Escribe Hugo Soul, delegado Conicet en el Centro Atómico Bariloche y candidato a Senador por el FIT-Unidad Rio Negro
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) vive una situación dramática, tanto en los Centros Atómicos (Bariloche, Constiyutentes y Ezeiza), como también en las diversas regionales (Mendoza, Córdoba, Salta, Trelew) y el complejo tecnológico de Pilcaniyeu.
Además de los bajos salarios (que son cercanos a la línea de indigencia para quien se inicia), se suma la falta de presupuesto e incluso falta de pago de servicios. Por ejemplo en el CAB se adeudan 8 meses al servicio médico y dejará de funcionar a fin de mes. El proyecto CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) es un reactor nuclear argentino de diseño modular reconocido a nivel mundial por su tecnología innovadora. Este proyecto y otros como el de medicina nuclear en Salta se encuentran paralizados. Como consecuencia, muchos trabajadoras y trabajadores han abandonado la institución para buscar mejores salarios y condiciones laborales en otros países.
Esto es consecuencia de la política del actual gobierno que como parte de su brutal ajuste para complacer al FMI y los grandes millonarios, ataca la universidad, la ciencia y tecnología del país, favoreciendo un modelo económico puramente extractivista en beneficio de los monopolios extranjeros, y en desmedro de la industria e innovación nacional. Un presidente que está desmantelando el CONICET, INTA, INTI, y llegó al extremo de vetar la ley de emergencia en apoyo al Hospital Garraham, el hospital pediátrico más avanzado del país y la región.
Ante esta situación, las y los trabajadores del CAB, luego de dos asambleas numerosas, decidimos hacer una protesta en la entrada del Centro Atómico, entregando volantes a los vehículos que transitaban la avenida Bustillo, y llamando a los medios de información, para denunciar la situación.
Participamos unos 150 compañeras y compañeros, con el apoyo de ATE, el sindicato de técnicos y también ADUNC (docentes de la Universidad del Comahue). Los vehículos que pasaban por el lugar, recibieron los volantes con agrado y tocaban bocina, solidarizándose con las protestas. Se cantaron consignas contra “el gobierno que no escucha” y por la “unidad de los trabajadores”.
La protesta levantó el ánimo de las y los trabajadores y próximamente se harán nuevas asambleas, para organizar nuevos reclamos, unificándolos con otros sectores de la CNEA, y también con la movilización de las universidades, prevista para cuando se trate el veto a la ley de financiamiento universitario
Escribe Guido Poletti
Milei ya fue repudiado abrumadoramente en las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Se trató de la manifestación electoral de la bronca creciente que se percibía en los lugares de trabajo y estudio y en los barrios populares.
Sin embargo, desde la misma noche del domingo, ratificó que continuará y, más aún, profundizará el ajuste y la motosierra. En la semana lo hizo vetando las leyes que involucraban al Garrahan y a las Universidades. También la de ATN para las provincias.
Tanto las y los trabajadores del Garrahan como la comunidad universitaria respondieron de inmediato.
En el Garrahan se lanzó un paro que durará el viernes y sábado. Sus trabajadoras y trabajadores participarán del acto del sindicalismo combativo en Plaza de Mayo de hoy y por la noche harán un ruidazo. El movimiento estudiantil, por su parte, junto con los gremios docentes y no docentes universitarios, realizó una jornada de clases públicas en Plaza de Mayo el miércoles, enormes asambleas por facultad el jueves, y convocó a la Tercera Marcha Federal para el próximo miércoles 17, cuando se trate el veto en la Cámara de Diputados.
El Plenario del Sindicalismo combativo, organizaciones piqueteras independientes y las y los jubilados en lucha, por su parte, realizan un acto hoy viernes en Plaza de Mayo, donde además del Garrahan y las Universidades, estará presente Ademys, las y los ferroviarios del Sarmiento, el Sutna, otros gremios combativos y delegaciones de distintos sectores de las y los trabajadoras, todo preparando la gran marcha unitaria contra los vetos. Remarquemos que esta jornada de lucha había sido votada en el Plenario Nacional que tuvo lugar el 16 de agosto, en la Facultad de Sociales.
¿Y la CGT?
Como vemos, iniciativas sobran. Ganas de pelear también. Sin embargo la burocracia de la CGT sigue deshojando la margarita y afirmando que “no están pensando en un paro general”. Por supuesto, luego del resultado provincial, “endurecen” su discurso, para no quedar descolocados. Pero todo su centro está puesto en la renovación de autoridades de la Central. De hecho, en estos días está citado un Comité Central Confederal, pero en el temario de convocatoria ni figura discutir acción alguna contra la motosierra de Milei, sino exclusivamente ratificar el cronograma de elecciones de las nuevas autoridades.
El sindicalismo combativo, esta tarde en Plaza de Mayo, le viene reclamando a la burocracia de la CGT que rompa la tregua ya escandalosa que viene llevando adelante con el gobierno y que llame a un nuevo paro general, de 36 horas y a un plan de lucha. ¿Qué mejor ocasión para llamar a parar que el próximo miércoles, fortaleciendo las movilizaciones que se preparan, con las y los jubilados, el Garrahan y la Tercera Marcha Federal Universitaria, pero a la que se sumará la docencia de todos los niveles?
Mientras exigimos esto, la tarea es hacer miles de asambleas, reuniones de activistas y cuerpos de delegados. En defensa de la salud y educación pública, es que el miércoles 17 debemos copar la plaza Congreso y de todo el país, exigiendo a las y los diputados que voten contra los vetos de este gobierno corrupto, anti obrero, ajustador y represor.
Escribe Adolfo Santos, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
Las manifestaciones de repudio a la ocupación de Palestina por parte del estado sionista de Israel, no paran de crecer. En las últimas horas se conoció un documento al que adhieren miles de actores, directores y otros profesionales de la industria cinematográfica en el que asumen el compromiso de no trabajar con instituciones cinematográficas israelíes por ser cómplices del genocidio y el apartheid contra el pueblo palestino.
Destacando la influencia cultural que genera su labor, expresan: “Como cineastas, actores, trabajadores de la industria cinematográfica e instituciones, reconocemos el poder del cine para moldear la percepción” [...] “En este momento de crisis urgente, donde muchos de nuestros gobiernos están permitiendo la masacre en Gaza, debemos hacer todo lo posible para abordar la complicidad en este horror implacable”.
El compromiso asumido, lanzado este fin de semana, ya contiene cerca de 4.000 adhesiones. Algunos de esos nombres son: Joaquín Phoenix, Rooney Mara, Emma Stone, James Schamus, Peter Sarsgaard, Lily Gladstone, Nicola Coughlan, Harris Dickinson, Bowen Yang, Guy Pearce, Jonathan Glazer, Ebon Moss-Bachrach, Fisher Stevens, Abbi Jacobson, Eric Andre, Elliot Page, Payal Kapadia y Emma D'Arcy, según informó Variety. También firmaron los cineastas Yorgos Lanthimos, Ava DuVernay, Asif Kapadia, Boots Riley y Joshua Oppenheimer; y los actores Olivia Colman, Mark Ruffalo, Tilda Swinton, Javier Bardem, Ayo Edebiri, Riz Ahmed, Josh O'Connor, Cynthia Nixon, Julie Christie, Ilana Glazer, Rebecca Hall, Aimee Lou Wood y Debra Winger.
La iniciativa es una respuesta a una convocatoria de los cineastas palestinos que hicieron un llamado donde instan a la industria cinematográfica internacional a “rechazar el silencio, el racismo y la deshumanización, así como a 'hacer todo lo humanamente posible' para poner fin a la complicidad en su opresión”. La idea es reproducir el boicot cultural que, en los años ´80 contribuyó al fin del apartheid en Sudáfrica. Para eso, los firmantes se comprometen a no proyectar películas, aparecer en ellas ni colaborar de ningún modo con instituciones que consideren cómplices, como festivales, cines, emisoras y productoras.
Este compromiso, firmado por artistas de reconocida trayectoria, es una de las principales acciones de boicot contra el estado terrorista de Israel. Entre ellos hay varios firmantes de origen judío, como el guionista David Farr, quien declaró: “Como descendiente de sobrevivientes del Holocausto, me siento consternado e indignado por las acciones del Estado israelí, que durante décadas ha impuesto un sistema de apartheid al pueblo palestino, cuyas tierras han usurpado, y que ahora perpetúa el genocidio y la limpieza étnica en Gaza”. Esta iniciativa se suma a otro boicot cultural protagonizado por más de 1.000 escritores que hace un año anunciaran un compromiso similar.
En medio de este importante movimiento, la semana pasada recibió una ovación de pie durante 23 minutos “La Voz de Hind Rajab”, una película sobre una niña de cinco años asesinada por las fuerzas israelíes en Gaza el año pasado. Se extiende por el mundo la movilización para poner fin al genocidio y el apartheid provocado por la ocupación de Palestina por el estado terrorista de Israel. Sobre esa marea, la Flotilla Global Sumud navega rumbo a Gaza intentando romper el bloqueo y abrir un corredor humanitario para llegar con alimentos, agua y medicamentos que alivien la hambruna provocada por las acciones criminales del sionismo.
Escribe José Ernesto Castillo, dirigente de Izquierda Socialista (FIT Unidad)
Milei vetó la ley de financiamiento universitario, aprobada por el Congreso el pasado 21 de agosto. También la que declaraba la emergencia sanitaria en pediatría y residencias médicas por un año. Muy probablemente en las próximas horas también vetará la ley que dispone la redistribución automática de los ATN a las provincias. En síntesis, no hay plata para los sueldos, infraestructura e investigación universitaria, ni para el Garrahan o el resto de la salud pública dedicada a pediatría, ni para las provincias (de las que depende, recordemos, el grueso de la educación y la salud pública). Sí hay, como viene quedando claro de las declaraciones del propio presidente, y de los apoyos explícitos del FMI, para los buitres acreedores de la deuda externa. Y, en medio del atronador silencio y la ratificación de funcionarios, para los coimeros con Lule Menem y Karina “3%” Milei a la cabeza.
Derrotemos los vetos con el ejemplo de la lucha de discapacidad
Se le puede ganar a Milei. Lo demostraron las elecciones del domingo. Pero también la enorme lucha de los colectivos de personas con discapacidad, que obligaron al Congreso a rechazar el veto de Milei a su ley de emergencia.
Los gremios docentes y no docentes universitarios junto al movimiento estudiantil, e incluso los rectores y autoridades han llamado a la tercera marcha federal universitaria, para el día que el Congreso trate el veto de Milei. ¡Era hora! Pero más vale tarde que nunca. Mientras tanto, el miércoles 10 ya hubo una gran jornada de clases públicas en Plaza de Mayo, y el viernes 12 habrá un paro nacional universitario.
Las y los trabajadores del Garrahan ya hace meses que vienen luchando, con innumerables iniciativas, incluyendo marchas multitudinarias que concluyeron con jubiladas y jubilados y demás trabajadores en lucha.
Con estos ejemplos, el camino está claro: hay que ganar las calles para derrotar los vetos de Milei, su motosierra y todo su plan de ajuste, entrega y represión.
El domingo pasado el pueblo trabajador, los jóvenes, el movimiento de mujeres y disidencias,y las y los jubilados le pegaron un auténtico mazazo electoral a Milei y sus candidatos. Hubo festejo popular. El gobierno quedó groggy. Pero no alcanza. Lo dijo la misma noche de los comicios en su discurso: “voy a seguir ajustando y a profundizar el rumbo”. En estos días lo ratificó. Se envalentonó con el apoyo explícito que recibió del FMI, con el mensaje de su vocera Julie Kosack.
Para hacer realidad el sentimiento popular, que masivamente reclama ¡Basta Milei!, hay que seguir y profundizar la pelea en las calles, apoyar todas las luchas y exigir a la CGT que rompa su escandaloso pacto con el gobierno y que llame a un nuevo paro general de 36 horas y un plan de lucha. También, seguir la pelea electoral, preparándonos para darle otro palazo a Milei y La Libertad Avanza en las elecciones del 26 de octubre. Para eso, tenemos una herramienta que hay que fortalecer, la únicas que siempre, sin excusas e incondicionalmente se pronunció en contra de todas y cada una de las políticas del gobierno, así como la que desde el primer día estuvo en las calles apoyando todas las luchas para que triunfen: el Frente de Izquierda Unidad.
Escribe José Castillo, dirigente de Izquierda Socialista/FIT Unidad
El gobierno ultraderechista de Javier Milei sufrió una derrota total en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, donde perdió por más de 13 puntos de diferencia. Fue un enorme voto de repudio a la motosierra, a la política de hambre al servicio del FMI y también a las coimas de su hermana, Karina.
La elección bonaerense desató un auténtico terremoto político: todo cambió de golpe. Bastaba con ver las caras de los hermanos Milei y de los funcionarios que lo acompañaban en el escenario del búnker de La Libertad Avanza (LLA) la noche del domingo 7 de septiembre. El gobierno recibió un golpe durísimo, algo que ellos mismos reconocieron. Al día siguiente, hasta los diarios internacionales reflejaron la magnitud de la derrota.
Un par de días antes, en el patético acto de cierre de LLA en Moreno (donde asistieron apenas cientos de personas, en su mayoría barrabravas, en una cancha semivacía del barrio Trujui), el Presidente aseguraba que estaban ante un “empate técnico” y que, en el peor de los casos, podían quedar abajo por unos pocos puntos.
En la Primera Sección, donde tenían expectativas de ganar, terminaron derrotados por diez puntos. En la Tercera fue una verdadera goleada: 25 puntos de diferencia. En todo el conurbano apenas lograron imponerse en tres partidos: Vicente López y San Isidro (zonas de clase media alta), y Tres de Febrero, donde el intendente Diego Valenzuela encabezaba la lista. Dato de color: los tres municipios son bastiones del PRO.
La derrota se extendió a casi toda la provincia: perdieron en seis de las ocho secciones electorales. Solo triunfaron en la Quinta y la Sexta, gracias a las victorias en Mar del Plata y Bahía Blanca.
En el corazón del conurbano bonaerense, tanto en los partidos de la Tercera como de la Primera Sección, el repudio al gobierno fue absoluto. Cuanto más popular era el barrio, menos votos obtenía LLA. También perdieron en La Plata.
Incluso en la Segunda, donde el oficialismo estaba seguro de imponerse, fueron derrotados en localidades con fuertes conflictos de la industria metalúrgica, como Zárate, Campana, Ramallo y San Nicolás. La caída alcanzó zonas rurales donde creían tener el triunfo asegurado, como en la Cuarta Sección Electoral.
¿Por qué perdió Milei?
El pueblo repudió la motosierra, el superajuste y el sometimiento al hambre y la marginación social de millones de personas. También rechazó los ataques a la educación, a las personas con discapacidad, a las y los jubilados, los insultos, la agenda antiderechos contra mujeres y disidencias y, sobre todo en las últimas semanas, la corrupción por las coimas de Karina Milei y los intentos de censura a periodistas. Fue una expresión clarísima de una bronca creciente: primero se fue gestando a fuego lento y, en las últimas semanas, llegó a punto de hervor.
El gobierno de LLA venía atravesando su peor momento. A la lucha del Hospital Garrahan se sumaron los conflictos vinculados a la situación de las personas con discapacidad. En paralelo, crecía la crisis política, marcada por derrotas recurrentes en el Congreso y rupturas con gobernadores y fuerzas patronales que hasta hace pocos meses aparecían como aliados.
El punto de quiebre llegó cuando se destapó la olla de los audios y las coimas de Karina. El “3%” y el hit de “alta coimera” se masificaron, coreándose en recitales y canchas de fútbol. En los últimos días, en cada acto de campaña y caravana del oficialismo, se sentía en el aire el repudio popular.
En síntesis, el pueblo trabajador votó masivamente contra el mandatario. Fue la expresión del hartazgo, un castigo contundente al gobierno. Conocidos los resultados, y en los días siguientes, se notaba en fábricas, oficinas, escuelas, facultades y barrios populares una alegría desbordante por la derrota del oficialismo y por el mazazo que había recibido el gobierno.
Axel Kicillof y el peronismo
Sin duda, el peronismo sale fortalecido como principal ganador. Fue el vehículo mayoritario que encontró el pueblo trabajador para castigar al gobierno.
Dentro de la interna peronista, el principal ganador fue el gobernador Axel Kicillof. Su maniobra de separar, por primera vez en Buenos Aires, las elecciones provinciales (con el apoyo de los intendentes del conurbano) de las nacionales, dio resultado, pese a la oposición de Cristina Fernández y del peronismo kirchnerista. Sin embargo, esto no impidió que la expresidenta se subiera al carro del triunfo y saliera a festejar desde el balcón de su casa. Lo mismo hicieron Sergio Massa, Juan Grabois y todos los sectores que, tras un trabajoso cierre de listas, confluyeron en Fuerza Patria.
El fortalecimiento del peronismo, e incluso de la figura de Kicillof (a quien algunos ya señalan como “presidenciable”), no elimina la crisis interna de esa fuerza política. La imagen de dos festejos distintos, uno en La Plata y otro en la casa de Cristina Fernández, en San José 1111, es apenas una muestra de las tensiones. El gobernador bonaerense hace tiempo que se distanció del espacio kirchnerista. Tiene pendiente recomponer su relación con los gobernadores, y su estrategia futura es una incógnita. Hasta ahora se apoyó en los barones del conurbano y en la burocracia de la CGT y las CTA, aunque ya expresó su interés en construir un frente “más amplio”, que incluso podría incluir a gobernadores no peronistas como Maximiliano Pullaro o Ignacio Torres.
Por otra parte, como quedó claro durante la campaña, en amplios sectores persiste el recuerdo del desastroso gobierno de Alberto, Cristina y Massa. Muchos votos a la boleta de Fuerza Patria reflejan más un voto castigo contra Milei que un respaldo decidido a los candidatos peronistas.
Gran elección del Frente de Izquierda Unidad
El FIT Unidad tuvo una muy buena performance electoral. Fue una parte importante de la pelea para que el repudio y la bronca contra el gobierno nacional se expresaran en las urnas. Por eso, también fue protagonista de la alegría y los festejos tras conocerse los resultados.
El Frente de Izquierda Unidad se consolidó como tercera fuerza en la Tercera Sección Electoral, logrando dos diputados provinciales: Nicolás del Caño (PTS) y nuestra compañera Mónica Schlotthauer, de Izquierda Socialista.
El voto al FIT-U reunió a una franja que vio en la izquierda la forma de castigar a Milei. En su mayoría, se trató de militantes y activistas que ya venían acompañando al Frente de Izquierda en elecciones anteriores. A ellos se sumaron compañeras y compañeros que, tras sus experiencias con el peronismo, decidieron dejar de apoyarlo y encontraron una alternativa política.
Un dato de color que realza la elección del FIT Unidad fue la pobrísima votación de Somos, la lista intermedia “ni chicha ni limonada” que intentó instalarse en la provincia de Buenos Aires como avanzada de los gobernadores de Provincias Unidas. Perdieron con el Frente de Izquierda en la Tercera y en la Octava Sección. En la Primera, incluso sacaron menos votos que el Frente de Izquierda en Tigre, el municipio gobernado por Julio Zamora, principal candidato de ese espacio.
¿Ya se le paró la mano a Milei?
En su discurso de la noche del domingo 7 de septiembre, Milei reafirmó que no retrocederá ni un centímetro en el ajuste, a pesar de haber sufrido el impacto de la derrota electoral. Incluso advirtió que lo profundizará. Habló de modificar “errores políticos”, aunque no quedó claro si se refería a las formas o al tono.
En los días posteriores, quedó en evidencia que es el único que cree que todo sigue igual. Su gran “innovación” fue anunciar la creación de una mesa política integrada por los mismos personajes repudiados: Karina “3%”, el monje negro y jefe del grupo “Fuerzas del Cielo”, Santiago Caputo, la represora Patricia Bullrich, el coimero clan Menem, Guillermo Francos y el propio presidente.
El oficialismo nacional quedó golpeado y con una crisis abierta, tanto política como económica. Está paralizado y en estado de shock, cruzado por sus internas, pero no tiene otra opción que seguir adelante con la motosierra: cualquier retroceso sería leído como un signo de debilidad aún mayor. En los próximos días esto se verá reflejado en los vetos pendientes.
La crisis económica se acelera, y no tienen otro camino que profundizar el superajuste. Esto implica destruir aún más salarios y jubilaciones, ahogar a los endeudados con tasas de interés impagables y otorgar nuevos privilegios a los sectores más ricos. Su objetivo es acumular dólar sobre dólar para cumplir con los próximos vencimientos de la deuda externa y con las exigencias del FMI.
Por eso será fundamental seguir peleando. En esta nueva coyuntura, con un gobierno debilitado, se abre la posibilidad de tonificar las luchas en curso y las que vendrán, con el pueblo trabajador más predispuesto a enfrentarlo. El resultado electoral también dejó una enseñanza clara: estos ultraderechistas y su motosierra pueden ser derrotados.
Los desafíos que vienen
La elección en la provincia de Buenos Aires fue leída, correctamente, como una “primaria” antes de los comicios nacionales de octubre. Todos sabían que lo importante no era la futura composición de las Cámaras de Diputados y Senadores bonaerenses, ni de los Concejos Deliberantes, sino la foto que mostraría el nivel de apoyo o repudio al gobierno. Y, como señalamos antes, el resultado fue contundente, sin dejar lugar a dudas.
Mientras continúa la pelea concreta, el desafío de las próximas semanas será volver a expresar, ahora a nivel nacional, la bronca contra la motosierra. En las calles se siente un grito masivo: “Esto no se aguanta más” y “Yo no quiero que esta gente siga gobernando”.
Vuelve a plantearse, entonces, el interrogante sobre cuál es la verdadera alternativa para el pueblo trabajador, la juventud, el movimiento de mujeres y disidencias, y para todos aquellos que gritan ¡Basta de Milei!
Insistimos en que el peronismo no es una solución. Ya gobernaron y su gestión fue desastrosa para las y los trabajadores: aplicaron ajustes para cumplir con el FMI y terminaron provocando que decenas de miles, equivocadamente, los castigaran votando al facho de Milei.
Además, aunque ahora se reubiquen discursivamente, durante estos casi dos años de ultraderechismo dejaron las manos libres a Milei para que aplicara la motosierra. Diputados y senadores peronistas, con diversas excusas, votaron leyes, permitieron vetos o dejaron pasar DNUs. La burocracia sindical peronista, por su parte, pactó con el gobierno y dejó aislados a quienes salían a pelear.
El peronismo tampoco tiene un programa alternativo auténtico. Solo repite que renegociará “en forma progresiva” con el FMI y los acreedores de la deuda, con la promesa de pagar y, al mismo tiempo, “redistribuir la riqueza”. Es exactamente lo mismo que planteaban al final de la gestión de Mauricio Macri.
Por eso, volvemos a afirmar que la única alternativa es el Frente de Izquierda Unidad: el que está presente en todas las luchas, el que siempre se opone (sin excusas) a cada una de las políticas de este gobierno. El que tiene un programa verdaderamente alternativo, obrero y popular, que comienza por dejar de pagar la deuda y romper con el FMI, para que la plata se destine a resolver las necesidades populares.
Hoy el gran desafío es fortalecer al FIT-U. En octubre, apoyarlo en la campaña electoral, votarlo y pelear por más diputadas y diputados en el Congreso. Desde el domingo pasado estamos en mejores condiciones para enfrentar estas tareas.