tanto este rubro como el mucho más grande de “compras no presenciales a proveedores del exterior”, efectuadas por las empresas.
Miremos ahora la otra picardía: el saldo de fletes pagados por importadores se multiplicó por tres este año, pero no sucedió lo mismo con las importaciones. ¿Qué pasó? Evidentemente alguien está “sobrefacturando” los fletes, y así consiguiendo ilegalmente dólares al precio oficial de 166 pesos.
El gobierno de Alberto Fernández, Cristina y su superministro Massa, mientras ajusta al pueblo trabajador para cumplir con el FMI, deja que sigan llevando adelante estas maniobras que benefician a los monopolios exportadores, las transnacionales y los pulpos especuladores. Por eso decimos que, al mismo tiempo que debemos dejar de pagar la deuda externa, hay que nacionalizar el comercio exterior y la banca para terminar con todas estas maniobras y que los dólares que entren al país, se utilicen para resolver las más urgentes necesidades populares.