Escribe Gastón Godoy

Un nuevo fallo contra la sindicalización de la Asociación de Personal de Plataformas (APP), que nuclea a los servicios como Glovo, Pedidos Ya o Rappi ha puesto nuevamente de manifiesto de qué lado está la justicia y el gobierno. Es un fallo al servicio de mantener la flexibilización laboral al extremo. Un botón de muestra de lo que traería una reforma laboral como la que quiere imponer el Fondo Monetario, que tanto Macri como los Fernández convalidan.

El accidente que sufrió Enrique, un trabajador de 63 años de Glovo en el barrio porteño de Colegiales mientras llevaba una pizza para entregar y que la única preocupación de la patronal era “el estado del producto”, es un ejemplo brutal de los límites a los que pueden llegar estas empresas. Ningún tipo de cobertura social, ningún derecho laboral básico como vacaciones o aguinaldo. Eso es lo que propone el FMI: Macri avala y apoya estas iniciativas, bajo el rótulo de adaptarse a los requerimientos del mundo laboral actual. Terrorífico.

Los trabajadores de estas nuevas empresas que funcionan mayoritariamente vía aplicaciones en el teléfono se encuentran totalmente desprotegidos. No tienen ningún tipo de sindicato que los defienda antes los brutales atropellos a los que son sometidos. Los despidos se cuentan de a cientos, pero su situación es de tal inestabilidad que no tienen siquiera adónde acudir cuando son echados. Los medios de transporte que utilizan, los elementos de seguridad y de trabajo los pagan los empleados. La empresa obtiene siderales ganancias por el trabajo de miles de personas que ganan una miseria.

Marcos Galperin, dueño de Mercado Libre, es otro de los grandes ganadores de la precarización, prohibiendo la sindicalización de sus empleados y es uno de los principales operadores de la reforma laboral en el país. Junto a un grupo de empresarios han formado un grupo de WhatsApp “Nuestra Voz” luego del último paro general del 29 de mayo. Su orientación es clara, quieren dobleglar al extremo los derechos de los trabajadores para aumentar todavía más sus ganancias y evitar los “problemas que traen los sindicatos”.