Escribe Adolfo Santos
Nunca antes habíamos asistido a un ajuste tan rápido y brutal como el que está llevando a cabo el gobierno ultraderechista de Milei al servicio de los grandes empresarios y el FMI. En poco más de dos meses viene licuando con saña los salarios, jubilaciones y planes sociales, produciendo un aumento exponencial de la pobreza y la indigencia.
La CGT y CTA ante el gran ajuste, el crecimiento del malhumor social y la exigencia de paro y plan de lucha del sindicalismo combativo, cacerolazos y asambleas populares se vieron obligadas a convocar un paro general con movilización el 24 de enero. Fue una exitosa medida que, junto a las movilizaciones posteriores, resultó uno de los elementos decisivos para derrotar la pretensiosa Ley Ómnibus del gobierno.
Sin embargo, después de esa importante medida de fuerza que demostró una clara voluntad de lucha de la clase trabajadora y de sectores populares, las direcciones sindicales burocráticas no estuvieron en las movilizaciones frente al Congreso reprimidas por Bullrich repudiando la ley, volviendo a la inmovilidad, limitándose a declaraciones. “El gobierno está generando todas las condiciones para una nueva medida”, dijo Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT. En el mismo sentido se expresó Pablo Moyano: “No vamos a poner fecha todavía, pero se está discutiendo el paro general”.
Mientras tanto, el gobierno no saca el pie del acelerador aplicando medidas contra la clase trabajadora, las y los jubilados y demás sectores populares. Es lo que acaba de suceder en el Consejo Nacional de Salarios (CNS). Reunido el 15 de febrero, la CGT solicitó un aumento del 85% sobre los 156 mil pesos fijados en diciembre, los empresarios lo rechazaron y el gobierno decidió que el nuevo salario mínimo vital y móvil irá a 180 mil en febrero y 202 mil en marzo. Con eso, el deterioro del SMVM será de más del 20% en tan solo tres meses. Hasta el propio Daer convocó a un paro en Sanidad para este jueves 22 y la Fraternidad a un paro de trenes.
No es tiempo de titubeos ni medias tintas. Desde Izquierda Socialista en el FITU junto al sindicalismo combativo exigimos a la CGT y CTA que le den continuidad al paro del 24 con un nuevo paro general y un plan de lucha con movilización para derrotar el plan de ajuste de Milei y el FMI. Esencialmente por un inmediato aumento de emergencia de salarios y jubilaciones igual a la canasta familiar y contra los despidos, por comida y ayuda social para los desocupados. Para impulsar estas medidas llamamos a realizar asambleas en los lugares de trabajo y a profundizar todas las formas de coordinación de la protesta social que se vienen dando: asambleas barriales, culturales, del movimiento ambiental, de mujeres, con cacerolazos y otras formas organizativas que surjan.