Editorial: ¿Estamos “mil veces” mejor?
En la inauguración de las sesiones del Congreso, la presidenta habló casi cuatro horas mencionando una enorme cantidad de cifras para demostrar, según sus dichos, que seguimos transitando “el modelo de crecimiento con inclusión social más grande de los últimos 200 años”. Dijo: estamos en “la década ganada”.
Ante el dato de que el salario mínimo tuvo un “1.338% de aumento desde 2003”, como dijo Cristina - destacando que los 2.875 pesos actuales del mismo representan el mejor de América Latina-, alguien dijo: ¿será que estamos mil veces mejor con el kirchnerismo? Pregunta que podrán responder afirmativamente banqueros, multinacionales y grandes empresarios si se mide la progresión de sus ganancias, no así los trabajadores y demás sectores populares.
Pero lo que importa es si con esa cifra se puede vivir dignamente. Para la presidenta, sí. Para nosotros, no. Además, todas los números difundidos por Cristina son en base a los índices truchos del INDEC, por eso casi no habría pobreza e indigencia en el país, ya que la medición para saber quién lo es hay que hacerla en relación a si una familia tipo llega a percibir el valor de la canasta familiar que ya supera los 7.000 pesos, no con las cifras mentirosas de que se puede comer con $6 por día. El salario promedio de los trabajadores está en 3.500 pesos. ¿De qué “crecimiento” se habla?
Al revés de lo que dice el gobierno, el famoso “modelo K” está hecho al servicio de las multinacionales, automotrices, mineras, banqueros y terratenientes. El kirchnerismo no ha cambiado en diez años de gobierno la matriz agroexportadora del país, haciendo aguas por los cuatros costados su discurso “industrialista”, como lo demostramos en la página 4. La pura verdad es que el peronismo gobernante lo que ha profundizado en estos años es la extranjerización y concentración de la economía, mientras su doble discurso plantea que se está dando una batalla “contra las corporaciones”. Lo mismo podríamos decir del discurso pro-derechos humanos, cuando quedó claro que con el espionaje de la Gendarmería, en vez de garantizar los mínimos derechos de quienes reclaman, se los espía, persigue, judicializa o directamente se los tilda de “terroristas” mediante la ley que aprobó el kirchnerismo por orden del imperialismo.
Este es un modelo inflacionario, de bajos salarios, donde se saquea los salarios vía el impuesto a las Ganancias mientras la renta financiera está exenta. “Modelo” que prioriza los pagos de la deuda externa -incluso a los fondos buitres- a quienes, se decía, “nunca más les vamos a pagar”. Un modelo de saqueo, donde la Barrick se lleva todo el oro mediante la megaminería contaminante. Modelo que solo da migajas al pueblo trabajador, como el aumento del mínimo no imponible del 20%. O directamente ninguna, como el congelamiento que se mantiene para la asignacióna por hijo y los planes sociales. Ni qué hablar de los jubilados, donde el gobierno sigue apelando fallos judiciales para no pagarles, mientras la plata de la Anses se sigue destinando para pagar la deuda externa o subsidiar a grandes empresarios. Prueba de ello fue el elogio de la propia Cristina, reivindicando el salvataje que hizo, años atrás, de la multinacional General Motors con plata de los jubilados.
Ante esta situación, hay que luchar por otro modelo económico al servicio de los trabajadores y el pueblo. Que parta de salarios y jubilaciones al valor de la canasta familiar; termine con el impuesto al salario; pague a todos las asignaciones familiares, el 82% móvil y ponga fin al trabajo en negro y precarizado. Para ello exigimos que la CGT Moyano y la CTA Micheli fijen un paro general y un plan de lucha para lograr un aumento general de salarios y en apoyo a los docentes. Además, hay que evitar que al país lo sigan desangrando banqueros, multinacionales y privatizadas. Por eso desde el Frente de Izquierda proponemos que se deje de pagar la deuda externa para invertir esos fondos en salario, trabajo, salud, educación y viviendas. Para recuperar el transporte decimos que hay que reestatizar el sistema ferroviario y del subte, para ponerlo a funcionar bajo control, gestión y administración de los trabajadores y usuarios. Para controlar el dinero que producen los trabajadores y nos roban los bancos, hay que nacionalizar la banca. Y para que los alimentos lleguen a precios accesibles a las mesas populares -además de imponer precios máximos y aplicar la Ley de Abastecimiento para combatir a los formadores de precios- hay que hacer lo mismo con el comercio exterior, entre otras medidas que pongan los recursos económicos del país al servicio de satisfacer las necesidades populares.
Pelea que hay que dar también contra la oposición patronal. Los Binner, UCR, Macri, De la Sota o Peralta se pelean con el kirchnerismo, pero donde gobiernan son lo mismo. Macri aumentará esta semana el boleto del subte a 3,50. De la Sota fue vanguardia en subir las naftas. Binner hizo lo mismo con los impuestos y tarifas, queriendo ahora acordar con los radicales y diciendo que hubiera votado por la derecha venezolana.
Solanas, por su lado, quiere hacer un acuerdo con Carrió, demostrando que su proyecto no tiene nada de “emancipador”, como dice, ni que “combate a lo viejo”, al intentar aliarse con una dirigente que fue parte de la Alianza en 2001 y de cuanto contubernio electoralista hubo.
Llamamos a los trabajadores y luchadores a apoyar juntos los reclamos, en especial a los docentes. A reclamar a Moyano-Micheli un paro general. Y a no sólo luchar por un modelo alternativo al servicio de las grandes mayorías con medidas de fondo como las que proponemos aquí, si no también plantearlo en el terreno electoral. Llamando a apoyar al Frente de Izquierda y a sus pre-candidatos en Capital y provincia de Buenos Aires, con Jorge Altamira, Christian Castillo, José Castillo, Néstor Pitrola, Myriam Bregman, Juan Carlos Giordano, Liliana Olivero a diputada nacional en Córdoba, entre otros luchadores en el resto del país.
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