Chile: Histórica ola feminista
La lucha de las mujeres chilenas está en pleno ascenso. Desde fines de abril, cerca de 40 universidades y más de 15 colegios iniciaron paros y tomas feministas contra la violencia sexual y por una educación no sexista. Con epicentro en las universidades, se ha iniciado una movilización de carácter nacional que pone al descubierto prácticas naturalizadas en la sociedad patriarcal. En Chile, las tomas marcan un antes y un después en la perspectiva del movimiento de mujeres del país. La última encuesta CADEM sostiene que el 71% del país apoya esta lucha, y un 91% considera que hay que seguir avanzando en igualdad.
“¡Alerta, alerta machista, que todo el territorio se vuelva feminista!”, fue uno de los principales cánticos de la masiva movilización de 150 mil personas, en Santiago de Chile del 16 de mayo. Ese mismo día miles de mujeres salieron a las calles en todo el país contra la violencia de género. Es que Chile se encuentra convulsionado por la rebelión de las mujeres. Miles discuten qué es el feminismo y las problemáticas que sufren las mujeres producto del capitalismo patriarcal. El movimiento “MeToo” (Yo también) de denuncia a la agresión y violencia sexual ha penetrado las fibras más íntimas de la sociedad chilena.
Las tomas feministas
Las chilenas han resignificado un método de lucha. Es la primera vez en la historia que se utilizan paros y tomas para visibilizar las problemáticas de las mujeres. Este movimiento se venía gestando con el surgimiento de espacios de base y círculos de mujeres donde llegaban casos de violencia sexual. Desde allí se venían problematizando los protocolos de acoso y abuso sexual, ante el encubrimiento de las autoridades a abusadores y violentos. La primera toma se inició en la Universidad Austral en Valdivia y luego se propagó por el país. Pegó un salto con el ingreso de la Universidad de Chile, una de las de mayor peso político. Pero el proceso es tan fuerte, que han entrado universidades católicas donde no existe una tradición de lucha y muchas de sus autoridades son curas. Las secundarias de los liceos se adhirieron al movimiento reclamando el fin del acoso y un cambio integral del sistema educativo para que tenga perspectiva de género.
Las tomas feministas tienen distintas modalidades. Algunas son de carácter separatistas, donde participan solo mujeres, como una forma de protección a las compañeras de los violentos y abusadores. Otras son mixtas, donde los hombres se encargan de las tareas organizativas y las mujeres son la dirección política. Más allá de las modalidades, todas tienen elementos en común: una organización democrática a través de asambleas dirigidas políticamente por mujeres. Cada facultad posee representantes y voceras que llevan las posiciones tomadas colectivamente.
Asimismo, el movimiento refleja una crisis de los partidos que tradicionalmente han dirigido al movimiento estudiantil como el Partido Comunista y el Frente Amplio. Ante la existencia de tomas separatistas, muchos han dirigido la atención sobre la existencia de un supuesto feminismo radical, que plantea la salida de la desigualdad sobre una “guerra entre hombres y mujeres”. Sin embargo, las mujeres en lucha plantean un feminismo que apunta a la igualdad entre las mujeres y los hombres.
El gobierno de Piñera no puede dar respuesta
Frente a la radicalización del movimiento, el gobierno conservador de Sebastián Piñera anunció una “Agenda de la Mujer”, que busca contener el proceso, pero sin dar respuesta a los principales reclamos del movimiento. La respuesta de las mujeres fue contundente, convocando a movilizaciones para el 1 y 6 de junio y un paro de mujeres para ese mismo día. Asimismo, se está pidiendo la renuncia del Ministro de Educación y Salud entre otros funcionarios.
La lucha feminista pegó un salto en Chile. Por la extensión de la lucha se plantea la necesidad de una coordinación para avanzar en un plan de lucha nacional por los derechos de las mujeres, que una a las estudiantes con las trabajadoras, las mapuches y las mujeres de los sectores populares contra toda forma de opresión y explotación producto del capitalismo patriarcal.