Escribe Mercedes Trimarchi, candidata a diputada provincia de Buenos Aires de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda.

Anahí Benítez desapareció el 29 de julio, y una semana después encontraron su cuerpo semienterrado en la reserva Santa Catalina de Lomas de Zamora. Nadia Rojas, por su parte, desapareció del refugio para víctimas de trata cuando estaba por denunciar a una red de explotación sexual.

Anahí Benítez: el peor de los finales

La búsqueda desesperada por parte de la familia, amigos y compañeros del centro de estudiantes de la escuela donde cursaba tuvo el peor de los finales: Anahí, de 16 años, pasó a ser una más en la lista de femicidios. La policía no la buscó mientras estaba desaparecida, y ahora la Justicia culpa a la víctima porque “caminaba sola en el parque”, según la indignante declaración de la fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción de Violencia de Género de Lomas de Zamora, Verónica Pérez. Este señalamiento hacia la víctima como culpable pone al descubierto una vez más cómo operan las instituciones del sistema patriarcal. La secuencia se repite una y otra vez: una mujer desaparece, la policía no la busca, sus amigos y familiares salen a la calle para darle visibilidad al caso, aparece el cuerpo y luego la Justicia empieza a echarle la culpa a la víctima. Los medios de comunicación bombardean con frases como “iba al boliche”, “usaba shorts”, “tenía una relación obsesiva con el profesor”, etcétera. Sin embargo, la operación inversa nunca aparece, no se reflexiona acerca de por qué los varones matan, violan y golpean. No se quiere pensar que el varón, hijo sano del patriarcado, mata a una mujer porque la considera de su propiedad, porque siente que tiene ese derecho, el de definir sobre la vida de ella.

Los carteles que acompañaron la marcha pidiendo justicia el sábado 5 de agosto en Buenos Aires, después de conocerse la triste noticia de que el cuerpo encontrado en la reserva era el de Anahí, decían “Basta de matarnos”, “Ni una Menos”, “Vivas nos queremos”, las mismas frases que gritamos las mujeres con más fuerza ante cada femicidio porque no son casos aislados, el entramado patriarcal está detrás de cada uno de ellos y el gobierno es absolutamente responsable de esta situación.

Nadia Rojas: desaparecida por segunda vez

Nadia Rojas, de 14 años y alumna de una escuela en Villa Lugano, desapareció por segunda vez el pasado 3 de agosto del refugio para víctimas de redes de trata, dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, justo cuando se preparaba para denunciar que había sido víctima de una red de trata para la explotación sexual.

En junio, Nadia había sido captada por las redes de trata que operan en la zona del Bajo Flores y Lugano a través de redes sociales, que es el modo que tienen los captores para seducir a niñas vulnerables de los sectores más pobres. Estuvo desaparecida durante treinta días y gracias a la movilización de las docentes de su escuela, sus compañeros de clase y las organizaciones de mujeres, sociales y políticas, logramos recuperarla. Durante la búsqueda el objetivo central fue el de denunciar que detrás de su desaparición estaban operando las redes de trata para la explotación sexual, para contraponer la versión oficial de la policía que sostenía que Nadia se había fugado por sus propios medios.

Sin embargo, la Justicia desestimó las amenazas recibidas por la madre y las declaraciones de las docentes. La enviaron a un refugio lejos de su mamá y de sus afectos, para “protegerla”. De ese lugar, supuestamente custodiado, es que la desaparecieron por segunda vez. Casualmente, ese día las cámaras de seguridad no registraron nada. Es innegable la connivencia que tienen estas redes con el gobierno, la Justicia y la policía.

Las mujeres: organizadas y en lucha contra las violencias machistas

Desde Isadora Mujeres en Lucha e Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda insistimos una vez más en que para terminar con los femicidios y la violencia machista los gobiernos tienen que llevar adelante políticas públicas que planteen iguales oportunidades para las mujeres, un trato respetuoso y terminar con la cultura de la violación, que hace que los varones piensen que pueden hacer lo que quieren con el cuerpo de la mujer. Por eso, seguiremos organizadas, rodeando de solidaridad a cada mujer víctima de violencia machista, y exigiendo en las calles #NiUnaMenos!, #VivasYLibresNosQueremos! Denunciando además el entramado de los gobiernos, la Justicia y la policía con las redes de trata, y luchando para recuperar por segunda vez a Nadia y a todas las pibas desaparecidas.