Sep 03, 2024 Last Updated 11:24 PM, Sep 2, 2024

Escribe Ariel Napoli

Gaza es un territorio de 41 kilómetros de longitud y de entre 6 y 2 kilómetros de ancho, con una superficie  total de 360 kilómetros cuadrados, 30 de los cuales forman parte de una “zona de nadie” controlada por Israel, no accesible para los palestinos. En la Franja viven dos millones de personas, es la tercera entidad política más densamente poblada del mundo después de Hong Kong y Singapur.

Casi todas las fuentes productivas de la Franja de Gaza, incluyendo fábricas, olivares, usinas eléctricas y suministro de agua, fueron destruidas por Israel.
Israel mantiene una ocupación en Gaza y controla la vida social de sus habitantes. Las fronteras y el espacio aéreo y marítimo son controlados por el ejército israelí, que está instalado en territorio gazatí e incursiona en los barrios de la franja cuando lo considera necesario. La Franja de Gaza depende de Israel en términos de agua corriente, electricidad, telecomunicaciones y otros servicios.

Desde 2007, Gaza sufre un bloqueo militar por parte de Israel y su entonces socio, Egipto. La población de la Franja no tiene la capacidad de entrar o salir de ella cuando lo desee, como tampoco se pueden importar o exportar productos libremente. Esto ha extremado la crisis social. El desempleo alcanza a 53% de la población. Tan acuciante es la situación que un informe de la ONU tuvo que reconocer que Gaza se convirtió en un territorio inhabitable. Sus heroicos pobladores, que resisten a la cobarde ocupación sionista, viven en una verdadera prisión a cielo abierto.
 

Escribe Martín Fú

La Unión Sindical de Base, junto con otras organizaciones, boicotearon un envío de armamento y explosivos al puerto israelí de Ashdod en apoyo a los palestinos y en repudio a los ataques que han causado cientos de víctimas civiles, muchos de ellos niños. Es así que los sindicatos portuarios, de manera organizada, están recopilando información de posibles cargamentos para impedir que lleguen a puerto y sean usados contra quienes son víctimas del terrorismo israelí.
El sábado 15 estos trabajadores se manifestaron por las calles de Livorno en solidaridad con la población palestina.


Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

El domingo 16 de mayo se reinició el diálogo entre el Comando Nacional de Paro y el gobierno, auspiciado por la Iglesia Católica y la ONU. Pero en las calles continúa imparable la rebelión popular, que ya lleva tres semanas, exigiendo que se vaya el presidente Duque.
 
El Comando Nacional de Paro (CNP), que reúne a conducciones burocráticas de las centrales sindicales CUT, CTC y CGT, y la Fecode (magisterio), reinició este domingo negociaciones con el gobierno de Duque.
Aunque no dijeron si llegaron a algún acuerdo, informaron que la discusión continuará. El CNP expresó: “No pretendemos, ni queremos, asumir la vocería de toda la ciudadanía movilizada”. Esta declaración, así como la falta de información sobre la negociación, muestran que estos dirigentes no tienen autoridad sobre los centenares de miles de jóvenes, indígenas, trabajadores y trabajadoras que siguen de paro y bloqueando caminos por tiempo indefinido.

El CNP sigue llamando a las movilizaciones de los miércoles (desde el primer paro del 28 de abril), ahora para este 19 de mayo, solicitando que sean pacíficas y pidiéndole al gobierno que no reprima.
Pero la represión continúa, con casos tremendos como el de una joven de 17 años que fue golpeada en público en Popayán, luego detenida y violada en sede del Esmad (policía antidisturbios) y, tras ser liberada, se suicidó. Miles de mujeres y jóvenes salieron a denunciarlo.
 
La trampa del diálogo

Si continúa el diálogo con este gobierno asesino y repudiado por la mayoría, se debe a que tanto los burócratas sindicales que integran el Comando Nacional de Paro, que políticamente responden a la centroizquierda de Dignidad (ex Moir) y a sectores del Partido Liberal, como partidos de centroizquierda como el de Gustavo Petro, de Colombia Humana, y la Coalición de la Esperanza, pretenden frenar la rebelión. Aunque todos critican al gobierno de Duque, dicen que hay que esperar hasta las elecciones de 2022 para cambiar el gobierno.
Gustavo Petro, que se presentaría como candidato y que tendría posibilidades de ganar, nunca apoyó el paro. Sus voceros dijeron que no podía ir a las marchas “porque estaba con gripe”.  
Por su parte, el gobierno de Duque, con apoyo de la ONU y la Iglesia Católica, utiliza este diálogo para intentar desmovilizar y sostenerse en el poder.

¡Viva la rebelión popular!

En Cali y otras ciudades han surgido asambleas populares y llamados a formar una asamblea popular nacional de todas las organizaciones movilizadas. Esto, de concretarse, sería un enorme paso adelante para derrotar la trampa del diálogo, elaborar un programa común de los trabajadores, campesinos, jóvenes e indígenas y continuar la lucha hasta que caiga Duque.

También se impone discutir qué vendrá después si cae Duque. Para terminar con el desastre capitalista y el régimen ultrarrepresivo de Colombia es necesario luchar por un gobierno de los trabajadores y trabajadoras, la juventud, los indígenas y el pueblo colombiano. Un gobierno que impulse un plan económico al servicio del pueblo trabajador, con medidas de emergencia como el no pago de la deuda, que rompa con las multinacionales y el imperialismo. La organización colombiana Colectivos Unidos, parte de los movilizados, lucha por ello y llama a la unidad de los revolucionarios para lograr una dirección política alternativa a las variantes reformistas.

En ese camino, hay que apoyar la continuidad de la rebelión popular con sus demandas contra el paquetazo económico, por salud gratuita y vacunación, educación con matrícula cero, empleo, renta mínima a los desocupados, protección de la producción campesina y por el no pago de la deuda externa para usar ese dinero para cubrir las demandas sociales, en defensa de los territorios indígenas, por la disolución del Esmad, castigo a los que reprimen al pueblo, que se liberen los detenidos y que se vaya Iván Duque.
Desde la UIT-CI apoyamos estas demandas del pueblo colombiano y llamamos a la más amplia solidaridad con su rebelión.

El presidente del Sindicato de Docentes de Santa Marta (Colombia) y dirigente del Colectivo Unidos, organización hermana de Izquierda Socialista, Joaquín Linero participó del programa especial de Izquierda Socialista el lunes 17 con el diputado nacional Juan Carlos Giordano.
Entre sus principales definiciones se encuentran: […]”Las políticas económicas en favor de las grandes empresas, las multinacionales y la banca mundial generó un cúmulo de necesidades en el pueblo colombiano.” […]
“La clase política corrupta nos ha endeudado con los organismos internacionales como el Fondo Monetario y el Banco Mundial, de una manera brutal.” […]
“El gobierno de Duque-Uribe pretende imponernos un paquetazo económico como parte de esas recetas impuestas por el FMI y el Banco Mundial.” […]
“Eso ha hecho que el pueblo colombiano salga ala calle, por encima de las viejas direcciones sindicales, gremiales y políticas.” […] “desde el 28 de abril estamos en las calles […]
Hoy denunciamos la masacre dirigida por el gobierno contra los manifestantes” […]
[…] “En medio de este despertar es necesario que los sindicatos, las escuelas, los barrios y las fábricas, esta nueva dirección que hoy está en la calle, se unifique […]
el reto ahora es construir un verdadero pliego nacional de emergencia para confrontar al gobierno”. […]

Escribe Miguel Lamas, dirigente de la UIT-CI

El 16 de mayo hubo elecciones para la asamblea constituyente en Chile, que tiene que redactar una nueva Constitución. También hubo comicios regionales y de alcaldías.

La derecha de Piñera, Chile Vamos, y la Concertación, Partido Demócrata Cristiano y Partido Socialista, que se alternaban en el poder desde 1990 –cuando dejó el poder Pinochet–, conservando la Constitución que impuso la dictadura, sufrieron una catastrófica derrota. De conjunto, hubo un brusco giro a la izquierda con el triunfo de los “independientes” y del PC, con el Frente Amplio en tercer lugar.

Con una altísima abstención de 56%, como es habitual en Chile con elecciones no obligatorias, el partido de Piñera obtuvo apenas 20% de los votos, la Concertación 14% y perdió frente a la alianza del PC con el Frente Amplio, que sacó 19 por ciento. Pero el resultado inesperado, que pateó el tablero tradicional de la política chilena, fue el de los “independientes” que, divididos en varias listas, obtuvieron más de 40 por ciento.

Resultados similares hubo en alcaldías y gobernaciones, muchas ganadas por independientes y también por listas del PC y el Frente Amplio.
La lista A Darlo Vuelta Todo, integrada por el MST (UIT-CI) y el PTR (de Fracción Trotskista, que integra el PTS de Argentina), obtuvo 52.000 votos para la constituyente.
Los “independientes” son los que se organizaron por fuera de los partidos tradicionales y, aunque son heterogéneos, fueron divididos en varias listas y con un programa confuso. En general, reflejan la enorme rebelión popular originada en 2019 con la consigna ¡fuera Piñera! La Lista del Pueblo logró veinticinco constituyentes y la lista Independientes por una Nueva Constitución logró once diputados constituyentes, a los cuales hay que sumar diecisiete escaños reservados a los pueblos originarios.

La Lista del Pueblo, por ejemplo, “se define como un movimiento antisistema, según explica Daniel Trujillo, coordinador nacional de este movimiento que todavía no tiene sede ni dirección nacional [...] Habla de una institucionalidad ‘caduca’ y define a la Lista del Pueblo como ‘de izquierda’, pero sin ser anticapitalista” (El País, 17/5/2021).
La debacle política de los partidos patronales y reformistas de Chile y la irrupción de constituyentes independientes, que repudian a Piñera y al pinochetismo, abre una perspectiva de una asamblea constituyente de crisis y de pelea abierta por terminar con la Constitución de Pinochet.

 
 
 

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