Sergio Massa viene hablando desde antes de la primera vuelta de su convocatoria, en caso de triunfar, a un “gobierno de unidad nacional”. Lo hizo dirigiéndose a Juntos por el Cambio e incluso, en el primer debate presidencial, hasta planteando que se podría incorporar algún dirigente de La Libertad Avanza.
A medida que pasaron los días, Massa fue avanzando en precisiones. Un primer destinatario claro fue el radicalismo. No es novedad: existe una vieja e íntima relación entre el actual candidato de Unión por la Patria y figuras como el gobernador de Jujuy, el que llevó adelante la represión para garantizarle el litio a las multinacionales, Gerardo Morales. Otro guiño va dirigido hacia los sectores del peronismo que no están dentro de Unión por la Patria, principalmente al sector de Juan Schiaretti, con fuertes vínculos con los sectores patronales del agronegocio. Posteriormente, el candidato a presidente y actual ministro de Economía anunció que Roberto Lavagna, ex ministro del área durante el gobierno de Néstor Kirchner y autor del primer canje de deuda en 2005 será su “coordinador” del área económica.
Ahora Massa dio un paso más en sus precisiones sobre su gobierno de unidad nacional. Acaba de anunciar que su ministro de Economía “no será de su espacio político”. ¿Acaso es un guiño hacia Carlos Melconián, que acaba de ser “despedido” (con agradecimiento por lo servicios prestados) de la Fundación Mediterránea? Sin entrar en especulaciones definitivas, es un hecho que se tratará de alguien “bien visto” por el FMI, las patronales y el establishment financiero en general.
Que, frente a los planteos de terror del ultraderechista Milei, lo central sea oponernos para que no llegue al gobierno, y que entonces debamos plantear el voto crítico a Massa, no implica que le demos en absoluto el más mínimos apoyo y, por supuesto, desde Izquierda Socialista afirmamos que, bajo ningún aspecto participaremos de ese “gobierno de unidad nacional”. Por el contrario, gane quien gane, al día siguiente de las elecciones estaremos enfrentando en las calles el mayor ajuste que se viene.