El gobierno catalogó de “bochornoso” lo ocurrido con López y busca sacar provecho político. Pero el propio presidente proviene de una familia que hizo su fortuna por medio de negociados con la dictadura. El Grupo Socma, creado a comienzos de 1976, pasó a ser en los años siguientes uno de los más importantes de la Argentina. El propio Mauricio gerenció varias de sus empresas.

En esa época, a través de una empresa del grupo (Sideco) obtuvo la contratación de grandes obras públicas para el Banco Hipotecario Nacional. Luego consiguió del entonces intendente porteño de la dictadura, Brigadier Osvaldo Cacciatore, el contrato para la recolección de la basura de la Ciudad. También los Macri compraron el Banco de Italia en 1979, gracias a la ley de Entidades Financieras de Martínez de Hoz. En todos los casos llovieron denuncias de corrupción, coimas y estafas. Finalmente, los Macri formaron parte de las empresas privilegiadas por Cavallo en 1982 con la estatización de la deuda, cuando Sevel le “pasó” al estado nada menos que 170 millones de dólares.

Los negocios turbios del macrismo con los diferentes gobiernos no terminaron con la dictadura. En 1990, al comienzo del menemismo, obtuvo en una escandalosa sesión del entonces Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires -con coimas de 50 mil dólares entregados a cada concejal- la prórroga sin licitación del contrato de la basura, además del reconocimiento por la Ciudad de una supuesta deuda con la empresa de 68 millones de dólares.

Los negociados continuaron. Durante las privatizaciones los Macri se quedaron con el Corrreo, que luego fundieron. Y estuvieron “prendidos” en buena parte de las obras públicas de todos los gobiernos de los últimos 40 años. La “justicia” más de una vez los salvó: a pedido del propio Menem, Mauricio Macri fue exculpado por el contrabando de autos a mediados de los 90.

Como se ve, el actual presidente se formó en la matriz de la corrupción capitalista argentina.

Melconian mantiene su plata “afuera”

Increíble por lo caradura y por la impunidad con que lo dice. Carlos Melconian, presidente del Banco de la Nación Argentina, admitió que tiene 65 millones de pesos sin declarar en el exterior. “Como todos los argentinos”, agregó. Y que parte de ese dinero lo va a dejar afuera “para mis hijos”, se justificó. Lo mismo ocurre con todo el gabinete de Macri. Mientras el presidente clama para que vengan capitales tenía 18 millones de pesos en las Bahamas.

Nos gustaría decirle a Melconian que la inmensa mayoría de los trabajadores argentinos no tenemos plata afuera. Y que, ciertamente, la clase trabajadora quiere dejarle un futuro a sus hijos: el de un país con trabajo, salarios dignos, educación y salud pública de calidad y vivienda para todos. Justamente lo contrario a lo que promueve con sus ajustes el gobierno del que Melconian forma parte.

J.C.

Empresarios de la obra pública Sus familiares pueden blanquear

En el debate sobre el blanqueo de capitales que se terminó aprobando en el Congreso, ante el escandaloso hecho de que los funcionarios públicos se podrían acoger al mismo, finalmente se dio marcha atrás. Pero se “dejó” que los familiares de los empresarios vinculados a la obra pública sí pudieran presentarse al blanqueo. Lázaro Báez, Cristóbal López, Calcaterra y Caputo agradecidos.

J.C.