El verso de la “renuncia” de la Iglesia a los sueldos del Estado
Escribe Mercedes Trimarchi Dirigente de Isadora y diputada electa de Izquierda Socialista/FIT
Los medios anunciaron esta noticia: “La Iglesia acordó el reemplazo gradual de los aportes del Estado”. Se refiere a los 130 millones que pone el Estado (es decir el pueblo trabajador) para solventar sueldazos de 45.000 pesos mensuales a obispos y arzobispos. Con eso quieren simular que empezó la “separación de la Iglesia y el Estado”. Una mentira total.
No es cierto que se le están cortando los privilegios a la Iglesia Católica. Eso es lo que quieren simular los grandes medios diciendo que la Iglesia estaría renunciando al pago de los sueldos por parte del Estado. Una mentira que es apoyada también por el propio papa Francisco.
El engaño viene por el lado de que ese monto (que representa solo el 7% del presupuesto) se le va a ir sacando a cuenta gotas. Es decir, dentro de algunos años. Lo aclaró el propio secretario de Culto de la Nación, Alfredo Abriani: “No hay plazos ni términos de inicio. Por eso están garantizados los fondos para el año que viene e incluso para el otro”. Mientras tanto, se pondrá a prueba un mecanismo de financiamiento para cubrir ese dinero, condicionado a que “recién ahí veremos en qué momento y gradualmente la Iglesia empieza a resignar el sostenimiento.” (Clarín, 13/11).
Conclusión: seguirán los sueldos para estos curas retrógrados hasta 2020, y si la juntada de dinero para colectar por otros medios esos 130 millones no funciona, el Estado se lo va a seguir pagando. Por eso hablan de que la Iglesia va a “renunciar” al pago de esos sueldos, no que el gobierno “se los va a quitar”, como correspondería. Los curas, con esta noticia falsa coordinada con el gobierno de Macri, intentan lavarse la cara con agua bendita simulando renunciar a los privilegios. El objetivo es precisamente que continúen para su estructura oscurantista. Los propios medios dicen que “esto no implica recortes en los subsidios a los colegios católicos ni en los aportes que el Estado destina a organizaciones como Cáritas”, o exenciones impositivas de las que goza, etcétera.
La Iglesia aprovecha también la noticia (falsa, volvemos a repetir) para decir que renuncia a ese dinero atento a que “no somos políticos. La Iglesia no es un partido político, ni del gobierno ni de la oposición, sino que miramos la realidad desde nuestro ser de pastores”, en palabras del obispo Ojea. ¡Caradura!
Si la Iglesia no hace política ¿por qué entonces apoyó a todos los golpes de Estado y a cuanta dictadura hubo y se llevó bien con todos los gobiernos capitalistas, apoyando sus planes de ajuste y de privilegios para unos pocos mientras mantuvo siempre su poder económico? Por eso es que ningún gobierno, ni Macri ahora ni Cristina Kirchner antes, derogó las leyes dictatoriales que beneficiaban a estos zánganos.
La Iglesia Católica (y el resto de los credos, entre ellos los evangélicos) vinieron haciendo campaña contra el aborto legal. Le dieron la espalda al reclamo de millones de mujeres en las calles para evitar las muertes por abortos clandestinos. Es la misma Iglesia que le hizo una misa especial al peronismo y a la burocracia sindical de Moyano. También es la iglesia que a través del Papa recibe a la gobernadora del ajuste ,Vidal y a la ministra Stanley. ¿Cómo que no hace política?
Hay que seguir luchando por la separación de la Iglesia del Estado, que implica que ninguna iglesia, religión o culto intervenga en los asuntos del Estado. Esto significa que la cúpula deje de cobrar inmediatamente los sueldos millonarios que pagamos todos. Y que se deroguen todas las leyes que les otorgan obscenos privilegios. Se le tienen que suprimir todos los subsidios a los colegios confesionales y prohibirles a todas las iglesias que tengan injerencia en temas como salud o educación. Que los curas vayan a trabajar o que sostengan sus prédicas con aportes voluntarios de sus fieles. La religión debe quedar en la esfera privada. Esa es la lucha de Isadora y de Izquierda Socialista que tenemos que llevar a cabo desde el movimiento de mujeres junto al pueblo trabajador.