Desde el viernes 18 multitudes innumerables estallaron de indignación y rabia contra el gobierno hambreador de Piñera, defensor de las ganancias de los grandes empresarios. El pueblo y la juventud dijo basta y copó con su movilización las calles de Santiago. Un intenso sonar de cacerolas y bocinas llenó la noche de sonidos como un claro testimonio que la lucha no terminará hasta no ver anulados los aumentos de tarifas en el transporte. Fue esa determinación, esa furia, alimentada por el abuso que por años sufre en pueblo trabajador, la que terminó derrotando a los Carabineros y sacándolos de las calles.

El aumento del transporte fue la chispa que encendió la pradera pero que en realidad fue el hartazgo provocado por el aumento permanente de la electricidad, el agua, la educación, la salud; por las miserables pensiones y por el aumento indiscriminado de los peajes. Mientras que, por otro lado, los salarios permanecen congelados y aún disminuidos por la intensa jornada y la flexibilización laboral.
No cabe duda que la gran lucha de Santiago se extenderá a todo el país. Generalizarla será la mejor garantía de derrotar los aumentos que indiscriminadamente decreta el gobierno.
Abajo el Estado de Emergencia y fuera los militares de las calles
El gobierno ha apelado, como siempre, al simple recurso de la represión para terminar con la protesta. Pero se equivoca si con el Estado de Emergencia pretende terminar con ella. Por el contrario, la presencia de militares en las calles, de trágico recuerdo para las viejas generaciones, provocará, y ya está provocando, un repudio generalizado porque los manifestantes que no tienen reparo alguno de decirles en su cara que “no les tenemos miedo”.

¡Abajo el aumento del Metro y los demás servicios básicos!
¡Abajo el Estado de Emergencia! ¡Fuera los militares de las calles!
¡A generalizar la lucha y las protestas en todo el país!
¡Hacia la huelga general!

Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), sección en Chile de la UIT-CI
19 de octubre de 2019