50% de diputadas: Con la “paridad de género”, ¿va a mejorar la situación de las mujeres?
Escribe Mercedes Trimarchi, Diputada electa de Izquierda Socialista • Frente de Izquierda Provincia de Buenos Aires Coordinadora de la agrupación de mujeres Isadora
La semana pasada se aprobó en el Congreso una reforma al Código Electoral para que las futuras listas a cargos nacionales se conformen intercalando una mujer y un varón (50% y 50%). La votación fue por la madrugada, en una sesión maratónica y escandalosa, donde se aprobó a libro cerrado sin que se diera la palabra a los diputados que quisieron manifestar su oposición, como nuestro compañero Juan Carlos Giordano. El gobierno festejó junto al peronismo, el Frente para la Victoria y el Frente Renovador. Mostraron la ley como un hecho histórico y un gran avance. Una lavada de cara para intentar esconder que el Congreso no está para defender los derechos de las mujeres, sino para quitárselos.
La moción para que se vote la ley la hizo Victoria Donda (Libres del Sur-Frente Renovador) con el apoyo de Graciela Camaño (Massa), diputadas del radicalismo y las bancadas patronales del peronismo. Todas “festejaron”, sin que se permitiera el uso de la palabra. El diputado Giordano denunció tal accionar antidemocrático y repudió la ley fundamentando su voto negativo en otro momento de la sesión. Lo mismo hicieron los diputados del PO. Lamentablemente la diputada de PTS votó con los partidos patronales (ver recuadro).
Una ley más restrictiva
Seguramente muchas mujeres podrán ver con simpatía que haya un parlamento con más diputadas. Otras creerán que esto se traducirá en leyes que favorezcan a las mujeres o al #NiUnaMenos. Lamentablemente no será así.
La ley que se aprobó es más restrictiva que la actual. Hoy se pueden presentar listas electorales con hasta un 70% de mujeres (el cupo actual es de un mínimo de 30%). Es lo que hace el Frente de Izquierda. Pero, de ahora en más, el techo será del 50% en vez del 70% actual. Quiere decir que si PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el peronismo en sus distintas variantes no ponen más mujeres de candidatas es porque no quieren, no porque una ley se los impida.
Repudiamos entonces la hipocresía de los partidos tradicionales que usan la nueva ley para simular que se amplían los derechos políticos o democráticos de las mujeres, cuando ocurre todo lo contrario. Con esto, por ejemplo, el FIT se verá impedido de poner en sus listas una mayor cantidad de compañeras luchadoras como lo vino haciendo hasta ahora. Presentar esto como “un avance” es una fantochada total.
Más mujeres como Carrió, Patricia Bullrich o Cristina no nos acercarán a nuestros derechos
Intentan hacernos creer que con esta reforma se estará más cerca de conquistar leyes reclamadas por el movimiento de mujeres. ¿Pero por qué, si tuvimos una presidenta mujer como Cristina Kirchner, o ahora, varias gobernadoras como Vidal, Bertone, Zamora y Alicia Kirchner, no se aprueban leyes a favor de las mujeres? Porque esas mujeres son parte de partidos patronales que se niegan a hacerlo. Durante ocho años tuvimos de presidenta a Cristina Fernández y no se legalizó el aborto condenando a morir anualmente a cientos de mujeres pobres por abortos clandestinos. En provincia de Buenos Aires, donde ocurren el 30% de femicidios del país, María Eugenia Vidal subejecuta los programas relacionados con la violencia de género y en los hospitales bonaerenses faltan anticonceptivos y las pastillas para garantizar los abortos no punibles. Alicia Kirchner ajusta y reprime a las docentes, enfermeras y jubiladas de Santa Cruz. Patricia Bullrich avala la represión a las mujeres mapuches.
Entonces, el tema no pasa por tener el 50 % de parlamentarias, sino qué políticas defienden. Es evidente que Elisa Carrió, Gabriela Michetti o Graciela Ocaña no votarán por nuestros derechos. Ellas no están a favor de aumentar el presupuesto para combatir la violencia de género, que actualmente es de solo 4,21 pesos por mujer al año. Tampoco están a favor de combatir la brecha salarial del 27% menos que ganamos las mujeres, porque si lo hicieran, por ejemplo, tomarían medidas que tiendan a que el trabajo reproductivo (tareas domésticas, cuidado de niños y ancianos, etcétera) no recaiga solo en las mujeres, una de las causas por la que somos discriminadas en el ámbito laboral. Es más, son quienes votarán la reforma laboral, previsional e impositiva que afectará al conjunto de la clase trabajadora y de manera particular a las mujeres, las más pobres entre los pobres. ¡Y nos quieren hacer creer que con esta ley van a defender nuestros derechos!
Solo avanzaremos con lucha, movilización y organización
El Parlamento es una institución del sistema capitalista patriarcal que está al servicio de la clase dominante contra las mujeres y la clase trabajadora. Cuando el Frente de Izquierda asumió sus bancas, lo hizo con el compromiso de denunciar cada una de las maniobras que los partidos patronales tejen en el Congreso para frenar las luchas populares.
Todos los avances que logremos vendrán por nuestra lucha y movilización. Como lo hacemos ante cada femicidio, peleando por el cupo femenino en los lugares de trabajo, por licencias por maternidad y paternidad, por jardines maternales gratuitos, por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Solo la lucha consecuente contra los gobiernos de turno para terminar con nuestra opresión y explotación bajo este sistema capitalista y patriarcal podrá garantizar nuestros derechos, no con leyes como esta que apuntan a lo contrario.