Por la inmediata separación de la Iglesia del Estado.
La separación de la iglesia del estado implica que ninguna iglesia, religión o culto intervenga en los asuntos del Estado. Desde Isadora consideramos que las creencias y las religiones son del ámbito personal y privado de cada una y, por lo tanto, no deben interferir en los asuntos públicos del Estado. En la actualidad, el Estado financia a la Iglesia Católica por medio de leyes que mantienen económicamente a las cúpulas eclesiásticas. Estas leyes fueron sancionadas en la última dictadura militar y ningún gobierno posterior, ni peronistas, ni radicales, ni la alianza, ni el FPV, ni Cambiemos, las derogaron. Todos los partidos patronales que gobernaron están de acuerdo en favorecer y financiar a una institución reaccionaria y ultraconservadora como es la Iglesia Católica, que vive de privilegios y actúa siempre contra las mujeres y sus derechos.
La existencia de una cifra enorme de abusos por parte de miembros de la Iglesia Católica no es una cuestión puntual, ni esporádica, ni aislada y el encubrimiento es total. Este año, se conocieron los aberrantes casos de abuso sexual infantil en el Instituto Próvolo de Mendoza, en el que chicos sordos e hipoacúsicos fueron víctimas de todo tipo abusos, torturas y violaciones. A tal punto fue el encubrimiento que uno de los detenidos, el cura Corradi, ya tenía antecedentes de abuso sexual en Italia, por los que había sido “trasladado” a Argentina. Este mecanismo de traslado y de reubicación de los curas abusadores es la manera que tienen para encubrirlos. A su vez, la Iglesia Católica apoyó todos los golpes de estado en Argentina y jugó un rol muy activo en la última dictadura militar.
Otro de los negocios que mantiene la Iglesia con los distintos gobiernos es el subsidio a sus escuelas confesionales. Por ejemplo, en la ciudad de Buenos Aires el 60% del presupuesto para los colegios privados está destinado a instituciones católicas, y en la provincia de Buenos Aires el 70%. Es inadmisible que una institución que se opone al uso de preservativos y de cualquier otro método anticonceptivo; a la libre elección de la orientación sexual de las personas (como volvió a ratificarlo recientemente el Papa Francisco); rechaza el derecho al aborto esté a cargo de la educación.
Por todo esto, el 32° ENM se tiene que pronunciar por la inmediata separación de la Iglesia del Estado. Basta de financiar a la Iglesia Católica