Escribe Darío Leguiza, comisión gremial interna Sociales UBA
El Gobierno de Javier Milei logró vetar la Ley de Financiamiento Universitario con el apoyo de diputados de los partidos patronales (La Libertad Avanza, PRO, UCR, PJ) y la complicidad de la burocracia de la CGT, que más allá de las declaraciones después de la marcha multitudinaria del 23 de abril, llamaron a confiar en las negociaciones del Congreso provocando la desmovilización.
Sin embargo, la continuidad de un ajuste desenfrenado y el fracaso de las negociaciones, presionaron al Frente Sindical Universitario (Conadu H, Conadu, Fedun, Ctera, Fatdut, UDA y Fatun) que, con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) se vieron obligados a convocar a la marcha del 2 de octubre, que nuevamente fue multitudinaria en todo el país.
Lamentablemente, el día que en el Congreso se trataba el posible rechazo al veto, la dirigencia sindical no llamó a movilizar y dejó aprobar mansamente el veto presidencial, lo que provocó una profunda indignación y obligó a la burocracia a llamar a un paro el día 10, que fue masivo.
El ataque también lo sintió el movimiento estudiantil que, luego de las vigilias previas, tomaron rápidamente la mayoría de las universidades de todo el país visibilizando a nivel nacional el conflicto. Este martes se reúne el Frente Gremial para ver cómo sigue la pelea. Ya declararon un paro para este 17 y a partir del día 21 acciones de visibilización. Hay que exigir la participación de las bases en las decisiones. Convocar a asambleas interclaustros e interfacultades para discutir un plan de lucha para avanzar a una nueva Marcha Federal con paro y movilización a Plaza de Mayo.
También tenemos que rechazar el Presupuesto 2025. El gobierno ultraderechista pretende disminuir las partidas presupuestarias para la universidad, lo que implica menos recursos para infraestructura, mantenimiento, investigación y fundamentalmente una mayor reducción salarial para las y los docentes y no docentes universitarios. Con salarios de hambre no hay trabajadores universitarios y sin trabajadores universitarios no hay universidad.