Escribe Mariano Barba
La ciudad de Bahía Blanca y sus alrededores sufrieron una catástrofe climática sin precedentes. Más de 400 milímetros en pocas horas destrozaron la zona, en todos los sentidos, con al menos 16 muertos y personas a las que aún se está buscando. Reconstruir lo destruido es la tarea central del momento, porque se trata de decenas de miles de viviendas inundadas con sus bienes familiares inutilizados. Comienza con la solidaridad popular del primer momento, pero los fondos imprescindibles son cientos de millones de dólares. Desde Izquierda Socialista, nos solidarizamos con todas las víctimas y damnificados.
La “pesadilla” se desató el viernes 7 de marzo, a menos de quince meses de haber sufrido un tornado que destruyó muchísimos bienes y dejó el saldo de al menos 13 muertos. Estas dos catástrofes climáticas en tan poco tiempo disparan varias preguntas. Una de ellas es definir cuáles son las causas por las que se desatan tales catástrofes. En las redes se comentaba que Bahía Blanca se convirtió en una ciudad “maldita”, “olvidada por Dios”, sometida a sufrir con asiduidad tempestades destructoras. Para nosotros la explicación es mucho más terrenal y afirmamos que por el calentamiento global se generan este tipo de eventos pluviales, así como sequías extremas y prolongadas en áreas que hace 30 o 40 años atrás eran fértiles y húmedas. Una organización oficial, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), predice la tendencia: “A nivel mundial, es probable que las precipitaciones extremas diarias se intensifiquen en un 7% por cada grado que aumente la temperatura”. Informe que es rechazado, ignorado y repudiado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par argentino y alumno predilecto, Javier Milei. Dos ultraderechistas que con sus políticas negacionistas del cambio climático agravarán el creciente desastre para la humanidad, que se suma al agresivo extractivismo que fomentan y practican la mayoría de los países capitalistas del mundo.
El estacionamiento de un frente de aire frío por muchos días que chocó con un frente ultra cálido y húmedo desató el diluvio. ¿Existen en Bahía las obras apropiadas? Aquí surge el agravante local por responsabilidad de los distintos gobiernos, ya que las obras hidráulicas pluvioaluvionales existentes no se realizaron con la planimetría urbana que respetara los declives del terreno, según el estudio hecho por investigadores del Conicet en el año 2012. Estas obras de mitigación de las lluvias torrenciales no fueron realizadas en los últimos 40 años ni por intendentes, ni por los gobernadores bonaerenses peronistas, radicales y del PRO, ni por los sucesivos gobiernos nacionales. Encima Milei suspendió la realización de toda obra pública contribuyendo al agravamiento de los problemas. Todos dieron la espalda a los pronósticos de los cambios bruscos ya establecidos en la Agenda 2030 por un desarrollo sostenible. O sea, Bahía estaba expuesta a los daños que sufrió por decenas de años sin realizar obras.
Plata para la reconstrucción y no para el FMI
La destrucción de casas y distintos bienes fue masiva (ver nota). Se abre un momento de mucha incertidumbre para cientos de miles de personas que lo perdieron todo y se preguntan ¿quién va a reconstruir y reponer todo lo perdido? En la conferencia de prensa el intendente peronista Federico Susbielles, indicó que serán necesarios “más de 400 mil millones de pesos” para reconstruir la ciudad tras el temporal que dejó “daños infinitos”. Una cifra insuficiente para la magnitud de los destrozos. Por eso solicitó también créditos internacionales, y préstamos a baja tasa. Por su parte Axel Kicillof, este martes anunció algunos aportes para Bahía y le pidió a Milei que ponga algo del préstamo que tramita ante el FMI, en lugar de exigirle que no le pague al Fondo. Mientras el Gobierno nacional anunció que aportará solo 10 millones de dólares que apenas alcanzarían para reconstruir el gigantesco hospital Penna; una cifra insignificante ante el monto ya pagado al FMI en el 2025 de 5.000 millones de dólares. Milei y Kicillof se parecen, ni uno ni otro quiere priorizar los damnificados por sobre el FMI.
Ante el drama humanitario se destaca la tremenda solidaridad popular en todo el país, llenando camiones y trenes solidarios. Desde Izquierda Socialista y el FIT Unidad consideramos que la inversión necesaria es muy superior. Por tal razón, Mónica Schlottahuer y el resto de los diputados del Frente de Izquierda, presentaron un proyecto de Ley declarando la emergencia total en Bahía Blanca y la región, que permita la reconstrucción de una ciudad y de las pérdidas familiares con dinero proveniente del Fondo para la Gestión Integral del Riesgo (ley 27287), un impuesto a las grandes fortunas y ganancias de las multinacionales, además de la suspensión inmediata de los pagos de la deuda externa.