Escribe Juan Carlos Giordano, diputado nacional electo Izquierda Socialista/FIT Unidad
Este jueves 29 de febrero se llevó a cabo una audiencia en los Tribunales de Comodoro Py, Cámara Federal, Sala 2, a cargo del juez Martín Irurzun. En dicha audiencia, la Gremial de Abogados, que defiende a Cristian Díaz (preso político por defender la causa palestina desde hace 8 meses y medio), apeló una vez más la prisión en su contra. Pude participar de la audiencia en nombre de Izquierda Socialista, junto a distintos representantes del Comité Argentino en Solidaridad con el Pueblo Palestino y quienes se solidarizan con Cristian.
La defensa fue muy elocuente ante los tres jueces presentes, que no emitieron palabra en toda la audiencia, escucharon los alegatos y concluidos los mismos la dieron por finalizada.
La aberración judicial y de persecución política contra Cristian Díaz es inusitada. Algo increíble en los anales judiciales. No hay ningún caso jurisprudencial que avale el tremendo atropello que se está llevando a cabo en su contra.
La denuncia contra Cristian Díaz la hizo un funcionario de la Embajada de Israel, a la cual están sometidos los gobiernos de turno (antes el peronismo, ahora Milei) y el Poder Judicial. El 14 de junio de 2023 lo fueron a buscar a su casa en horas de la madrugada mediante un brutal operativo policial, le voltearon la puerta a golpes y lo detuvieron esposado. Desde esa fecha está preso en la cárcel de máxima seguridad de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires.
Cristian Díaz era en ese momento un obrero metalúrgico, a quien hasta le habían puesto personal de inteligencia dentro de la fábrica para informar sobre sus “movimientos”. Desde la detención perdió su trabajo, su casa, el afecto de sus familiares y amigos, sufriendo una prisión injustificada. ¿Quién paga por esto?
Estuvo acusado de intimidación pública y de "odio racial" a partir de un posteo en Facebook contra los bombardeos de Israel a un campo de refugiados en Gaza en mayo de 2023. Luego le quitaron la imputación por el primer delito. Solo quedó el “odio racial”. ¿Pero odio racial contra quién? ¿Contra el pueblo judío? ¡Nada que ver! El repudio de Cristian, como el de todas y todos aquellos que defendemos la causa palestina, no es contra el pueblo judío como dice el sionismo y sus defensores, sino contra el Estado genocida comandado por el sionismo que viene aplicando una política de apartheid contra el pueblo palestino y ocupando sus tierras desde hace 75 años. Es el Estado sionista comandado por el asesino Netanyahu quien está llevando a cabo esa política criminal contra el pueblo palestino como lo hizo Hitler contra el pueblo judío.
Resulta descabellado, a su vez, que Cristian siga preso cuando en el caso hipotético de que lo llegaran a condenar por el delito que se lo acusa, ya tendría que estar libre porque ha cumplido ocho meses de cárcel. Ahora dicen que empezará la pericia del teléfono (¡después de 8 meses!) y luego se descifrará su contenido, ¡No vaya a ser cosa que por tal o cual comentario privado en un celular digan que han encontrado “la prueba” para que siga en la cárcel!
Cristian Díaz no tiene antecedentes penales y su conducta en el penal ha sido intachable. ¿Puede haber tanto ensañamiento en un proceso judicial? No es casual. Como dice la Gremial de Abogados, “en otro caso que no fuera el denunciante Israel, Cristian no habría estado ni un día detenido”.
El objetivo del gobierno, la embajada y la justicia es quebrar la solidaridad de la clase trabajadora, la juventud y el pueblo argentino con la causa palestina. No lo van a lograr. Al pueblo palestino no lo van a doblegar y a nosotros no nos van a hacer callar. Seguimos convocando a redoblar la solidaridad por la inmediata libertad de Cristian Díaz denunciando todas estas barbaridades judiciales y políticas en su contra.
Escribe Ilan Pappe* (sinpermiso.info)
El profesor Ilan Pappe, de origen judío, habló en el Día Anual de Conmemoración del Genocidio del IDHC en Londres, Reino Unido, el 21 de enero de 2024, sobre la necesidad de comprender que el genocidio de palestinos que estamos presenciando actualmente, por brutal que sea, es también la desaparición del llamado Estado judío. Tenemos que estar preparados para imaginar un nuevo mundo más allá de él.
La idea de que el sionismo es colonialismo de asentamiento no es nueva. Los académicos palestinos de los años sesenta que trabajaban en Beirut en el Centro de Investigación de la OLP ya comprendieron que a lo que se enfrentaban en Palestina no era un proyecto colonial clásico. No encuadraban a Israel sólo como una colonia británica o estadounidense, sino que lo consideraban un fenómeno que existía en otras partes del mundo; lo definían como colonialismo de colonos. Es interesante que durante 20 o 30 años la noción de sionismo como colonialismo de colonos desapareciera del discurso político y académico. Volvió cuando estudiosos de otras partes del mundo, sobre todo de Sudáfrica, Australia y Norteamérica, coincidieron en que el sionismo es un fenómeno similar al movimiento de los europeos que crearon Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. Esta idea nos ayuda a comprender mucho mejor la naturaleza del proyecto sionista en Palestina desde finales del siglo XIX hasta hoy, y nos da una idea de lo que podemos esperar en el futuro.
Creo que esta idea concreta de los años 90, que conectaba tan claramente las acciones de los colonos europeos, especialmente en lugares como Norteamérica y Australia, con las acciones de los colonos que llegaron a Palestina a finales del siglo XIX, dilucidó claramente las intenciones de los colonos judíos que colonizaron Palestina y la naturaleza de la resistencia local palestina a esa colonización. Los colonos siguieron la lógica más importante adoptada por los movimientos coloniales de colonos y es que para crear una comunidad colonial de colonos exitosa fuera de Europa hay que eliminar a los nativos del país que se ha colonizado. Esto significa que la resistencia indígena a esta lógica fue una lucha contra la eliminación, y no sólo contra la liberación. Esto es importante cuando se piensa en el funcionamiento de Hamás y otras operaciones de resistencia palestinas desde 1948.
Los propios colonos, como en el caso de muchos de los europeos que llegaron a Norteamérica, Centroamérica o Australia, eran refugiados y víctimas de la persecución. Algunos de ellos eran menos desafortunados y sólo buscaban una vida mejor y mejores oportunidades. Pero la mayoría eran parias en Europa y buscaban crear una Europa en otro lugar, una nueva Europa, en lugar de la Europa que no los quería. En la mayoría de los casos, eligieron un lugar donde ya vivían otros, los indígenas. Y así, el núcleo más importante entre ellos fue el de sus líderes e ideólogos que proporcionaron justificaciones religiosas y culturales para la colonización de tierras ajenas. A esto se puede añadir la necesidad de apoyarse en un Imperio para iniciar la colonización y mantenerla, aunque en su momento los colonos se rebelaran contra el imperio que les ayudaba y exigieran y lograran la independencia, que en muchos casos obtuvieron y luego renovaron su alianza con el imperio. La relación anglo-sionista que se convirtió en alianza anglo-israelí es un ejemplo de ello.
La idea de que se puede eliminar por la fuerza a la gente de la tierra que uno quiere, es probablemente más comprensible -no justificada- en el contexto de los siglos XVI, XVII y XVIII, porque iba acompañada de un respaldo total al imperialismo y al colonialismo. Se alimentaba de la deshumanización común de los demás pueblos no occidentales, no europeos. Si deshumanizas a la gente puedes eliminarla más fácilmente. Lo que fue tan singular del sionismo como movimiento colonial de colonos es que apareció en la escena internacional en un momento en el que la gente de todo el mundo había empezado a recapacitar sobre los derechos de eliminar a los pueblos indígenas, de eliminar a los nativos y, por tanto, podemos entender el esfuerzo y la energía invertidos por los sionistas y más tarde por el Estado de Israel en tratar de encubrir el verdadero objetivo de un movimiento colonial de colonos como el sionismo, que era la eliminación de los nativos.
Pero hoy en Gaza están eliminando a la población nativa delante de nuestros ojos, así que ¿cómo es que casi han renunciado a 75 años de intentar ocultar sus políticas eliminatorias? Para entenderlo tenemos que apreciar la transformación de la naturaleza del sionismo en Palestina a lo largo de los años.
En las primeras fases del proyecto colonialista de colonos sionistas, sus dirigentes llevaban a cabo sus políticas eliminatorias con un auténtico intento de cuadrar el círculo afirmando que era posible construir una democracia y al mismo tiempo eliminar a la población nativa. Existía un fuerte deseo de pertenecer a la comunidad de naciones civilizadas y los dirigentes asumieron, sobre todo después del Holocausto, que las políticas eliminatorias no excluirían a Israel de esa asociación.
Para cuadrar este círculo, los dirigentes insistieron en que sus acciones eliminatorias contra los palestinos eran una «represalia» o «respuesta» contra las acciones palestinas. Pero muy pronto, cuando estos dirigentes quisieron pasar a acciones de eliminación más sustanciales, abandonaron el falso pretexto de la «represalia» y simplemente dejaron de justificar lo que hacían.
En este sentido, existe una correlación entre la forma en que se desarrolló la limpieza étnica en 1948 y en las operaciones de los israelíes en Gaza hoy en día. En 1948, los dirigentes se justificaban a sí mismos cada masacre cometida, incluida la infame masacre de Deir Yassine del 9 de abril, como la reacción a una acción palestina: podría haber sido tirar piedras al autobús o atacar un asentamiento judío, pero tenía que presentarse interna y externamente como algo que no surge de la nada, como defensa propia. De hecho, por eso el ejército israelí se llama «Fuerzas de Defensa Israelíes». Pero como se trata de un proyecto colonial de colonos, no puede confiar todo el tiempo en las «represalias».
Las fuerzas sionistas comenzaron la limpieza étnica durante la Nakba en febrero de 1948, durante un mes todas estas operaciones se presentaron como represalias a la oposición palestina al plan de partición de la ONU de noviembre de 1947. El 10 de marzo de 1948, los dirigentes sionistas dejaron de hablar de represalias y adoptaron un plan maestro para la limpieza étnica de Palestina. Desde marzo de 1948 hasta finales de 1948, la limpieza étnica de Palestina que condujo a la expulsión de la mitad de la población palestina, a la destrucción de la mitad de sus pueblos y a la desarabización de la mayoría de sus ciudades, se llevó a cabo como parte de un plan maestro sistemático e intencionado de limpieza étnica.
Del mismo modo, tras la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza en junio de 1967, cada vez que Israel quería cambiar fundamentalmente la realidad o emprender una operación de limpieza étnica a gran escala, prescindía de la necesidad de justificación.
Hoy asistimos a un patrón similar. Al principio las acciones se presentaron como represalias a la operación Tufun al-Aqsa, pero ahora se trata de la guerra denominada «espada de guerra», cuyo objetivo es devolver Gaza al control directo de Israel, pero limpiando étnicamente a su población mediante una campaña de genocidio.
La gran pregunta es ¿por qué los políticos, periodistas y académicos de Occidente cayeron en la misma trampa en la que habían caído en 1948? ¿Cómo es posible que todavía hoy se crean la idea de que Israel se está defendiendo en la Franja de Gaza? ¿Que está reaccionando a las acciones del 7 de octubre?
O tal vez no estén cayendo en la trampa. Puede que sepan que lo que Israel está haciendo en Gaza es utilizar el 7 de octubre como pretexto.
En cualquier caso, hasta ahora, el hecho de que los israelíes invoquen un pretexto cada vez que agreden a los palestinos ha ayudado al Estado a mantener el escudo de inmunidad que le permitía llevar a cabo sus políticas criminales sin temor a ninguna reacción significativa de la comunidad internacional. El pretexto ayudó a acentuar la imagen de Israel como parte del mundo democrático y occidental y, por tanto, más allá de cualquier condena y sanción. Todo este discurso de defensa y represalias es importante para el escudo de inmunidad del que goza Israel por parte de los gobiernos del Norte Global.
Pero al igual que en 1948, también hoy Israel, a medida que se prolonga su operación, prescinde del pretexto, y es entonces cuando incluso a sus mayores apoyos les resulta difícil respaldar sus políticas. La magnitud de la destrucción, las matanzas masivas en Gaza, el genocidio, están a tal nivel que a los israelíes les resulta cada vez más difícil persuadirse incluso a sí mismos de que lo que están haciendo es realmente autodefensa o reacción. Así pues, es posible que en el futuro cada vez a más gente le resulte difícil aceptar esta explicación israelí del genocidio en Gaza.
Para la mayoría de la gente está claro que lo que hace falta es un contexto y no un pretexto. Histórica e ideológicamente, está muy claro que el 7 de octubre se utiliza como pretexto para completar lo que el movimiento sionista fue incapaz de completar en 1948.
En 1948 el movimiento colonial de colonos del sionismo utilizó un conjunto particular de circunstancias históricas sobre las que he escrito en detalle en mi libro The Ethnic Cleansing of Palestine (La limpieza étnica de Palestina), para expulsar a la mitad de la población de Palestina. Como ya he mencionado, en el proceso destruyeron la mitad de los pueblos palestinos, demolieron la mayoría de las ciudades palestinas y, sin embargo, la mitad de los palestinos permanecieron dentro de Palestina. Los palestinos que se convirtieron en refugiados fuera de las fronteras de Palestina continuaron la resistencia de los palestinos y por lo tanto el ideal colonial de los colonos de eliminar al nativo no se cumplió e incrementalmente Israel utilizó todo su poder desde 1948 hasta hoy para continuar con la eliminación del nativo.
La eliminación del nativo desde el principio hasta el final incluye no sólo una operación militar, por la que se ocupa un lugar, se masacra a la gente o se la expulsa. La eliminación tiene que estar justificada o convertirse en una inercia y la forma de hacerlo es la deshumanización constante de aquellos a los que pretendes eliminar. No se puede matar masivamente a la gente o genocidar a otro ser humano a menos que se le deshumanice. Así pues, la deshumanización de los palestinos es un mensaje explícito e implícito que se transmite a los judíos israelíes a través de su sistema educativo, su sistema de socialización en el ejército, los medios de comunicación y el discurso político. Este mensaje debe transmitirse y mantenerse si se quiere completar la eliminación.
Así que estamos asistiendo a un nuevo intento especialmente cruel de completar la eliminación. Sin embargo, no todo es inútil. De hecho, irónicamente, esta particular destrucción inhumana de Gaza expone el fracaso del proyecto colonial de los colonos del sionismo. Esto puede sonar absurdo, porque estoy describiendo un conflicto entre un pequeño movimiento de resistencia, el movimiento de liberación palestino, y un poderoso Estado con una maquinaria militar y una infraestructura ideológica centradas únicamente en la destrucción del pueblo autóctono de Palestina. Este movimiento de liberación no tiene una alianza fuerte detrás de él, mientras que el estado al que se enfrenta, goza de una poderosa alianza detrás de él – desde los Estados Unidos a las corporaciones multinacionales, las empresas de seguridad de la industria militar, los medios de comunicación dominantes y la academia dominante – estamos hablando de algo que casi suena desesperado y deprimente porque tienes esta inmunidad internacional para las políticas de eliminación que comienzan desde las primeras etapas del sionismo hasta hoy. Parecerá probablemente el peor capítulo del intento israelí de impulsar las políticas de eliminación a un nuevo tipo de nivel en un esfuerzo mucho más concentrado de matar a miles de personas en un corto período de tiempo como nunca se han atrevido a hacer antes.
Entonces, ¿cómo puede ser también un momento de esperanza? En primer lugar, este tipo de entidad política, un Estado, que tiene que mantener la deshumanización de los palestinos para justificar su eliminación es una base muy inestable si miramos hacia un futuro más lejano.
Esta debilidad estructural ya era evidente antes del 7 de octubre y parte de esta debilidad es el hecho de que si se quita el proyecto de eliminación, hay muy poco que una al grupo de personas que se definen a sí mismas como la nación judía en Israel.
Si excluyes la necesidad de luchar y eliminar a los palestinos, te quedas con dos bandos judíos enfrentados, que vimos realmente luchando en las calles de Tel Aviv y Jerusalén hasta el 6 de octubre de 2023. Enormes manifestaciones entre judíos laicos, aquellos que se describen a sí mismos como judíos laicos -en su mayoría de origen europeo- que creen que es posible crear un estado democrático pluralista mientras se mantiene la ocupación y el apartheid hacia los palestinos dentro de Israel, se enfrentaban a un nuevo tipo de sionismo mesiánico que se desarrolló en los asentamientos judíos de Cisjordania, lo que yo llamé en otro lugar el Estado de Judea, que apareció de repente entre nosotros, creyendo que ahora tienen la forma de crear una especie de teocracia sionista sin ninguna consideración por la democracia, y creyendo que ésta es la única visión para un futuro Estado judío.
No hay nada en común entre estas dos visiones, aparte de una cosa: a ambos campos no les importan los palestinos, ambos campos creen que la supervivencia de Israel depende de la continuación de las políticas de eliminación hacia los palestinos. Esto no se va a sostener. Esto va a desintegrarse e implosionar desde dentro porque en el siglo XXI no se puede mantener unido un Estado y una sociedad sobre la base de que su sentido compartido de pertenencia es formar parte de un proyecto genocida eliminatorio. Puede funcionar definitivamente para algunos, pero no puede funcionar para todos.
Ya hemos visto indicios de ello antes del 7 de octubre, como israelíes que tienen oportunidades en otras partes del mundo debido a su doble nacionalidad, sus profesiones y sus capacidades financieras, están pensando seriamente en trasladar tanto su dinero como a ellos mismos fuera del Estado de Israel. Lo que quedará es una sociedad económicamente débil, dirigida por este tipo de fusión de sionismo mesiánico con racismo y políticas eliminatorias hacia los palestinos. Sí, la balanza de poder al principio estaría del lado de la eliminación, no con las víctimas de la eliminación, pero la balanza de poder no es sólo local, la balanza de poder es regional e internacional, y cuanto más opresivas sean las políticas eliminatorias (y es terrible decirlo pero es cierto) menos se podrán encubrir como «respuesta» o «represalia» y más se verán como una brutal política de genocidio. Por lo tanto, es menos probable que la inmunidad de la que goza Israel hoy continúe en el futuro.
Por lo tanto, realmente creo que en este momento tan oscuro lo que estamos viviendo -y es un momento oscuro porque la eliminación de los palestinos ha pasado a un nuevo nivel- no tiene precedentes. En términos del discurso empleado por Israel, y de la intensidad y el propósito de las políticas eliminatorias, no hubo un periodo así en la historia, esta es una nueva fase de la brutalidad contra los palestinos. Ni siquiera la Nakba, que fue una catástrofe inimaginable, se puede comparar con lo que estamos viendo ahora y con lo que vamos a ver en los próximos meses. En mi opinión, estamos en los tres primeros meses de un periodo de dos años que será testigo del peor tipo de horrores que Israel puede infligir a los palestinos.
Pero incluso en este oscuro momento debemos comprender que los proyectos coloniales de los colonos que se desintegran siempre utilizan los peores medios para intentar salvar su proyecto. Así ocurrió en Sudáfrica y en Vietnam del Sur. No digo esto como un deseo, ni como un activista político: Lo digo como estudioso de Israel y Palestina con toda la confianza de mis cualificaciones académicas. Sobre la base de un sobrio examen profesional, afirmo que estamos asistiendo al final del proyecto sionista, no cabe duda.
Este proyecto histórico ha llegado a su fin y se trata de un final violento: este tipo de proyectos suelen derrumbarse violentamente, por lo que se trata de un momento muy peligroso para las víctimas de este proyecto, y las víctimas son siempre los palestinos junto con los judíos, porque los judíos también son víctimas del sionismo. Por lo tanto, el proceso de colapso no es sólo un momento de esperanza, es también el amanecer que surgirá después de la oscuridad, y es la luz al final del túnel.
Sin embargo, un colapso así produce un vacío. El vacío aparece de repente; es como un muro que se erosiona lentamente por las grietas que se abren en él, pero luego se derrumba en un breve instante. Y hay que estar preparado para esos derrumbes, para la desaparición de un Estado o la desintegración de un proyecto colonial de colonos. Vimos lo que ocurrió en el mundo árabe, cuando el caos del vacío no fue llenado por ningún proyecto constructivo y alternativo; en tal caso el caos continúa.
Una cosa está clara, quien piense en la alternativa al Estado sionista no debe buscar en Europa u Occidente modelos que sustituyan al Estado que se derrumba. Hay modelos mucho mejores que son locales y son legados de los pasados recientes y más lejanos del Mashraq (el Mediterráneo oriental) y del mundo árabe en su conjunto. El largo periodo otomano cuenta con modelos y legados de este tipo que pueden ayudarnos a tomar ideas del pasado para mirar hacia el futuro.
Estos modelos pueden ayudarnos a construir un tipo de sociedad muy diferente que respete las identidades colectivas así como los derechos individuales, y que se construya desde cero como un nuevo tipo de modelo que se beneficie del aprendizaje de los errores de la descolonialización en muchas partes del mundo, incluido el mundo árabe y África. Es de esperar que esto cree un tipo diferente de entidad política que tendría un impacto enorme y positivo en el mundo árabe en su conjunto.
29/9/2024.
*Ilan Pappé: es Catedrático de Historia, de origen judio, y Director del Centro Europeo de Estudios Palestinos de la Universidad de Exeter. Es autor de numerosos libros, el más reciente de los cuales es The Biggest Prison on Earth: A History of the Israeli Occupation of Palestine (Oneworld, 2015), The Idea of Israel (Verso, 2014) y The Modern Middle East; A Social and Cultural History (Routledge, 2014).
Escribe Prensa UIT-CI
Vladmir Ilich Ulianov, quien pasaría a la historia con el seudónimo de Lenin, nació un 22 de abril de 1870 y dejó de existir el 21 de enero de 1924. Precisamente se está cumpliendo un centenario de su muerte.
En el VIII congreso de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI), realizado el pasado mes de diciembre, se acordó llevar adelante durante este año una campaña de propaganda y difusión en homenaje a Lenin, principal dirigente de la Revolución Bolchevique, fundador del Estado Soviético y de la Tercera Internacional. En la misma presentaremos una serie de artículos sobre sus diversas facetas como revolucionario internacionalista, así como otros materiales, charlas, etc.
21/01/2024 Charla de homenaje a Lenin a 100 años de su fallecimiento
Al cumplirse 100 años de la muerte del revolucionario ruso Vladimir Lenin (21 de enero de 1924) se realizó en la ciudad de Barcelos, Portugal, una charla de homenaje. El evento se produjo en este 21 de enero de 2024 en la sede del MAS (Movimiento Alternativa Socialista), sección portuguesa de la UIT-CI.
La charla estuvo a cargo de Miguel Sorans, de Izquierda Socialista (Argentina) y Josep Lluís, de Lucha Internacionalista (Estado Español), ambos dirigentes de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI). Renata Cambra, dirigenta del MAS estuvo en la mesa coordinando el evento.
Lenin, fue el principal dirigente de la Revolución Rusa de 1917, dirigente del partido Bolchevique, fundador del Estado Soviético y de la Tercera Internacional en 1919.
Se ratificó la vigencia del legado político, práctico y teórico de Lenin, resaltando la importancia de continuar la lucha construyendo partidos revolucionarios y la UIT-CI, para seguir organizados para pelear por el fin del sistema capitalista-imperialista logrando gobiernos de las y los trabajadores y un verdadero Socialismo con democracia para el pueblo trabajador en todo el mundo.
Se reproduce un video con una breve síntesis de la charla-homenaje
21/01/24. «A cien años de la muerte de Lenin»
Lenin internacionalista proletario
Lenin fue sin ninguna duda, el más avezado e importante seguidor de las ideas de Marx y Engels. Fue quien llevó a la concreción los planteamientos del marxismo, expresado en la revolución bolchevique y en la fundación del primer estado de obreros y campesinos en el mundo: La Unión Soviética.
21/01/24. «¿Por qué Lenin sigue vigente en el siglo XXI?»
El 21 de enero se cumplen cien años de la muerte de Lenin. Con este artículo, desde Izquierda Socialista y la Unidad Internacional de las y los Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) iniciamos una campaña de homenaje y reivindicación del histórico dirigente bolchevique, quién encabezó la Revolución Rusa junto a León Trotsky.
03/02/24. «Militante socialista destaca logros de Lenin y lamenta que Argentina se someta al imperialismo»
Rosario Kairuz, una militante socialista de Argentina, sostiene que Lenin entendió la idea de cambiar el mundo y como revolucionario logró hacerlo. Destaca que su memoria persiste en la actualidad y es un referente para la clase trabajadora. Sin embargo, lamenta que un siglo después de la muerte de Lenin, Argentina siga sometida al imperialismo.
25/01/24. «En Barcelos, Portugal, charla de homenaje a Lenin a 100 años de su fallecimiento»
El 21 de enero, en la sede del MAS (Movimiento Alternativa Socialista) de Barcelos, Portugal, se hizo una charla con Miguel Sorans, da Izquierda Socialista (Argentina) y Josep Lluís, de Lucha Internacionalista (Estado Español), ambos dirigentes de la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) para homenajear a Vladimir Lenin al cumplirse 100 años de su muerte (21 de enero de 1924). Renata Cambra, dirigenta del MAS estuvo en la mesa coordinando el evento.
07/03/24
Reeditamos un texto de León Trotsky, escrito en 1932, cuyo objetivo fue divulgar el testamento de Lenin. Este lo dictó cuando ya estaba gravemente enfermo. La última propuesta de Lenin era contundente: sacar a Stalin del cargo de secretario general.
Stalin y los burócratas que tomaron el poder en la URSS escondieron estas páginas por más de 30 años. Después de la muerte de Stalin fue publicado oficialmente.
Es un texto para seguir debatiendo la vigencia de la experiencia de los primeros años de la Revolución Rusa y del legado de Lenin, a 100 años de su muerte.
En una entrevista en LN+ el presidente Javier Milei atacó a la artista, mostrando una vez más su violencia y misoginia. En dicha entrevista, realizada por dos periodistas varones, Milei habló contra el desarrollo de la cultura en general y en particular contra Lali quien en el festival de Cosquín se había pronunciado en defensa de la cultura.
Lali, es una de las artistas argentinas que viene manifestándose contra la violencia patriarcal que representa el gobierno de Milei y está siendo atacada por por alzar su voz en defensa de las trabajadoras y trabajadores de la cultura.
Desde Isadora, nos solidarizamos con Lali y con todas y todos los artistas que se animan a denunciar las políticas de saqueo y ajuste que el gobierno está llevando adelante especialmente contra la cultura.
#lali #solidaridadconlali #apoyoalali
Escribe José Castillo, Izquierda Socialista/FIT-Unidad
Reapareció Cristina Fernández con un extenso documento titulado “Argentina en su tercera crisis de deuda”. Hizo un repaso histórico señalando que el gran problema de los últimos 40 años es el endeudamiento externo. Pero en su texto encubre las responsabilidades del peronismo en este período. No ofrece ninguna salida para enfrentar a Milei y su plan motosierra. Peor aún, justificó la necesidad de una reforma laboral, abrió el debate para que se acepten algunas privatizaciones, justificó la alianza pública-privada y de paso elogió a Trump y defendió al Estado sionista de Israel.
La jefa del kirchnerismo estaba en un mutismo absoluto desde la asunción del gobierno ultraderechista de Milei. Seguramente muchas compañeras y compañeros, viendo la ausencia de los principales referentes del gobierno anterior, piensen “por fin” apareció Cristina. Veamos para qué.
Digamos primero que varios miembros del gabinete de Milei salieron rápidamente a responder por las redes diciendo que era una vergüenza que saliera a hablar, que debía “guardar silencio” u hasta insultos de sus seguidores. Repudiamos esas respuestas de funcionarios que se dedican diariamente a hambrear al pueblo trabajador y a garantizarle sus negocios a los grandes capitalistas y buitres de la deuda. En algunos casos, como el del ministro Luis “Toto” Caputo, con plenas responsabilidades no sólo en el ajuste actual, sino en el que en su momento llevó adelante Mauricio Macri.
Dicho esto, el largo texto de Cristina Fernández está muy lejos de ofrecer una salida favorable que hoy está necesitando el pueblo trabajador para enfrentar el plan motosierra de Milei. Analicémoslo detalladamente.
La deuda externa y sus responsables
La ex vicepresidenta coloca el endeudamiento externo como el responsable principal de los problemas económicos desde 1983 a esta parte. Coincidimos, sin duda. Más aún, durante todo ese tiempo fue la izquierda, muchísimas veces en soledad, la que denunció que el endeudamiento externo es ilegal, ilegítimo y fraudulento desde sus orígenes en la dictadura mediante un genocidio, la cual siguieron pagando todos los gobiernos capitalistas hasta el día de hoy. Deuda que es la causa última de todos los planes de ajuste que vienen sumiendo a nuestro país en la postración.
Cristina pone énfasis en la responsabilidad de la dictadura militar y en la del macrismo, señalando que el radicalismo de Alfonsín “no supo o no pudo” resolver el tema. Pero disimula la responsabilidad en la continuidad y crecimiento del endeudamiento de los gobiernos peronistas, que gobernaron 28 años de los últimos 40 (10 con Menem, dos con Duhalde, 12 con el kirchnerismo y cuatro donde cogobernaron los K con Alberto Fernández y Massa). Con Menem (gobierno que los Kirchner apoyaron plenamente) no sólo se entregó el país con las privatizaciones y se generaron centenares de miles de desocupados, sino que también se siguió pagando la deuda externa, aumentándola en 100.000 millones de dólares.
El kirchnerismo inventó que durante sus gobiernos la Argentina se había “desendeudado”. ¡Mentira! Los números son clarísimos: asumieron con 190.000 millones de deuda externa, pagaron en efectivo a lo largo de 12 años 200.000 millones (número reconocido en su momento por la propia Cristina) y cuando se fueron, en 2015, la deuda había subido a 240.000 millones.
Cristina dice en su texto, citando al ex ministro de Economía de Mauricio Macri, Nicolás Dujovne, que el propio macrismo había reconocido dicho “desendeudamiento”. Efectivamente, coincidieron en la mentira Cristina y Macri. El gobierno del PRO lo hizo para justificar que podía entonces comenzar su propio “ciclo de endeudamiento”, haciendo crecer la deuda en otros 150.000 millones de dólares. Esta mentira de Dujovne dejó de ser utilizada por el propio macrismo cuando, en 2018, al entrar en crisis por no poder cumplir con sus propios vencimientos, giraron 180 grados y empezaron a decir que toda la toma de deuda había sido para pagar “los vencimientos que había dejado el kirchnerismo”. En síntesis, macristas y kirchneristas quedaron enredados en sus propios dobles discursos, acusándose mutuamente de ser los endeudadores, cuando la realidad es que ambos (al igual que todos los gobiernos anteriores) pagaron miles de millones a los usureros internacionales y al FMI, mientras se siguió incrementando exponencialmente el endeudamiento externo.
En el largo recorrido histórico que hace Cristina Fernández en su texto, hay un hecho ausente, el Argentinazo de 2001, esa rebelión popular que obligó a declarar el no pago (default) a fines de ese año de parte sustancial de la deuda externa. Cristina hace silencio porque justamente el no pago arrancado por el pueblo a fines de 2001 fue lo que permitió que la economía se reactivara en los años siguientes, hasta que en 2006 Néstor Kirchner abonó por adelantado casi 10.000 millones de dólares al FMI y realizó el primer canje de deuda. Canje que (al igual que el segundo de 2010) no fueron otra cosa que grandes negociados para los acreedores, a diferencia de lo que sostuvo en su momento el kirchnerismo y que Cristina vuelve a reivindicar en su texto.
Kirchnerismo, menemismo y privatizaciones
Cristina varias veces se refiere a la responsabilidad de “las políticas neoliberales”. Cita directamente a la dictadura militar y al macrismo. Si bien algunas veces incluye “la política de los 90”, se cuida muy bien de hacer una crítica directa al menemismo. El motivo es claro. Néstor Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz, y la propia Cristina, legisladora nacional en esos años, fueron claramente menemistas. Más aún, defendieron a su ministro Domingo Cavallo. Un punto cúlmine de ese apoyo se dio en 1993 con la privatización de YPF. En el texto que ahora publica la ex vicepresidenta, increíblemente, defiende esa privatización, señalando que los problemas recién se produjeron en 1998 cuando se vendió la empresa totalmente a Repsol. Esta afirmación, que a algunas compañeras y compañeros puede parecerles novedosa, no lo es cuando observamos cómo el kirchnerismo, en sus largos 12 años de gobierno, dejó sin tocar la inmensa mayoría de las privatizaciones, y cuando se tuvo que hacer cargo de algunas empresas, fue por virtual “abandono” de sus antiguos dueños privados y las reestatizó lo más parcialmente que pudo (como fue el caso de la propia YPF).
Cristina hace en su texto una amalgama del peronismo del 45 con los años de gobierno kirchnerista diciendo que fueron una continuidad. Nada más alejado de la realidad. Es como juntar agua con aceite. El primer peronismo, con todas sus contradicciones, tuvo una relativa independencia e incluso desarrolló un parcial enfrentamiento al imperialismo yanqui, lo que se expresó en las conquistas sociales del pueblo trabajador, pero también en la nacionalización de la banca, el comercio exterior (creación del IAPI), en la creación de decenas de empresas del estado y en la negativa a ingresar al FMI. En los 12 de años del kirchnerismo, en cambio, bajo un doble discurso “nacional y popular” se le dio continuidad al proceso de semicolonización de la Argentina que se venía profundizando desde la dictadura militar. El peronismo kirchnerista, en lo esencial, sostuvo el proceso de concentración de la economía en manos de los grandes pulpos nacionales y extranjeros. No modificó el esquema de país capitalista agroexportador
y del agronegocio, más allá de los roces que tuvo en 2008. Nunca tocó a los
monopolios exportadores (Cargill, Bunge, Dreyfus, Nidera), pactó con las mineras (Barrick Gold), con Chevron y otras multinacionales del petróleo para Vaca Muerta y jamás reestatizó la energía, los teléfonos o los puertos. Solo obligados por la crisis o la retirada de las multinacionales se hizo cargo de YPF, AYSA, Aerolíneas Argentinas y las AFJP (e incluso en el caso de éstas últimas utilizó sus fondos para pagar deuda externa).
El peronismo avaló el endeudamiento de Macri y pactó con el FMI
Cristina denuncia una vez más la estafa de la deuda del macrismo, incluyendo el escandaloso acuerdo con el FMI. Sin embargo, no dice lo obvio. Todos los componentes del Frente de Todos cuando asumieron en 2019, se comprometieron a pagarla, reconociéndola de hecho y actuaron en consecuencia. Acá está el centro del desastre al que llevó el gobierno de Alberto, Cristina y Massa, que terminó con una gran inflación y desigualdad social, pulverizando los salarios y las jubilaciones mientras se le entregaban miles de millones de dólares a los bonistas privados y al FMI.
Cristina ahora critica un aspecto del canje de deuda con los acreedores privados realizado por el entonces ministro Martín Guzmán en agosto de 2020 (dice que “estuvo bien” pero que no hubo quita de capitales ni rebaja de intereses), pero en su momento lo apoyó plenamente y no dio a conocer (ni ella ni nadie del kirchnerismo) ninguna queja. Las y los diputados kirchneristas, incluido Máximo Kirchner, lo votaron.
Luego la ex vicepresidenta se refiera al acuerdo de Alberto Fernández con el FMI, explicando que no estuvieron de acuerdo. Pero a la vez aprueba como algo correcto no “obstaculizar la acción del gobierno”. O sea, se opusieron como “saludo a la bandera” y permitieron que se firmara ese acuerdo que, como reconoce la propia Cristina, fue el factor central del mega ajuste llevado adelante en los dos últimos años del gobierno del Frente de Todos.
Cristina no llama a enfrentar a Milei, ni a que se deje de pagar la deuda o se rompa con el FMI
Cristina en la parte final de su texto se refiere al nuevo gobierno de Milei. Le critica su liberalismo extremo, señalando que no funciona en ninguna parte del mundo. Pero lo increíble son los ejemplos que decide utilizar para ilustrar esta afirmación. Al hacerlo termina elogiando a Donald Trump y, peor aún, al Estado de Israel, afirmando que el desarrollo de éste se debe a “un Estado fuerte, presente y eficiente”, escondiendo su política colonialista genocida contra el pueblo palestino.
Cristina en ningún momento caracteriza al gobierno de Milei como lo que es, de ultraderecha, y no denuncia su plan de guerra contra el pueblo trabajador, ni mucho menos la feroz política represiva puesta en marcha por la ministra Bullrich. Se da el lujo incluso de aconsejarle que tenga cuidado, no vaya a ser que quede “condicionado” por el macrismo.
Finalmente, enuncia una serie de propuestas. Muchas de ellas son guiños a algunas de las políticas que plantea La Libertad Avanza. Así, por ejemplo, deja abierta la puerta para debatir una la flexibilización laboral (“que brinde respuestas a las nuevas formas de relaciones laborales”). Plantea algún tipo de incorporación de capital privado a las empresas estatales. O incluso señala que “no se debe dejar a los chicos sin clases”, en un virtual ataque contra los trabajadores de la educación y su derecho a huelga.
Contra el plan motosierra el peronismo no es salida, la salida es el Frente de Izquierda
Cristina le dedica largos párrafos a la deuda externa. Pero jamás enuncia la salida más básica y la única posible si se quiere romper con esta trampa mortal: dejar de pagarla. Es lo que desde la izquierda venimos planteando desde hace 40 años. Es lo que dijimos mientras el peronismo kirchnerista nos mentía y decía que ellos “nos estaban desendeudando”. Es lo que planteamos frente a la nueva y fraudulenta deuda del macrismo, mientras el Frente de Todos la reconocía y pagaba. Y es lo que ahora desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad seguimos planteando bajo Milei.
En el largo texto de Cristina no figura pelear por algo tan básico como un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones. Habla de fuga de capitales e incluso da ejemplos de escándalos de contrabando, pero ni se le cruza por la cabeza que la salida es la nacionalización de la banca y el comercio exterior para combatir “la escasez de dólares”, como varias veces señala. Nuevamente, sólo la izquierda pelea por eso.
Para enfrentar al plan motosierra lo que hay que continuar la pelea que miles, dese distintos sectores ya salieron a dar, reclamando a la CGT y las CTA un nuevo paro nacional y un plan de lucha. Cristina, sabiendo de la influencia que tiene su palabra sobre una parte muy importante de la burocracia sindical peronista, no dice una palabra al respecto. Otra vez, es el reclamo que llevamos adelante desde el sindicalismo combativo y la izquierda.
Cristina rompió su silencio. Pero de sus dichos, como de la propia experiencia del pueblo trabajador con los gobiernos peronistas, se desprende más que nunca la necesidad de fortalecer otra alternativa política, distinta al peronismo, como lo es el Frente de Izquierda Unidad al cual desde Izquierda Socialista llamamos a fortalecer, que postula como salida de fondo que gobiernen los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina Socialista con democracia para el pueblo trabajador.