Inflación: Los alimentos siguen por las nubes
El gobierno de Macri nos quiere vender que la inflación se está desacelerando. Pero los alimentos y bebidas, base de la canasta familiar, siguen creciendo por encima de la media. La inflación le gana por lejos la carrera a los salarios.
Escribe Guido Poletti
El Indec dio a conocer el índice de precios al consumidor del mes de septiembre: 1,1%. Con este número, el macrismo quiere convencernos de la supuesta tendencia a la baja de la inflación. Pero detrás del porcentaje hay una maniobra estadística: igual que en el mes de agosto, el Indec descontó de la inflación el tarifazo del gas, para así obtener un número más bajo. Será una maniobra de patas cortas, porque el aumento de la factura va a impactar con todo en el bolsillo popular a partir del mes de octubre y terminará apareciendo en el índice de inflación de ese mes o en noviembre.
Vamos a la realidad. No es cierto que la inflación esté bajando, los productos que más consumen los trabajadores cada día son más caros. Basta recorrer cualquier góndola de supermercado para observar las variaciones semana a semana.
En septiembre el rubro indumentaria creció un 4,9% y el de alimentos y bebidas un 2,3%, muy por encima de lo que habían aumentado en el mes anterior. Son justamente los ítems que más impactan sobre el bolsillo obrero. En detalle, el zapallo (anquito) subió un 34,1%, el tomate un 16,9%, la batata 15,4%, el azúcar 10,5%, el arroz blanco 5,5%, el aceite de girasol 5,4%, la leche en polvo 5,2% y las bebidas no alcohólicas otro 5,2%, por poner sólo algunos ejemplos. Todo esto tiene consecuencias directas sobre la capacidad de consumo popular. Este año tenemos los menores consumos de carne desde 2011: 54,8 kilos anuales. En medicamentos, se registraron en los últimos nueve meses subas de hasta el 194% en algunos productos esenciales (ver en esta misma página). Digámoslo con todas las letras: la inflación en todos estos productos esenciales no se está frenando, por el contrario, se acelera.
Desde el gobierno de Macri quieren convencernos de lo contrario. Sus voceros dicen que hay que “aguantar” el ajuste, que las medidas que se tomaron fueron “necesarias” pero que ahora la inflación empezará a aflojar y que finalmente, los aumentos de salarios terminarían ganándole a la suba de precios. ¡Mentira! Las mejores paritarias cerradas en el año alcanzaron el 35% de aumento (el promedio estuvo por debajo del 30%) y la inflación va a terminar 2016 muy por arriba del 40%.
Las mediciones de la CGT -que sigue especialmente la canasta de consumo de los trabajadores- dicen que la inflación de septiembre ascendió al 2,25% y la interanual al 43,72%. Conclusión: una familia tipo necesita 13.203 pesos para no caer en la pobreza.
Sabemos que la mitad de los salarios argentinos están por debajo de esa cifra. Con estos números de la propia central obrera, la burocracia de la CGT aparece más responsable que nunca por la traición de haber levantado el paro general. Ya que la única herramienta con que contamos los trabajadores para que la inflación no nos pulverice el salario es la pelea por un inmediato aumento salarial y la reapertura de las paritarias, por lo cual llamamos a seguimos luchando.
Arcor: Suspende trabajadores mientras expande sus negocios
Arcor es una de las empresas más importantes de la Argentina. Junto con Techint, integra el podio de las dos transnacionales “multilatinas” de nuestro país. Líder mundial en la producción de alimentos y en particular, número uno del planeta en caramelos.
En estos días acaba de suspender a 400 trabajadores de su planta de chocolate en Colonia Caroya aduciendo una “baja en las ventas”. Pero si hay algo que no le falta a Arcor es plata. Exactamente al mismo tiempo que toma esta medida contra los trabajadores anuncia con bombos y platillos la inauguración de su tercera planta de molienda húmeda de maíz, capaz de industrializar 600 toneladas de este cereal por día. De esta forma, la transnacional argentina se expande desde el rubro alimentos hacia el agro negocio, convirtiéndose en el mayor procesador de maíz del país. Sin embargo, como reconoce la propia empresa, sólo generará 120 nuevos puestos de trabajo.
Acá tenemos un ejemplo de las famosas “nuevas inversiones” que anuncia todos los días el gobierno de Macri. Las mismas empresas que aducen “no tener plata” para reabrir las paritarias o ni siquiera para pagar un miserable bono, que suspenden y despiden trabajadores, usan esos ahorros para “expandirse” a nuevos rubros, que les generarán más superganancias mientras crean menos puestos de trabajo que los que destruyen.
J.C.