Escribe Francisco Moreira
En su Declaración de Principios, votada por 200 dirigentes sindicales, el laborismo dejó patente el carácter de clase del partido, preservando su independencia organizativa y de acción política. Pero tras el triunfo electoral, Perón ordenó su disolución y encarceló a Cipriano Reyes.
“Que la mayoría del pueblo, constituida por obreros, empleados y campesinos conjuntamente con profesionales, artistas e intelectuales asalariados, así como por pequeños comerciantes, industriales y agricultores, forma la clase laborista que necesita unirse en su propia defensa y en bien del progreso del país.”
“Que la minoría constituida por latifundistas, hacendados, industriales, comerciantes, banqueros y rentistas, y todas las variedades del gran capitalismo nacional o extranjero, tiene profundas raíces imperialistas” […]
“Que para ello es indispensable que una fuerza política nueva, con empuje revolucionario, aunque con serenidad y tolerancia, proceda a remover las causas de esas injusticias” […]
“Que la clase trabajadora argentina en este movimiento siente como suyos los anhelos e ideales de los trabajadores del mundo luchando al igual que ellos por una mayor justicia social y una mejor distribución de la riqueza, dentro de una auténtica democracia y en un clima de absoluta libertad.”1
1. Citado por Ernesto González.
Op. Cit.










