Código Penal: Abajo la reforma antiderechos
En los últimos días comenzaron a hacerse públicas las propuestas de reforma del
Código Penal impulsadas por el gobierno de Macri y que fueron enviadas al Congreso. Una vez más intentan avanzar sobre los derechos de las mujeres. Tiremos abajo este proyecto con nuestra movilización.
Escribe Mercedes Trimarchi Diputada provincial electa Izquierda Socialista/FIT
A poco más de un año del inicio de la marea verde que instaló con fuerza en todo el país el debate por el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, el gobierno de Macri intenta cerrar la discusión con una propuesta de reforma del Código Penal a la que presentan como “despenalizadora” pero que, en realidad, sigue avanzando sobre los derechos de las mujeres y mantiene la clandestinidad del aborto.
El proyecto, elaborado por Mariano Borinsky, juez de la Cámara Federal de Casación Penal y presidente de la comisión, reafirma que el aborto seguiría siendo considerado un delito según los artículos 86 y 88 del nuevo código.
En cuanto al artículo 86, en donde se refiere al caso de los abortos no punibles, el proyecto no incorpora los avances del fallo F.A.L. de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que en 2013 discriminó las causales para el acceso a la interrupción legal del embarazo: violación y peligro de la vida o la salud integral de la mujer. Tampoco refiere al Protocolo para la Atención Integral de las Personas con Derecho a la Interrupción Legal del Embarazo de 2015 que adhiere a la definición de salud integral de la Organización Mundial de la Salud. Por el contrario, la modificatoria restringe el concepto de salud a la salud física y mental.
A su vez, en el artículo 88 se reafirma la penalización de la mujer que causara su propio aborto y se deja a la voluntad del juez la eximición de la pena según lo que él mismo considere. De esta manera, se le otorga un poder supremo sobre la vida de las mujeres que, además de tener que acceder al aborto en una situación de total clandestinidad, dependerán de un sistema de justicia fuertemente patriarcal como ya lo hemos visto en los casos en que las niñas son obligadas a parir o en donde las mujeres con abortos espontáneos son enviadas a prisión, como fue el caso de Belén en Tucumán.
Otro aspecto a rechazar es que el proyecto impone penas e inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena a prisión, a los médicos, cirujanos, parteras o farmacéuticos que “abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo”, según la nueva redacción del artículo 85, en otro avance para que las mujeres y personas gestantes continúen en la clandestinidad y totalmente solas.
Y finalmente resulta totalmente repudiable la propuesta de que se incorpore como delito a la lesión a la persona por nacer (artículos 95, 96 y 97), en su forma dolosa (con intención) y culposa (sin intención), lo cual le otorga un nuevo estatus jurídico al feto como si fuera un ente ajeno al cuerpo de la persona gestante e incluso lo equipara a una persona ya nacida, tal como lo reclaman los sectores antiderechos. En este punto se intenta retroceder respecto de los avances del fallo F.A.L. de la Corte Suprema de Justicia del año 2013 y del fallo Artavia Murillo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Que el derecho al aborto sea ley
La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito y el conjunto de las organizaciones feministas enseguida salimos a repudiar este proyecto. A pocas semanas de una nueva presentación en el Congreso del proyecto de ley por la interrupción voluntaria del embarazo, está claro que el gobierno y la Iglesia pretenden frenar esta lucha con un nuevo engaño. Por eso es importante tener claro que sin legalización del aborto voluntario garantizado por el sistema de salud de manera gratuita no vamos a terminar con las muertes, la clandestinización y la persecución de las niñas, mujeres y personas gestantes que deciden abortar. No es momento para cerrar el debate ni mucho menos para bajar nuestros pañuelos como nos propone el kirchnerismo. Aprovechemos la fuerza de la marea verde y seamos millones apoyando el nuevo proyecto de la Campaña. No dejemos las calles hasta que el aborto sea ley.