Jul 28, 2024 Last Updated 12:02 PM, Jul 28, 2024

Izquierda Socialista

El 1° de abril de 1939 el fascista general Francisco Franco comunicó el final de la guerra. La derrota republicana fue la antesala de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de una dictadura que duró casi cuatro décadas. La lucha por justicia y por acabar con la herencia franquista aún continúa.

Escribe Federico Novo Foti

“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”, fue el último parte de guerra emitido por Franco. Pero la derrota ya se preveía: el 26 de enero había caído Barcelona y el 28 de marzo Madrid. 460.000 refugiados huían desesperados colapsando los caminos hacia Francia. Pero el suplicio del pueblo español recién comenzaba. Hubo 500.000 ejecutados en juicios sumarios y 115.000 víctimas de desaparición forzada. El régimen de Franco impuso represión y oscurantismo hasta su muerte, en 1975.

La revolución española

La década de 1930 en el Estado Español había comenzado con un fuerte ascenso revolucionario. El odio de las masas superexplotadas de obreros y campesinos se fue transformando en lucha. En 1931 tuvo que abdicar el rey Alfonso XIII, cayó la monarquía y se estableció la Segunda República.
Con avances y retrocesos el ascenso revolucionario se mantuvo y se fue profundizando durante los años siguientes. En febrero de 1936 triunfó en las elecciones el Frente Popular: una coalición de partidos burgueses republicanos, socialistas (socialdemócratas reformistas), comunistas (estalinistas) y el POUM (marxistas críticos de la burocracia de la URSS). El gobierno del Frente Popular intentó vanamente conciliar los intereses contrapuestos de las masas obreras y campesinas con la burguesía y la oligarquía terrateniente. Pero el enfrentamiento se fue agudizando con oleadas de huelgas y ocupaciones de tierras.
La derecha fascista y monárquica conspiró con el sector fascista (falangista) de las fuerzas armadas encabezado por Franco y el 18 de julio de 1936 declararon el golpe de Estado. El gobierno republicano se paralizó, pero las masas no. En Madrid abortaron el golpe. La población trabajadora se armó de inmediato para la defensa de la ciudad. En Cataluña y Asturias también se formaron milicias. Gracias a la iniciativa de obreros y campesinos fue aplastada la sublevación en la mayor parte del territorio español. Al armamento generalizado se empezó a sumar la ocupación de tierras, el desalojo de los curas de las iglesias y el control de los trabajadores sobre distintos aspectos de la vida social. El gobierno, mientras tanto, pretendía combatir al fascismo sin cuestionar la sagrada propiedad privada.

¿Por qué ganó Franco?

El triunfo de Franco se explica por la traición del Frente Popular. La suerte de la revolución se jugó dentro del campo republicano porque esas direcciones fueron las que aplastaron a los trabajadores y campesinos que estaban liquidando a los fascistas. El Partido Comunista fue cumpliendo un papel cada vez más importante usando el prestigio de la URSS y el envío a cuentagotas de armas. Su hombre, Juan Negrín, encabezó el gobierno desde 1937. La GPU (policía secreta de Stalin) persiguió y asesinó a los revolucionarios.
En la actualidad, frente a los gobiernos burgueses surgidos desde la transición de 1975, sigue planteada la lucha de los trabajadores y el pueblo por acabar con la herencia franquista, ligando la pelea por justicia por los asesinados y desaparecidos a las huelgas y movilizaciones contra el ajuste y la opresión nacional.

Nahuel Moreno y la lucha contra el fascismo



El dirigente trotskista argentino en su trabajo “Revoluciones del siglo XX” abordó el debate sobre cómo enfrentar a la contrarrevolución burguesa imperialista y tomó el ejemplo de la Guerra Civil Española: “La aparición del fascismo, primero como partido o movimiento y después, cuando triunfa, como un régimen político contrarrevolucionario, le plantea al marxismo dos graves problemas políticos que se pueden sintetizar en uno solo: ¿cómo enfrentar al fascismo como partido cuando lucha por llegar al poder, y como régimen cuando ya llegó a él? […] La Guerra Civil Española fue la máxima expresión de esa lucha para impedir el triunfo franquista, aunque las direcciones de las masas no la encararon con un criterio marxista revolucionario. Esas direcciones (los burgueses republicanos, con el Partido Socialista y el estalinista) quisieron circunscribir la lucha solo al enfrentamiento entre el régimen democrático burgués y el fascista. Y eso dentro de los cánones de la burguesía, respetando la propiedad privada y apoyándose en la policía y el ejército burgueses. Los marxistas revolucionarios, en cambio, planteábamos que era indispensable derrotar al fascismo a través de la unidad de todos los que estuvieran dispuestos a pelear contra él. Pero, al mismo tiempo, por la movilización del movimiento obrero y de masas, liquidar a los terratenientes y a la burguesía, poniendo bajo control de los trabajadores al aparato productivo, cambiando el carácter de clase del Estado. Esta sería la única forma de lograr una adhesión cada día mayor de los obreros y campesinos a la lucha contra el franquismo. Decíamos, en síntesis, que había que transformar la lucha en defensa del régimen burgués democrático en una lucha permanente por el socialismo.

 

 

Escribe Martín Fú

A principios de 1982 la dictadura se encontraba en crisis terminal por la debacle económica fruto de las políticas instauradas por Martínez de Hoz a pedido del imperialismo y los organismos financieros internacionales. El 30 de marzo de 1982, con las consignas “paz, pan y trabajo” y “abajo la dictadura”, un paro general con movilización a Plaza de Mayo convocada por la CGT terminó en una brutal represión. Un muerto, 2.500 heridos y 4.000 detenidos no le alcanzaron a la dictadura para desmovilizar y apagar la bronca. Intentando darle un poco más de aire a un régimen agónico, el general Galtieri decide que el 2 de abril tropas argentinas desembarquen en nuestras islas Malvinas, que se encontraban ocupadas desde 1833 por el colonialismo inglés. La junta militar, enfrascada en una campaña militar de ultramar con aroma nacionalista, jamás pensó que la movilización podía despertar en las masas la posibilidad de ir a una guerra contra el imperialismo inglés, como sucedió el 10 de abril en Plaza de Mayo cuando miles cantaron “fuera ingleses y yanquis de Malvinas”, a la vez que silbaban a Galtieri.

Thatcher, la “dama de hierro”, rápidamente envió hacia el Atlántico Sur una fuerza de tareas de una envergadura que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial. Más de cien navíos pusieron proa al Sur ante los ojos incrédulos de la junta. Los militares buscaron negociar rápidamente una salida que evitara la confrontación armada, vía la mediación de Estados Unidos, al que consideraban un “aliado”, pero que rápidamente se puso del lado británico, no solo apoyándola públicamente en los organismos internacionales como la ONU y la OTAN, sino también en el plano militar con pertrechos y tecnología de punta.

Finalmente, el 2 de mayo el ARA “General Belgrano” fue torpedeado y hundido cobardemente por el submarino nuclear Conqueror fuera de la zona de exclusión y con proa hacia el continente. Un claro mensaje de Thatcher que cerraba cualquier canal de diálogo a la salida negociada que buscaban los militares. El hundimiento del Belgrano y el asesinato de 323 argentinos marcaron el “punto de no retorno” de la guerra.

Gran parte de Latinoamérica ofreció su ayuda a nuestro país: Colombia, Perú, Brasil, Cuba y Venezuela, entre otros, abrían registros de voluntarios para ir a combatir a Malvinas y hasta pusieron armas a disposición. La junta estaba decidida nuevamente a traicionar y capitular a pesar de que las tropas en las islas ya combatían con unas de las potencias militares mejor equipadas y entrenadas del mundo. Sin organización ni planificación real para sostener un conflicto bélico y con los altos mandos lejos de las líneas de combate, nuestros soldados tuvieron el honor de enfrentar al invasor inglés, logrando asestar duros golpes que pusieron en jaque al enemigo. El 14 de junio el comandante de las tropas argentinas, el general Menéndez firmó la rendición final ante los ingleses.

El PST, nuestro partido antecesor, se colocó desde el primer momento en el campo militar contra el imperialismo inglés, sin dejar de denunciar el carácter represivo y hambreador de la dictadura. Exigimos que se dejara de pagar cualquier deuda con Inglaterra, que se expropiaran sus activos en el país y que se aceptara cualquier ayuda internacional ofrecida para derrotar a los piratas ingleses.

La guerra de Malvinas puso de manifiesto nuevamente la larga tradición de los argentinos en nuestros sentimientos antiimperialistas, que comenzó enfrentando a los ingleses y yanquis, sellando la suerte y el final de la dictadura genocida. Queda pendiente como tarea la recuperación definitiva y absoluta de nuestra soberanía sobre las islas Malvinas.

El sábado 16 de marzo, a menos de un mes de reiniciado el “diálogo” con la oposición patronal, la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo sacó nuevamente los dientes y aplastó con violencia una movilización pacífica que exigía la liberación de los presos políticos que mantiene el régimen. De lo que se trata para quienes detentan el poder es de mantener en pie la proscripción estricta del derecho a la protesta, sostener la regimentación policial de la población. Tal es el nerviosismo del régimen que desde hace más de seis meses se mantienen ocupadas las principales rotondas de Managua con empleados públicos del FSLN para impedir la realización de marchas o manifestaciones, mientras que gran parte de la capital, hacia los alrededores del palacio presidencial, se encuentra militarizada.

La violencia de Ortega y Murillo es proporcional a su temor a la movilización popular. La jornada se saldó con la detención de 164 personas, entre ellas la ex guerrillera y ex funcionaria sandinista Mónica Baltodano; seis heridos, así como varios periodistas golpeados y robados por la policía. Todos habrían sido liberados ocho horas después. No obstante, lo más importante es que el pueblo demostró nuevamente su disposición de lucha para salir de Ortega y Murillo y su desconfianza en los diálogos entre el gobierno y la burguesía opositora reunida en torno de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).

“La Alianza”, como es llamada popularmente, luego de la represión declaró las negociaciones “en alto riesgo” y el lunes 18 de marzo asistió a la sede de la Escuela de Negocios de Managua, únicamente a leer un comunicado repudiando la represión. Sin embargo, no rompió categóricamente su participación en las negociaciones. La Alianza ha sido copada por los empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), mientras que la mayoría de las agrupaciones campesinas, estudiantiles, sindicales y del movimiento de mujeres han desertado de ella al no apoyar los diálogos con el gobierno. La Iglesia Católica se reacomodó ante el repudio popular, retirándose de ellas, pero no para jugar un rol de mayor beligerancia sino, por el contrario, de mayor neutralidad, tal y como se desprende de las actuaciones del nuncio apostólico.

La agrupación opositora disidente Unidad Nacional Azul y Blanco fue la que convocó la movilización, la primera desde octubre y que se llevó a cabo pese a las amenazas del gobierno de reprimir. El 27 de febrero el gobierno había sacado de la cárcel a cien de los 777 presos políticos, aunque sin libertad plena, sino un régimen de casa por cárcel. Una nueva liberación de presos se limitó a solo cincuenta presos más en marzo. Los presos han denunciado torturas y maltratos, muchos de ellos han sido enjuiciados y condenados utilizando la ley “antiterrorista” de Ortega, aprobada en el marco de la rebelión del año pasado. Se han aplicado condenas absurdas como las del 16 de febrero contra tres dirigentes campesinos, de 159 a 216 años de cárcel.

Lo que lleva al autodenominado Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional orteguista a emprender la farsa de la negociación es su preocupación por la crisis económica, por la que se espera una caída del PIB del 11% este año, agravada por sanciones del imperialismo yanqui que limitan el acceso al endeudamiento en el mercado financiero de EE.UU. Los objetivos del régimen con los diálogos son el cese de las sanciones y patear hacia el año 2021 una reforma para regir el proceso electoral presidencial. Para los empresarios opositores el objetivo es el adelanto de las elecciones y la “normalización” del país. Los intereses y las aspiraciones populares realmente no están contenidas en dichos diálogos.

Apoyamos la lucha del pueblo nicaragüense por la libertad de sus presos políticos, por la restitución del derecho a la protesta y por el fin de la dictadura de Ortega y Murillo. Para avanzar en esa dirección es necesario lograr la unidad de los sectores populares, estudiantiles, campesinos y obreros en instancias de coordinación sin la participación de capitalistas, para articular una política unitaria de los de abajo contra la dictadura, sin la injerencia del imperialismo o los empresarios, que por sus propios intereses de clase son siempre los más prestos a conducir el proceso de luchas hacia el pantano de la negociación con tal de obtener concesiones mezquinas por parte del régimen. Desde la Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) llamamos al conjunto de la izquierda y el movimiento obrero de Latinoamérica a asumir el internacionalismo y denunciar a la dictadura nicaragüense, tal y como en la década del ´70 se hizo ante el somocismo.

Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
20 de marzo de 2019

 

Buenos Aires Acto por la liberacion de los detenidos nicaraguences

El 17 de marzo se realizó la Conferencia de Unificación de ARPT (Alternativa Revolucionaria del Pueblo Trabajador) y FUERSA (Fuerza Revolucionaria Socialista Antiimperialista). Ambas organizaciones se encontraban unidas mediante un comité de enlace en el marco de la UIT-CI desde 2017. La organización unificada se denominará ARPT y su periódico Fuerza. En la conferencia estuvo presente Gabriel Schwerdt, representante del Comité Ejecutivo de la UIT-CI.

En Bolivia hay elecciones en octubre próximo. Evo Morales forzó ilegalmente su “cuarta” reelección y solo permite legalidad electoral para el MAS y nueve partidos de derecha tradicional. Evo pierde popularidad por su pacto con los terratenientes del agronegocio, las multinacionales petroleras y mineras, y como consecuencia de las medidas de ajuste económico antipopular. Aunque hay luchas populares de resistencia, no se unen por la total entrega de la conducción de la Central Obrera Boliviana (COB) al gobierno.

La conferencia ARPT FUERSA resolvió seguir impulsando la reconstrucción del Partido de los Trabajadores (fundado por congreso de la COB en 2013), la lucha por recuperar la COB para las bases y el movimiento hacia una cumbre del Pueblo que agrupe a las organizaciones de los trabajadores e indígenas independientes sobre la base de a sus demandas y defensa de recursos naturales contra las multinacionales.

El FIT realizó el lanzamiento de su campaña en Córdoba, presentando a Liliana Olivero de Izquierda Socialista, como candidata a gobernadora. Tres mujeres encabezan las listas del Frente de Izquierda: a Liliana la acompañarán en la lista de legisladores provinciales Soledad Díaz García (PO) y como candidata a intendenta de la capital, Laura Vilches (PTS).

La lista de legisladores incluye también a nuestros compañeros de Izquierda Socialista Ezequiel Peressini y Noelia Agüero, Mauro Jorge (PTS) y Jorge Navarro (PO), entre otros.

En el acto estuvieron presentes los dirigentes nacionales del FIT que viajaron para acompañar la apertura de la campaña: Juan Carlos Giordano, de Izquierda Socialista, Nicolás Del Caño (PTS) y Romina Del Plá (PO).

Como sostuvo Liliana Olivero en su discurso: “Frente a la crisis por la que atraviesa el pueblo trabajador, producto del  ajuste que lleva  Macri en complicidad con el peronismo bajo las exigencias del FMI, la única alternativa es el

Frente de Izquierda. Seguimos acompañando activa y consecuentemente las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud. La salida de la crisis no está en Macri ni en Schiaretti, solo el Frente de Izquierda plantea las medidas de fondo que necesitamos para salir de esta situación”.

Nuestro semanario. En el que te acercamos el reflejo de las luchas del movimiento obrero, las mujeres y la juventud, además un análisis de los principales hechos de la realidad nacional e internacional.

Es una herramienta fundamental para fortalecer a Izquierda Socialista y al Frente de Izquierda.

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