Escribe Fernanda Giriboni, Izquierda Socialista Jujuy
El saldo represivo de Morales es descomunal. Son estremecedoras las imágenes de Nelson Mamani con la cabeza sobre un charco de sangre, víctima de un disparo con cartucho metálico de gas lacrimógeno, y la del joven de 17 años que perdió un ojo (entre otros dos).
La policía tiró perdigones a los ojos, provocando lesiones gravísimas. Hubo detenciones arbitrarias de periodistas, vendedores ambulantes, jóvenes que iban en bicicleta, gente que visitaba a familiares o estaba haciendo trámites. Las y los detenidos sufrieron golpes y apremios ilegales. Actuaron policías infiltrados de civil, haciéndose pasar por manifestantes, tirando piedras o con gomeras. Y actuó gente de inteligencia ilegal, usándo camionetas no identificadas (muchas de proveedores del Estado), allanamientos de viviendas sin orden, entre un largo etcétera. A tal punto que se pronunciaron organismos de derechos humanos internacionales.
Por toda esta represión planificada y consciente tienen que ir presos sus responsables materiales y políticos.