La reciente realización de “Expo Empleo” volvió a poner en evidencia la problemática del desempleo y la precarización que padece la juventud. El Frente de Izquierda- Unidad presenta un programa para terminar con estos problemas.

Escribe Nicolás Núñez, Candidato a legislador porteño

Cada nuevo estudio sobre el tema reafirma la tendencia: cuando se miden la pobreza, la indigencia, la desnutrición, la falta de un techo, y también el desempleo y la precarización laboral, cada uno de esos dramas sociales afecta doblemente a la niñez y la juventud. Todo se retroalimenta: el 47% de los menores de 14 años son pobres.El día de mañana deberán salir a buscar laburo en un mercado que ya hoy tiene al 20% de los jóvenes desempleados. La imposibilidad de llegar a fin de mes y la inexistencia de propuestas laborales en blanco hacen que miles sean empujados al trabajo en negro, del que son cíclicamente despedidos y recontratados en otros similares, u obligados a agarrar la bicicleta para -sin seguro ni cobertura- hacer repartos. Así, la vida transcurre en la completa inestabilidad, privación de derechos laborales e imposibilidad de hacer planes de poder irse de la casa de los viejos.

Todo esto se hace más perverso aun cuando vemos las reformas educativas como la “Secundaria del Futuro” que impulsa el gobierno macrista que, amparado en las leyes educativas votadas durante los gobiernos kirchneristas, quiere quitar años enteros de cursado de materias y aprendizaje de contenidos para cambiarlos por pasantías truchas, y que el quinto año sea de trabajo precarizado gratuito.
Macri y Larreta con su Expo Empleo quieren vender que están preocupados por el tema. Pero la realidad es que esta feria donde miles hacen fila para postularse a multinacionales como Mc Donalds a través de formas de contratación hiperprecaria no son la solución a nada. De hecho, en 2018, de los 20.000 empleos anunciados no se llegó ni a 5.000 concretados.

El FMI y el caso portugués

Por sobre todo, la propuesta del macrismo para la juventud está dentro del paquete de la reforma laboral que el FMI y las multinacionales le exigen a quien sea el próximo presidente. Lo hemos visto ya en las negociaciones de las cúpulas sindicales peronistas con el gobierno cuando hacen reformas a los convenios rama por rama, y empiezan a aparecer distintas formas de pasantías.
Ejemplos de renegociaciones recientes como la de Portugal, que es presentada como un “modelo de salida con crecimiento” por los economistas de Alberto Fernández, muestran que una de las variables a las cuales el FMI apunta jerarquizadamente es a la profundización del trabajo precarizado para la juventud. De 2008 a 2018 los jóvenes que tenían un trabajo de corta duración tipo pasantía pasaron de ser el 10% al 67,5%. Mientras que el desempleo juvenil supera hoy el 24%. La bendición del “milagro portugués” para la juventud es la condena a ser desempleado o precarizado.

No al FMI, plata para trabajo y no para la deuda

Esta es la realidad de la juventud en nuestro país, por eso decimos que la Argentina es una fábrica de pobreza permanente. Que el futuro contenga plenos derechos, trabajo digno, vivienda y educación para la juventud depende objetivamente de que rompamos con el FMI. Es necesario pronunciarse con el voto contra Macri, pero también contra cualquier renegociación y cogobierno con el FMI como propone Fernández.

El voto al FIT-Unidad es un voto por el rechazo al FMI y sus reformas y también por dejar de pagar la deuda externa ilegítima y fraudulenta y poner esa plata al servicio un plan de obras públicas que genere trabajo genuino para la juventud a escala nacional. Queremos plenos derechos laborales, basta de legislaciones de segunda para el primer empleo. Pase a planta permanente de todos los que están contratados de forma precaria, en el Estado y el sector privado. Esa es la forma de que la juventud motorice el crecimiento del país en vez de ser una variable de ajuste.