Unos sesenta mineros, en representación de los 238 trabajadores, fueron a la capital neuquina a buscar que les paguen los sueldos adeudados y reclamar la continuidad laboral. Libraron una lucha tremenda contra el gobierno del MPN, la empresa, la fiscalía y las fuerzas represivas. Cuando obtuvieron el acta que contemplaba estos reclamos festejaron frente a la Legislatura y volvieron a sus pueblos, donde los recibió una multitud de vecinos.

Escribe Angélica Lagunas, concejala de Neuquén

Desde fines del año pasado la empresa minera yanqui Trident Southern Explorations suspendió la producción y allí comenzó el derrotero de los obreros para cobrar sus salarios. Empezaron ocupando la mina de oro y plata y cortando la ruta 40, que une el Norte con el Sur del país por la cordillera. Al no obtener respuesta se fueron el 29 de abril, en su primera caravana, a la capital. Consiguieron un acta donde constaba que les iban a pagar el sueldo en setenta y dos horas. Ni la patronal ni el gobierno cumplieron. Es más, la empresa se presentó a concurso de acreedores y el gobierno le rescindió la concesión. Ante estas novedades y con una bronca tremenda emprendieron su segunda caravana desde Andacollo hacia Neuquén capital. Tuvieron que sortear varios obstáculos represivos a lo largo de los 500 kilómetros que recorrieron. El primero, en la ciudad de Chos Malal, donde la policía provincial intentó impedir que tomaran la ruta, pero pusieron una máquina topadora a la cabeza de la caravana que se abrió paso en la barrera policial y, con camiones pesados, livianos y varias camionetas de la empresa se largaron a cruzar el desierto. La Gendarmería los detuvo a 50 kilómetros de la capital, en la ruta nacional 22, justo en el sitio donde fue fusilado Carlos Fuentealba en 2007. Allí acamparon, cortaron la ruta abriendo unos minutos cada tres horas mientras recibían el apoyo con víveres y saludos de cientos de automovilistas. Para amedrentarlos, Gendarmería visitó los hogares de las familias de los mineros a la madrugada cuando otro grupo iba a reforzar el acampe. La respuesta fue endurecer el corte en la ruta, mientras optaron por salir a campo traviesa, por la meseta patagónica, logrando que treinta y tres mineros entraran con los vehículos de la empresa y acamparan frente a la fiscalía donde se realizaba la negociación.

Se define la negociación

El campamento en la fiscalía se sumó al corte de la ruta y a la ocupación de la mina en Andacollo. Con estos tres sitios tomados por los mineros el final se vislumbraba. Como se estancó la negociación en la fiscalía, trasladaron su campamento a la Legislatura.  Los diputados del FIT Unidad promovieron una reunión con otros catorce ediles y los delegados mineros exigiendo que una mesa de diálogo en serio les dé las respuestas que reclamaban. Fue así que, finalmente, el jueves 21 a las 22 se firmó el acta donde el gobierno se comprometió a aportar 50.000 pesos por los dos meses de salarios adeudados, más 30.000 pesos mensuales por otros cuatro meses con prórroga, hasta que sean incorporados a la nueva licitación de la mina que hará el gobierno. También se incluyó un punto conformando una comisión de seguimiento, con los mineros incluidos, para vigilar el cumplimiento del acuerdo.

Como conclusión, afirmamos que los mineros ganaron, primero por la extraordinaria combatividad que demostraron a lo largo de toda la lucha. Segundo, por la gran solidaridad y el apoyo que despertó en el conjunto de la población su justo reclamo, lo que se evidenció en los aportes de alimentos en sus campamentos. Tercero, porque el gobierno estaba debilitado y aislado en la negociación al quedar al descubierto su complicidad con la estafa de la empresa porque nunca auditó las inversiones y ni siquiera le exigió que deposite el millón de dólares en garantía, lo que le hubiere permitido pagar hasta ocho sueldos al conjunto del personal ante la parálisis de la producción. Y cuarto, por el fuerte apoyo que brindamos desde la izquierda junto al sindicalismo combativo. Este triunfo se dio a pesar de que el gobierno nacional les envió la Gendarmería y que la CGT y las CTA ni siquiera abrieron la boca en semejante conflicto.

Desde Izquierda Socialista apoyamos diariamente los acampes mineros tanto en la ruta como en la ciudad. Aportamos alimentos, las famosas empanadas caseras, y juntamos víveres. Nos sumamos así a la extraordinaria solidaridad expresada por la población. Desde la banca de nuestra compañera Angélica Lagunas, junto con las otras tres del FIT Unidad, contribuimos con el alquiler de una carpa calefaccionada. Ayudamos a impedir que detuvieran a un minero frente a la fiscalía. Tuvimos un papel fundamental para destrabar el ingreso de agua y alimentos y el acceso a los baños cuando la policía cercó el acampe en la fiscalía. Junto con el sindicalismo combativo hicimos una caravana para apoyar el acampe en la ruta, una marcha frente a los tribunales y un corte de ruta a la altura de de la fábrica Zanon. En la Ciudad de Buenos Aires se convocó a una acción que fue suspendida cuando se confirmó el triunfo de los mineros.

Finalmente, repudiamos enérgicamente el espionaje ilegal que por escuchas en los celulares instrumentó el gobierno nacional a través de Gendarmería, demostrando que Bullrich, Frederic, Fernández y Macri actúan igual frente a las luchas obreras.

Corresponsal

Escribe Martín Fú

Miles marcharon por las calles de Trelew el pasado 20 de mayo. Trabajadoras y trabajadores textiles y de la pesca que partieron desde el parque industrial terminaron confluyendo en el centro de la ciudad con estatales, docentes, ambientalistas, estudiantes y otros sectores. Con una bandera que decía “Sin salarios no hay cuarentena”, la acción resultó como respuesta a las políticas del gobierno provincial de Arcioni y para enfrentar los ataques de las patronales.

Los obreros de Sedamil, que vienen ocupando la fábrica desde hace dos semanas, estuvieron presentes, junto con otros trabajadores de fábricas del sector que se oponen al vergonzoso acuerdo firmado entre la Asociacion Obrera Textil y la cámara empresarial FITA, que va en línea con el pactado entre la CGT y la UIA, expresando el repudio que por abajo rechaza una quita salarial en el marco de la pandemia.

La importancia de la movilización reside en que fue generada desde las bases, ante la ausencia e inacción de las direcciones sindicales burocráticas, que tuvieron una participación testimonial, arrastradas por la bronca de los trabajadores, lo que le da a la convocatoria un carácter de lucha y de asambleas permanentes para coordinar las acciones que vendrán.

Los textiles de Sedamil, los trabajadores de la pesquera Fyrsa y los docentes coincidieron en el reclamo por los salarios adeudados.

Escribe Ariel Nápoli

El pasado miércoles 20 se realizó una charla virtual en la que participaron distintos sectores de trabajadores en lucha. La coordinación estuvo a cargo de Olga Ortigoza, dirigente del Suteba La Matanza y de Izquierda Socialista.

Abrió el evento el Pollo Sobrero, quien denunció el ajuste en curso, a la vez que llamó a enfrentar esta política con la lucha de los trabajadores. Las patronales, en acuerdo con el gobierno y la burocracia sindical, se aprovechan de la pandemia para despedir, suspender y reducir salarios.

Acto seguido tomó la palabra Pedro Rodríguez, referente de UTA Zona Sur, quien expresó las peleas que dan los choferes por garantizar elementos de seguridad e higiene y contra la burocracia del gremio.

A continuación habló Marcelo Cáceres, delegado de La Nirva. Los compañeros, que hace más de tres semanas vienen acampando en la puerta de la fábrica, en estos días lograron un compromiso de la patronal de abonar la deuda de siete meses antes del 1° de junio. Ante la  desconfianza hacia la empresa decidieron mantener el acampe hasta cobrar.

Virginia Acuña, trabajadora de la salud de La Matanza, detalló las condiciones en que se desempeñan los médicos de las salas periféricas, las “trincheras” donde se combate día a día con falta de insumos y salarios totalmente desactualizados. Los compañeros hace unos días realizaron una acción de lucha frente al municipio.

Luego tomó la palabra Gustavo Galeano, delegado metalúrgico de base de La Matanza, quien dio un panorama de la situación de este gremio estratégico y habló sobre la lucha de los trabajadores de Acindar La Tablada.

Cristian Web, de la Textil Iberoamericana, comentó la lucha que vienen dando contra la patronal, que les adeuda tres meses de sueldo. Avanzaron con el cobro del 60% y continúan la pelea. 

Graciela Calderón, secretaria adjunta de Suteba La Matanza, comentó la problemática docente en la que resaltó la necesidad de llamar a actos públicos virtuales para cubrir los cargos faltantes, motivo por el cual miles de docentes suplentes se quedaron sin ingresos.

Fabián Lescano, delegado de la pizzería Cabildo, de Morón, comentó la importante lucha que dieron con el apoyo de los ferroviarios de la Seccional Oeste para recuperar su fuente de trabajo y cobrar los salarios adeudados.

El Pollo Sobrero finalizó esta charla, que reflejó una parte importante de los conflictos que se están dando en el Gran Buenos Aires contra el ajuste en curso. Saludó las luchas que están triunfando y llamó a seguir avanzando en el desarrollo de nuevas direcciones antiburocráticas y combativas. Para esa tarea es imprescindible coordinar las luchas en el Plenario Sindical Combativo.

Escribe Adriana Astolfo, secretaria adjunta Adosac Pico Truncado, Izquierda Socialista Santa Cruz

El jueves 21 de mayo la infantería de Santa Cruz reprimió a un grupo de despedidos municipales que acampaban en las puertas del municipio de Pico Truncado reclamando su reincorporación. En el momento en que se los citó a dialogar fueron emboscados y perseguidos, como en una cacería, por las calles de la ciudad. Hubo heridos y diecisiete detenidos.

Se trata de empleados municipales –208 familias– incorporados durante la gestión anterior del intendente Omar Fernández (Cambiemos) y despedidos al comenzar el gobierno peronista del intendente Maimó. Llevan seis meses reclamando por sus puestos de trabajo, con idas y venidas ante la Justicia.

Adosac Pico Truncado e Izquierda Socialista estuvimos presentes exigiendo la libertad de los detenidos junto a los familiares y vecinos frente a las puertas de la comisaría y repudiando la represión.

Los trabajadores estuvieron incomunicados la mayor parte del día y en el momento en que empezaron a ser liberados la infantería volvió a reprimir con balas de goma y gases lacrimógenos a quienes estábamos allí garantizando la puesta en libertad de cada uno de ellos.

El ministro de Seguridad de la provincia Lisandro la Torre declaró descaradamente que no hubo represión, sino “un trabajo disuasorio del personal policial”. Hasta el día de hoy se desconoce si se inició alguna causa contra los manifestantes.

El gobierno provincial y el gobierno municipal son responsables de las dos jornadas de violencia represiva por parte de la policía de la provincia en nuestra localidad. Esa es la respuesta que dan a los reclamos de los trabajadores.