¡No al techo salarial!
“Querían ver volar al gobierno por los aires”, dijo en su última aparición la presidente Cristina Fernández. Sigue con la campaña sobre una supuesta “teoría conspirativa” contra el gobierno. Los intelectuales K, en su Carta Abierta número 15 difundida la semana pasada bajo el título “La patria en peligro”, son muy claros sobre el objetivo de la campaña del gobierno: hacer creer que al kirchnerismo le impusieron la devaluación, y ahora el gobierno está haciendo los máximos esfuerzos para que ese “mal” no se traslade al pueblo.
La visión de Izquierda Socialista es la opuesta: el gobierno decidió devaluar por decisión propia en el marco de un plan de ajuste más global que está aplicando contra los trabajadores y el pueblo y en beneficio de los grandes empresarios, y simula que “cuida” los precios con el objetivo de que se firmen salarios a la baja en las paritarias.
Que el gobierno “no quería la devaluación”, es falso. Ya venía devaluando el peso un 40% en 2013. Y terminó dando otro saque del 20% en enero llevando el dólar a $8 a pedido de los empresarios y exportadores. Siempre el gobierno defendió este modelo inflacionario diciendo que había un “círculo virtuoso” de ‘salarios altos’ que permitía un mayor consumo y eso hacía subir los precios. ¡Salvando con esa teoría a los monopolios formadores de precios, los únicos responsables de que los precios aumenten como ellos quieren bajo la impunidad que les brinda el gobierno! Además, recordemos que Néstor Kirchner asumió después de una feroz devaluación, la de Duhalde en 2002, que saqueó el 30/40 por ciento del poder adquisitivo de los salarios.
Con el verso del “golpe” el gobierno busca victimizarse para llamar a defender sus “logros”. Y fundamentalmente que la clase obrera no saque los pies del plato aceptando el nuevo techo salarial del 25% en cuotas que quiere fijar de la mano de las patronales. ¡Denunciamos la campaña del gobierno y llamamos a los trabajadores a no dejarse engañar! ¡Abajo el techo salarial y por un aumento salarial de emergencia que compense el brutal aumento de los precios, en camino de lograr un salario igual a la canasta familiar (que los trabajadores del INDEC dicen está en $ 9113 pesos y otras mediciones dan 10.000)!
Mientras la oposición docente ha llamado a parar en todo el país el 5 de marzo con jornadas de protesta hasta el 7, fijando un no inicio de clases ante la burla ofrecida por el gobierno nacional del 23% anual y en cuotas; y surgen movilizaciones en distintas provincias como los autoconvocados en La Rioja, o la de Santiago (ver páginas centrales), la dirigencia sindical de todo pelaje vive en la “tregua”. Están apoyando un pacto social de hecho junto al gobierno y las patronales pretendiendo con ello que pase el ajuste. Ajuste que no es solo inflación (en especial la suba sideral de los alimentos) y bajos salarios, sino también el tarifazo en curso. Como el que se dio en el transporte de colectivos (66%); el aumentazo que se viene en el subte (4,5 pesos el boleto, 300% en dos años); las naftas; las subas que se preparan en las tarifas de agua, luz, gas y en el boleto de los ferrocarriles. Y el ataque que ya empieza a haber a la estabilidad laboral: desde recorte de horas extras, suspensiones, a directamente la no renovación de contratos laborales, despidos y cierres de empresas (ver página 8).
En esto están el gobierno y todos los políticos de la oposición patronal. La reunión de 19 ministros de economía citados por Scioli (donde también participó el de Santa Fe, que responde al “progresista” Hermes Binner) diciendo que solo les alcanza para dar el 25% en cuotas a los maestros, demuestra que todos son antiobreros por igual. “Que se serenen los ánimos”, pidió el gobernador Bonfatti de Santa Fe ante los reclamos salariales.
La burocracia sindical le hace de comparsa. “Nadie quiere renunciar a nada, pero tampoco queremos tirar todo por la borda”, se sinceró Lingeri de la CGT-Caló. ¡Lo que hay que tirar por la borda es el techo salarial y exigir un aumento salarial de emergencia!
Por su parte, Hugo Moyano de la CGT, en todos estos meses se la ha pasado de reunión en reunión con cuanto político patronal opositor existe. Primero le fallaron Scioli, Massa y De la Sota en la cumbre de Mar del Plata que hizo con Barrionuevo. Pero después se reunió con Macri, con el propio De la Sota, Binner, ahora con la UCR. También con la Mesa de Enlace y en estos días con la UIA. “La idea es charlar sobre la situación del país”, dijo el secretario de prensa de la CGT Moyano, Abel Frutos. ¡Pero lo que hace falta no es “charlar”, sino actuar! ¡Tomar medidas de lucha para frenar este saqueo que está recayendo sobre las espaldas de los trabajadores, jubilados y beneficiarios de planes sociales!
El nuevo IPC oficial ya dio que la inflación de enero fue del 3,7% (proyectando un 45% para 2014). ¡Charlar de qué, si lo que hay que hacer es ganar la pulseada nacional que se abrió en defensa del salario, los puestos de trabajo y para que la crisis la paguen los empresarios y banqueros, no los trabajadores!
En este marco, los trabajadores, luchadores, el sindicalismo combativo y la izquierda tienen grandes tareas y desafíos. Primero, llamar a la más amplia unidad para enfrentar el ajuste y por un inmediato aumento de salario igual a la canasta familiar. Denunciando las agachadas de los Caló, Yasky, Moyano- Barrionuevo, exigiéndoles que rompan la tregua y llamen a luchar. En especial a la CGT Moyano, que deje de reunirse con políticos patronales y empresarios, y convoque a un paro nacional y a un plan de lucha por un aumento de emergencia de 3.000 pesos que dice reclamar para todos los trabajadores. En unidad con la CTA-Micheli, llamando a la base de todos los gremios a que se sumen. Por paritarias sin techo, por un aumento del 40% (como reclaman los ferroviarios encabezados por el “Pollo” Sobrero), con cláusula gatillo. También para que se prohíban los despidos y suspensiones por ley y se anule el impuesto al salario, entre otros reclamos.
Segundo, impulsar un encuentro nacional del sindicalismo combativo que se está preparando para llevar adelante estos reclamos, ocupar parte del vacío que deja el impasse en el que se encuentran las conducciones sindicales tradicionales e ir dando pasos en una nueva dirección del movimiento obrero, de lucha, antiburocrática y combativa.
Tercero, brindar una salida política, como lo estamos haciendo desde el Frente de Izquierda. Proponiendo otro modelo económico alternativo, obrero y popular, que parta del no pago de la deuda externa (para que esa plata se destine a aumentar los salarios); la reestatización de todas las privatizadas bajo control y gestión obrera; la nacionalización de la banca y el comercio exterior, entre otras medidas de fondo. Y para dar una salida política a la crisis.
Está claro que el kirchnerismo está en su final. Pero la oposición patronal es más de lo mismo (ver página 5). La salida viene a partir de propuestas transformadoras, de fondo, de izquierda, como proponemos desde el FIT. Llamamos a los trabajadores, jóvenes y demás sectores populares a sumarse a esta gran pulseada nacional. Izquierda Socialista les reserva un puesto de lucha para ello.